Capítulo 23.

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Narra Dani.

Papá: Dani, que no, que me da igual que quisieras estar solo, tú y tu salud estáis antes que todo lo demás y mira cómo estás ahora por hacer lo que has hecho -alza la voz

Dani: me cago en la puta -murmuro enfadado levantándome del sofá

Subo las escaleras hasta llegar a mi habitación y cierro de un portazo para posteriormente acostarme en la cama.

Ayer llegué sobre las seis de la tarde a casa. Sé que no estuvo bien porque salí a las cinco de la mañana y le dije a mi hermano que volvía para desayunar; y no lo hice. Mis padres me llamaron mil veces y les dije que estaba bien pero que no quería ir a casa porque necesitaba estar solo. El tiempo no mejoró, tal y como esperaba, y llegué empapado.

¿Y qué pasa ahora?

Que me ha caído la bronca del siglo y que he pasado la noche con fiebre. Y como 'estoy malo', no me dejan salir de casa para absolutamente nada.

Pues genial.

Nada mejor que quedarme aquí encerrado mientras le doy más vueltas aún a esta situación de mierda.

Narra Sara.

*Sara: no voy a ir porque no quiero verlo

Estoy mejor, dentro de lo que cabe.

Claro que duele.

Claro que duele que la persona que te reconstruyó vuelva a destruirte, pero por mucho que me duela y por mucho que esta noche -como todas desde hace unas semanas- termine llorando, puedo afirmar que ahora mismo me importa bien poco  absolutamente todo.

*Jesús: mira, sabes q te entiendo, pero vas a dejar de hacer tu vida por él? venga ya Sara, no es necesario q os habléis

Resoplo.

Quieren ir a ver una película y los padres de Jesús no están en casa, por tanto, quieren verla allí.

Es que realmente no quiero ni verlo.

No me apetece.

De verdad.

Pero tiene razón.

No pienso dejar de hacer mi vida por él.

*Jesús: además, está malo y no creo q salga de su habitación -vuelve a escribirme

*Sara: me visto y voy -accedo finalmente

¿Está malo?

Salgo de casa y en unos 10 minutos llego a mi destino.

Hace un tiempo de mierda pero el haberme puesto la sudadera más ancha y calentita de mi armario lo compensa.

Deseo con todas mis fuerzas que me abra cualquier ser que no se llame Daniel, y parece que mis deseos se cumplen cuando es Ana la que abre la puerta.

Ana: no queremos aspiradoras -dice cerrándome la puerta en mis narices

Suelto una carcajada y ella me imita cuando abre de nuevo.

Sara: ¿tengo cara de vender aspiradoras? -le pellizco la barriga

Entro mientras mi mejor amiga se queja a causa de mi brutalidad -según ella- y observo que no hay nadie en el salón.

Sara: ¿dónde están? -pregunto

Ana: ¡en la cocina! -exclama mientras salta sobre mi espalda

Sara: ¡ANAAAA! -grito antes de que ambas caigamos al suelo

Empezamos a reírnos con fuerza y al verla aquí conmigo alguna que otra lágrima resbala por mi mejilla. No sé si de la risa o de la emoción de poder volver a vivir momentos así.

Y sí, todo son risas hasta que aparece él, seguido de Álvaro y Jesús, y siento como el corazón se me para durante un segundo para después latir más rápido de lo normal.

Tiene mala cara y se nota que no está bien, la verdad.

Dani: hola -me saluda fríamente

Mi rostro se torna más serio y termino levantándome.

Ya esto no es divertido.

Sara: hola -le digo del mismo modo

¿Por qué le quedan tan sumamente bien los pantalones de chándal?

Pasa por mi lado y escucho como suspira.

Álvaro rompe con la situación de tensión despeinándome.

Odio con toda mi alma que me despeinen.

Sara: eres imbécil -le doy un golpe en el hombro y él se ríe

Álvaro: vamos a sentarnos anda

Pasa su brazo por mis hombros y ambos nos dirigimos al sofá.

Dani: Jesús me voy -suelta abriendo la puerta

Jesús: ¿dónde vas? -lo mira mientras deja en la mesa un bol con palomitas

Pero en cuanto termina la frase se escucha como cierra indicando que se ha ido.

Jesús: joder -murmura yendo tras él

He tardado mucho en actualizar, lo sé y lo siennnnto, no me venía la inspiración divina 😂💘💋

Llegaste tú 2 || GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora