Aiden.

By Poli_MDE

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Amy, una bruja, la más poderosa que podría existir, fuerte y valiente. Evan, un híbrido, el rey de los vampir... More

Aviso 1.
Prólogo.
Capítulo 01: Los novatos.
Capítulo 2: El destino que nos une.
Descripciones.
Capítulo 3: Aiden.
Capítulo 4: El desastre.
Capítulo 5: La bestia.
Capítulos 6: Caminos que se unen.
Capítulo 7: El ataque de los otros.
Capítulo 8: Atrapada.
Capítulo 9: De vuelta a casa.
Capítulo 10: Quien sea reina.
Capítulo 11: Lluvia en el cristal.
Capítulo 12: Sus recuerdos.
Aviso
Capítulo 13: A tu lado.
Capítulo 14: Olvídalo.
Capítulo 15: Acorralados.
Capítulo 16: Humana.
Capítulo 17: Jaque mate a la reina.
Capítulo 18: En una noche como esta.
Capítulo 19: Desconocido.
Capítulo 21: El lob... vampiro feroz.
Capítulo 22: Días de paz.
Capítulo 23: Donde el camino empieza.
Capítulo 24: Tu mirada.
Capítulo 25: Una nueva aventura comienza.
Capítulo 26: Hasta las lágrimas.
Capítulo 27: De vuelta en casa.
Capítulo 28: Un día especial.
⚠️Bueno, llego el gran aviso ⚠️
Capítulo 29: Feliz cumpleaños.
Capítulo 30: Peligro.
Capítulo 31: Finalmente lo que soy.
Capítulo 32: Diversión.
Capítulo 33: La decisión final.
Capítulo 34: Devuelta a casa.
Capítulo 35: La voz de su conciencia.
Capítulo 36: Liberame.
Capítulo 37: Aquél día
Capítulo 38: La extraño.
Capítulo 39: Tiempo de verano cálido.
Capítulo 40: La mujer de mis sueños.
Capítulo 41: A un paso.
Capítulo 42: Entre la niebla.
Mini trailer.
Capítulo 43: Te he esperado.
Capítulo 44: Un infierno brillante.
Hi babys. 💕
Capítulo 45: Una noche de recuerdo.
Capítulo 46: Armadura.
Capítulo 47: Sorpresa, el enemigo es fuerte.
Capítulo 48: Los visitantes.
Capítulo 49: La salvación.
Capítulo 50: A cargo.
Capítulo 51: Lado sádico.
Capítulo 52: En la noche...
Capítulo 53: Entre la noche.
Capítulo 54: Siempre tuya.
⚠️ Nuevo IG ⚠️
¿Por qué desaparecí?
Cap 55: Nuestro comienzo.
Capítulo 56: La pelea.
Capítulo 57: Amor de a tres.
Capítulo 58: Huésped.
Capítulo 59: Revelando al monstruo.
Encuesta para mis angelitos 💕
Capítulo 60: El despertar del ghoul.
Capítulo 61: Elijo a ambos.
Capítulo 62: Última decisión.
Aviso: Internado ⚠️
Peguenme un tiro, digo volví 😂
Capítulo 63: Aquel día.
Capítulo 64: La mejor decisión.
Capítulo 65: Una noche desafiante.
Capítulo 66: Organizados.
Capítulo 67: Salvados.
Capítulo 68: El deshielo.
Capítulo 69: El final de la batalla.
Capítulo 70: Ira.

Capítulo 20: El demonio.

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By Poli_MDE

Maratón 2/3

¡SIIIIII AL FIN PUDE PUBLICARLO! Dios, Wattpad me hace sufrir 💔 no puede ser que tarde tanto en ingresar a la novela, ingresar al cap y publicar 😭

Bueno, como dije (en el aviso de mi muro) el internet está súper lento y es posible que acabará subiendo los caps a la madrugada (por ejemplo este), pero espero que les guste 💕💕💕

••••••••••••••••••••••••••••••••••

Abrí los ojos de golpe tomando una gran bocanada de aire como si me hubiese estado ahogando en el mar y me revoque en el suelo por el simple susto de no entender dónde estaba. Literalmente estaba desorientada y asustada pues a mi alrededor el olor a basura me daba náuseas y sobre mi cabeza, entre dos edificios a cada lado, ingresaba el brillo del sol mañanero.

¿Acaso estaba en un maldito callejón?

Me llevé la mano a la cabeza, ésta me daba vueltas como si hubiese acabado de bajar de un carrusel y a duras penas me puse en pie.

¿Dónde diablos estaba?

Caminé a tropezones hasta la salida del callejón y observé la calle frente a mí, todo era malditamente desconocido y cuando miré a mi costado, a un bar me pregunté si acaso había estado tomando anoche, lo suficiente para acabar durmiendo aquí, pero eso no me era ni remotamente familiar, sin embargo, un peculiar cartel llamó mi atención como ningúna otra cosa.

"Demons"

Fruncí la mirada y de repente, como si me hubiesen dado una cachetada mental, recordé lo sucedido la noche anterior, recordé el miedo, el dolor, la mordida y aquellos ojos violetas que aceleraron mi corazón del terror que sentí.

"Soy un vampiro" esas palabras impactaron en mí de tal modo que retrocedí como si quisiera escapar de algo que no me perseguía, y aún así tuve miedo de encontrarme con él.

¿Acaso podía ser real? ¿Un vampiro? No, no podía ser cierto, no debía pero... la mordida, el dolor, la sangre.

Me miré la camiseta y así como mis manos tenía grandes manchones de sangre seca que no hicieron más que darme pánico. Lo único que quería es que todo esto fuese mentira, que nada de esto hubiese ocurrido realmente.

Y sin más salí corriendo, no sabía si quiera a dónde iba pero solo esperaba poder reconocer alguna calle u objeto que me lleve de vuelta a casa. Así habré estado huyendo por unos veinte minutos, dando vueltas desorientada bajo la mirada acusadora de las personas a mi alrededor que no hacía más que juzgarme sin intensión de prestarme ayuda, hasta que al fin reconocí una casa como la mía, donde me había mudado con mis padres y sin pensarlo fui hasta allí.

Me paré en el pórtico y estuve a punto de tocar el timbre cuando recordé que estaba cubierta en sangre ¿Y qué les diría? ¿"Mamá, papá un vampiro me atacó"? No, eso era simplemente imposible, lo primero que pensarían es que asesiné a alguien y ahora estoy loca.

Así que maldije en voz baja, rodeé la casa e hice mi mayor esfuerzo por subir la muralla hasta el tejado y caminar de puntillas hasta mi ventana que por suerte estaba abierta, ingresé a mi habitación y aún un tanto mareada me quite la camiseta mientras raspé con ella las manchas de sangre esparcidas por mi piel.

Me quite las zapatillas y caminé descalza hasta la cómoda con espejo donde tenía mi maquillaje, perfumes, etc; me paré delante de tal mueble y al ver mi reflejo no pude comprender lo que contemplaba, había manchas de tierra y sangre por mi rostro, mi cuello lucía sangriento pero a pesar de ello donde debía de haber una mordida feroz por la cual casi morí aparentemente, en su lugar había unas delgadas líneas de cicatriz como si mi piel se hubiese regenerado al instante.

-¿Pero qué demonio?

Oí pasos acercándose y corrí a ponerme alguna otra camiseta de cuello tortuga que pueda cubrir las manchas de sangre, y apenas acabe de ponermela cuando la puerta se abrió para dejar a la vista a mi madre muy enojada.

-¿Dónde estabas?

Miré a mi alrededor desesperada buscando una excusa, aún no podía decirle "Me escape de casa y un loco vampiro en atacó".

-Yo...

-Tú papá muy enojado y yo también -me regañó, sé que a veces era gracioso ver a mi mamá molesta pero esta vez no fue así -Mírate ¿De dónde vienes? Parece como si estuviste en la guerra.

-Mamá puedo explicarlo.

-Bien, házlo, pero antes bañarte porque apestas ¿Okay?

Asentí y ella salió de mi habitación teniendo una expresión de molestia y asco que sí logró hacerme reír un poco, luego volví mi mirada al espejo y me pregunté ¿Cómo es posible que esté viva si cuando aquel psicópata me atacó sentí como si muriera?

****

-¿La casa de tus abuelos Tess? ¿Estás segura?

La rubia asintió mientras guardaba un par de blusas dentro de su bolso apoyado en la cama.

-Sí papá, quiero pasar tiempo con ellos, por lo menos uno o dos días.

-Pero hija yo no puedo ir tengo trabajo que hacer y...

La muchacha se volteó a ver a su padre, él estaba apoyado contra el marco de la puerta con una taza de té en las mano, si alguien más lo viera ni siquiera pensaría que fuese padre de lo joven que lucía para su edad.

-No te pido que vayas conmigo Pa, puedo ir sola.

-Sabes que tus abuelos no son muy cariñosos.

Ella se encogió de hombros, el verdadero motivo por el cual se iba a visitarlos era descubrir un poco sobre el pasado de su padre pues por alguna razón él se empeñaba en ocultarlo y luego de lo hablado sobre Wade no hizo más que plantar la semilla de la duda en su hija, ahora ella quería saber a toda costa porqué demonios debía de mantenerse alejada de aquel pelinegro y cuál era el motivo por lo que su padre se vio tan alterado.

-Yo los quiero igual -una vez terminado de armar su bolso, lo tomó en brazos y fue hasta su padre para darle un beso en la mejilla -Descuida, ellos no viven lejos de aquí, sé llegar perfectamente y cualquier cosa que sucede te llamaré para avisarte.

-Tessa no estoy seguro de que vayas.

La rubia sonrió con cariño, en sus ojos cafés había un brillo encantador como lo tuvo su tía alguna vez, lástima que no pudieron conocerse.

-No puedes vivir con miedo toda tu vida papá, ya no soy una niña, sé cuidarme sola -le dió una palmada al hombro y agregó como en broma -Quizás hasta deberías buscarte una novia, eres un sujeto guapo según mis profesoras y ciertas amigas.

Erick puso los ojos en blanco por un momento luego rió.

-Vete, pero apenas llegas me llamas para corroborar que estás bien.

Ella asintió y se despidió agitando la mano.

-¡Nos vemos luego Pa!

Erick se giró a verla correr hacia la salida.

-¡Cuídate mucho Tessa y no salgas de noche, mucho menos hables con desconocidos! ¡Y si alguien te acosa recuerda que en tu bolsillo está el gas lacrimógeno!

-¡Lo sé!

Una vez que Erick oyó la puerta cerrarse soltó un suspiro y bebió de su té.

De repente su teléfono celular sonó y se sorprendió de ver el número de Lucian en la pantalla, era muy extraño que éste lo llamara más de una vez en la semana.

-¿Hola? -atendió dudoso y por poco se le cae la taza al suelo cuando recibió la trágica noticia -¿Muerta? ¿Cómo puede ser eso posible -asintió tristemente ante la explicación del otro lado de la línea y miró hacia la salida -Sí, podré ir, pero será mejor que no le digamos a nadie, no quiero ser el centro de atención... Gracias por avisarme.

Al colgar bebió lo que restaba de su té y soltó un suspiro ¿Cómo era posible que Victoria esté muerta? Eso era algo casi imposible, la reina de los vampiros siendo abatida era algo que jamás se hubiese planteado.

¿Cómo debía de estar pasando estos momentos el alfa? Porque a pesar de haberse apartado de la manada para seguir su vida lejos del mundo sobrenatural, Erick aún así mantenía un gran respeto por Thomás.

****

Rory movía sus pies lentamente mientras su mirada permanecía baja y su padre, que estaba agachado ante ella la tomaba de las manos con suavidad sin dejar de mirar su dulce rostro.

-¿Entonces ella no volverá? -oír tales palabras le causaba una gran congoja al licántropo pero no era momento de sentirse triste porque debía de ser el pilar que sostenga a una manada y a su familia.

-No lo hará.

Los ojos azules de Rory se llenaron de lágrimas y sin poder evitarlo comenzó a llorar.

-Pero yo quiero a mami -sollozó bajando del columpio y abrazando a su padre por el cuello mientras éste la envolvía entre sus brazos con cariño -No quiero que se vaya.

-Lo sé cariño -le susurró mientras acariciaba su cabellera oscura de bucles medianos -Pero ahora ella está lejos, no podemos traerla.

-No papi, yo quiero estar con ella -le lloró la pequeña de rosadas mejillas -La extraño mucho.

Thomás cerró los ojos y la levantó en brazos para llevarla de vuelta a la casa.

-Yo también bebé.

Ser el líder de una manada, pertenecer a un triángulo de jefes, ayudar a elegir un nuevo líder para los vampiros, proporcionar seguridad al pueblo y ser padre de pronto se veía como el reto más difícil que había tenido hasta entonces.

****

Me senté ante la mesa de nuestra nueva cocina y la mirada fría de mis padres me llegaba hasta el alma haciéndome poner tan nerviosa que causar el mínimo ruido para tomar una rebanada de pan tostado me hacía temblar, y justo cuando le estaba por poner algo de mermelada mi padre habló con tal contundencia que la tostada se me resbaló y cayó contra la mesa.

-Te saliste de casa sin permiso.

-Quería recorrer el barrio -expliqué con voz temblorosa.

-No viniste en toda la noche.

-¿Recorrí tanto que me dormí? -sonreí tímidamente pero al ver como papá frunció aún más el ceño borre dicha sonrisa -Bien, me perdí pero ya estoy bien ¿Lo ven? Nada me pasó.

Extendí los brazos a cada lado como luciendome pero eso no les causó gracia a ninguno de los dos.

-¿Te parece una broma lo que haz hecho?

-Papá...

-Te doy una orden y tú la desacatas como si te mandaras sola ¿Acaso tienes dieciocho años? ¿Ya eres independiente? ¿Vives sola? ¿Te mantienes?

-Papá...

-Responde. -me ordenó y solo pude bajar la mirada, molesta por su exagerada actitud, aunque algo dentro de mí me decía que él tenía razón en estar molesto, después de todo casi me matan y eso no lo sabe -Estás castigada por dos semanas, no podrás salir a ningún lugar más que el instituto.

Abrí la boca para decir algo cuando mamá agregó.

-Tu nuevo uniforme está en el baño, ve cambiarte que en diez minutos tienes clases y no tienes permitido llegar tarde.

Mordí con molestia un pedazo de mi tostada y luego la deje caer sobre el plato de porcelana, hice a un lado la silla y me fui hacia el baño a pasos pesados.

-¡Hubiese preferido quedarme en el anterior pueblo, en mi casa! -exclamé en voz alta.

Entre al baño, éste era muy grande lo cual le daba un punto a favor a esta enorme casa, lo único malo fue ver qué sobre la mesa del lavado estaba mi nuevo uniforme escolar que consistía en una falda negras tableada, camisa blanca y una chaqueta negra con pequeños botones dorados más una ridícula corbata y largas medias hasta la rodilla de color negro con franjas blancas, además de los zapatos de charol negro que tanto odiaba.

-Fantástico -susurré con sarcasmo y lo tome todo bruscamente sin importarme que se arrugue.

****

Aiden cerró el casillero donde tenía sus útiles y apoyó la frente contra la fría superficie del metal, la idea de que su madre asesinara a Victoria no dejaba de molestarlo, si quiera si hubiese sabido de aquel plan podría haber intentado avisarles, quizás de ese modo la vampiresa sobreviviría y ahora por ello ni siquiera sabía si Rory estaba bien.

Se echaba la culpa porque aún habiendo tenido la posibilidad para ayudarlos no lo hizo y esa culpa no lo abandonaría hasta volver a estar en paz consigo mismo.

Sacó su teléfono celular del bolsillo de su chaqueta y vio que no había recibido llamada alguna hasta ahora ¿Acaso Miku aún no se había enterado de lo ocurrido? ¿Sería bueno decirle? Y fue entonces cuando se percató de que aún no la había visto ¿Dónde demonios estaba? ¿Y si le pasó algo la noche de vigilia donde los lobos rondaban?

De inmediato marcó su número y esperó por ser atendido con el corazón acelerado, no podía vivir sabiendo que ella también resultó herida, pero para su tranquilidad ella atendió.

-¿Aiden? -la oyó preguntar, se oía un poco molesta pero a salvo.

-Miku ¿Dónde estás? No te he visto por el instituto.

Se hizo un silencio momentáneo como si la muchacha no supiera explicar lo que sucedía y Aiden se preguntó ¿Qué pudo cambiar desde la última vez que la vio aparte del ataque a los líderes?

-Verás... No sé cómo explicar esto, paso muy repentinamente pero... -suspiró -Me mudé.

Aiden rió sin poder creerlo pero al no oír a Miku reírse preguntó ahora un poco preocupado.

-¿Cómo que mudarte? ¿A dónde?

-A otro pueblo.

-¡¿Qué?! ¿Te haz ido?

Mientras tanto Miku quién no tenía idea de cómo explicar todo se llevó una mano a la cara y respondió con pena.

-Mi papá fue transferido en el trabajo y nosotros debíamos de mudarnos también, todo fue muy pronto, apenas me avisaron unas horas antes de hacer la mudanza. Te lo hubiese dicho pero no pudiste ir a mi casa aquella vez ¿Lo entiendes?

-Te mudaste.

-.

-Yo... ¿Cómo...? -Aiden de cubrió los ojos con una mano y suspiró cansado -Bien ¿Y cómo estás con ello?

-Pues ¿Qué te digo? Fui movida de un lugar a otro sin tiempo para pensar y para peor ahora estoy castigada, digamos que mi estadía aquí no comenzó con el pie derecho.

-¿Castigada? -le preguntó a su amiga.

-Larga historia -respondió ella -Me tengo que ir, tengo que acudir a clases y para peor aún no he acabado de ponerme el ridículo uniforme que me obligan a utilizar.

Aiden sonrió.

-Si es ridículo te va perfecto.

-Idiota -lo regañó aunque pudo oírla reír y luego colgó.

Al parecer Miku no sabía nada de lo ocurrido y por el momento era mejor tenerlo así ya que no valía la pena meterla en este problema siendo que ahora vivía lejos. Era mejor apartarla lo necesario de este mundo sobrenatural antes de que se encontrará con ello.

****

La puerta fue golpeada y Liam que estaba sentado en los últimos peldaños de la escalera que llevarían al primer piso, se puso de pie y fue él quien abrió para encontrarse al otro lado a su tío quien vestía un elegante traje en negro y junto a él venía su esposa una pelirroja de hermosos ojos verdes.

-Vaya, cada día estás más lindo -dijo la mujer de aparentes treinta y tantos años.

Liam rió un poco avergonzado.

-Gracias tía -y observó el vientre prominente de la hermosa mujer -¡Wooh! ¿Cuántos bebés tienes ahí?

Lucian le sacudió el pelo a su sobrino y lo hizo a un lado para que pudieran ingresar.

-¿Dónde está tu mamá?

-Amy está en la cocina.

Liam sintió la mirada dura de su tío él y se volvió a verlo, los ojos verde musgo de Lucian eran igual de impresionantes que los de su hermana Naomi.

-Tu mamá -le remarcó.

El castaño volteó los ojos e ignoró del todo a sus tíos para ir directo hacia la cocina mientras Sasha le daba una mirada comunicativa a su esposo.

-Es un hueso duro de roer.

-Un rebelde.

Sasha rió y apoyó su mejilla en el brazo del hombre a quien ama.

-No te enojes, es solo un niño y tú tendrás uno con el que vas a vivir situaciones así.

Lucian tomó con suavidad el rostro de la bella mujer junto a él y la besó con cariño.

-Yo espero que no sea tan rebelde cuando lleguen a la misma edad que tiene Liam.

-De cierto modo me recuerda a Austin -comentó Sasha siguiendo el camino por donde se fue Liam y Lucian fue tras ella -Cuando lo conocí era igual de insolente que él, pero se ve que en el fondo es amable.

-Muy, muy en el fondo -agregó Lucian.

****

Tessa llegó a casa de sus abuelos y fue recibida con mucho cariño aún que también sorpresa, ninguno se imaginaba ver a su nieta aquel día y mucho menos que viniese sola pero sospecharon de que quizás Erick tuvo algo realmente importante que hacer sino no la hubiese dejado, él era a veces un dolor de cabeza sobreprotector.

La rubia dejó su maleta sobre el sofá y paseo un poco por la casa para no verse muy sospechosa, sin embargo su objetivo la llamaba y no deseaba perder el tiempo ni un segundo más.

-Pequeña ¿Por qué no te sientas a tomar algo de té con unas galletas? -le preguntó su abuela, era una mujer muy amable y que siempre tuvo una sonrisa para su nieta.

-Claro, claro -Tessa vio a su alrededor, a los marcos de fotografías que decoraban la sala de estar, fue hacia uno de ellos y se detuvo ante la fotografía de una joven pelinegra que vestía de porrista -Abuela ¿Puedo pedirte algo?

La mujer asomó la cabeza por el marco de la puerta desde la cocina y asintió mirando a su preciosa nieta de ojos cafés que traía entre manos una fotografía de su madre.

-Dime cariño.

Tessa se preguntó una vez más si aquello que iba a hacer estaba bien o era todo una locura, pero aún así sabía que si no se animaba se podría llegar a arrepentir por mucho tiempo.

-Yo... quería saber si podía subir... al ático.

Melanie, como se llamaba su abuela, abrió los ojos en grande mientras un sensación de soledad le acariciaba el corazón pues en aquel ático permanencia guardadas todas las pertenencias de su difunta hija a la que tanto amaba.

-¿Estás segura? -ingresar a ese lugar podía llegar a ser todo un reto para la muchacha y su abuela lo sabía.

Tessa decidió no dudar y asintió con la barbilla en alto aunque dentro de su ser temía a lo que podría pasar.

-Estoy segura.

Fue entonces cuando Joseph, el abuelo de Tessa, que estaba junto a su esposa en la cocina cruzó junto a ella para ingresar a la sala de estar y acercarse de inmediato a su nieta para luego tomarle la mano y depositar en su palma una llave.

-Entonces puedes ir, pequeña.

****

Mi nuevo instituto era mucho más grande de lo que creí y tenía pinta de edificio realmente antiguo, sus paredes estaban maltratadas por los años pero los instructores de aquí supieron mantenerlo en buen estado después de todo. Tenía hermosos detalles de los pilares que sostenían aquel techo sobre las grandes puertas de la entrada y sus ventanas relucían hermosos cristales pintandos por posiblemente los alumnos de artes.

Me despedí de mi padre en la entrada al campus y recorrí mi camino en silencio sin saber a donde debía ir exactamente. Odiaba el hecho de haberme mudado luego de que las clases empezarán, ahora todo el mundo me vería como la nueva y no tenía mucha paciencia para soportar a las personas molestas.

Di un par de vueltas buscando la oficina del rector pero al no hayar nada y ver cómo cada quien ingresaba a su respectiva aula yo comenzaba a enfadarme, ni siquiera tenía idea de cuál era mi maldito casillero y no podía dejar que me pusieran ausente en la lista de alumnos en mi primer día.
De repente vi a un par de chicas que aún no acudían a la llamada de ingreso y corrí a su encuentro antes de que se fueran.

-Disculpen -la voz me tembló y maldije mentalmente por ello, no quería verme tímida o débil, yo no era así -¿Podría hacerles una pregunta?

Ellas aparentemente eran un año menor que yo y me vieron como si fuese un bicho raro pero aún así me sonrieron por compromiso.

-Sí ¿Qué necesitas?

-Debo retirar mis horarios de clases y mi llave de casillero pero no tengo idea de dónde pedirlo -dije y agregué por si no de entendía -Es que soy nueva.

La mirada superior de las chicas se apaciguó y me vieron con más comprensión como si fuese un perrito perdido.

-Ah, debes ir a la oficina del consejero escolar -dijo una rubia, aparentemente la líder -Esta al final del pasillo de la izquierda.

Le sonreí sin poder creerlo, al fin algo bueno.

-Descuida, él también es nuevo y sabrá comprender tu situación -dijo una morena a mi lado -Además parece conocer cada rincón de aquí, aún siendo novato.

-Oh genial, muchísimas gracias -les dije y emprendí una rápida caminata hacia allí.

-Mándale un saludo de nuestra parte a ese bombón -me dijo la tercer chica.

Con ello supe que el consejero debía de ser una persona atractiva pero me pregunté ¿Como unas chicas podían ver sexy a alguien mayor? Bueno, yo creo que ha de tener cincuenta años, pero no lo sé aún, quizás solo estoy juzgando.

Acorte la distancia que había entre la oficina del consejero escolar y yo, una vez que estuve ante su puerta golpeé insistentemente, necesitaba ingresar a clases de inmediato si quería ser tomada en la lista de presentes y por suerte del otro lado de la puerta caoba alguien respondió.

-Pase por favor -su voz varonil se me hizo sutilmente conocida pero no me percaté de nada, ingresé rápidamente sin mirar y cerré la puerta tras de mí.

La sorpresa me llegó como balde de agua fría cuando ante mí, sentado al otro lado del escritorio, con una pose de seguridad y superioridad que enojaba estaba aquel sujeto, el de ayer.

"El vam... Ni siquiera puedo pensarlo"

Él también resultó sorprendido al verme, abrió los ojos solo un poco pero su semblante no cambió mucho. Traía una camiseta mangas cortas negra y su cabello rubio oscuro todo revuelto de una manera prolijamente desprolija; debía ser imposible que alguien se vea bien de ese modo pero él podía.

Tenían razón esas chicas, ahora que lo veía ante la luz del día admitía que era exageradamente guapo, como si fuese de mentira, sin embargo en su mirada había malicia.

-Tú -murmuró y llevó ambas manos detrás de su nuca.

-Vampiro -deje escapar las palabras sin poder creerlas yo mismas.

Y en aquel semblante de chico malo se dibujó una sonrisa de lado, atrapante, atractiva y cruel.

Era un demonio.

El demonio de ojos azules más lindo del mundo.

-¿Por qué no estás muerta?

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