Llegaste tú 2 || Gemeliers

Capítulo 53.

Narra Sara.

Dani: me siento ahora mismo como un bebé -comenta totalmente relajado

Y frena en seco justo antes de comerse la puerta de salida.

Estallo en carcajadas y él me mira divertido.

Dani: estoy muy sobado -se excusa apoyando su cabeza en mi hombro

Después de comer volvimos a la piscina para hacer algo de tiempo.

Hicimos unos largos, aunque yo a los dos minutos me cansé y paré, pero él continuó un rato más.

Y a las cinco entramos en el spa, donde nos han dado un masaje que nos ha dejado en las nubes.

Sobretodo a Dani, que ya arrastraba algo de sueño y está deseando dormir un rato.

Sara: acabo de comprobarlo -asiento obvia antes de salir del spa

Sonríe levemente ante mis palabras y caminamos por los pasillos del hotel hasta llegar a nuestra habitación.

Abro la puerta cerrando detrás de mí y lo primero que hace mi chico al entrar es quitarse la sudadera y tirarse en la cama boca abajo.

Dejamos la calefacción puesta al irnos y hace incluso calor.

Dani: desde aquí quiero darle las gracias a los Reyes Magos por éste maravilloso regalo, atentamente: Dani -bromea aplastando su cara contra la almohada

Suelto una sonora risa dejando las toallas en una silla y me deshago yo también de mi sudadera, quedándome con la parte superior del bikini.

Posteriormente me tumbo sobre su espalda desnuda, y podría jurar que en los diez segundos que he tardado se ha quedado dormido.

Beso su nuca despacio dejando mis manos sobre su abdomen, y suspiro sintiendo su calor corporal.

Dani: ¿ahora tienes ganas de jugar? no me jodas -se queja con voz de dormido haciéndome reír inevitablemente

Sara: no idiota, duerme -me dejo caer en el colchón a su lado

Suspira y se gira hacia mí con los ojos cerrados.

Dani: dame un beso -me pide

Sonrío ante sus palabras y me acerco a su boca haciéndole caso.

Y a los pocos minutos su respiración se vuelve pesada confirmando que se ha dormido.

. . .

Doy una vuelta y choco con su cuerpo.

Al final yo también me he quedado dormida.

Bostezo y abro los ojos lentamente.

Me encuentro a un Dani plácidamente dormido que me transmite tranquilidad y me hace sonreír unos segundos.

Siempre me va a encantar mirarlo mientras duerme.

Me pego más a él y apoyo mi mano en su pecho.