Sentía como mis piernas temblaban, y el titiritar de mis dientes era lo único que se alcanzaba a escuchar en toda la habitación.
¡Piensa en algo! Me grito esa Anna interior que no quería morir esta noche con una bala en su pecho.
—Y-yo... —Era imposible, las palabras se rompían antes de salir.
— ¿Me vas a decir que hacías aquí? —Su tono de voz era preciso, fuerte y firme.
Fue entonces cuando salió de las sombras y pude ver su rostro en un ceño fruncido.
No recordaba para nada su nombre. En cambio se escuchó silencio y más silencio, me era imposible ordenar una oración coherente.
—Bien. —Levanto sus manos al aire en forma de rendimiento—. Hoper, Harry. —Grito tan fuerte que me hizo retroceder torpemente un paso haciéndome caer sobre el suelo.
El me levanta por el brazo y no por considerarlo caballeroso me aprieta lo suficientemente fuerte y me intenta sacar a empujones, donde mi cuerpo roza con el de él y sé que justo en su cintura lleva un arma de fuego.
Y en menos de lo que podría contar Harry y Hoper llegan a la habitación casi corriendo. Con toda la manada atrás
—Hoper ell...
— ¿Qué demonios crees que estás haciendo? —Harry atesta rápidamente contra el en un empujón, leve.
—La encontré aquí, haciendo quien sabe qué. —Él suelta sereno, con la cabeza abajo rindiéndole respeto a Harry.
Todos voltean a verme, e incluso Harry. Quien parece decepcionado, y es obvio que me está exigiendo una explicación. Todos esperan una.
—Y-yo —Trague saliva y baje la mirada—. Yo solo buscaba el baño, y vi tantas puertas que no sabía cuál era, yo lo siento. No sabía que... —Mire la habitación rápidamente y calle.
Una lágrima planeada se deslizo por mi mejilla, tenían que creerme. De lo contrario estaba muerta.
— ¿No serás una espía de Finn Hynes o de incluso la policía?
Escupe alguien desde atrás y voy a defenderme pero Hoper interviene por mí.
—Suficiente, se acabó la fiesta. Todos vayan a trabajar. —Señala con un dedo hacia la puerta y todos se van.
— ¿Estas bien? —Harry se acerca a mí y me hace mirarle, suena apenado y yo asiento.
—Yo no tenía idea. —Logro pronunciar lo suficientemente bajo para que solo él me escuche.
—Te creo. —Me susurra de vuelta.
Me cree, me cree y yo le estoy mintiendo, siento como la bilis baja por la garganta. El me cree y yo simplemente le estoy mintiendo.
—Harry, hablemos un momento.
Harry asiente y los tres salimos de la habitación.
Hoper se asegura de ponerle llave y caminamos unos metros por el pasillo hacia el salón principal, en silencio. Pareciera como si no hay absolutamente nadie aquí.
—Espera aquí. —Me dice Hoper mientras se aleja con Harry fuera del salón.
Yo juego con mis dedos y como si no me hubiese metido en más problemas por la noche, estoy caminando en dirección a ellos, y me quedo detrás de la puerta donde los escucho hablar.
—Tú tienes que estar jugándome una broma Harry, no confío en ella pero confío en ti. Y sé que no harás que nuestros culos se mueran dentro de una cárcel. Dejare pasar esto, pero si por algún momento esa chica llega a ser verdaderamente un problema para nosotros y nos traiciona, la matare con mis propias manos. Pero como sé que esa chica te interesa le daré una oportunidad.
¿Le intereso? ¡No!
—Ella no me interesa—. Harry habla rápidamente y siento un alivio.
—No me creas imbécil, no te he visto así por una chica después de...
—Suficiente, solo estoy agradecido con ella por lo que hizo en el cementerio es todo.
Una oleada de alivio me masajea ante sus palabras.
Me alejo rápidamente de la puerta y me coloco junto al sofá, buscando cualquier lugar a donde ver.
—Creo que es hora de llevarte a casa.
Escucho la voz de Harry a mis espaldas y soy toda una bola de nervios en este momento, no sé qué va a decirme ahora que estamos solos, no sé si verdaderamente me creyó o lo hizo para salvarme de lo que Hoper pudiera haberme hecho.
Me giro torpemente sobre mis pies para encararlo y no digo nada, él ni siquiera se mueve y yo tampoco lo hago.
Una cantidad de segundos pasan mientras nos encontramos de pie uno frente al otro y comprendo que probablemente sea yo quien tenga que decir algo. Yo fui la del error, yo prácticamente arruine su cumpleaños. En cambio él me sonríe y me hace una seña para que salgamos.
Agradezco al cielo, porque no tenía nada que decir al respecto.
...
Faltaba un cuarto para las nueve y aun íbamos en carretera mojada. Había llovido y no me había dado cuenta, el silencio se había convertido en nuestro mejor factor últimamente, haciéndonos sentir incomodos. Podía ver como movía incómodamente sus manos en el volante y lo blanco que parecían sus nudillos.
Pero ni por un momento aquellas dos palabras dejaban de golpearme fuertemente el corazón, el me creía cuando yo fui a su casa por una sola razón, el me creía cuando yo le estaba mintiendo, el me creía mientras yo solo estaba malbaratando su confianza, el me creía incluso cuando solo ha sido un objetivo para mí para entrar al periódico... El me creía.
—Creo que piensas demasiado. —Es cuando me doy cuenta que me está hablando y el auto no está en marcha. —Llevas cinco minutos mirando a la nada.
Estaba tan perdida en mis pensamientos y en lo mal agradecida que estoy siendo que no supe en que momento llegamos. No me atrevo a mirarlo, por lo que abro la puerta y me despido con un adiós poco pronunciado.
—Anna espera. —Su mano se envuelve en mi brazo y me hace detenerme.
— ¿Si? —Me siento de frente y aun dejo la puerta abierta sin intención de mirarle.
Sé que es una falta de respeto, pero la vergüenza es más grande que eso.
—Quería discúlpame por lo que paso en mi casa. Ninguno de ellos está acostumbrado a que alguien de afuera intervenga en nuestras cosas, menos una chica. E incluso yo.
Dejo que hable, dejo que termine. Pero me niego simplemente a escuchar, sé que está diciendo una cantidad de palabras que mi cerebro no está escuchando, porque me hará sentir detestable. Yo no soy esto, yo no puedo ir por la vida fingiendo una sonrisa a una persona la cual quiero destruir, independientemente de lo que sea.
Creo que mi moral está barriendo el piso.
—Anna... —Susurra y me toma de la mano, pero rápidamente la quito y salgo como una bala del auto.
Me apresuro al alejarme y entrar a mí casa, pero escucho como se cierra la puerta del auto y segundos después siento sus pasos detrás de mí, por lo que me detengo y lo encaro.
Está mirándome vagamente.
— ¿Me puedes decir que he hecho mal?
Me detengo por un segundo y tomo un respiro antes de hablar.
—No Harry, al contrario, es solo que. Todo lo que paso en tu casa, lo que vi. ¿Cómo pueden un grupo de adolescentes normales si es que lo son, tener una habitación llena de armas y cadenas como si fueran a torturar a alguien? —Arrastro mis manos por mi cara y veo su reacción física, está nervioso. Por supuesto que lo está, y es porque él y toda su gente hacen algo verdaderamente desagradable.
Mira profundamente mis ojos y niega con la cabeza, decepcionado, pero no de mis palabras, sino de sí mismo. Y es todo esto lo que me confunde. Si es una mala persona, si tiene negocios sucios ¿Por qué no actúa como tal? Cualquier vándalo tendría un corazón frio, y ¡demonios! No creo que él lo tenga.
—Sé que probablemente tengas muchas preguntas, y te puedo dar las respuestas. Solo que no ahora, dame tiempo y podrás conocer que hay detrás de mí. —Se acerca a mí unos pasos, pero yo me alejo la misma cantidad.
—Ese es el problema, que no quiero saberlo.
Y me estoy mintiendo, me estoy mintiendo a mí misma y le estoy mintiendo a él. Claro que quiero saberlo, es la única razón por la que me acerque a él, la única razón por la que estoy aquí de pie frente a él. Pero también sé que si lo descubro, si obtengo todo lo que quiero voy a ir ahí, a dar un reporte que lo va a mandar directamente a la cárcel.
Y me sentiré inhumana el resto de mi vida.
¿Qué pasa conmigo? ¿Por qué no puedo simplemente hacerlo? Ayudaría al mundo a librarse de personas como él.
— ¿Entonces qué es lo que quieres? —Pregunta desesperadamente en un grito.
—Quiero que te alejes de mí. —Explico, y no puedo creer que este tirando todo lo que quiero, todo mi sueño a la basura.
Su expresión no cambia en lo absoluto, pero no dice nada. Si supiera cual fue el motivo porque me he acercado a él me odiaría, no le importaría que le esté pidiendo que se aleje de mí, pero como no lo sabe se niega.
— ¿Por qué? Yo no...
Escucho como alguien se aclara la garganta y volteo rápidamente para ver a mi padre cruzado de brazos sobre el marco de la puerta. Quien se encuentra con el ceño fruncido y no nos ha quitado la mirada de encima. ¿Cuánto tiempo lleva ahí?
—Adiós Harry. —Me despido, pero me despido con un adiós para siempre.
Listo, mande todo al carajo, mi madre estaría muy decepcionada de mí.
Me doy cuenta por el ceño fruncido de mi padre que la conmoción que estoy sintiendo en mi cabeza se nota en mi expresión física, por lo que solo bajo la cabeza y me apresuro a entrar a la casa, prácticamente corriendo por las escaleras hasta llegar a mi habitación.
Ahí todo se vino abajo, lo arruine, arruine todo lo que llevaba hasta ahora. Y de laguna manera necesito saber si hice lo correcto o sinceramente tengo que seguir con esto aunque ya sea un poco imposible al pedirle que se alejara de mí.
Aunque me gustaría pensar que las decisiones que he tomado a lo largo de mis dieciocho años han sido verdaderamente inteligente, pero ahora me siento torpe.
Deslizo el celular del bolsillo de mi suéter y garabateo el número de Samara, texteando le pido que venga a mi casa con urgencia, probablemente este terminando su turno en el bar. Al recibir una respuesta positiva a mi urgencia me despojo de toda la ropa que cae desordenada al piso y me doy una ducha, una buena ducha que pueda quitarme toda esta culpabilidad que me amarra.
Salgo de cuarto de baño secando mi mojado cabello con una toalla y me llevo el susto de mi vida al ver a Sam, sentada y recostada sobre el espaldar de mi cama.
—Jesús Sam, no hagas eso. —Me llevo la mano al pecho y niego con la cabeza—. ¿Cómo es que llegaste tan rápido?
—Ya estaba cerca, de todos modos iba a pasar por tu casa, además Jacob me trajo. —Oh, Jacob, formo una línea delgada entre mis labios para no decir nada y busco una ropa cómoda para pasar la noche—. Ese chico está literalmente loco por ti Anna, literal—Hace énfasis en su última palabra.
—Sí, bueno. Él iba a besarme. —Lo digo bajamente en un susurro.
—Santa mierda. ¿Iba a besarte? ¿En la boca? ¿Con lengua y saliva? —Salta de la cama y me da una mirada espectadora—. Ya entiendo porque querías verme con urgencia.
—Baja la voz. —Hago una seña con mi dedo en la boca y camino por toda la habitación vistiéndome—. De eso no era lo que precisamente iba hablarte.
— ¿Entonces? —Pregunta insistente.
Antes de darme cuenta me encuentro sentada sobre la cama en frente de ella, jugando con mi cabello.
—Es sobre Harry Styles.
—El tipo que es tu objetivo para entrar al periódico ¿no? —Pregunta confundida.
—Sí, o el que era mi objetivo.
— ¿Era? —Sus ojos se agrandan por exageración—. Dios mío, no me digas que te descubrió. Van a matarte, me quedare sin mi mejor amiga, Dios mío ¿Cómo voy a sobrevivir sin ti?
— ¡Samara! —Le riño inflexible.
No sé porque me sorprende, siempre ha sido así de exagerada y nunca me deja terminar de hablar para comenzar hacerse una película en la cabeza.
—De acuerdo. ¿Qué pasa? —Su rostro cede y ahora sé que va a escucharme.
—No lo sé. —Digo porque es verdad, no lo sé—. Hoy estuve en su casa y descubrí que tienen una habitación llena de armas, y todo es de hierro ahí, es bastante tenebroso. Y sé que hay algo más, tal vez mucho peor—. Me levanto y camino alrededor de la habitación—. Me descubrieron, un tipo que trabaja para él y tuve que mentir diciendo que me perdí buscando el baño, y lo peor es que Harry me creyó. Me siento horrible por eso.
—Espera... ¿Me estás diciendo que te siente horrible porque te creyó? No te entiendo Anna, barájamelo más despacio.
—Siento que estoy siendo una mala persona, es decir. El me cree, me está teniendo confianza y yo estoy siendo la más hija de puta de todo el mundo entero.
— ¿No era lo que querías? —Se levanta y camina hacia mí recostándose sobre la ventana—. Te la está poniendo muy fácil, estas sintiéndote mal por una persona que me has dicho que posiblemente ande por la vida asesinando personas. Te lo está poniendo en bandeja de plata, le estás haciendo un favor al departamento policial de Chicago, además es tu única oportunidad de entrar al periódico, es tu oportunidad se ser como tu madre Anna.
No me di cuenta que estaba llorando cuando sentí sus brazos alrededor de mi cuerpo abrazándome con fuerza mientras frotaba mi cabello.
—Lo siento, yo no quería... —Sé que le es difícil pronunciarlo, sé que para ella también es difícil, porque mi madre era más madre para ella, que la de ella misma.
—Está bien. Eres la mejor amiga favorita de todo el mundo entero.
—Del universo entero —Dice separándose de mi—. Y la única que tienes. Ahora seca esas lágrimas y ve por él.
Tiene razón, ya estoy cerca. No puedo simplemente dejarlo todo, así que voy arrancar mi corazón, por supuesto. No literal, y conseguiré lo que quiero
Iré por ti, y sin remordimientos Harry Styles, porque tú probablemente no sepas lo que es eso.
...
Samara en la foto multimedia, y quiero agradecerles por sus votos y comentarios, sus opiniones, realmente las aprecio.