Atrapada((COMPLETA)) #1

By Amazigen

582K 49.5K 969

Helen es una chica inglesa perdida en su vida que llega a Marruecos para encontrarse a sí misma tras muchos e... More

Próximamente....
Capítulo Uno. Helen Brown.
Capítulo Dos. Sirvienta.
Capítulo Tres. Un Contrato.
Capítulo Cuatro. Djemaa El Fna
Capítulo Cinco. Soledad
Capítulo Seis. Al Borde.
Capítulo Siete. Club de Lectura .
Helen
Capítulo Ocho. Eventos Varios
Capítulo Nueve. Túnez
Capítulo Diez. A Solas
Confesarme a Helen
Capítulo Once. Bereber
Capítulo Doce. Pide un Deseo
Capítulo Trece. Ali
Capítulo Catorce. Sombras del Pasado
Capítulo Quince. No Hay Futuro
Llanto por Helen
Capítulo Dieciséis. De Nuevo Inglesa
Capítulo Diecisiete. Frapuccino
Buscar Fuerzas, Vivir sin Helen
Capítulo Dieciocho. Rosas Rojas
Sin Vuelta Atrás
Capítulo Veinte. Mi Tarjeta de Crédito
Capítulo Veintiuno. El Señor Higgins
¿Estoy Muerto?.
Capítulo Veintidós.Reencuentro.
Capítulo Veintitrés. Medicina Alternativa
Capítulo Veinticinco. Una Promesa.
Capítulo Veintiséis. Amor que Cura
Capítulo Veintisiete. Hermanos
Capítulo Veintiocho. Amina Nisba
Capítulo Veintinueve. Amenazas en la Oscuridad.
Capítulo Treinta.
Capítulo Treinta y Uno. Apariencias.
Capítulo Treinta y Dos. Amigas
Descubierta
Capítulo Treinta y Tres. Flor de Lys
Capítulo Treinta y Cuatro. Tecnologías.
Capítulo Treinta y Cinco. Cartas de Amor
Capítulo Treinta y Seis. Atrapada.
Capítulo Treinta y Siete. Amina Nabiha
Capítulo Treinta y Ocho. Celebrar el Amor
Capítulo Treinta y Nueve. Los Amores de Amina
Epílogo
Y llegó Ella....
Nota Aclaratoria.

Capítulo Diecinueve. Edward Redgrave

10.2K 932 14
By Amazigen


-Yo hace mucho que perdi mi oportunidad, Helen pero tú aún estás a tiempo de recuperar tu vida.

¿Recuperar mi vida?. Mi vida sólo tenía un nombre y era Abdel Alfasi y me asustaba el hecho de que al volver a verle, no me perdonase mi huída.

¡Bravo, Helen!. ¿Por qué no te piensas las cosas antes de hacerlas?.

Quince días habían pasado desde mi mudanza a casa de David y quince días después, el recuerdo de Abdelkader seguía haciéndose presente cada noche,cuando las responsabilidades ya no eran tales y la compañía de mi amigo ya no podía evadirme de mi realidad.

Un día, mientras salía a hacer algunas compras para casa, me tropecé con Edward en la puerta del supermercado. Desde el ramo de rosas, no había vuelto a saber de él.

-¿Qué tal, Helen?.

-Muy bien, Edward. Hace tiempo que no te veo.

-He estado fuera por motivos de trabajo es por eso que no volví a contactarte. ¿Te apetece tomar un café?.

Tierra trágame....

-Verás, Edward. Últimamente estoy teniendo problemas para discernir entre amistad y amorío y estaria mal que no te avisase de que lo último no me interesa en absoluto. Puede que te resulte prepotente por mi parte pero no me gusta hacer daño a las personas.

-¡Vaya!. ¿Siempre eres tan sincera?-me sonrió-. Tan sólo me apetece tomar un café y compartir una conversación contigo, Helen. Prometo no atacarte, emborracharte o declararte mi amor eterno mediante una propuesta de matrimonio.

-Resulta atractivo entonces el plan pero nada de cafés. Tu amigo me hace preparar al menos cien cada día y estoy cogiéndole especial aversión al olor.

-¿Baileys?.

-Mejor un merlot. David me está acostumbrando al vino tinto.

-Su copa después del trabajo. Hay cosas que no cambian.

Cuando hablaba con Edward, el tiempo parecía evaporarse. Era un gran conversador y si a eso le sumábamos que compartíamos bastantes temas de interés, resultaba bastante difícil aburrirnos el uno del otro.

-¿Fuíste feliz en Marruecos?.

-¿Por què lo preguntas?.

-Pues porque te vi muy decidida defendiendo al mundo árabe delante de Chris.

-Bueno es de sentido común defender a las personas sin importar si etnia.

-Lo sé pero en tus formas había emoción, convicción incluso amor. He vivido en muchos países y defendería a cualquiera. Con sus más y sus menos, todos son preciosos pero nunca jamás sería capaz de hacerlo como tú lo hiciste.

-Fuí demasiado feliz-admití al fin-.

-¿Por qué no vuelves entonces?.

-Parece que todos estáis confabulados para deportarme de nuevo a Marruecos-reí-.

-¿Quién sabe?. Quizás sea tu destino aunque si mi egoísmo hablase, me gustaría compartir más veladas a tu lado.

-Eso no será problema si sigues sin confesarme tu más profundo afecto hacia mi persona.

-Eso está hecho. ¿Te apetecería cenar mañana conmigo?.

-¿Por qué no?.

¿Por qué no?. ¿Otra vez dejándote llevar, Helen?.

Llegué a casa un pelín mareada por el vino y con la compra hecha en el supermercado hindú de la esquina. Tanto había charlado con Edward que habían cerrado casi todas las tiendas y de volver a casa sin cena, David me mataría.

-¿Has disfrutado haciendo la compra?. Traes pocas bolsas para lo que has tardado.

-Por supuesto. Te traigo todo un surtido de comida hindú. Desde salsa korma a pan naan recién hecho.

-Helen, ¿estás bien?.

-Sí, ¿por?.

-Sé que no eres racista pero, el hindú de la esquina no es donde sueles hacer la compra. ¿o me equivoco?.

-Está bien, gay entrometido. Me encontré con Edward al salir de casa, tomamos un par de vinos y cuando me quise dar cuenta, las tiendas estaban cerradas. Deberías agradecerme que hoy probarás algo nuevo.

-¿Curry algo nuevo?.

-Algo que no tomas habitualmente.

-Helen Brown, la mujer que siempre tendrá salidas para todo. ¿Qué tal está Edward?.

-Bien-le comenté mientras colocaba las bolsas encima de la isla de la cocina-. He quedado con él para cenar mañana.

-¿En serio?.

-¿Qué pasa?. Es un buen chico. No tengo pensado acostarme con él y sentirme culpable media vida por haberle fallado a Abdel aunque esté lejos de mí sin saber donde me encuentro.

-Me gusta esa respuesta, ¿preparamos la cena?.

-Por supuesto,David.

¿La cena de esa noche?. Todo un éxito haciendo que el señor Amul nos tuviese como clientes habituales a partir de ese entonces. El trato era más amable y las verduras de mejor calidad. Cómo siempre suele pasar, aún teniendo un tesoro delante de nuestras narices, nos percatamos de él. Siempre hay una casualidad o un incidente que nos hace descubrirlo pero nunca son los ojos físicos los que nos llevan a conocerlo.

Pasaron más semanas trabajando, conversando en las noches con David, comprando fruta a Amul y cenando con Edward. Todos los viernes cenábamos juntos empezando a ser una parte importante de mi vida, una parte a la que me estaba acostumbrado demasiado.

Fue una noche en particular, una noche en la cual decidimos salir de fiesta con David cuando se sucedieron una serie de hechos que tendrían sus consecuencias en el futuro inmediato.

-Helen, estás preciosa esta noche.

-¿Siempre le dices eso, Edward?. ¡Qué poco originales son los hetero!.

-No me quiero imaginar qué es lo que me dirías tú si en vez de llevar falda llevase pantalones y tuviese ciertas partes colgando.

-Muchas cosas pero pocas bonitas.

Me guiñó un ojo y los tres nos acercamos a un pub donde escuchamos música en directo mientras bebíamos cerveza. La velada, amenizada por las historias de juventud de mis acompañantes fue de lo más entretenida y no tardamos mucho en darnos cuenta de que nos reíamos más de lo habitual.

-David, creo que estoy un poco pedo.

-No eres la única, bonita. Fíjate en Edward, empieza a ponerse colorado. Siempre le pasa cuando se bebe hasta los charcos.

Empezamos a reírnos de él mientras pedíamos otra ronda de cervezas en la barra.

-¿Puede saberse de qué os reís tanto?.

-No te lo tomes a título personal. Es el alcohol el que se está riendo, no nosotros.

-Qué desgracia de amigos me he echado....

-Me apetece bailar-anuncié-.

-Pues que Edward lo haga contigo porque yo me niego a hacerlo. La última vez que bailé borracho acabe cayéndome en medio de la pista.

Miré a Edward quien caballerosamente, me invitó a bailar tomándome de la mano. La última vez que había tenido un contacto tan íntimo había sido con Abdel y aunque su tacto era agradable, no sentía lo mismo que con Alfasi.

¿La sorpresa del momento?. Que música lenta comenzase a sonar transformando lo divertido en embarazoso.

-¿Me concede este baile, señorita Brown?.

-Por supuesto que sí.

Me agarró por la cintura con suavidad, casi con miedo como si temiese romperme o algo parecido a la vez que yo colocaba mis manos sobre su cuello. Fueron minutos extraños en los que no hablamos y no levante mi vista del suelo hasta que él me reclamó.

-Helen....

-¿Sí?.

Juntamos nuestras miradas. La suya verde oscura, la mía azul clara. Ambos éramos como dos oceános convergiendo y sin tiempo a reaccionar, acercó sus labios a los míos apenas rozándolos.

-Sé que amas a otro porque tus ojos me lo dicen, así como también sé que sufres por él pero no puedo evitar confesarte mis sentimientos y la verdad es que me siento atraído por tí desde el primer dia en que te ví. Yo no puedo ser él, Helen pero puedo ayudarte a olvidarlo.

Me separé de él para mirarlo. Hablaba con el corazón y yo sabía que era una bella persona pero, ¿hacerme olvidar a Abdel?.

¿Sería eso posible?. ¿Existiría tal remedio?.

Continue Reading

You'll Also Like

223K 14K 61
Después de tener una dolorosa ruptura amorosa con el primer hombre que le entregue mi corazón, viendo que todo era mentira descubrí que debes de segu...
88K 4K 41
-¿Se puede saber porque estás empacando tus cosas?-preguntó Steven observando a Natalie. -No tengo nada que hacer aquí, creo que quien mejor te lo p...
14.7K 1.1K 38
¿Que tan difícil puede ser irse a la cuidad de Heidelberg , Alemania a estudiar medicina? ¿Que tan difícil es sobrellevar el casi divorcio de tus pad...
269K 16.1K 40
Jessica creyó que el amor se había desvanecido de su vida para siempre. Un trágico accidente la arrebató al hombre que amaba, dejándola sola en un mu...