Capítulo 64.

857 36 25
                                    

Narra Sara.

El cantar de los pájaros se suma a la claridad que entra por la ventana, obligándome a abrir los ojos finalmente.

Lo primero que veo es a un Daniel Oviedo dormido, en un sueño profundo al parecer.

Su brazo rodea mi cintura desnuda y hace un día tan espléndido que parece de película.

¿Qué más podría pedir ahora mismo?

Me mantengo observándolo algunos minutos, hasta que, con suavidad, me deshago de su agarre y consigo levantarme de la cama.

Busco mi sujetador hasta dar con él, y me lo coloco.

Lo mismo hago al ver su sudadera sobre mi escritorio.

Sí, anoche lo hicimos, y hemos dormido únicamente con nuestras respectivas prendas interiores inferiores.

Me recojo el pelo en un moño despeinado y me dirijo al baño para hacer pis y lavarme la cara.

Posteriormente vuelvo a la habitación y comienzo a recoger un poco, además de buscar ciertas cosas que quiero llevarme a Sevilla.

Cierro la puerta del armario con sumo cuidado, y al girarme lo veo mirándome, con una pequeña sonrisa formada en su boca.

Sara: ¿te he despertado? -pregunto sintiéndome culpable

Dani: no -niega- ven -me indica con su índice

Sonrío yo también, acercándome a la cama.

Da un toque en el colchón con la palma de su mano, pidiendo que me tumbe a su lado.

Y así hago.

Apoyo el codo en la almohada y la cabeza sobre mi mano, pudiendo verlo mejor.

Aunque no duro mucho en esa posición, ya que se coloca sobre mí rápidamente.

Dani: últimamente siempre te despiertas antes que yo -se queja justo antes de besarme

Sara: eres un dormilón -jugueteo con su pelo

Vuelve a unir nuestros labios y regresa a su posición inicial: tumbado a mi lado.

Sara: ¿me dejas seguir recogiendo? -pregunto

Dani: ¿te ayudo? -se ofrece

Sara: no hace falta amor -me levanto de nuevo

Dani: vale cariño -responde divertido ante mi palabra de afecto

Lo miro un segundo y suelto una carcajada, para después continuar mi labor.

Dani: esa sudadera te queda muy bien -comenta- te la regalaré algún día

. . .

Tomo otro mechón de mi pelo y paso la plancha por él.

Dani: nena, ¿queda bien esta camisa? -pregunta entrando al baño

Llegaste tú 2 || GemeliersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora