Somos una mentira | Min Yoon...

By BaeHyunLee

31.3K 2.3K 804

Abril era una completa mentira, lo único real era su sonrisa y la forma en que lo miraba. Min Yoon Gi era dif... More

Prólogo
T1 | Capítulo 1
T1 | Capítulo 2
T1 | Capítulo 3
T1 | Capítulo 4
T1 | Capítulo 5
T1 | Capítulo 6
T1 | Capítulo 7
T1 | Capítulo 8
T1 | Capítulo 9
T1 | Capítulo 10
T1 | Capítulo 11
T1 | Capítulo 12
T1 | Capítulo 13
T1 | Capítulo 14
T1 | Capítulo 15
T1 | Capítulo 16
T1 | Capítulo 17
T1 | Capítulo 18
T1 | Capítulo 20
T1 | Capítulo 21
T1 | Capítulo 22
T1 | Capítulo 23
T1 | Capítulo 24
T1 | Capítulo 25
T1 | Capítulo 26
T1 | Capítulo 27
T1 | Capítulo 28
T1 | Capítulo 29
T1 | Capítulo 30
T1 | Capítulo 31
T2 | Capítulo 32
T2 | Capítulo 33
T2 | Capitulo 34
El regreso...

T1 | Capítulo 19

1K 80 30
By BaeHyunLee


Las cosas no podrían empeorar... ¿Cierto?


Podría jurar en ese instante que el techo de mi habitación era lo más atractivo que hubiera visto en mi vida. Había despertado hacía más de una hora y no era capaz de levantarme y salir de entre sábanas, y no precisamente por sueño sino porque quería que me tragara la tierra y me escupiera lo más lejos posible de Min Yoon Gi.

"Me gustas... Me vuelves completamente loca. De no ser así... ¿Crees que te hubiera besado? ¿Crees que al menos hubiera dejado que me tocaras o estuvieras tan cerca de mí? Me gustas tanto que haces que te odie. ¿Eso era lo que querías escuchar de mí?"

Escondí mi rostro bajo la almohada y grité hasta que me doliera la garganta. Tenía que haber estado demente como para haber confesado algo como eso y en una situación así. ¿Cómo podría mirarlo a la cara ahora? De lo único que estaba completamente segura, era de que ya las cosas no serían de la misma manera... Y que tampoco podría escaparme o esconderme.

Estaba acabada...

Al final decidí salir de la cama y afrontar la realidad. Hice mi rutina diaria. Tomé un baño en el que lavé mi largo cabello castaño, usé los jeans rasgados en las rodillas que tanto me gustaban junto a una blusa de tirantes, desayuné cereal y salí rápidamente con mil oraciones en la boca hacia la estación para tomar el bus que me dejaría a unas cuadras del edificio de los chicos, porque si contaba con un poco de suerte, lograría sobrevivir a tan incómodo día que sería. Y en menos de media hora ya estaba caminando en dirección al complejo de apartamentos hasta que el tono de notificaciones de mi teléfono hizo que me detuviera en medio de la calle.

Chantajeador:
Tenemos una crisis.

Un hombre de pequeños ojos negros que barría el frente de su negocio soltó una maldición para luego mirarme con la perplejidad plasmada en su rostro luego de que yo soltara una carcajada de la nada. De hecho, no me importó, seguro pensaría que algo malo sucedía con mi cabeza por estar riendo como una tonta a mitad de la calle, y es que nadie más sabía el secreto detrás de aquellas palabras que Jungkook me había enviado.

Instantáneamente mi humor mejoró, así que giré mi cuerpo y cambié el rumbo en el que me dirigía. Una cuadra en la dirección contraria había una cafetería de dónde provenía un exquisito aroma a pan recién horneado. Y mientras compraba medialunas para todos y cualquier otro tipo de pan que se viera agradable, recordaba aquella vez en que Jungkook y yo tuvimos nuestra larga caminata luego de que el menor visitará a la chica que le gustaba. Aquella noche mencionó que si alguna vez me escribía diciéndome "Tenemos una crisis" que no me espantara ya que se trataba solamente sobre escasez de comida. Recuerdo que también lo había golpeado en el hombre por semejante disparate, jamás pensé que realmente lo hiciera, hasta ahora.

Al menos, esa pequeña crisis había logrado que mi mente se distrajera.

En menos de diez minutos ya me encontraba digitando la clave de acceso para ingresar al apartamento de los chicos, y en el mismísimo instante en que me puse las pantuflas color rosa que habían comprado para mí, un extraño olor me invadió obligándome a hacer una mueca de desagrado... ¿Acaso me había equivocado y si se trataba de una crisis?

Seguí al extraño hasta la cocina donde me encontré a Nam Joon comiendo cereal en silencio apoyado contra la mesada, a un Jungkook y un Hoseok con el ceño fruncido sentados frente a la isla y a Taehyung improvisando frente a la estufa. Instantáneamente los ojos del menor se iluminaron al verme, quién diría que luego de un chantaje y algunos secretos compartidos, el chico se volvería cercano a mí, o tal vez la razón de esos ojos brillantes era porque ya había detectado el olor a pan recién horneado junto a mi llegada.

— ¿Qué están haciendo? —Pregunté llamando la atención del resto, recibiendo la encantadora sonrisa cuadrada de Taehyung.

— El desayuno. —Respondió el peli castaño amplificando su sonrisa para luego continuar con lo que estaba haciendo. Me acerqué a los demás con una sonrisa divertida.

— ¿Dónde está Jin? Él siempre hace el desayuno. —Quise saber, realmente estaba disfrutando de ver el semblante de Hoseok, parecía que quería apoyar a su amigo pero su rostro expresaba que seguramente su estómago estaba dando vueltas por el olor.

— Tae se despertó inspirado y le pidió a Jin que descansara prometiendo que él se encargaría de todo. —Respondió Nam Joon con la boca llena de cereal.

— Pero no está resultando bien. —Soltó Jungkook cayendo derrotado sobre la mesa haciendo un berrinche, esa escena me causó más gracia.

— Sé que no tiene buena pinta y huele un poco extraño pero... sabe bien. —Prometió Taehyung cuando colocó dos platos repletos de comida que seguramente no podría describir, pero su semblante de orgullo por lo que había hecho y su bondad, lo valía todo.

— No comeré eso. —Dijo el menor incorporándose rápidamente.

— Taehyung... creo que me duele el estómago, no podré comer tampoco, pero se ve bien. —Lo animó Hoseok a lo que Nam Joon soltó una risa divertida.

— ¡Hyung! —Se quejó el peli castaño. Ver a Taehyung haciendo pucheros me provocó querer envolverlo en papel de burbujas y cuidarlo para siempre.

— ¡Oh! De haber sabido que ibas a preparar el desayuno, no hubiera comprado esto... —Dije fingiendo pesar al tiempo que elevaba la bolsa repleta de medialunas. Dejé la bolsa sobre la mesa y una vez que la abrí, el olor del pan pudo sustituir el aroma de la comida del otro. — Lo siento, Taehyung...

— ¡Noona! —Esta vez el berrinche del peli castaño iba dirigido hacia mí justo cuando los demás quisieron acercarse a la bolsa. — Realmente me esforcé. —Jungkook iba a matarme por lo que diría a continuación.

— Tiene razón, al menos deberían probar la comida que él hizo para ustedes. —Me sentí como una mamá poniendo el orden frente a sus hijos cuando a decir verdad, era menor que todos ellos, salvo Jungkook. — ¿Qué están esperando? Coman. —Ordené y desde donde estaba escuché como Hoseok tragó saliva. — Haré que Yoon Gi les compre brochetas de cordero para el almuerzo si prueban la comida. —Propuse, y fueron escasos los segundos en que los chicos, incluyendo al peli castaño, en que lo pensaron antes de abalanzarse sobre el plato para comer.

Un minuto de silencio mientras todos masticaban lentamente. Me contuve de reír, la expresión de Jungkook se transformó, sus ojos se hicieron más grandes y una extraña sonrisa se dibujó en sus labios. Hoseok no que quedó atrás, él fue más expresivo a diferencia de los otros dos, más estallé en carcajadas cuando Taehyung habló.

— ¿Sabes qué, Noona? Creo que deberíamos comer tus medialunas. —Era increíble, él mismo se había arrepentido de su propio invento y ahora devoraba una medialuna para pasar el mal sabor de su comida que seguramente, yo no probaría.

— ¿Ya está el desayuno? —Preguntó Jin entrando a la cocina con una radiante sonrisa, usando aún su pijama azul.

— Hyung, Abril trajo medialunas... —Dijo Hoseok en su ardua labor de comerse la medialuna quitándole capa por capa.

— ¿Qué pasó con la comida de Taehyung? —El interrogatorio de Jin me hizo reír mientras preparaba el café para ellos.

— Deberías probarlo... —Lo incitó el menor, y a pesar de que Jin lo dudó al ver la comida sobre la isla, lo hizo, y su reacción exagerada fue el clímax de aquel desayuno.

— ¿Dónde está Jimin? —Pregunté al notar que el pelirrubio no había aparecido ante tanto alboroto. Sabía que aquel día sería la filmación del MV para la introducción del nuevo álbum, pero según el horario que tenía de los chicos, aún faltaba más de una hora para que iniciara.

— Huyó... Dijo que desayunaría en la empresa, traidor. —Dijo Nam Joon sumergiendo la medialuna en el café antes de comerla, cada uno tenía gustos extraños al momento de comer, así como Jungkook que no existía nadie más una vez que la comida estuviera delante de él.

— De acuerdo, entonces... —Hice una pausa, a decir verdad, dudé. — Iré a llevarle el desayuno a Yoon Gi. Dudo que tenga intenciones de dejar su estudio a menos que tenga que ir a ensayar. Ese cavernícola hará que me despidan si dejo de alimentarlo.

Escuché reír a Jungkook a mis espaldas. Al parecer el ambiente tensionante de la noche anterior había desaparecido entre ellos, aún no sabía que podía esperar del cavernícola encerrado en su cueva. Así que sin más, sobre una bandeja puse algunas medialunas, un plato exclusivo de Taehyung y el café. 

— ¿Vas a darle eso a Yoon Gi Hyung? —Preguntó Jungkook. Yo asentí con una sonrisa divertida, me estaba comportando como una niña y seguro Yoon Gi me patearía el trasero, pero no me importaba, con tal de no sentirme incomoda al verlo, lo haría. — ¿Por qué? Sabe mal...

— Tú lo sabes, yo lo sé. Todos lo sabemos, pero él no... —Le respondí guiñando un ojo antes de desaparecer de la cocina, escuchando un "la va a matar" proveniente de Taehyung.


Salí de la cocina cargando la bandeja y caminé hasta llegar el final del pasillo donde estaba el Genius Lab. Suspiré, una, dos y tres veces antes de digitar la clave para poder entrar, encontrándome a Yoon Gi despierto y sentado frente a su escritorio editando seguramente alguna canción en su computadora. No me escuchó llegar ya que tenía puestos los auriculares pero si soltó un respingo cuando puse la bandeja a su lado en el escritorio.

Con ese semblante de pocos amigos que lo caracterizaba se quitó los auriculares dejándolos alrededor de su cuello para darme una ojeada de pies a cabeza que me hizo temblar y suplicar a todo lo sagrado para que seguir trabajando a su lado no fuera complicado.

— ¿Qué es esto? —Preguntó cuándo por fin miró la comida sobre la bandeja.

— Tu desayuno. —Puro sarcasmo, él me miró entrecerrando sus ojos. — Pruébalo, lo preparó Taehyung, no puedes hacerle el desplante de no comerlo. Los demás ya comieron. —Quise animarlo al tiempo que jugaba con mis dedos, porque si, comenzaba a ponerme nerviosa, no hace muchas horas le había dicho que me gustaba y ahí estábamos ahora, hablando del desayuno.

— Claro que puedo hacerle el desplante... —Se limitó a decir, tomando la taza de café regresando su mirada a su computadora. Maldito...

— Yoon Gi... —Insistí y él resopló.

— Estoy ocupado. —Me cortó de frente, directo y rápido. Así que no tuve más opción que empezar a decir repetidamente su nombre mientras presionaba su hombro hasta que soltó una maldición, frustrado y en rápidos movimientos se llevó una gran porción a la boca.

Esperé... más el muy cavernícola no expresó nada, solo me miró entrecerrando sus ojos.

— ¿Qué le pusiste a esto?

— Ah... Creo que tiene huevo. —Dije con inocencia conteniendo una sonrisa. Él pasó la lengua por sus labios y luego los frunció.

— Tiene algo más, sabe... —Entonces no pude contenerme más y comencé a reír. — ¡Lo sabías! Ah, sabe asqueroso... —Soltó el chico poniéndose de pie para alcanzar la botella de agua sobre la mesa de vidrio frente al sofá. Por poco la bebe por completo mientras yo no paraba de reírme presionando mi estómago ya que dolía. — ¿Cómo pudiste darme algo así?

— No lo sabía... —Mentí, él me miró perplejo.

— ¿Tienes algún rencor contra mí o qué? ¿Te estás vengando? —Parecía indignado.

— Vamos, no es para tanto... —Agregué fingiendo que limpiaba una lágrima por lo mucho que había reído.

— Pruébalo.

— No quiero... —Le saqué la lengua de forma juguetona. Reconocía que este ambiente entre nosotros era agradable, él seguía siendo un idiota, pero ya no negaba que me gustaba.

— Hazlo. —Demandó acercándose a la bandeja para tomar una porción con el tenedor. Volví a negarme pero su mirada se volvía cada vez más intensa y eso empeoró cuando quise huir pues terminó sujetándome por la cintura con su mano libre y presionando la comida sobre mi boca mientras yo negaba frenéticamente. — Abre la boca. Hazlo... ¡Abril! —Lo miré suplicante y volví a negar pero él no daba su brazo a torcer y tampoco apartaba esa indescriptible comida de mis labios. — No hagas que te obligue a abrir la boca. —Gruñó tirando un poco más de mí para pegarme a su cuerpo, que para mí desgracia se me escapó un gemido haciendo que la comida entrara en mi boca... Quería llorar, ahora si de verdad.

— Mmm... —Emití masticando despacio sintiendo como el sabor de la sal alteraba mis papila gustativa, sabía muy pero muy mal... Iba a matar a Taehyung.

— Traga. —Volví a negar y él me sujetó por la barbilla. — Te irá peor si lo escupes, traga. —Y con las lágrimas al borde de derramarse, trague. — Te lo mereces. —Susurró con una pequeña sonrisa en sus labios pero esta se borró cuando notó mi semblante pálido, seguido de una arcada de mi parte, sentía que iba a vomitar. — No, no, no... ¡No en mi estudio! —Chilló cubriéndome la boca y prácticamente empujándome al interior del baño, dejándome frente al lavamanos.

— Tengo. El. Estómago. Débil. —Chillé palabra por palabra, aferrándome a los lados del lavamanos mientras el pelirrubio sujetaba mi cabello y abanicaba con su mano libre mi rostro.

— No lo sabía, solo no vomites. —Estaba histérico y solo empeoró cuando sentí otra arcada, el sabor salado no desaparecía de mi boca que era lo peor, nunca había tolerado los sabores fuertes, ya no estaba segura de si quería vomitar, llorar, o golpearlo.

— Cierra la boca. —Esta vez fue mi turno de gruñir pues su escándalo no estaba ayudando a calmarme. El chico a mi lado abrió la llave y comenzó a echarme agua alrededor del cuello y por todo el rostro, realmente se lo agradecí, fue lo único que controló mis náuseas.

— ¿Estás bien? —Preguntó cuándo logré apoyar la espalda contra la pared. Simplemente asentí con la cabeza y cerré los ojos intentando recuperarme, así que no pude ver la sonrisa que se formó en sus labios. Acto seguido tomó una pequeña toalla de manos para comenzar a secarme el rostro y el cuello con cuidado. — Que floja eres... —Se burló de mí, tan tipo de él. — Vamos, no era para tanto. —Usó mis propias palabras disfrutando del momento. Yo solo pude abrir los ojos para fulminarlo con la mirada, ganándome otra de sus sonrisas.

— Idiota...

— Te salió muy mal la broma, eh. —Continuó con sus chistes aun pasando la toalla por mi piel. En definitiva, sí, me había salido todo muy mal, salvo porque ahora él sonreía cómodamente.

— Te odio. —Y su sonrisa se amplió aún más. Y tal vez fueron esos escasos segundos de cercanía o nuestras miradas cruzadas lo que hicieron que el ambiente cambiara. Ahí me di cuenta lo demasiado cerca que estaba.

Mi corazón dio un vuelco y se sentía electricidad entre nosotros, sabía que por su expresión no había sido la única que lo había notado, a él también le estaba afectando. Mis ojos viajaron por su rostro, delinearon sus ojos, el puente recto de su nariz y sus pequeños labios. Quise tocarlos y me arrepentí justo al segundo en que di un paso hacia delante por impulso ya que él fue más sensato y retrocedió, regresándome a la realidad de un solo golpe. Ahora estaba avergonzada y quería que me tragara la tierra.

— Debo trabajar. —Murmuró colocando la toalla sobre mi rostro para cubrirlo antes de salir para tomar nuevamente su lugar frente a la computadora. Yo tardé un par de segundos más antes de salir, tuve que recuperar la compostura.

— Recuerda que en la tarde tienes una reunión con uno de los productores. —Él asintió con la cabeza pero esta vez no me miró sino que volvió a su trabajo en silencio. — ¿Quieres que te acompañe? —Probé necesitando recuperar el ambiente anterior.

— Si eso quieres. —Su voz era suave, tanto que llegó a mi pecho provocando que mi corazón diera otro vuelco. No, no estaba siendo el mismo idiota de siempre, esto era mucho peor para mí.

En ese instante el timbre del estudio sonó distrayéndonos por un segundo. No dudé en abrir la puerta encontrándonos con un Jin sonriente. Ya se había cambiado, ahora usaba jeans rasgados, camiseta negra, tenis y un abrigo más grande que él.

— Iré a la empresa para ver cómo va Jimin con la filmación. ¿Quieren ir? —Nos invitó. Rápidamente giré mi rostro hacia Yoon Gi, este negó.

— Estoy ocupado. —Hombre de pocas palabras. Jin asintió con la cabeza y luego me miró, expectante, igual que el pelirrubio.

— Tengo cosas que hacer aquí, la cocina...

— Olvídalo, ya le pedí a Taehyung que limpiara su desastre. Yoon Gi está ocupado así que no tienes mucho que hacer aquí, ven conmigo. —Insistió el mayor. Volví a mirar a Yoon Gi con la ridícula esperanza de que se negara, pero ese solo apretó su mandíbula compartiendo una extraña mirada con Jin.

— Haz lo que quieras. —Esta vez la voz de Yoon Gi fue cortante y seria, nada comparado a como hacía un par de minutos me había hablado. Sin más se giró dándonos la espalda volviendo a colocar los auriculares en sus oídos, lo que significaba que no quería ser interrumpido nuevamente.

Jin estiró su brazo hacia mí tomándome de la muñeca para sacarme del estudio. Tal como lo había dicho, Taehyung estaba limpiando el desastre que había hecho en la cocina pero con la ayuda de Hoseok, en cuanto a Nam Joon y Jungkook, habían desaparecido. Solo nos detuvimos en la entrada para cambiar nuestras pantuflas por los zapatos y en cuestión de minutos, Jin ya había puesto en marcha la camioneta que los chicos tenían para uso exclusivo de ellos.

Una canción de Super Junior sonaba en la radio mientras yo me entretenía al ver a Jin intentando hacer todas las voces al mismo tiempo. Comencé a reír y su expresión fue como si hubiera escuchado lo más bonito del mundo, instantáneamente me avergoncé.

— Es lindo verte feliz, a pesar de todo lo que sucedió ayer. —Dijo en voz baja, mi sonrisa poco a poco se desvaneció y la confusión se dibujó en mi rostro. — Accidentalmente escuché tu conversación con Yoon Gi. —Aclaró haciéndome palidecer, por un momento creí que había superado el día al no tener esa conversación con el principal involucrado, en cambio, Jin me sorprendió al sacarlo a la luz.

— Sobre eso... —Me moví incómoda en el asiento, él lo notó.

— Está bien. Es solo que estaba sorprendido, quería saber cómo te sentías al respecto. No sé si estás sonriendo por aparentar o si realmente estás bien, es muy complicado para mí. — Quise llorar, pero no por lo que había sucedido sino porque Jin era demasiado especial.

— Estoy bien, de verdad. Si lo que quieres saber es si romperé a llorar en algún momento, puede que lo haga. —Quise bromear a lo que él respondió con una pequeña sonrisa. — Pero solo por ver lo preocupado que estás por mí. Gracias... Y con respecto a Yoon Gi, las cosas no cambiarán sólo porque tenga sentimientos por él, además de que no es correcto, tengo ese contrato de "no salir con ninguno de ustedes" ¿Irónico, no? Cuando empecé a trabajar en la empresa, me juré a mí misma que nada de esto sucedería, involucrarme de esta manera tal vez sea lo peor pero no puedo dar marcha atrás, aun así, no estoy pidiendo que él esté conmigo y... —Entonces mis palabras quedaron en el aire ante el suave contacto que Jin me regaló al acariciar mi cabello, estaba consolándome.

— Estas perdida, Abril. —Su sonrisa nunca alcanzó sus ojos, expresaba algo más, algo difícil de entender para mí, algo que hizo que el pecho me doliera. — Por eso creo que son perfectos el uno para el otro, Yoon Gi y tú... Desearía que pudieras ver desde otra perspectiva el cómo son cuando están juntos. —Jamás esperé escuchar eso. — No puedo intervenir por ustedes pero si puedo cuidarte hasta que Yoon Gi decida dejar de ser un idiota... Porque somos amigos. —Y a esas alturas, yo ya estaba llorando.

No merecía a alguien como él...

No cuando era él quien ponía el sufrimiento de los demás por encima del suyo.

Jin me dejó llorar en silencio hasta que detuvo el auto dentro del estacionamiento de la empresa. Esperó paciente a que recuperara la compostura y limpiará cualquier rastro de lágrimas de mi rostro, le agradecí, y con una sonrisa de su parte nos bajamos para encontrarnos con los demás.


El set de grabación era una locura a esa hora. Maquillistas, estilistas, productores y demás del área técnica corrían de un lado para el otro organizando todas las cosas para continuar con la filmación. Era la primera vez que veía algo como eso e instantáneamente mi humor se transformó, mis ojos brillaron y la arquitecta que llevo dentro de mí salió a flote.

Dentro de la escenografía armada pude divisar a Jimin vistiendo de blanco, sentado en un pequeño sillón que decoraba la ambientación mientras que Ha Neul retocaba su maquillaje. El Manager Kim también estaba junto a Bang PD. Nim, el CEO de la empresa, con el cual escasamente había compartido algunas palabras. 

Jin entró al lugar irradiando luz, saludando a todo el personal. Jimin al vernos, una radiante sonrisa se dibujó en sus labios y estiró su brazo hacia arriba moviendo su mano para saludarnos al igual que Ha Neul. A diferencia de los demás, me fue imposible no estudiar aquella escena.

Tres escenarios diferentes estaban construidos en el amplio set, más la capa de color verde que cubría por completo uno de los extremos del estudio. Donde se encontraba Jimin en ese momento estaba ambientado para ser una habitación: muebles, decoración, un ventanal complementado con cortinas blancas, una mesa de centro con varios objetos sobre esta, entre ellos, un cactus. Los colores tenues y sobrios eran la perfecta combinación para el concepto de la canción, esa que una vez Yoon Gi me permitió escuchar en secreto.

Pero eso no fue lo que más llamó mi atención, mis ojos fueron más allá y se detuvieron sobre las cuerdas que sujetaban el techo y las paredes del escenario. ¿Cuerdas? Maldije por dentro sintiendo como una oleada de calor recorría mis mejillas. Las cuerdas se tensaban ante cada movimiento que ocurría dentro del escenario haciendo que las tres paredes y el techo vibraran. Entendía a la perfección el montaje del escenario, por eso sabía lo que sucedería.

— Saca a Jimin de ahí. —Le dije a Jin sin poder contener el enojo en mi voz. Él me miró con el ceño fruncido y por cómo me miraba el recién mencionado, supe que me había escuchado. — ¿No me estás escuchando? ¡Sal de ahí Jimin, ahora! —Le grité al pelirrubio que me miró consternado, pero aun así, me obedeció. Lentamente se puso de pie y salió del escenario para acercarse a nosotros.

— ¿Qué crees que estás haciendo? —El director gruñó poniéndose de pie, saliendo detrás del monitor y las cámaras. — ¿Quién eres para interrumpir de esta manera?

— No, quien es usted para aceptar un tipo de escenografía de esta clase. —Todas las miradas se pusieron en mí. El Manager Kim se puso de pie junto a PD Nim quienes no podían creer lo que estaba sucediendo. — ¿Qué clase de loco diseñaría algo así?

El director me miró frunciendo el ceño y junto a él, un chico de cabello negro se puso de pie para enfrentarme, no tuve que ser adivina para saber que era el encargado de la escenografía.

— ¿Qué tiene el diseño? —Dijo con ironía.

— ¿Cuerdas? ¿Estas bromeando acaso? —No me contuve a pesar de que Jin puso una mano sobre mi hombro. De un solo movimiento lo aparté y me acerqué al pelinegro que me miraba desafiante e indignado ante situación. — Los escenarios de filmación requieren otro tipo de estructura de soporte. ¿Acaso no lo sabías? ¿Quién en su sano juicio usaría cuerdas sin ningún otro tipo de estructura?

— Sáquenla de aquí... —Demandó el chico frente a mí con fastidio.

— ¿Acaso serás tú el que asuma la responsabilidad si algo sucediera? Estas poniendo en riesgo no solo la vida de Jimin, sino también la de los camarógrafos y las maquillistas. ¿Eres consciente de eso? ¿Qué crees que sucedería si algo le pasa a Jimin? Podría apostarte que sería la primera en borrarte el rostro de satisfacción que tienes.

— Abril... —Murmuró el Manager Kim, más no lo escuché.

— ¿De qué estás hablando? Usé cuerdas para disminuir el presupuesto estructural y así poder usar el resto para la ambientación. Nada va a suceder, me encargué de ellos. —Me aseguró el chico.

— ¿Qué? —Explotó PD. Nim. Dando grandes zancadas se acercó a nosotros para enfrentar al chico, de hecho, fue Jimin quien me sujetó de la mano para apartarme cuando el CEO de la empresa se posicionó frente al otro. — Nunca me he cohibido con los presupuestos de producción y mucho menos cuando se trata de la seguridad de los miembros de la banda. Ella tiene razón... ¿Acaso serías tu quien asumiría la responsabilidad si algo le hubiera sucedido a Jimin? No me importa el mobiliario que se use para que sea bonito o agradable, mientras esté en juego su seguridad, nada de esto vale.

— ¡Ya les dije que me encargué de eso! Nada malo sucederá. —Gruñó el chico haciéndose paso entre PD. Nim y nosotros para llegar a escenografía. — Tengo años de trabajar con este tipo de cosas como para saber lo que estoy haciendo. —Entonces golpeó una de las paredes más cercanas. — Qué falta de respeto y confi...

Pero la fuerza y gravedad se encargaron de hacer su trabajo. La expresión de horror en el rostro del chico cuando las paredes crujieron y como efecto dominó, los paneles comenzaron a caer uno tras otro mientras el diseñador se apartaba de un salto. El eco del golpe se prolongó en el estudio cuando el panel del techo cayó sobre el lugar en que Jimin había estado sentado minutos antes. Una de las maquillistas gritó y pude sentir como Jimin se aferraba a mi brazo.

El silencio se apoderó del set de grabación mientras que entre todos cruzábamos miradas. En lo único que podía pensar en ese momento era que Jimin estaba a mi lado, a salvo. Por otro lado, PD. Nim fulminó al diseñador con la mirada antes de hablar.

— Estás despedido.

La empresa era un caos en ese momento. El despido del diseñador escenográfico y la caída del montaje que había hecho había retrasado todos los preparativos de filmación. Jimin estaba histérico diciendo una y otra vez que pudo ser aplastado por uno de los paneles, a diferencia de Jin que no hacía más que mirarme con el ceño fruncido. El manager Kim, PD. Nim y el director discutían sobre todo lo que había sucedido.

— Ni se te ocurra... —Dijo Ha Neul a mis espaldas pero ya lo había decidido.

— Tengo que hacerlo. —Y tampoco me contuve para acercarme a esos tres hombres que parecían perder la paciencia y la razón, para decirles: — Puedo encargarme de esto.

La idea era no retrasar más las filmaciones. Jimin había logrado calmarse antes de salir del set de grabación, a diferencia de Jin que estuvo a mi lado todo el tiempo. El Manager Kim no estaba seguro de esto, y me lo había dicho una y otra vez. "Eres una psicóloga" Y si, por un segundo me había olvidado que mi profesión frente a ellos era esa y no de arquitecta pero eso no me detuvo al momento de comenzar a dibujar los bocetos de la escenografía con la nueva estructura.

— No se trata de la profesión sino de los contactos que tengas. —Le había dicho al Manager Kim, pero fue PD. Nim el que sonrió divertidamente al ver a su colega perplejo.

— Dale una oportunidad a la chica. —Dijo el CEO de la empresa. — Si se equivoca, también puedo despedirla. —Quiso poner presión sobre mí, a diferencia del chico de diseño, yo si estaba segura.


Dylan, mi antiguo compañero en la oficina de arquitectos donde trabajé antes de ser una desempleada más en el mundo se sorprendió al recibir una llamada mía después de estar fuera de contacto luego de meses.

Fui muy cuidadosa al hablar ya que tenía a Jin a mi lado viendo todo lo que hacía en silencio. Le expliqué a Dylan lo que había sucedido, además de enviarle una fotografía del boceto que había dibujado, y luego de haber coordinado las cosas con él. Una hora después, mi ex compañero apareció en el estudio siendo acompañado por el equipo estructura.

Prácticamente corrí hacia él para abrazarlo, había sido un gran apoyo para mí cuando comencé a trabajar en la oficina de arquitectos. Dylan era español, de cabello rojizo, grandes ojos verdes y el rostro cubierto de lunares, juraría que si se quedaba quieto podría pasar por ser un muñeco.

— Tenemos suerte de que la estructura no sea compleja, podremos acabar cuanto antes. —Me dijo en un perfecto español. Para ser sincera, había extrañado tanto el idioma, hablar inglés o coreano era mi pan de cada día, el español me hacía revivir mis verdaderas raíces.

— Confío en ti. —Le dije con una gran sonrisa, a pesar de todo, lo había extrañado.

Presenté a Dylan con el Manager Kim, Jin y Jimin. Ha Neul ya lo conocía y por las miradas que se dieron y el rechazo de la pelinegra a saludarlo, tuve que contenerme de no sonreír, y es que ambos tenían un historial no clasificado para menores de edad.

— ¿Cómo es que terminaste trabajando para BTS? —Preguntó Dylan cuando estuvimos a solas. Del otro lado del estudio, Jin y Jimin nos miraban con los brazos cruzados susurrando cosas entre ellos, podía darme una gran idea de lo que hablaban. 

— Es una larga historia. —Ambos estábamos de pie frente la escenografía mientras el equipo de estructuras de mi antigua oficina hacía su trabajo con los paneles del montaje. — ¿Puede quedar esto entre nosotros? —Él me regaló una sonrisa tranquilizadora. — ¿Cómo están en la oficina? —Quise desviar el tema de conversación. — ¿El señor Choi?

— Todos están bien, aun te extrañamos. Aunque si el señor Choi se entera de que saqué sin su permiso al equipo de estructuras, seguro va a correrme de la oficina. —Sus gestos exagerados al hablar me hicieron reír. — Abril... —Yo elevé la mirada hacia él. — Deberías volver ahora que la oficina está más estabilizada. La mala racha quedó atrás y aun el señor Choi no ha encontrado a alguien adecuado para suplir tu puesto. —Yo suspiré.

— Dylan, sabes que me encantaría, pero...

— ¿Pero? —Dijo frunciendo el ceño. 

— Ahora estoy bien aquí, no me gustaría dejarlos de esta manera... —Reconocí posando la mirada en el par de chismosos a unos metros de nosotros. — Me gusta trabajar con ellos.

— Aun así, considéralo. En cuanto acabe tu contrato, le pediré al señor Choique se ponga en contacto contigo. Él se siente avergonzado por dejarte ir de esa manera, así que solo te pido que lo pienses. ¿De acuerdo? — Yo solo pude asentir con la cabeza.


Una hora más tarde el trabajo estructural ya había acabado y así continuaron con la filmación del MV para la introducción del nuevo álbum de los chicos. Todos estaban sorprendidos salvo por Ha Neul quien no dejaba de mirarme como si hubiera cometido el peor error de mi vida. No me importó en ese momento aunque sabía que iba a arrepentirme luego de eso.

Pero el tiempo de arrepentirme llegó muy rápido a mí, justo después de que despidiera y agradeciera a Dylan, PD. Nim me llamó a su oficina. El Manager Kim leía en silencio mi curriculum, Jin a mi lado mantenía lo brazos cruzado y el mayor de todos sentado tras su escritorio me miraba con cierta diversión.

— ¿Cómo lo sabías? —Quiso saber el mayor cruzando sus dedos por encima de su escritorio. — No es muy común escuchar a una psicóloga hablando de estructura, soportes y demás cosas.

— Yo también tengo curiosidad. —Esta vez fue el manager Kim. Jin continuaba en silencio.

— Mm... —Mi mente trabajó a mil por hora para decir algo creíble. — Hace un tiempo salí con un chico. Él es arquitecto y trabajaba junto a Dylan. Pasé mucho tiempo con ellos así que cada vez me relacionaba más con estos temas. Siempre he sido una mujer curiosa, mi ex novio era bastante abierto a enseñarme y explicarme sus proyectos, supongo que aprendí bien.

— ¿Quieres decirnos que lo de hace unas horas fueron suposiciones? —El Manager Kim estaba serio, a diferencia de PD. Nim que comenzó a reír.

— ¡No, claro que no! Antes había visto este tipo de proyectos, las escenografías, estaba muy segura cuando lo dije, y está más que claro de que no me estaba equivocando.

— ¿Cuándo se acaba su contrato? —Preguntó de la nada el CEO.

— En cuatro meses, aproximadamente.

— Eso quiere decir que estarás con nosotros estos dos meses de preparación y los dos primeros meses del lanzamiento, emisiones y tal vez algunas fechas del tour. —Esta vez me habló a mí y yo asentí con la cabeza. — Bien, cuando tu contrato acabe ¿te gustaría renovarlo? Tal vez no como la asistente de Yoon Gi, no te podemos tener haciendo eso siempre, pero puedes unirte al staff en la parte administrativa, podemos discutirlo luego. Mi punto es que, no puedo dejar ir a las personas que se preocupan por los chicos, tal cual lo hiciste. Además, me agradan las personas recursivas, muchas gracias por ayudarnos esta vez, te debo el mantener a salvo a Jimin.

Estuve a punto de llorar de nuevo, eso significaba que había hecho las cosas bien. Desde que había sucedido el incidente en el set, fue la primera vez que Jin me regaló una pequeña sonrisa en todo ese tiempo luego de un apenas audible "bien hecho".

Aquella conversación no se alargó, y me sorprendió encontrarme al resto de los chicos fuera de la oficina, expectantes y ansiosos. Jimin también estaba ahí, lo que significaba que se estaba tomando un corto descanso de la filmación.

— ¿Te despidieron? —Yoon Gi fue el único que habló.

— No. —Pude notar como todos soltaron el aire que habían estado conteniendo.

— ¿Estas bien? —Ahora su voz fue más suave.

Asentí con la cabeza y la sonrisa que apareció en sus labios podría darme mil años de vida.

Pero aquel rayo de felicidad no duró pues por poco acaba conmigo cuando se enteró de que les había prometido a los chicos que él los invitaría a brochetas de cordero. Estaba furioso y mis mejillas fueron testigo de ello pues me llevó todo el camino hasta la camioneta sujetándome una de ellas con fuerza mientras me decía: "Eres una niña mala"

Jungkook era el más feliz de todos mientras comía, ese día descubrí que las adoraba. El restaurante estaba medio vacío, eso no nos libró de ser foco de algunas fotografías pero aun así, ellos disfrutaron plenamente de su comida.

— ¡Debiste haberla visto, Hyung! —Decía un emocionado Jimin a mi lado. Al otro lado estaba Jin quien reía y frente de mí al otro lado de la mesa Yoon Gi trataba de ignorar a su menor. — Parecía una fiera cuando enfrentó al Director y al tipo de la escenografía. —En ese instante el pelirrubio me abrazó en forma de agradecimiento, haciéndome reír.

— Jimin, deja de hablar y pásame la lechuga. —Demandó Yoon Gi con el semblante serio.

— Si, Hyung... —Agregó el menor cuan niño obediente al tiempo en que me soltaba para pasarle la lechuga. Yo puse los ojos en blanco, no sabía si era muy flojo para estirar su brazo y alcanzar el bol con la lechuga o simplemente lo hacía para fastidiarlo, más la mirada que me lanzó me dio a entender de qué se trataba de algo más.

Maldito, Min Yoon Gi.   


Las siguientes dos semanas fueron una completa locura. Fueron arduos días de trabajo, sobre todo para los chicos que día tras días estuvieron grabando, haciendo arreglos en las melodías, todo para tener preparado el álbum. También me había convertido en la chica miel, ese era el apodo que Jimin había usado los últimos días ya que estuve un día entero corriendo detrás de los chicos con una cuchara llena de miel para que ellos tomaran y así cuidaran sus cuerdas vocales. Los tres menores jamás se negaron, con los mayores fue un poco más difícil. Nam Joon se sentía avergonzado y Yoon Gi me regaño diciéndome que él no era ningún bebé para que le dieran de comer en la boca...

Y si, con el pasar de los días, cada vez me gustaba más. Quisiera decir que su actitud había cambiado conmigo, pero hacerlo sería una completa mentira, pues solo necesitó un par de días para que la comodidad entre nosotros se restableciera y volviera a ser el mismo idiota de siempre.

Pero no importaba, así me encantaba.

A diferencia de Jin, que las últimas dos semanas estuvo más distante de mí y cuando le pregunté si ocurría algo, solo desvió el tema diciendo que estaba cansado. Me preocupaba, no podía negarlo, era extraño cuando apenas cruzábamos palabras y sobre todo cuando me evadía al encontrarnos en los pasillos, algo estaba mal... Y el semblante de Jin no lo disimulaba ni un poco.

Era sábado, mi día libre y el de los chicos ya que las grabaciones habían acabado y la semana siguiente iniciarían con las coreografías para cada canción del álbum, así que la idea era que ellos pudieran descansar lo suficiente este fin de semana para iniciar con toda la energía posible.

Pasada las seis de la tarde le di inicio a mi maratón de dramas, estuve tan ocupada que no tenía ni idea de cuál había sido el último capítulo que había visto de Goblin, si... yo siempre desactualizada con las nuevas emisiones. El capítulo inicio y no habían pasado quince minutos cuando tocaron la puerta de la entrada. Extrañada pausé el vídeo y me puse de pie para llegar hasta la entrada, sorprendiéndome al ver al mayor de los chicos a través del vidrio. Palidecí y rápidamente abrí la puerta.

— ¡Jin! —El miedo se reveló en mi voz. Era extraño que estuviera ahí y sobre todo sin avisar, su semblante no era el mejor, lo que me dio a entender que algo malo había pasado. — ¿Está todo bien? ¿Los chicos...? —Lo dejé pasar.

— Tranquila. —Su voz era calmada, y a pesar de que me sonrió, no me tranquilizó. — Los chicos están bien, es solo que quería verte. —Mi preocupación desapareció dejando la sorpresa.

— ¿Tú estás bien? —Pregunté en voz baja.

Esta vez no dijo nada, solo contempló mi pequeño apartamento con cierta curiosidad, era la primera vez que estaba ahí. Luego de pedirme permiso se sentó en el borde de la cama, era tan pequeño el lugar que no tenía un juego de sala, era eso o sentarnos en la isla de la cocina. Parecía nervioso, como si quisiera decirme algo, lo notaba pues la preocupación brotaba por todos sus poros, incluso jugaba con sus dedos como si buscara las palabras adecuadas para empezar.

— ¿Jin? —Llamé su atención poniéndome delante de él, estaba asustándome.

— ¿Somos amigos, verdad? —Dijo de la nada.

— ¿Lo somos? —Parecía sorprendido ante mi respuesta — Llevas semanas ignorándome y ahora vienes aquí a preguntarme eso. Claro que somos amigos, solo que no entiendo qué está pasando.

— Lo lamento, siento haberte evitado últimamente. Aun así... —Hizo una pausa sin apartar sus oscuros ojos de mí. — ¿Los amigos no se mienten, cierto? —Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

— No, los amigos no se mienten. —Susurré en un hilo de voz.

— ¿Entonces, por qué has estado mintiéndonos todo este tiempo?

— Jin, yo no... —Quise decir pero mi voz se quebró. Él se puso de pie y tuve que elevar mi rostro para ver el suyo.

— No mientas más, sé que no eres quien dices ser...

Y en ese momento sentí como mi mundo comenzaba a derrumbarse.

Sabía que esto ocurriría tarde o temprano.

Pero jamás pensé que ocurriría de esta manera. 



Continue Reading

You'll Also Like

132K 6.4K 31
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...
126K 17.4K 101
𝐅𝐀𝐊𝐄 𝐂𝐇𝐀𝐑𝐌 || 𝙴𝚕 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚗𝚝𝚘 𝚎𝚜 𝚎𝚗𝚐𝚊ñ𝚘𝚜𝚘, 𝚢 𝚌𝚘𝚗 𝚜𝚞 𝚋𝚎𝚕𝚕𝚎𝚣𝚊 𝚑𝚊𝚛á 𝚚𝚞𝚎 𝚝𝚎 𝚊𝚛𝚛𝚎𝚙𝚒𝚎𝚗𝚝𝚊𝚜. Teen Wolf...
328K 52.3K 26
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
259K 25.5K 67
Freen, una CEO de renombre, se ve atrapada en una red de decisiones impuestas por su familia. Obligada a casarse con Rebecca, una joven que llegó a s...