Lo miro asombrada con una sonrisa en los labios. Me acomodo sobre el sillón mientras mis ojos no se despegan de él.
—Hay que dejar en claro que fue por mí. —Aclaro, sonriendo enormemente con burla.
Se reincorpora en el sillón y me encara.
—¿Y qué? ¿Cual es el problema con eso?
Resoplo. —El problema, Shawn, es grande. —Comento, moviéndome como si acabara de escuchar algo de último momento. —Grandísimo. —Repito. —Shawn Mendes ha tenido una erección causada únicamente por mí.
—Ya, Sam, basta. —Se levanta y se va.
—Heyyyyy.... No te vayas. —Lo sigo hasta la puerta de su casa. Me río a medias hasta que se gira hacia mí. Me vuelvo sería.
—No. Tú te vas. —Ahora él sonríe y abre la puerta. Hace un movimiento con la mano, indicándome que me vaya.
Abro la boca. Eso es completamente grosero de su parte. Me coge de los hombros y delicadamente me empuja hasta salir de su casa.
—Shawn. —Apoyo mi peso en una pierna y lo miro seriamente.
—¿Que? —Se burla. —Es mi apartamento. Puedo botarte si así lo quiero.
—No tengo donde quedarme. —Me cruzo de brazos frente suyo y lo miro obvia.
—Pues vete a un hotel.
—Eso es grosero.
—Nos vemos. —Esboza una sonrisa malévola y cierra la puerta en mi cara.
—¡Mis cosas están ahí! —Grito.
—Lo siento, Shawn no se encuentra en casa. —Escucho desde dentro del apartamento su voz y luego una pequeña risa.
Ruedo los ojos y un suelto un bufido con fastidio.
¡Genial! Solo llevo mi iPhone y diez dólares en el bolsillo. ¿Como demonios se sobrevive así?
—¡Shawn! —Golpeo la puerta en un intento de hacerlo recapacitar. —¡Voy a morir de hambre y frío y tú serás el culpable de mi muerte!
Espero unos segundos a que si quiera responda, pero nada ocurre y vuelvo a intentar.
Golpeo la puerta con la mano un par de veces más, fallando en el intento.
—¡Bien! ¡Les diré a todos que tuviste un erección...! ¡Y que la razón fui yo! —Grito a todo pulmón por última vez, algo molesta. Pero me doy cuenta de mi grandísimo error cuando escucho el sonido de una puerta ser abierta.
Hay una anciana detrás mío. Es la vecina de Shawn. Me mira de manera extraña y creo que molesta. Se mete a su casa sin decir nada tirando la puerta.
Me doy por vencida y doy media vuelta para ir al elevador. Presiono el botón y las puertas de cierran. El timbre suena cuando ya he llegado al primer piso y salgo del ascensor.
Le sonrío al portero. Éste me hace reverencia con la mano y abre la puerta del edificio con un botón.
—¿A que hora va a volver?
—Uhm, aún no lo sé. Probablemente sea mañana en la mañana. Pero por favor me avisa si es que el señor Mendes sale.
—De acuerdo, nos vemos.
—Nos vemos, gracias. —Le sonrío amablemente y salgo del edificio.
Me quedo parada con las manos dentro del bolsillo de la sudadera. El frío me congela el cuerpo a pesar de que estoy con doble media y zapatillas.
Camino sin rumbo hasta que recibo una llamada. Con las manos congeladas y temblando, cojo el teléfono y contesto.
—¿Hola?
—¿Señorita Downey?
—¿Si?
—¿Como está? Soy Ana Stanford, directora de Calvin Klein. Hace un par de semanas estuvimos buscando a una nueva cara para la nueva línea de ropa interior. Y tengo entendido que el señor Shawn Mendes y usted son muy cercanos. Me gustaría ofrecerle esta oportunidad para trabajar con nosotros en la campaña. Estaríamos-
—¿Quieren que trabaje con ustedes? —Interrumpo de golpe algo sorprendida.
—Si. Estaríamos empezando la siguiente semana.
—Uhm... ¿Me podría explicar cómo sería todo eso de... uhm... del trabajo?
—Si, por supuesto. —Dice con voz dulce. —Empezaríamos el martes. Es en la mañana, pero toma bastante tiempo la sesión de fotos y usted estaría acompañada del señor Mendes.
—¿Se refiere a posar con él?
—Exacto.
—¿Le puedo devolver la llamada más tarde? Es que ahora estoy ocupada.
—Si, por supuesto. Se puede comunicar conmigo hasta el viernes para confirmar.
—Está bien. Gracias. —Cuelgo y meto mi iPhone dentro del bolsillo trasero de mi pantalón inmediatamente.
Sigo caminando hasta llegar a un parque, y tomo asiento en una de las bancas. Un par de minutos después, empieza a llover. Son las cuatro y veintiséis pero el cielo está empezando a oscurecer. Me pongo la capucha, cubriendo mi cabeza del agua, aún así, las gotas mojan mi cuerpo. Me cruzo de piernas sobre la banca y saco mi teléfono. Reviso mi Twitter por un rato. Veo tweets en los que me etiquetan varias fans de Shawn y algunos comentarios antiguos.
Presiono para twittear algo nuevo y escribo algo etiquetando a Shawn.
Samantha Downey
@samanthadowney
@ShawnMendes me dejó afuera del apartamento bajo la lluvia 😶Mal amigo
Pongo publicar y al cabo de unos segundos, varios comentarios empiezan a llegar. Shawn me responde también con un emoji de corazón.
Le marco a su celular, pero no me contesta. ¿Cómo se atreve a no contestarme el teléfono?
La bocina de algún carro se escucha y me hace sobresaltar. Levanto la cabeza y alcanzo a ver un jeep negro acercarse.
Se estaciona frente a mí y baja la ventana hasta que veo el rostro del inútil de mi amigo.
—Oh, ¿te compadeciste? —Alzo una ceja y lo mira seria, cruzándome de brazos.
—Entra antes que me arrepienta. —Hace un gesto con su cabeza para que me meta con él.
—Esperaba que vinieras a pie, todo mojado y me confesaras que estabas enamorado de mí. —Me burlo.
—Samantha. —Advierte.
—Viejo gruñón. —Murmuro mientras me pongo de pie y acomodo mi capucha mientras camino hacia el Jeep.
Entro a la camioneta y tiro la puerta al cerrarla.
—Cuidado.
—Como te atreves a venir a recogerme en el Jeep cuando tienes un auto de lujo en casa.
—No hay ninguna ocasión especial. ¿Por que lo utilizaría?
—Porque me estás recogiendo. A mí. Duh. —Digo obvia.
—Exactamente. —Dice bajo. Capto lo que ha dicho y le doy un golpe en la pierna.
—La próxima vez voy a golpearte las bolas, a ver si así te excitas también. —Bromeo.
—Ya deja ese tema.
—Te dije que no lo iba a olvidar. Voy a atormentarte con eso por el resto de tu vida. —Advierto y Shawn arranca.
En mitad del camino, recuerdo la llamada que tuve temprano. Esa tal Ana no sé qué.
—Lo había olvidado. Una tal Ana me llamó. Dijo que era no sé qué de Calvin Klein y querían trabajar conmigo.
—Pues de nada. —Responde con simpleza sin quitar la vista del frente.
—¿Tú los llamaste? —Estoy sorprendida.
—Les hable sobre ti, y sobre quién eras. Me dijeron que para el próximo proyecto que tuvieran, iban a contactarte.
—Sabes que posaré contigo, ¿no?
—¿En serio?
Asiento. —Sip.
—Pues prepara tu bello culo, que te voy a ver en ropa interior. —Dice. Le doy un golpe en el brazo esta vez y él solo se carcajea.
—No que no me hayas visto hasta desnuda ya, pero bueno. —Murmuro.
(...)
—Hogar, dulce hogar. —Suspiro en cuanto me tiro al sillón. Shawn cierra la puerta y se gira verme.
—No te ilusiones. Esta es mi casa.
—Cierra la boca. —Le digo molesta y me paro. —¿Tienes hambre? —Pregunto desde la cocina.
—Por supuesto. ¿Qué vas a preparar? —Dice emocionado. Viene a la cocina y se apoya en la isla de mármol, mirándome.
Me río por lo que acaba de decir.
¿Yo? ¿Cocinando? Pff... Por favor.
—Eres un chistoso, Shawnie. —Cierro la nevera y saco mi celular de mi bolsillo. —Voy a pedir pizza. —Lo muevo frente a él con una sonrisa obvia
—Gorda. —Espeta y se cruza de brazos sobre la mesa. —Comes pizza todos los días, ¿no te cansas?
—¿No te cansas de respirar? —Ataco.
Él bufa y esboza una media sonrisa. —Ven acá.
Me río inocentemente y me acerco. Tomo asiento sobre sus piernas mientras él envuelve mi cintura con sus grandes manos y acerca su rostro al mío.
—¿Por qué eres tan sexy? —Me quedo mirándolo a los ojos en cuanto digo eso. Más parece una queja que una pregunta.
—¿Por qué eres tan extremadamente caliente? —Se muerde el labio inferior.
—Qué poco creativo eres. —Me burlo.
—Está bien, déjame intentar otra. —Sonríe y pone cara de pensativo. —Como te quiero follar, Samy.
Medio sonrío y me muevo un poco sobre él.
—Como te la quiero chupar.
—Está bien, tú ganas. —Sonríe de nuevo y saca su iPhone del bolsillo. —Solo una foto.
—¿Quién me crees? —Lo miro divertida y desbloqueo su móvil. Entro a Instagram, tomo varios boomerangs de mi cara y las subo a su historia.
Le devuelvo su teléfono y él lo pone sobre la mesa. Me mira con una sonrisa coqueta y se acerca su cara a la mía.
—Me dejaste excitado. —Dice en forma de queja.
—Es la segunda vez. —Sonrío. —¿Necesitas ayuda?
—Si, por favor. —Me levanto de él y espero a que se acomode. —Por eso eres mi mejor amiga.
—Con derechos.
—Con derechos. —Asiente. Meto mi mano entre sus pantalones y empiezo a moverla. La expresión de su cara cambia repentinamente a una de satisfacción.
—Literalmente te estoy masturbando. —Me río.
—Mm... y si que lo haces bien, nena. —Dice con la voz ronca y con los ojos cerrados, disfrutando mis toques. —¿No quieres mejor tenerme dentro de ti?
—No, Shawn. —Termino de complacerlo y retiro mi mano de su ropa interior. —Dejaste semen en mi mano.
—¿Por qué te lo limpias? ¿Sabes cuán excitado me dejarías si te lo tragas?
—Eres un asqueroso. —Cierro el caño y me seco las manos. Voltea a verlo con una mueca de diversión.
—¿Qué? —Pregunta inocente. El sonido de su risa inunda la cocina.
(...)
Domingo a media noche ya estoy lista. La habitación ya está ordenada y hasta me he ofrecido a ordenar el closet de mi amigo.
Doy una última mirada a su dormitorio y salgo con mi maleta en mano.
La arrastro hasta la sala de estar. Shawn está sentado en el sillón viendo la televisión y tomo asiento a su lado.
—¿Y Jake?
—En media hora llega.
—¿No podemos ir solo nosotros y que él nos dé el encuentro en el aeropuerto? —Pregunto. Pero Shawn gira su cabeza hacia mí y niega.
—Nunca me deja salir sin venir conmigo. Créeme, ya lo he intentado.
Dejo salir un quejido de mi garganta y recuesto mi cabeza sobre sus piernas.
—Estoy aburrida. —Levanto un poco la cabeza para mirarlo.
—Siempre. —Recalca. Baja un poco la cabeza.
—Pues tú nunca me diviertes. —Digo sin pensar, pero al parecer, Shawn le encuentra doble sentido a mis palabra y sonríe coqueto.
—¿Quieres que te divierta? —Cuestiona levantando una ceja y me mira divertido.
—No me refería a eso. —Por alguna razón me carcajeo. Me recompongo y me pongo de pie. —Contigo nunca se puede decir algo sin que lo tomes de otra manera.
—Solo contigo, nena. —Me guiña un ojo y estira su brazo para coger mi mano. —¿A donde vas? —Pone cara de perro y tira de mi mano ligeramente.
—Lejos de ti. —Bromeo.
—Noooo... Quédate. —De un tirón, me sienta sobre sus piernas y empezamos a besarnos con desesperación. Me besa el cuello y baja tratando de meter su cabeza entre mis pechos. Me ayuda a sacarme la camiseta y lo tiro por algún lado de la sala. Me coge la cintura, sus manos están frías y me provocan una pequeña corriente eléctrica cuando me toca. No me separo de él e intento quitar su camiseta. Él me detiene, lo miro confusa y recuesta su cabeza sobre mis pechos. Su respiración es caliente, murmura algunas cosas que no logro entender y sus labios empiezan un camino sobre mí.
Cierro los ojos disfrutando de lo que me hace. Enredo su cabello en mis dedos y me acerco más a su cuerpo. Tiro la cabeza para atrás sujetándome de su cuello. Shawn deja de besarme los pechos y lleva sus manos a mi espalda para deshacerse de mí sujetador. Se las arregla para recostarme en el sillón y ponerse sobre mi. Mi sujetador vuela en el aire, cayendo en algún lado.
Ataca mis labios desesperadamente mientras, de golpe, mete su mano en mi pantalón y empieza a manosear mi zona femenina. Siento sus dedos adentrarse en mí. Suelto un par de jadeos en lo que disfruto de sus movimientos.
Shawn de ríe y saca su mano de mí. Abro los ojos y lo miro expectante. ¿Por qué se detuvo?
—¿Me quieres dentro de ti? —Asiento excitada, esperando a que se saque los pantalones y me penetre cómo nunca lo había hecho.
Pero no lo hace. Solo se levanta con una sonrisa traviesa y toma asiento en la otra esquina del sofá, dejándome con ganas y excitada recostada sobre el mueble.
—¿En serio? —Digo mientras me reincorporo y lo miro de mala manera.
Shawn está centrado en su celular. Levanta la vista hacia mí y habla.
—Jake está abajo. Vamos. —Hace un seña con la cabeza, indicándome que me paré. Yo aún sigo medio desnuda.
—¿Quieres baje así? —Alzo una ceja, esperando que me pase mi ropa, pero no lo hace. Se queda de pie cerca al sofá, observándome con seriedad.
Me paro y doy un par de pasos hasta llegar a él. Acerco mi cuerpo al suyo, cojo sus dos manos y las llevo a mis pechos. Shawn parece no resistirse, y empieza a manosearlas de nuevo. Entonces yo meto mi mano en sus pantalones y hago lo que a mí mejor amigo le encanta.
—Sam...
—Sabes muy bien que te gusta. —Susurro en su oreja de forma coqueta. Al menos he hecho que se olvide del viaje por unos momentos.
—Me encantas. —Baja su cabeza hasta apoyarlas en mis pechos desnudos. —Dios mío. —Dice en forma de queja, mientras que se le escapan algunos gemidos de placer.
La expresión de su cara es tan satisfactoria que de hasta solo verlo, me prende de alguna extraña manera.
—Vamos. —Termino con su gran amigo ahí abajo y retiro mi mano. Recojo mi ropa, me visto y me coloco mi abrigo.
—Sabes muy bien como complacerme, nena. —Dice antes de salir.
(...)
El aeropuerto está ligeramente vacío. Y es bueno, más que bueno. Al menos no tendríamos que lidiar con los fans de Shawn. Y no es que me moleste, pero estaba algo cansada. Eran al rededor de las dos de la mañana y aún faltaba como una hora para partir.
Del team, solo Jake estaba presente. Pero va a irse apenas abordemos el avión porque tiene cosas pendientes que atender y no podrá venir con nosotros.
De alguna manera, eso es bueno, voy a poder tener más tiempo con Shawn sin que él nos prohíba hacer algunas cosas como usualmente lo hacia.
Solo digo. 🤷♀️
—Ahí vienen dos más. —Le aviso al castaño sentado a mi lado. Siento un codazo en mi costilla derecha. Arrugo la frente confundida, pero adolorida, y miro a Shawn sin poder creerlo. —¿Que diablos fue eso? —Exijo saber. Desafortunadamente, unas sonrientes chicas nos interrumpen.
—Disculpa, ¿podemos tomarnos una foto contigo? —Pregunta una de ellas.
—Claro, linda. —Shawn se levanta de su silla sin dudarlo ni un segundo, y me arroja su celular en las piernas, como si fuera de lo más normal.
Se toma una foto con cada una de ellas, y vuelve a su asiento después de darles un abrazo.
—Sam, ¿crees que nos podamos tomar una foto contigo también? —Piden esta vez.
—¿Por qué no? —Una sorprendida pero disimulada yo, asiente con una sonrisa. —Gracias, nos vemos. —Le devuelvo el móvil a la chica y ambas se van despidiéndose de Shawn y de mí.
—Mira tú, ya se te está cumpliendo el sueño de ser famosa. —Se burla el castaño.
—Cierra la boca. —Replico y agarro su celular de mis piernas para ponerle la contraseña. Entro a su galería y reviso sus fotos desde el principio. —¿Aún tienes esto? —Cuestiono mostrándole la pantalla. Era yo, y salía de lo más fea, y no sé cómo Shawn se atrevía a tener ese virus en su teléfono.
—¿Por qué no? Te ves tierna. —Se ríe un poco y me quita su iPhone de mis manos. —Tengo está también. —Pone su celular en mi cara y casi me atraganto cuando lo veo.
—¿Como te atreves, Shawn? —Digo rápidamente. Mi rostro está probablemente rojo de la vergüenza, y mi orgullo ha quedado pisoteado.
Shawn Mendes tiene una foto mía desnuda.
Intento arrancharle el teléfono, pero es más rápido que yo y lo esconde detrás de su espalda. Me estiro sobre él, y con mi brazo intento alcanzar su mano, pero es imposible. Shawn es más grande que yo, y por supuesto, sus brazos son más largos que los míos.
—Shawn. —Reniego. ¿Como se atrevía ese imbécil a hacerme eso? ¿Y así ya se lo había mandado a sus amigos? ¿Y si ya todos lo habían visto? Oh por Dios, esto es terrible. Algo dentro mío se removió. Tenía ganas de golpearlo y llorar al mismo tiempo.
Escucho sus carcajadas a mi lado. Me giro a verlo, y solo se ríe como si todo fuera un chiste. A ver que hace cuando todo internet tenga una foto de su miembro.
—No te preocupes, Sam. Además, sales bien. Eres sexy.
—¿Crees que eso me hace sentir bien? —Pregunto enfadada.
—Tranquila, nadie más que yo lo ha visto. —Me asegura tranquilamente. —No podría dejar que alguien más disfrute esta joyita.
—Hablo en serio. ¿Como conseguiste eso? Yo nunca en la vida me he tomado ese tipo de fotos.
—Bueno, tú no, pero yo si. —Se encoge de hombros regalándome una sonrisa inocente. Lo miro con cara de asesina y posiciono mi mano en su rodilla.
—Te juro que me voy a vengar, Shawn —Digo apretando con todas mis fuerzas su pierna. —No te quejes después si por alguna casualidad de la vida, se filtra una foto de tu pene. —Sonrío con inocencia, tal como él lo había hecho anteriormente, y me levanto de mi asiento.
Varias horas después, ya estamos aterrizando en Nueva York. Son como las nueve de la mañana, pero yo me muero de sueño y hambre.
—¿Donde están tus maletas? —Observo la cosa girar, pero no veo ningún estuche de guitarra o alguna maleta parecida a las nuestras.
—Sam. —Shawn dice mi nombre y le presto atención. Me mira seriamente, pero no lo entiendo. —Las maletas de nuestro vuelo están allá. —Señala el otro carril y lo único que hago es sonreír de forma inocente.
—Ya lo sabía. —Digo y me voy corriendo hacia el otro lado para evitar que diga algo más.
Ay, que vergüenza.
Cuando ya hemos recogido nuestras cosas, nos vamos para el hotel. No se nos dificulta salir, pero si al llegar. La camioneta negra blindada tampoco hace de mucha ayuda, ya que la gente inmediatamente se da cuenta de que alguien importante ha llegado. Todos los fans nos rodean y no podemos bajarnos. Jake no está, y no logro ver a nadie de seguridad acercándose.
—Llama a Andrew. —Le digo a Shawn.
—Eso estoy haciendo. —Veo que se coloca el teléfono en la oreja y espera a que conteste. —Andrew, necesito ayuda. Acabamos de llegar, pero no podemos salir. Hay demasiada gente rodeando la camioneta y de verdad necesito ir al baño. —Menciona la última parte medio desesperado y yo no puedo evitar dejar salir una carcajada.
Mi amigo me mira con mala cara después de haber colgado el teléfono. No es mi culpa que me causara gracia lo que dijo. Quien diría que Shawn quería mear ahora mismo.
—¿Quieres una ayudita allá abajo? —Bromeo.
—A menos que quieras tragarte mi pipí, no gracias.
—Eres una asqueroso. —Menciono con una mueca de disgusto. Shawn empieza a reírse, pero su risa cesa cuando su móvil empieza a sonar.
Lo cojo antes que él lo haga y miro el contacto.
—Heeeey. —Saludo con un tono de voz dulce. —Sip, pero ahora no está disponible porque está conmigo... ay, supéralo, él me quiere más a mí. Adioooos. —Corto y miro al castaño con una sonrisa inocente. —Era Brian. Pero no era nada importante. —Me alzo de hombros y le entrego su iPhone.
—Tú que sabes si era algo importante o si necesitaba un favor. No lo dejaste ni hablar.
—Siempre te llama para decirte cosas sin sentido. Además, siempre lo ves, no le va a pasar nada por una vez que no le contestes.
—Está bien, pero, ¿quién dijo que yo te prefería a ti? Brian en mi mejor amigo, es, creo, la persona a la que más quiero.
Me inclino un poco hacia adelante y me subo sobre las piernas de Shawn. Coloco mis brazos alrededor de su cuello y acerco mi rostro al suyo.
—No creo que Brian pueda hacerte las cosas que yo te hago. —Le digo en su oreja. —Así que no me lo creo. —Paso mi lengua por su lóbulo y la deslizo por su mejilla lentamente hasta llegar a sus labios.
—Deja de hacer eso, Sam. —Coloca sus manos sobre mi cintura antes de que yo muerda su labio inferior.
—Solo admítelo. —Pido, y empiezo a moverme sobre su miembro para ablandar a Shawn un poco.
Éste cierra los ojos fuertemente y trata de contener sus expresiones.
—E-esta bien. —Su respiración se vuelve un poquito agitada.
Repentinamente siento algo chocar contra mi zona femenina.
—Mierda. —Digo en voz baja. Shawn también maldice, pues la situación nos ha afectado a ambos. —Lo siento. —Hago una mueca.
—No puedo bajar así, Sam, tienes que hacer algo. —Suena algo preocupado.
—Tenemos que esperar a que Andrew llegue. —Digo calmada.
—Tengo una mejor idea-
—No vamos a tener sexo aquí. —Lo interrumpo.
—Ya lo hemos hecho antes. —Ruega.
—No. —Vuelvo a decir y me bajo de sus piernas.
—Agua fiestas.
—Mi respuesta sigue siendo no, Mendes. —Canturreo y Shawn bufa. Justo después de que acomode mi cabeza sobre la puerta para dormir, ésta se abre y yo casi me caigo de espaldas.
—Señorita, ¿está bien? —Un chico vestido con traje negro me pregunta preocupado.
—Si, gracias, no se preocupe.
—Lo siento mucho, no la había visto.
—Está bien, no se preocupe. —Vuelvo a decir. Cuando alzo la mirada para verle la cara, me quedo plasmada por su belleza.
Era extremadamente sexy. Quizá tenía unos veinte años, o tal vez era mayor que Shawn, pero aún así, ese chico estaba para comérselo.
Shawn se baja después mí y viene otro hombre de seguridad para ayudarnos a pasar.
Finalmente entramos al hotel y el tipo grande de seguridad se va con el chico lindo de seguridad.
—Deja de mirar su trasero.
—No puedo, el chico tiene un lindo trasero.
—¿No deberían los tipos de seguridad ser todos grandes y no todos flacuchos como él?
—¿Celoso? —Me burlo. —Además, tiene tu talla.
—¿Tanto me miras que hasta ya te sabes eso? —Contraataca.
—No lo voy a negar. —Me aguanto una sonrisa y paso por su lado para ir a recepción.
—Buenos días. ¿En que la puedo ayudar? —La mujer me saluda con una inmensa sonrisa.
—Buenos días. Tengo una habitación reservada a nombre de Shawn Mendes. —Pido amablemente y la señora tipea algo en el computador.
Un brazo me rodea los hombros provocando que me asuste. Veo ese reconocible tatuaje y me calmo al instante. Escucho su risa burlona y bufo por lo molestoso que es.
—Habitación 702. Que tenga una bonita estadía con su pareja.
—Oh, no somos par- —Intento corregir, pero Shawn es más rápido.
—Claro que si. Gracias. —El castaño agarra la llave sonriente y se da la vuelta para marcharse.
—No era necesario que trajeras tu guitarra. —Digo una ves que ya estamos en el elevador.
—Yo llevo a mi bebé a todos lados.
—Pensé que yo era tu bebé. —Me hago la ofendía y lo miro esperando una reacción.
—No te creas tan especial. —Responde simple.
—¿Recuerdas al lindo chico con un culo asombroso? Creo que voy a pedirle para salir.
—Ok, ya entendí. Estás celosa. —Me mira con obviedad.
—¿Celosa? Por favor. Hablo en serio. —Me encojo de hombro y le sonrío.
El timbre suena y las puertas de abren. Salimos del ascensor y buscamos la habitación que nos habían indicado.
Shawn desbloquea la puerta y entramos. Es grande, se ve cómoda y tiene una sola cama.
—Dormirás en el piso. —Es lo primero que digo antes de dejar mi equipaje en el suelo.
—Yo pagué. Yo escojo. —Dice retador.
—Ya lo veremos, Shawncito.
(...)
—Shawn, despierta. —Empiezo a mover a mi amigo de un lado a otro, esperando a que diera una señal de vida.
Quejidos roncos salen de su garganta y lo agito más para que abriera sus ojos.
—Déjame, Sam. —Dice con la voz ronca y se gira para el otro lado.
—Levántate, tenemos que irnos en una hora. —Sigo insistiendo. —Shawn. Shawn. Shawn. Shawn. Shawn. Shawn. Shawn. Shawn. Sha-
—Ya, mujer. —Dice de mala gana, pero termina haciéndome caso. —Pesada.
—¿Me estás diciendo gorda? —Grito en su dirección, ofendida, mientras camina hacia el baño.
—¡Si! —Grita de vuelta antes de tirar la puerta.
Me arreglo mientras espero a que Shawn se digne en salir del baño. Me visto con un jean y un top de manga corta y agarro mi teléfono para perder el tiempo.
—Ooh la la. —Digo al ver a un Shawn con solo una toalla alrededor su cintura saliendo del baño. Dejo mi móvil sobre la cama y me levanto para acercarme a él. Rodeo su cuello con mis brazos y lo miro a los ojos, sonriendo coquetamente. —¿Has estado trabajando esos abs? —Se le escapa una risa ronca y muerde su labio inferior.
—Son todo tuyos, nena. —Dice.
—Deshazte de eso. —Pido, haciendo referencia a la toalla, con mi cabeza. Él, todo obediente y sin despegar sus ojos de mí, lleva sus manos al borde de la toalla y la quita lentamente hasta quedar desnudo. Me levanta y hace que enrosque mis piernas en su cintura. Camina hacia la cama y toma asiento en lo que nos empezamos a besar desenfrenadamente. Su amigo se ha parado y lo puedo sentir debajo mío.
Shawn me ayuda a quitarme la camiseta y luego me deshago de mi pantalón. Me recuesta en la cama, quedando él sobre mí, con sus brazos a cada lado de mi cuerpo. Empieza a besar mi cuello, dejando chupetones, y baja hasta mi pecho, lamiendo y besando cada espacio.
—¿Puedo? —Asiento sin pensarlo dos veces. Lleva su mano hacia mi espalda y quita mi sujetador sin ninguna dificultad. Lo deja caer al suelo y vuelve a lo anterior. Besa mis senos, uno por uno, dejando lamidas y mordidas calientes, y baja por mi estómago, dándome escalofríos y a la misma vez, dejando una sensación de satisfacción en mi zona femenina.
Delinea con su nariz un camino hasta abajo, llegando a mi entrada, y levanta la cabeza para verme a los ojos. Asiento de nuevo y su cabeza vuelve a su posición anterior.
Me tienta por varios segundos, dejando besos y haciendo que me desespere por sentirlo en mí de nuevo. Finalmente se pone en posición, y se introduce en mí, moviéndose rápidamente, dándonos más que placer.
La habitación se llena de gemidos, respiraciones agitadas y sudor de parte de ambos. Lo único en lo que puedo pensar es en él y en lo maravilloso que lo estamos pasando. Siento como si en cualquier momento fuera a explotar de la fascinante sensación que él produce dentro de mí.
Apoya su frente contra la mía mientras sus movimientos aceleran y el placer aumenta. Siento su aliento caliente sobre mis labios, sus manos tocan las mías y entrelaza nuestros dedos con delicadeza. Sus ojos atraviesan los míos, como si tratara de mirar a través de ellos, a mi alma y descubrir mis pensamientos.
Una ves que llegamos al punto máximo, Shawn sale de mí y se recuesta a mi lado sin decir nada.
No se que pasó. se me fue la mano y escribí de más peeeero hay segunda parte sooo esperen nomas😁 hee hee
Nos vemos gracias por leer. 💛🧡🖤