Capítulo Treinta y Ocho. Celebrar el Amor

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Ambos nos fundimos en un beso lleno de ternura sabedores de que, nuestro amor era tan grande que nadie podría entrometerse entre nosotros. Ni siquiera las mismísimas tejedoras del destino.

Amaba a Abdel y el a mí y por primera vez en mucho tiempo, sentí que al fin podríamos centrarnos en nuestra boda sin problemas, sin temor a nadie, sin dudas.

Abdelhamid, Reeta, gracias por habernos salvado. Gracias por dejarme hacer feliz a este hombre.

La muerte de la señora Nisba había causado en mí tal impresión que alguna que otra noche despertaba envuelta en sudores tras haber sufrido una pesadilla. Por suerte, tenía una boda que organizar que me me mantenía la mente bastante ocupada durante la mayor parte del día. A mí y a Amina, quien había dejado el piso de Alí para mudarse con nosotros.

Aunque ya se había ganado mi favor y el de Abdel hacía tiempo, Aisha se estaba convirtiendo en un apoyo fundamental para su persona. Sospechaba que en el pasado ya habían sido grandes amigas y ahora que retomaban su amistad, Amina era capaz de sonreír sabiéndose querida por su nueva familia.

-Helen, aún no he tenido tiempo de darte las gracias por todo lo que has hecho por Amina. Si no llega a ser por tí, segura recordándola como a la arpía que me destrozó la vida. Nada más lejos de la realidad.

-Alí, yo no hice más que abrirle las puertas a esta casa así que déjate de perder el tiempo dándome las gracias y empieza a pensar en qué ropa llevarás a mi boda. No se me ocurre mejor padrino que tú.

-¿Yo padrino de tu boda?. ¿No quieres qué te lleve tu padre?.

-He hablado con él al respecto. No le gusta ser el centro de atención. Cosa que haría acompañándome así que declinó mi oferta con toda la elegancia de un sir inglés. Por tanto, no se me ocurre mejor padrino que tú pues a tí te tengo que agradecer que me hayas traído de nuevo a Abdel, que me hayas intentando defender a pesar de que eso implicase enfrentarte a tu hermano.

-Todo por mi hermana.

-Eso significa que serás mi padrino, ¿verdad?.

-Por supuesto que sí. Estaré orgulloso de llevar de mi brazo a la mujer más valiente que conozco.

-¿Quién iba a decir que el desagradable de Alí Alfasi iba a ser capaz de caerme bien?.

Las cosas que tiene la vida....

Un día antes de la boda, viajamos a Túnez. Allí me reencontré con mi familia. Tanto tiempo llevaba sin ver a mis hermanos que, a mí gusto, habían cambiado muchísimo aunque mi afecto por ellos seguía siendo el mismo o incluso mayor. A todos les gustó mi prometido y mis padres no dudaron en darme su bendición tan pronto intercambiaron unas pocas palabras con él.

Había conocido a Abdel como un hombre hermético y misterioso pero de esos rasgos, no quedaba ni el más leve rastro.

También emocionante fue volver a ver a David quien, tras darme un abrazo y voltearme por los aires, me presentó a su acompañante. Alma, una chica española que me había sustituído en la cafetería. Era extremadamente bella pero en sus enormes ojos almendrados, guardaba una tristeza que pasaba desapercibida cuando sonreía pero que a mí no se me pasó por alto.

-Helen, eres la mujer más desapegada que he visto en siglos. Desapareces de Londres con tu cuñado y cuando vuelvo a saber de ti, es para invitarme a tu boda.

-Al menos me acordé de tí, ¿verdad?. ¿Qué tal la cafetería?.

-Te hice caso y empezamos a hacer nosotros mismos los pasteles. Ahora todo el mundo en Londres habla de los rollos de canela de David.

-Nunca subestimes a mi prometida con su amor por la canela. No conozco a nadie más que domine mejor su uso en la cocina. Incluso llegó a hacernos comer un cordero con ella cambiando así una receta que llevaba cien años en mi familia.

-¡Abdel!. Dijiste que estaba rico.

-Sí, preciosa. Hasta mi hermano lo dijo.

-Así que tú eres Abdel. Ahora entiendo porqué mi antigua empleada suspiraba por tí por las esquinas.

Lo miró de arriba a abajo y no pude evitar reír.

-Eres un gay depravado, David.

-No podría negar la evidencia.

Cuando al día siguiente ví el jardín del hotel engalanado con miles de flores rosas desde la ventana de mi habitación,  empecé a ponerme nerviosa. Era el día en el que por fin le daría el "sí, quiero" a Abdel y cruzaba los dedos porque todo saliese bien.

-¿Nerviosa?.

-Demasiado, Amina. Tanto que no se si podría echarme el rimmel sin meterme el aplicador en el ojo.

-Para eso estoy yo aquí. Para hacerte la novia más linda de cuantas se hayan visto.

-Gracias por todo, Amina. Me alegro que formes parte de esta familia.

-No hubiese sido posible sin tu ayuda. Y ahora, a la ducha. Tenemos muchas cosas que hacer y queda una hora para tu boda.

Demasiadas cosas. Ducharme, peinarme, maquillarme, ponerme el vestido....nos tomó diez minutos más de lo permitido lo que causó los nervios de mi padrino que esperaba impaciente en la puerta.

-Helen, ¿crees qué mi hermano se merece tanta espera?.

-Ya voy, impaciente.

Se quedó boquiabierto tan pronto me vió pero su rostro nada tuvo que ver con el de Abdel que con lágrimas en los ojos mientras me observaba caminando hacía él acompañado de Aisha.

-Helen, estás preciosa.

-Gracias, Abdel. Me alegro de que estés aquí.

-Ya te dije que no huiría ni por todo el oro del mundo porque ni semejante riqueza es comparable a tí. 

Fue una boda bonita, sentida e impregnada de amor por cada esquina. Cuando el juez nos dió la bendición para besarnos, una ráfaga de aire hizo que algunos pétalos de las flores cayeran sobre nosotros haciéndome sentir como una princesa en un cuento de hadas.

-Ya eres la señora Alfasi.

-Suena bien pero prefiero que sigas llamándome Helen. Señora Alfasi es sólo para cuanto te enfades conmigo.

-Intentaremos que eso pase lo menos posible, Helen Alfasi.

-¿Ves?. Así suena bien.

Tras la ceremonia, llegó el momento de hablar con los invitados. Realmente me agobio un poco así que aproveché un descuido para ir con Amina al baño y refrescarme un poco.

La sorpresa fue cuando ví a Lazard besando a Aisha.

-Ya decía yo que últimamente estabas muy contenta, Aisha.

-¡Helen!.

-Por favor, Aisha. Celebrar el amor es bonito. no te sientas avergonzada.

-¿Tú?. ¿Qué haces aquí?.

Lazard miró a Amina y supe en ese momento que mi boda se estaba poniendo interesante. 

-¿Os conocéis?

-Era novia del idiota de mi hijo. De hecho fue ella la que lo convenció para trabajar con los Alfasi.

¿En serio?.¿Cuándo seremos capaces de ser una familia normal?.

Atrapada((COMPLETA)) #1Where stories live. Discover now