Capítulo 87.

582 37 36
                                    

Narra Dani.

Bajamos las escaleras y entramos en la cocina, donde nos encontramos a Ana sentada y a mi hermano junto a la vitrocerámica.

Ambos voltean su cabeza para mirarnos cuando llegamos. La pequeña de los López abre la boca en forma de "o" y suelta una carcajada observando especialmente a Sara, quien sonríe divertida. La morena no tarda mucho en levantarse emocionada para abrazar a su amiga, como si le hubiera anunciado que está embarazada o algo así.

Mi hermano por su parte alza las cejas sorprendido mientras esboza una sonrisa que solo yo podría entender. Me acerco a él dándole una palmada en la espalda.

-Jesús: ¿qué pasa? -pregunta insinuante

Suelto una leve risa encogiéndome de hombros. De fondo las chicas ríen a carcajadas al mismo tiempo que comentan algo.

-Dani: no sé, tengo que hablar con ella de muchas cosas -mascullo

Él asiente comprensivo. Alzo la cabeza husmeando la olla que está en el fuego.

-Dani: ¿soy yo o ahí hay pasta para los cuatro? -le lanzo una indirecta

Mi gemelo rueda los ojos.

-Jesús: yo hago la comida pero tú empiezas a recoger el salón -propone

-Dani: me parece justo -asiento de buen humor

-Jesús: ¿quién eres y qué has hecho con mi hermano? -bromea

Una carcajada se escapa de mi garganta mientras alcanzo otro paquete de macarrones. Creo que ambos estamos de buen humor.

-Dani: anoche hablé con Álvaro -confieso-, supongo que ya lo sabes.

Él trata de reprimir una sonrisa y asiente.

-Jesús: me dijo que por fin empezasteis a entenderos.

-Dani: se podría decir que sí -afirmo-. Ya hablaremos de todo eso en otro momento -le digo-, si te parece bien -añado algo incómodo

Él me mira apenado. Las últimas semanas no han sido las mejores entre nosotros, es obvio. Podría decir que hemos tenido más diferencias que nunca y eso nos ha llevado a alejarnos el uno del otro, pero Jesús es mi hermano. Jesús ha aguantado lo inaguantable por y para mí sin pedir nada a cambio y ha intentado reconstruirme cada vez que me destrozaban y cada vez que me autodestruía; y eso no tiene precio.

-Jesús: claro que me parece bien -hace chocar su hombro con el mío

-Dani: guay -murmuro

Busco a Sara con la mirada y la veo paseándose por la cocina dirección a nosotros. Recorro todo su ser con mis ojos y algo se remueve dentro de mí al recordar lo que pasó aquí anoche. Nunca en mi vida había tenido tantas ganas de besar y tocar a alguien, pero supongo que esa ha sido otra de las cosas que pensaba que jamás había sentido y que, al final, ella me ha hecho sentir. Siempre ella. Lo nuestro ha sido tan intenso desde el principio que... Joder, ¿cómo no iba a enamorarme? Era algo que se veía venir, como el típico cliché romántico.

Se acerca a mi hermano por el lado opuesto al que estoy y empiezo a pensar que mi ropa le sienta demasiado bien. Aunque creo que eso ya lo pensaba antes.

-Sara: ¿qué me vas a hacer de comer, Jesusito? -le pregunta apoyando la barbilla en su hombro

-Jesús: puedo prepararte un exclusivo plato de Dani a la carbonara -bromea

Sara suelta una carcajada ante su inesperado comentario y yo sonrío vacilante admirando la escena.

-Sara: ¿y no puedo cambiar mi plato? Es que anoche cené eso

Llegaste tú 2 || GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora