Jueves.
Narra Dani.
Dani: buenas -saludo al llegar al banco
Recibo algunas respuestas y me acerco a Sara inmediatamente.
Esta mañana no la he visto, y con la situación tan delicada en la que estoy con ella ahora mismo, no quiero hacer ni un mínimo gesto que pueda molestarle.
Mi hermano y yo hemos entrado a segunda hora.
La profesora de historia, asignatura que teníamos a primera, nos mandó un e-mail ayer informándonos de que hoy faltaba por nosequé de su hijo.
Y creo que por primera vez en mi vida, no me he alegrado de que un profesor falte.
Acaricio sutilmente su mejilla con mi pulgar mientras suelto la mochila, que cuelga de mi otro brazo.
Sonríe con los labios sellados ante mi gesto, y dejo un beso en los mismos antes de sentarme a su lado.
Dani: ¿qué tal? -me intereso
Dejo mi mano en su muslo.
Sara: bien -se encoge de hombros
Dani: ¿segura? -insisto
Busco su mirada, encontrándola, y asiente.
Sara: no me ha dicho nada, si eso es lo que te preocupa -acierta- podría decir que ni siquiera me ha mirado durante las 3 primeras clases -alza las cejas sorprendida
Ambos nos referimos a Mónica.
Dani: mejor así, ¿no? -aparto mi mano de su pierna, enredando mi índice en un mechón de su pelo y apoyando mi espalda en el banco
Asiente dejando caer su cabeza sobre mi hombro y beso su frente por instinto.
Mi brazo rodea su cuerpo y suspiro profundamente.
La paz que siento al tenerla cerca es inmensa.
. . .
Salgo de la autoescuela entre risas mientras Ana maldice a mis espaldas.
Hemos venido después de comer a hacer tests, los cuatro.
Yo he sido el que menos fallos ha tenido y Ana la que más.
Sara ha quedado en segundo lugar y mi hermano el tercero.
No veníamos hace aproximadamente una semana y se nota que el truco está en la práctica.
Ana: quiero la revancha -repite enfadada- hoy no es mi mejor día -se excusa
Dani: no pasa nada, yo puedo llevaros a la playa en verano siempre y cuando me paguéis la gasolina -bromeo
Y solo hago empeorar la situación.
Y mi risa se intensifica.
Miro a Sara, quien sonríe ampliamente más en su mundo que en el nuestro, mientras tararea alguna canción que no consigo descifrar.
Sara: también puedo llevaros yo, y os prometo que la gasolina corre de mi cuenta -se mete en la conversación
Dani: ¿me estás retando indirectamente? -golpeo su costado con mi índice haciéndole cosquillas
Sara: ¡Dani! -exclama entre carcajadas agarrando mi mano
Consigue hacerme parar tras algunos minutos, y me mira con los ojos brillantes después de su ataque de risa.
Sara: sí, te estoy retando -vacila
Dani: pues a ver quien gana -acepto
Y estampo mis labios en los suyos.
Ana: joder -murmura la morena
Y lo hace lo suficientemente alto como para que mi chica se separe de mí algo preocupada.
Sara: ¿qué pasa?
Ana: me ha hablado mi hermano, han aceptado a Paula en Inglaterra -sentencia
El silencio se hace después de oír sus palabras y todos suspiramos a descompás.
Ana: me voy a casa -guarda su móvil algo agobiada
Jesús: yo voy a ir con ella -informa
Dani: yo quiero ir también, si te parece bien -me dirijo a la hermana del afectado
Veo de reojo como Sara asiente, y Ana repite su gesto, emprendiendo el camino hacia su casa.
Me sabe muy mal por Álvaro.
Sé lo que se siente, y también sé que cuanta más gente tengas alrededor, menos vueltas da tu cabeza.
Por lo visto, a Álvaro siempre le ha llamado la atención esa chica, y es que la conoce desde hace bastantes años.
Paula y Ana han estado en la misma clase casi siempre, pero no ha sido hasta este curso cuando han empezado a hacerse más íntimas.
Antes sólo quedaban para trabajos o cosas de clase.
Un poco antes de las vacaciones de Navidad, ya mi amigo me había comentado que estaba pensando en hablar con ella.
Y eso hizo a principios de enero.
Paula no supo cómo reaccionar, pero la noche en la que pasó toda la movida con Javier, la noche de Reyes para ser exactos, se quedaron solos y la cosa surgió.
No todo podía salir mal aquella noche, ¿no?
Empezaron a quedar más a menudo, sin llegar a nada formal, y Paula le dijo desde un principio que existía la posibilidad de que la aceptaran en Inglaterra el curso que viene.
Echó la matrícula allí hace varios meses, y estaba en la espera de que la llamaran.
Sé que Álvaro no le dio mucha importancia, porque también sé que estaba tan ilusionado que no podía hacerse la idea de que todo podía irse al garete.
Pero, por desgracia, parece que así ha sido.
. . .
La observo mientras ordena su armario y no puedo evitar sonreír al verla con el ceño fruncido.
Una camiseta le está dando guerra.
Al igual que la vida, que le ha dado bastante guerra también.
Dani: oye -capto su atención acomodándome en su cama- ¿te apetece hablar?
Se gira para mirarme, aún con el ceño fruncido.
Sara: ¿de qué? -cuestiona
Dani: tengo ganas de hablar de ti, de nosotros, no sé -me encojo de hombros
Siempre he querido saberlo todo sobre su pasado con detalle, y desde ayer, cuando me dijo que la situación con Mónica le recordaba a esa innombrable etapa de su vida, no hago más que preguntarme cómo debió pasar aquello.
Suspira cerrando el armario y se dirige hacia mí.
Dani: eh, no tenemos que hablar de nada si no te apetece -le digo ante su expresión
Sara: sé de lo que quieres hablar -sonríe débilmente
Dani: ¿ah sí? -alzo las cejas dejándole un hueco en la cama
Ella se tumba a mi lado y mi brazo, bajo su cuello, rodea sus hombros.
Hemos estado un rato en casa de Ana y Álvaro, a quien se le notaba a simple vista que no estaba para nada bien.
No ha querido hablar mucho del tema, y tampoco estaba de humor, por lo que nos hemos ido.
El sábado tenemos la fiesta en la casa de campo de David, y espero que vaya para al menos distraerse un poco.
Sara: ¿de lo de ayer? -me mira
Niego con la cabeza y beso sus labios varias veces.
Sara: sé que sí -murmura
Claro que quiero hablar de lo de ayer.
De Sandra, de Javier.
Pero puede que no sea el mejor momento y tampoco parece que a ella le apetezca.
Dani: déjalo -le quito importancia
Y me incorporo para acceder a su boca con más facilidad.
Enreda sus dedos en mi pelo y nuestras lenguas se acarician con paciencia.
Tras varios segundos, pasa sus manos a mis mejillas poniéndole fin al beso.
Sara: ¿qué quieres saber? -insiste
Suspiro.
Dejo un beso en su frente y me tumbo de nuevo.
Sara: Dani, no pasa nada -me anima a hablar
Ahora es ella la que se incorpora para mirarme.
Dani: me dijiste que la situación te recordaba a aquello que viviste -suelto
Asiente.
Dani: ¿por qué? -aparto un mechón de pelo que cuelga sobre su rostro
Humedece sus labios y termina sentada en forma de indio sobre el colchón.
Toma aire antes de empezar.
Sara: un mes antes de enterarme de... eso, varias personas iban diciéndome que habían visto a Javier con Sandra -juguetea con la manga de su jersey- yo nunca le di importancia, porque cada vez que sacaba el tema él me repetía que solo eran amigos -se queda callada unos segundos
Mis ojos permanecen fijos en ella desde el momento en el que ha empezado a hablar.
Sara: el patrón siempre era el mismo -continúa- yo se lo decía, una vez más, discutíamos y terminábamos en la cama
Su voz comienza a apagarse y noto como mi espalda se tensa ante esas últimas palabras.
Sara: el polvo era para demostrarme que me quería, vaya, para mantenerme contenta -ironiza- aunque en realidad era yo quien cedía, sintiéndome obligada a hacerlo, para deshacerme de la sensación de estar en deuda con él por culparle de algo así, ¿sabes? -se encoge de hombros- qué gilipollas -murmura para sí misma
Levanta la cabeza para mirarme un segundo, y veo a la perfección cómo su mirada brilla.
Me incorporo rápidamente y ella se ríe débilmente, absorbiendo por la nariz.
Sara: estoy bien -anticipa- quiero seguir hablando -me dice
Dani: ¿estás segura?
Asiente.
Sara: pero antes dame un beso
Estira su brazo hasta posar su mano en mi nuca, y agarro sus piernas haciendo que se coloque a horcajadas sobre mí, al mismo tiempo que apoyo la espalda en la pared para estar más cómodo.
Se acerca a mi boca y hago desaparecer la poca distancia que nos separa.
La beso despacio, intentando transmitirle que la quiero con todo mi ser, y que nada de eso volverá a pasarle mientras yo esté cerca.
Dani: te quiero -murmuro
Por si aún no le había quedado claro.
Sara: te quiero -acaricia mi mejilla
Deja otro beso en mis labios y posa sus manos en mi nuca, entreteniéndose con mi pelo.
Sara: supuestamente Sandra y yo solíamos jugar juntas de pequeñas, en un parque que había cerca de mi casa, en Madrid -retoma la conversación- mi madre y su padre trabajaban en la misma empresa, pero mi madre cambió de trabajo y al final no sé porqué perdí absolutamente todo el contacto con ella -explica- yo tenía apenas 5 años, pero eso es lo que mi madre me ha contado después de que todo pasara
Mis dedos se pasean por su cintura mientras la escucho con atención.
Sara: bueno -suspira evitando mi mirada- en resumidas cuentas... Una tarde me llegó un mensaje suyo, en el que afirmaba, entre insultos, que ella estaba con Javier -alza las cejas- quedé con Javier al día siguiente, justo en el mismo parque donde jugaba con Sandra, y al llegar... Allí estaban los dos, con un par de amigas y amigos que al parecer tenían en común -suelta al fin
Y parece que se ha quitado un peso de encima.
Sara: se rieron de mí, me humillaron totalmente, y Javier me confirmó que todo era un puto juego -abrevia
Vuelve a mirarme, con los ojos llenos de lágrimas, y, para mi sorpresa, esboza una sonrisa.
Trago saliva debatiéndome entre la rabia, el enfado, y el dolor de que a una persona a la que tanto quiero le hayan hecho tanto daño.
Sara: esa es la historia de cómo me destrozaron la autoestima y me rompieron el corazón -absorbe por la nariz- lo que pasó después ya lo sabes: más de lo mismo durante varios meses, hasta que les conté a mis padres toda la verdad y ellos denunciaron
Su voz se va quebrando a medida que habla, y para cuando finaliza ya ha escondido su rostro en mi cuello.
¿Qué mérito tiene anular a una persona por completo?
¿Por qué?
¿Qué motivos tenían para llegar a ese límite?
Rodeo su cuerpo con mis brazos, estrechándola junto a mí.
Sara: es la primera vez que cuento la historia tan rápido, y sin hacer paradas para llorar -se enorgullece con un hilo de voz
Dani: no era mi intención hacer que recordaras lo que pasó -me arrepiento
Niega con la cabeza y se separa de mí lo justo para mirarme.
Sara: creo cada vez que lo cuento me duele un poquito menos -confiesa- ¿pero sabes que es lo mejor? -sus mejillas están húmedas y es ella quien se encarga de secarlas- que todavía esto no ha acabado
Chasqueo la lengua.
Tiene razón.
Pero ya sabe lo que pienso yo sobre lo que está pasando ahora, y más claro lo tengo después de saber cómo se lo hicieron pasar.
Estoy seguro de que lo único que pretenden es asustarla, cuando en realidad son ellos quienes están asustados.
Y también estoy seguro de que la ley se los comería a ambos por el semejante acoso que lleva recibiendo esta chica desde hace años.
Esta chica. Mi chica.
Dani: Sara -sostengo sus muslos y me acomodo en el colchón, dispuesto a repetirle lo que deberíamos hacer
Todavía está sentada sobre mí.
Coloca su índice sobre mis labios.
Sara: no vamos a discutir ahora -se niega- se acabó el drama
Hago el amago de morder su dedo y me gano una risa de su parte.
Dani: ¿sabes qué? -me hago el interesante
Sara: sorpréndeme -cuela sus manos bajo mi sudadera, acariciándome la espalda y haciendo que me estremezca
Sonríe victoriosa.
Dani: eres una persona muy fuerte, y esa es una de las cosas que me transmitiste el primer día que te vi -admito
Sara: ¿eres consciente de que le estás diciendo eso a alguien que ha estado llorando hace 1 minuto? -vacila
Y sé perfectamente que ella no se ve como yo la veo.
Dani: ¿las personas fuertes no lloran? -alzo las cejas esperando su respuesta
Niega con la cabeza mientras reprime una sonrisa que acaba saliendo a la luz.
Y no puedo evitar besarla.
❤️
¡He vueltooooo! Perdonadme si el capítulo no termina de gustaros, creo que he perdido práctica a la hora de escribir :(
Espero que mis fieles lectoras sigan aquí 😝
¿Habéis terminado las clases? Si no es así, ¿cuándo termináis?
¡Yo estoy ya oficialmente en verano!
Os leo ❤️