Los del team están reunidos en el backstage, bebiendo, bromeando y comiendo. Después de que termine el show, yo me voy al bus, ya que es un poco raro ser la única chica alrededor de tantos hombres. Para ser honesta, cuando hacen bromas, que solo ellos entienden, y luego me toca hablar a mí, me pongo algo incomoda.
Shawn me viene a buscar después de unos minutos, y regresamos a la pequeña "celebración" con los demás. Entre botella y botella, Mike abre la boca para decir algo.
—Chicos, díganme que no han notado que Shawn anda más tiempo en su celular que antes. —Menciona. Su voz sale media bailarina. Está borracho, pero es cierto.
—iPensé que era el único! —Brian exclama igual de borracho que Mike.
Me siento en un sillón, cerca del círculo disperso que se había formado. De alguna forma u otra, todos encontramos la manera de compartir sin estar en el círculo perfecto.
—¡Sam está aquí! —Uno de los chicos aclama y los demás le siguen los gritos hasta que se forma una bulla.
—¿Como se llamaba la chica de Manchester? Shawn, tú debes de saber. ¿Con cuantas de allí te liaste?
—¿De quién hablas? ¿Stephanie? ¿Lauren? Ellas eras de Australia.
—No, eran de... ¿España?
—Chicos, ya cierren la boca. —Shawn dice sin despegar la vista de la pantalla de su teléfono.
—Sí, cállense de una vez. —Apoyo yo. Pero siento que en cualquier momento voy a llorar.
Dejo la botella de agua sobre la mesa y miro a Shawn, pero él sigue sin prestarme atención. Sé que los demás están bromeando, o al menos quiero creer eso, pero él ni siquiera trata de 'calmar' la situación.
Me pongo de pie, más enojada que cualquier otra cosa. Uno de los chicos menciona algo muy fuera de lugar, pero no presto atención a la voz y salgo de la habitación.
Recorro el pasillo hasta encontrar la puerta que lleva el nombre de Shawn. Su camerino. Entro y cierro la puerta de un golpe. Me tiro sobre el sillón y apoyo mis pies sobre la mesita de al frente.
Mi teléfono suena. Es un mensaje y es de él.
Shawn
Donde estás?
Shawn
Por favor sam
Shawn
No les creas
Shawn
Están borrachos
Shawn
No saben lo que dicen
Shawn
Donde estas?
Shawn
Por favor, bebé
Dejo el teléfono mientras sigue vibrando por los mensajes. La puerta se abre de repente. Ruedo los ojos cuando Shawn se hace presente y me mira algo arrepentido.
—Sam...
—Déjame en paz. —Me paro y trato de salir, pero su mano me detiene antes de que cruce la puerta. —Shawn.
—Dios, deja que te explique-
—¿Que cosa? —Lo encaro. —¿Como un grupo de borrachos de veintitantos años de burlan de mí?
—No son ninguno grupo de borrachos de veintitantos años burlándose de ti. Son mis amigos y los tuyos, y-
—¡Ah, por supuesto! Los defiendes a ellos pero no a mí. A tu NOVIA. —Lo interrumpo de nuevo. Estoy incluso más enfadada y la rabia ha aumentado.
—Sam, solo déjame decirte qué está pasando.
—¿Que me quieres decir, Shawn? —Exhalo y digo, cansada de que me siga mintiendo en la cara. —¿Como me sigues mintiendo solamente para que lo nuestro no acabe? Porque estoy cansada de esto. De ti, y de que nunca me prestes la suficiente atención.
Frunce el ceño, y toma mi mano, pero la aparto rápidamente y doy un paso hacia atrás.
—Samantha-
—Solo detente.
—¿Me estás diciendo esto por lo que acaba de pasar? Porque si eso es lo que crees, te puedo asegurar que no. —Dice rápido.
—Es que no lo entiendes. —Paso mi mano por mi cabello y suspiro una vez más. —No solo es eso, no solo es lo que Mike dijo... Creí que era la única que pensaba que parabas mucho en el teléfono, pero al parecer no es así. Lo que dijo él era más que cierto.
—¿Le crees a él y no a mí?
—¿Por qué mentiría sobre algo así? —Me defiendo.
—Porque está borracho. —Dice con obviedad.
—Y por eso mismo está diciendo la verdad. —Espeto rápidamente. Probablemente mi cara se ha puesto roja de la molestia que siento.
—Eres increíble. —Niega sin poder creer lo que acabo de decir, haciéndose la víctima.
—¿Sabes qué? No estoy aquí para aguantar tus caprichos de estrella que con cada segundo que pasa, se vuelve más famoso. Puedes ir y follarte a cualquier chica que veas en las fiestas a las que frecuentas. Hazlo, no me importa.
—¡Son eventos programados!
—¡¿Y qué me dices de cuando sales a clubes con los demás?! He visto vídeos, Shawn, no puedes mentir.
—¡Que no te soy infiel, mierda!
—¿En serio crees que me voy a tragar toda la mierda que me dices? —Grito de vuelta. —No te creo, eso es todo. Se acabó, Shawn.
Le sostengo la mirada unos segundos y luego me largo del camerino.
(...)
Cuando llego a casa, me tiro en la cama. Las cosas definitivamente no han mejorado. Susan piensa que simplemente estoy con dolor de cabeza, pero no es así. No puedo decirle lo que pasó con Shawn. Ella lo ama, y por más que me gustaría decir lo mismo, no puedo.
No lo amo, no siento nada por él. Hace tiempo que todo lo que sentía por ese chico agradable y honesto, desapareció. No sé si solo soy yo, o es el hecho de que él definitivamente cambio conmigo.
Mi teléfono suena. Suelto un gruñido y cuando veo el nombre, inmediatamente contesto.
—¡SAMANTHA BROOKE DOWNEY!
Espero unos segundos. Probablemente de ha equivocado de número.
—¿Hola? —Digo confundida.
—¿Como que hola? ¿Por que no me has contado? —Habla rápidamente. Su voz suena a preocupación más que nada.
—¿De que hablas?
Escucho su bufido a travez del teléfono. —¿Por qué no me dijiste que Shawn y tú habían terminado?
Ese maldito hijo de puta le había contado.
—Camila. —Digo en forma de reproche.
—Sam, no te voy a juzgar.
—Lo sé, simplemente no quiero hablar de ello.
—¿Por qué?
—Porque... —Me corto la oración antes de que palabras verdaderas salgan de mi boca. No quiero que se entere de nada.
—Estoy esperando.
—Te lo diré después, ¿si?
—Estaré llegando a Los Angeles el lunes. —Y cuelga.
Bufo una vez más. Demonios, ¿que voy a hacer ahora?
Mi teléfono vibra de nuevo. Pienso que es Camila pero su nombre aparece en la pantalla.
—¿Podemos vernos?
—¿No te quedó claro que no quería nada contigo?
—Sam, por favor.
—No estoy de humor ahora.
—Estas libre de relaciones, no tienes porque poner excusas.
—No se trata de si tengo novio o no.
—Estaré en tu casa en veinte. —Da por sentado.
El sonido sale del teléfono cuando la llamada se cuelga y boto el aire de mis pulmones.
Me meto a la ducha y me tomo el tiempo necesario para bañarme. Trato de quitarme los pensamientos que simplemente hacen que me estrese y cuando estoy lista, salgo del baño envuelta en una toalla.
Me toma por sorpresa su presencia, y doy un salto en mi sitio cuando lo veo. Aferro más la toalla a mi cuerpo y frunzo el ceño.
—¿Que mierda?
—Susan me dejó entrar. —Se encoge de hombros y me regala una sonrisa simple.
—Largo, voy a cambiarme.
—No, espera. —Da pasos hacia mí, sosteniendo su mirada con la mía. El corazón se me acelera, su sonrisa no desaparece de su rostro, y cuando estamos centímetros de distancia, me toma por los hombros. Acerca su cara a la mía y me besa sin mi consentimiento. Es lento, delicado, casi como si no fuera él a quien estuviera besando.
Sus manos bajan por mi espalda, tocando la toalla mojada sobre mi cuerpo. Me envuelve la cintura con sus manos mientras el beso se intensifica. Inconscientemente, suelto el agarre de la toalla y enrollo mis manos en su cuello.
Lo único que cubría mi cuerpo, cae al suelo, y el beso se rompe inmediatamente.
—Lo siento. —Bajo la cabeza, avergonzada y me cubro los pecho con los brazos.
—Eres tan preciosa. —Se separa levemente de mi cuerpo, y me observa de pies a cabeza. Un escalofrío me recorre completamente.
—Nate, tienes que irte.
—No, por favor, escucha-
—Lo que pasó fue un error. Tú lo sabes... No puedo estar contigo.
—Me dijiste que no sentías nada por él, ¿acaso cambiaste de opinión?
—No.
—¿Entonces qué es? Porque si me dices la excusa de que simplemente no te sientes lista para otra relación... —Niega. —Sam, estoy enamorado de ti.
(...)
Teddy me llama. Me pregunta en donde estoy justo cuando toco la puerta de su casa. Me abre con una enorme sonrisa y la envuelvo en un abrazo.
—Feliz cumpleaños, Teddy. —Le beso la mejilla y le extiendo el pequeño pero muy significante presente que había comprado para ella.
Era una pulsera de oro y tenía un dije en forma de luna. Era una cosa que tenía un significado muy grande para ambas.
—Oh, Samy, no debiste... —Observa la pulsera con adoración y la ayudo a ponérsela. —Es muy preciosa. Gracias, linda. —Nos abrazamos de nuevo, pero el carraspeo detrás de mí, nos hace separarnos.
Ups, lo había olvidado.
—Uhm... Teddy, él es Nathaniel, un amigo. —Algo incomoda le presento mi "amigo" a Teddy.
Sé que está mal mentir, y sobre todo si le miento específicamente a ella, a una de las personas en las que más confío, y peor aún, en el día de su cumpleaños. Pero no estaba lista para contarle. —Nate, ella es Teddy.
—Oh, mucho gusto. Feliz cumpleaños, Teddy. —Le besa la mejilla.
La cumpleañera nos deja pasar a su casa. Conforme vamos avanzando, las voces se hacen más auditivas, y mi corazón palpita a mil por hora. Hay música, pero el volumen es bajo, algo así como para solo decorar el ambiente.
Cuando llegamos donde los demás, Teddy toma asiento junto a Scott.
Me paseo por la sala saludando a los presentes. No hay nadie que no conozca. Están los del team y mi ex.
Cuando llego a él, le doy una sonrisa forzada y me paso a la siguiente persona.
—Chicos, él es Nathaniel, es un... Uhm, un amigo. —Lo presento de nuevo frente a todos y nos sentamos en el sillón.
—Así que la pequeña Samy nos salió con otro. —Dice Brian, que está a mi lado. Le doy un golpe en la pierna por su comentario y él hace una mueca de dolor mientras se presiona la parte adolorida.
—Cierra la boca. —Murmuro. El rubio me mira algo pensativo y curioso a la misma vez. Me hace dudar de lo que está pensando en ese momento. Probablemente se ha puesto en mi contra porque ya no soy la novia de su mejor amigo.
—Tranquila, oye. Solo lo decía de broma. —Esboza una ligera sonrisa y se voltea para seguir prestándole atención a los chicos.
Nate, a mi lado, mantiene su vista en la pantalla de su iPhone. Si lo había traído aquí, fue para que socializara, no para que se la pase metido en el teléfono. Así que se lo arrancho de la mano y éste se queda viéndome con una ceja alzada.
—Si quieres que te preste atención, solo debes pedirlo. —Levanta la comisura de su labio en forma coqueta. Me río por su intento de coqueteo.
Nate pasa su brazo por mis hombros y me atrae a su cuerpo. Me besa la mejilla, y todo se detiene cuando noto los ojos de Shawn en nosotros dos. Su expresión en neutra, aún así, puedo percibir ese toque de molestia y algo más. No sabría decir qué.
Giro mi cabeza a Nate, y éste besa mis labios inconscientemente. Pero no hago nada. Los demás al parecer no se han dado cuenta.
Pero Shawn se pone de pie inesperadamente. La atención recae en él. Veo que tiene los puños apretados, y no me da buena señal.
—Aléjate de ella. —Las palabras que salen de la boca de Shawn, escupen rabia. Mira a Nate de una forma tan retadora, que parece que le quiere romper la nariz.
—Oye, Shawn, lo siento, no sé que-
—Que te alejes de ella, imbécil. —Lo interrumpe.
—Shawn, basta. —Está vez, yo alzo la voz. Sus ojos recaen en mí. Y por algunos segundos, me olvido de lo que voy a decir.
—Shawn, en serio, no sé porque- —Nate trata de nuevo en hablar, pero vuelve a ser interrumpido por el canadiense.
Este da unos pasos hasta quedar cerca del asiento de Nate y mío. Alzo los ojos para verlo.
—La acabas de besar, ¿crees que no lo he visto? ¿Quién te crees que eres para hacerlo?
La expresión del rostro de Nate cambia por completo. Finge una sonrisa y dice.
—Que yo sepa, Sam no tiene novio, y es completamente libre de hacer lo que ella quiere. Tú no eres nadie para prohibírselo.
Oh no. Se acaba de meter en la boca del lobo.
Shawn sin pensarlo dos veces, se acerca y lo agarra de la camisa, levanta con fuerza y lo encara.
—¡Shawn! —Me pongo de pie inmediatamente. Coloco mis manos en su brazo y trato de tranquilizarlo. Él me mira por unos segundos y lentamente, retira su agarre de Nate. Lo suelta bruscamente y Nate da un par de pasos hacia atrás torpemente. Shawn sigue con los ojos en mí.
—¿Por qué no mejor decimos la verdad de una vez? —Nate habla luego de unos segundos. Mira a Shawn y después a mí. Mantiene una sonrisa diabólica en sus labios. —Sam, empieza tú. Dile la verdad a tu noviecito.—Toma asiento nuevamente y recarga su codo sobre el espaldar. Apoya su cabeza en su brazo sin quitar la vista de ambos.
—¿De que está hablando? —Shawn pregunta en mi dirección.
—No somos novios, Nate.
—Sam, ¿de que está hablando? —Shawn vuelve a preguntar rápidamente.
Las miradas se centran solo en mí, o al menos yo lo siento así. Quiero salir corriendo porque me entran unos nervios enormes, las manos me tiemblan y no sé qué hacer.
—No le hagas caso. —Trato de desviarlo del tema, pero Nate insiste.
—A ver... mejor le digo yo. —Nate se reincorpora en el sillón y mira a Shawn. —Tu novia... mejor dicho, ex novia, se acuesta conmigo un par de meses después de que empezaran a salir. —Sus palabras salen de su boca sin más.
Mi corazón se acelera. Me entran ganas de llorar, de salir corriendo sin decir nada. Me está haciendo quedar mal en frente de las personas que conozco. Tal vez ahora piensan que soy una ramera mentirosa que solo quería colarse en la fama de Shawn. Y no es así, yo no soy así.
—Shawn...
—Creo que mejor me voy. —El rubio se pone de pie con una sonrisa y hace un gesto con la mano a todos antes de retirarse de la casa. Cuando se escucha el golpe de la puerta, miro a Shawn.
Deja salir una risa seca sin mirarme. Sus comisuras se elevan levemente y niega con la cabeza.
Sale sin previo aviso hasta el patio. Los demás tratan de desviar el tema con algún otro tema de conversación y yo sigo a Shawn fuera de la casa.
—Me reclamas cosas cuando no hacías más que tirarte a ese tipo a mis espaldas.
—Déjame explicarte-
—No, Sam. Eres una perra. Eres una hipócrita. Yo aún te quiero, y no me has dejado explicarte ciertas cosas, y solo sabes sacar conclusiones por tu cuenta..., y te haces la víctima cuando eres tú la que me ha estado engañando por mucho tiempo. —Suena dolido. Solo obtengo la vista de su espalda. Levanta los brazos y tira de su cabello para atrás, frustrado, decepcionado, dolido, traicionado... Y todo es mi culpa.
—Lo siento.
—Claro que lo estás. —Dice sarcástico.
—No vengas a decirme que todo es mi culpa. Si tú simplemente hubieras puesto un poco de tu parte para que la relación funcionara, esto no estaría pasando. Yo no me hubiera ido con Nate y tú y yo estaríamos bien. Y no vayas a decirme que nunca hiciste algo más con otra chica que-
—Nunca le he puesto el dedo a ninguna otra mujer desde que empezamos a salir. —Voltea de golpe, y me encara, acercándose peligrosamente a mí, perforándome el alma con sus ojos. —¿En serio me crees capaz de eso? —Arruga su frente, esperando mi respuesta.
El silencio reina varios segundos. El ruido de afuera de alguna manera no es tan fuerte y solo puedo concentrarme en él.
Inconscientemente pongo mi mano en su mejilla y lo acaricio sin pensar en las consecuencias. Shawn cierra los ojos, su rostro se suaviza y pone su mano sobre la mía. Junta su rostro un poco más, hasta que nuestras frentes chocan.
—Lo siento mucho. —Digo en un susurro. Él mueve la cabeza asintiendo y retira su mano de la mía delicadamente. Abre los ojos lentamente, fijándolos en los míos, sin decir nada. —Shawn...
—De verdad que te quiero, Sam. Significas el mundo para mí. Incluso pensé que teníamos un futuro juntos.—Posa su mano en mi mejilla delicadamente y junta su cara para dejar un beso en mi frente. —Pero todo está hecho.
Inmediatamente posiciono mi mano sobre la suya, pero él la quita con suavidad y se da la vuelta. Vuelve adentro con los chicos. Lo veo tomar asiento al lado de Brian. Me mira por un par de segundos, veo tristeza y desilusión, hasta que quita su mirada y finge una sonrisa para los demás.
CHICASS (Y CHICOS) QUE SUS SUEÑOS SE HAGAN REALIDAD Y ÉSTE AÑO SEA EL MEJOR DE TODOS. FELIZ AÑO A TODOS Y GRACIAS POR LEERME Y DEJARME LINDOS COMENTARIOS. LOS AMO ❤️❤️❤️🎉🎉🎉🎉