Capítulo Treinta y Cuatro. Tecnologías.

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Corrí hasta el jardín donde hacía a Abdel paseando pero me quedé a cuadros cuando lo ví hablando con la señora Nisba. Parecía llorar y no me miró cuando llegué a su lado.

-¿Qué hace usted aquí?.

-Saldar mis deudas, Helen Brown.

-¿Se da cuenta del daño qué puede hacer?.

-¿Y tú, Helen?. ¿Engañarme con mi propio hermano?.

¿Eing?.

-¿Qué coño estás diciendo, Abdel?.

-Muéstrale las fotos de mi móvil.

Abdel le hizo caso y me enseñó unas fotografías donde aparecíamos Alí y yo entrando en el cuarto de las escobas del hotel de Marrakech.

¡Con qué era eso!. Por suerte, soy más lista que tú, idiota.

-¿Con qué esas tenemos?.

En un impulso cogí a la madre de Amina por los pelos y la arrastré hacia la entrada de la mansión. Abdel iba detrás de mí preguntándome què es lo que hacía mientras la señora Nisba gritaba amenazándome.

-¡Alí!-grité una vez en el recibidor-.

-¿Qué es lo que pasa, Helen?. ¡¿Y qué narices haces arrastrando a esa mujer?!

-¿Recuerdas la conversación qué te mandé grabar en el cuarto de las escobas?.

-Sí.

-Pues saca tu móvil y pónsela a tu hermano porque esta señora está emperrada en separarme de él  y no tengo pensado consentírselo.

Alí empezó a buscar nervioso en su teléfono. Al principio, la tardanza parecía normal pero después de dos intensos minutos, hasta yo empecé a impacientarme.

-¿Alí?.

-No soy capaz de encontrarlo, Helen.

-¿Y ahora qué, Helen Brown?. ¿Dónde están tus pruebas?.

Me miraba desafiante, segura de haberse salido con la suya. Al ver la cara de decepción de Abdel, supe que había ganado, que después de tanto esfuerzo, todo se iría al traste.

-Helen, Alí-la voz de Abdel-. ¿Por qué me hacéis esto?. ¿Acaso me he portado mal con vosotros?.

-Abdel....

-Buen viaje de vuelta a Inglaterra, Helen.

Ahora entiendo porqué tu hija huye de tí. Ni el mismísimo demonio sería capaz de ser tan retorcido como tú.

-Helen no se irá a ningún lado, señora Nisba.

-¿Se quedará contigo?. ¡Qué bonito! Robarle la novia a tu hermano y no mostrar ni un ápice de remordimiento.

-No, señora. Hermano, ¿recuerdas cuándo siendo pequeños juramos en el jardín de nuestra antigua casa que antes de mentirnos entre nosotros nos moriríamos?.

Abdel asintió con las lágrimas corriendo por sus ojos.

-Pues debo contarle el porqué Helen nunca te engañaría y mucho menos conmigo.

Alí, no puedes hacerlo, no puedes contarle a Abdel nuestro secreto.....

Estaba horrorizada. Si Alí le contaba a Abdel cuando intentó besarme para ponerme a prueba, yo seguiría adelante con mis planes de boda pero él perdería el favor de su hermano por siempre.

Por favor, si hay alguien ahí velando por estos dos hermanos, que impida que esta señora los separe.

-Fue un día.....

Atrapada((COMPLETA)) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora