Sara: ¡no! ¡porque la odio y porque no quiero irme a casa! -habla con dificultad
La que se ha liado en 5 minutos no ha sido normal.
Entre Álvaro y yo conseguimos que Sara soltara el pelo de Sandra y viceversa.
Marcos agarró a Sandra y mi hermano hizo lo mismo con Ana que estaba gritando como loca dispuesta a meterse en medio.
Escuché un comentario de Marcos hacia Sara y mi rabia era tan grande que no me pensé dos veces el ir hacia él para estamparle su bonita cara contra el suelo.
Sí, eso de 'bonita' es ironía.
Por suerte, los de clase me pararon a tiempo y evitaron otra pelea.
Al final nos echaron a todos de la discoteca y ahora mismo me dirijo a mi casa -en la cual no hay nadie- con Sara, que no puede ir más borracha y que no para de gritar quejándose por todo e insultando a Sandra.
Por no mencionar que camina haciendo eses.
Y no, no tengo intención de hacer nada.
Si llega así a su casa vamos a salir perjudicados todos.
A ella le echarán la bronca por no controlarse y a mí mis padres me la echarán por no pararla cuando la vi más contenta de lo normal.
Dani: deja de gritar por favor -le pido sacando las llaves
Por fin hemos llegado.
De repente se calla, y al entrar lo primero que hace es quitarse los tacones y subir las escaleras.
Dani: ¿dónde vas? -le pregunto cerrando la puerta detrás de mí
Rezo mentalmente para que no se caiga y suspiro profundamente cuando llega arriba sana y salva.
Subo yo también y escucho como comienza a cantar.
Sara: ¡suéltalo, suéltalo, no lo puedo ya retener!
Suelto una inevitable carcajada al verla bailando de pie en mi cama.
Sara: ¡suéltalo, suéltaloooo, ya no hay nada que perder! -continúa
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