Llegaste tú 2 || Gemeliers

Capítulo 50.

Narra Sara.

Sara: después Paula llegó al baño, me llamó y él se puso muy nervioso -poso mis ojos en los suyos durante unos segundos- me obligó a contestarle como si no pasara nada y... -tomo aire armándome de valor- me cogió del cuello y me dijo que como dijera algo estaba muerta -repito sus palabras textuales

Un '¿qué?' lleno de rabia y asco sale de su boca.

Dani: ¿que te cogió del cuello y te dijo qué? -frunce el ceño cabreado

Me mantengo en silencio y agacho la mirada.

Se muerde la lengua.

Cierra en un puño la mano que acariciaba mi pierna, y la aprieta con fuerza haciendo que vuelva a mirarlo y acaricie el torso de ésta.

Dani: muerto va a estar él como lo vea otra vez, porque te juro por mi vida que ese tío no va a ponerte una mano más encima -suelta furioso

Me toco el pelo y absorbo por la nariz.

¿Por qué todo tiene que ser así?

Dani: eh -capta mi atención más tranquilo- todo va a salir bien -vuelve a hablar

Me encojo de hombros cansada.

Sara: nada me sale bien

Dani: hacerme feliz se te da de puta madre -alza las cejas haciéndome sonreír un poco- ven aquí

Se levanta y tira de mi mano para abrazarme.

Dani: al final todo sale bien, y si las cosas no salen bien es porque todavía no es el final -murmura- eso me lo decía mi abuelo -añade tras algunos segundos de silencio

Su abuelo... joder.

Me separo unos centímetros de él para mirarlo y comprobar que, efectivamente, sus ojos brillan.

Sara: ¿y crees que tenía razón? -poso una de mis manos en su mejilla

Asiente y sonríe tristemente mientras le acaricio.

Sara: entonces todavía no es el final

Dani: no cariño -mantiene su sonrisa y un par de lágrimas brotan de sus ojos

Las limpio rápidamente con mis pulgares.

Sara: no sé qué haría sin ti -admito

E impacto mis labios en los suyos dándole paz.

. . .

Dani: ¿y nos vamos mañana no? -pregunta con una sonrisa de oreja a oreja

Asiento observándolo divertida.

Doy un saltito y me siento en mi escritorio.

Ya me ha dado las gracias mil veces y me ha comido a besos, pero sigue ilusionado.

Dani: pues menos mal, porque me tienes a pan y agua -se queja acercándose a mí

Suelto una carcajada y apoya sus manos en la mesa, cada una a ambos lados de mis caderas, colocándose entre mis piernas.