Narra Dani.
Sara: ahora habla tú -me anima
Dani: no estoy enfadado ni mucho menos, pero me habría gustado que me lo hubieras contado antes -admito- durante la cena me he montado mil películas pensando que habías estado con él aquí mientras seguíamos juntos
Sara: por eso has estado tan distante, ¿no? -acierta
Asiento dándole la razón.
Sara: no te lo he contado antes porque nunca le he dado importancia -se encoge de hombros- igual que tú con lo de Mónica, supongo -suelta
Y, aunque sé que lo ha dicho sin más, me hace tragar saliva.
Paso uno de mis brazos por sus hombros, acercándola a mí.
Alza la cabeza para mirarme ante mi silencio, y por un segundo me dispongo a decírselo, pero mantengo la boca cerrada finalmente.
Ahora mismo es mejor que no lo sepa.
Dejo varios besos en sus labios.
Sara: ¿entramos? Hace frío
Dani: vale -acepto
Ambos nos levantamos y ella se adelanta para abrir la puerta.
Dani: voy al baño -informo una vez en el salón
Un móvil suena.
Me giro para mirarla un segundo y la veo con el ceño fruncido.
Dani: ¿Sara?
Sara: sí, vale -reacciona- es el móvil de mi madre, se lo ha dejado aquí abajo -me dice- entra en el baño de arriba porfa, quiero ponerme el pijama
Dani: quiri pinirmi il pijimi -me burlo
Golpea mi hombro haciéndome reír.
Subimos las escaleras hasta llegar a su habitación, donde me deshago de mi chaqueta.
Ella hace lo mismo y coge su pijama.
La noto pensativa.
Sara: Dani -capta mi atención- creo que mi madre tiene pareja -suelta
Dani: ¿qué? -pregunto sorprendido
Sara: un tal Roberto le ha mandado un mensaje -consulta la hora- a casi la una de la madrugada -susurra
Frunzo el ceño.
Dani: ¿qué mensaje?
Sara: buenas noches cariño, descansa
Alzo las cejas sin saber qué decir.
Dani: puede que sea un amigo -me encojo de hombros
Me mira negando con obviedad mis palabras.
Dani: habla con ella mañana, no le des vueltas -acaricio su mejilla
Se acerca a mis labios para dejar un beso en ellos en señal de aprobación, y se dispone a ponerse el pijama mientras yo me dirijo al baño.
Saco mi móvil del bolsillo de mi pantalón una vez que cierro la puerta y entro rápidamente en WhatsApp.
*Dani: q hace Mónica en Mairena?
*Jesús: ahora me hablas de eso? -responde
*Dani: te recuerdo q estoy con Sara imbécil?
*Jesús: Mónica se ha mudado
No puede ser.
Apoyo mis manos en la piedra del lavabo intentando asimilar lo que acabo de leer, cuando alguien, que deduzco que es Sara, llama a la puerta.
Un nudo se posiciona en mi garganta y rezo mentalmente para que no entre.
No es necesario que me vea con la cara que tengo que tener ahora mismo.
Sara: no tardes, que la cama está muy fría y quiero abrazarte -susurra
Y así es como mi cara de preocupación pasa a ser de idiota sonriente.
Dani: ya voy, mimosa -le digo
Suspiro y me muerdo el labio inferior sin saber qué hacer.
Ya no puedo ni desaparecer de Sevilla un maldito fin de semana sin que pasen mil cosas.
*Dani: Sara no sabe nada y no quiero que le digas nada -escribo finalmente
Tiro de la cisterna solo para parecer creíble y salgo volviendo a la habitación.
Está sentada en la silla de su escritorio, con ambas piernas recogidas sobre la misma.
Sara: eres muy lento -se queja al verme apoyando la cabeza en sus rodillas
Dani: pero me quieres -añado quitándome los vaqueros
Sara: y tú a mí -afirma
Dani: ¿yo a ti? Ni un poquito -me pongo el pantalón del pijama
Sara: ¿ah no? Pues me voy a dormir con mi madre -se levanta dispuesta a irse
Me río desabrochando mi camisa.
Agarro su mano cuando pasa por mi lado y tiro de ella acercándola a mí.
Dani: me voy a poner celoso -bromeo
Sara: al final me voy a creer que te gusta mi madre -alza las cejas
Dani: ¿te imaginas? -cuestiono divertido acercándome a su boca
Sara: pues no -niega antes de fundirnos en un beso
Dani: acuéstate -beso de nuevo sus labios, esta vez fugazmente
Termino de quitarme la camisa y me coloco la sudadera con la que se ha paseado esta mañana.
Sara: a mí me queda mejor -me observa desde el colchón
Sonrío.
Dani: no lo dudo
Me meto en la cama junto a ella y coloco las mantas aún incorporado.
Sara: venga venga venga -repite insistente
Dani: ¿qué pasa? -pregunto en una risa
Sara: túmbate -me pide
Hago justo lo que me dice y se abraza a mi cuerpo rápidamente.
Sara: tengo mucho frío -se queja escondiendo su cara en mi cuello
Beso su cabeza y acaricio con constancia su brazo para que entre en calor.
Dani: eres un bebé
Sale de su escondite y me mira dulce.
Se acerca a mi boca, donde deja varios besos.
Sara: creía que te ibas a tomar mucho peor lo de Lucas -comenta
Niego en un gesto.
Dani: en el tiempo en el que no hemos estado juntos hemos intentado rehacer nuestras vidas, aunque tú no la has cagado tanto como yo -admito alzando las cejas
Suelta una risa.
Sara: mejor olvidar ese tiempo
Dani: estoy completamente de acuerdo -asiento relajado
Sara: pero a partir de ahora nos contamos cualquier cosa que pase, ¿vale? Aunque pensemos que no tiene importancia -propone
Mi cabeza se dispersa tras oír sus palabras.
Tengo que decírselo, joder.
Sara: ¿te parece bien o no? -insiste haciéndome volver
Dani: claro -contesto apurado
Lleva una de sus manos a mi cuello, paseándose con sus dedos sobre mi piel y haciendo que la mire.
Sara: gracias por todo esto -musita- necesitaba ver a mi madre
Dani: esto era lo mínimo que podía hacer por ti, catalana -le digo
Se ríe levemente.
Sara: en realidad soy más madrileña que la Cibeles
Una sonrisa burlona aparece en mi rostro.
Dani: en realidad la Cibeles es mía y tú también -me incorporo apoyando el codo sobre la almohada, y la cabeza sobre mi mano
Se humedece los labios vacilante.
Sara: por esa regla de tres la Giralda es mía y tú también, ¿no?
Asiento dejando mi otra mano en su cintura y aproximándome a su boca.
Pero frena mi recorrido poniendo sus dedos en mi pecho.
Sara: dime algo en catalán -me pide divertida
Dani: t'estimo -susurro
Una leve carcajada sale de su garganta.
Sara: t'estimo molt amor
Y es ella quien elimina los centímetros que nos separan.
. . .
Siento un brazo sobre el mío y abro los ojos lentamente.
Me encuentro con la larga melena de Sara, y por su respiración relajada deduzco que continúa durmiendo.
Está de espaldas a mí y mi brazo, donde está posada su mano, pasa por su cintura.
Me alejo delicadamente de ella para no despertarla, y alcanzo mi móvil para ver la hora.
Cierro un ojo cuando la luz cegadora de la pantalla inunda la habitación.
Las 9:12.
Dejo el teléfono justo donde estaba y vuelvo a acercarme a ella.
Me incorporo para apartar un par de mechones de pelo que caen sobre su cara y acaricio su mejilla con el nudillo de mi índice.
Pienso en acostarme de nuevo, para abrazarla un rato más, pero finalmente me levanto de la cama.
A las 13:00 sale nuestro tren.
Me hago con mi ropa y me visto a tientas, con la poca claridad que entra por la persiana entreabierta.
Recojo mis pertenencias, recoloco la maleta después de entrar en el baño y en menos de media hora bajo las escaleras con mi equipaje en la mano.
Sara aún no se ha despertado.
Bajo el último escalón y me encuentro a Marisa sentada en el sofá.
Marisa: buenos días guapo -me saluda
Dani: buenos días -le digo sorprendido dejando la maleta en la entrada- no sabía que estabas aquí
Me sonríe.
Marisa: ¿Sara sigue durmiendo? ¿Quieres desayunar? -cuestiona
Dani: sí, no he querido despertarla -me aproximo al sofá- voy a esperar a que se despierte para desayunar con ella
Marisa: pues mejor que la despiertes ya, porque para volver a hacer la maleta puede llevarse horas -bromea
Suelto una risa.
Dani: estoy de acuerdo, voy a subir -le informo
Doy varios pasos dirigiéndome a las escaleras pero su voz me lo impide.
Marisa: Dani, espera
Dani: dime -me giro para mirarla
Marisa: quiero hablar contigo un momento -suelta- siéntate
Y mentiría si no dijera que un escalofrío recorre mi cuerpo.
Mi expresión simpática se torna seria.
Dani: ¿qué pasa? -frunzo el ceño
Retrocedo sobre mis pasos y me siento, tal y como me ha indicado.
Tarda un par de segundos en hablar, los cuales se me hacen interminables.
Marisa: al poco tiempo de terminar vuestra relación, cuando Sara estaba aquí, me comentó el tema de Sandra -comienza
La noto nerviosa y ya sé a donde quiere llegar.
Asiento para que continúe.
Marisa: quiero saber si a raíz de que te vieras con ella ha pasado algo que deba saber sobre mi hija -me pide- desde que volvió a Sevilla no sé nada y me preocupa -explica
Ahora el que está nervioso soy yo, sintiéndome entre la espada y la pared.
Si le cuento lo más mínimo de lo que está pasando Sara no va a querer ni mirarme a la cara.
Marisa: no quiero que me cuentes lo que tuviste con esa niña, solo... si hay algo que debo saber dímelo por favor -suplica
Agacho la cabeza observando mis manos entrelazadas.
Dani: no ha pasado nada Marisa -sentencio muy a mi pesar- puedes estar tranquila -la miro otra vez
Marisa: ¿estás seguro? ¿no has visto nada raro? -insiste
Niego en un gesto mientras por dentro me carcomen las ganas de explicarle hasta el último detalle, cuando la presencia de mi chica nos sobresalta a ambos.
Sara: buenos días -habla antes de bostezar- ¿de qué habláis?
Marisa: de que deberíamos despertarte para que no perdáis el tren -excusa con rapidez
Sara se sienta en el sofá junto a ella, abrazándose a su cintura, mientras quien es mi suegra me lanza una mirada de complicidad.
Sara: no quiero irme -admite
Su madre le acaricia el pelo y sonrío ante la escena.
Marisa: yo tampoco quiero que os vayáis -se posiciona de acuerdo- pero en nada me tenéis en Sevilla
Se lleva un par de besos en la mejilla por parte de su hija.
Marisa: voy a hacer el desayuno -ahora es ella quien besa la mejilla de la rubia
Desaparece entrando en la cocina y mi chica se levanta para rodear mi cuello con sus brazos, abrazándome de lado y apoyando su cabeza en mi hombro.
Dani: ya está aquí la mimosa -la pico
Tomo su cintura y hago que se siente sobre mí.
Sara: ¿en qué momento te he dado permiso para que me dejes sola en la cama?
Frunce el ceño y sonrío tontamente pensando que es la persona más bonita del mundo.
Dani: no quería despertarte -me acerco a su boca
Dejo un par de besos en sus labios.
Marisa: ¿queréis tostadas? -se asoma
Nos separamos con una sonrisa tímida para mirarla.
Sara: sí -afirma en un suspiro
Marisa: no os interrumpo más -alza las manos inocente antes de volver a la cocina
Sara pone los ojos en blanco.
Sara: es tan oportuna como yo -se queja haciéndome reír- voy a preguntarle por ese tal Roberto -susurra levantándose
Asiento y tiro levemente de su mano para acercarla a mí y volver a besarla.
Ella se encarga de morder con fuerza mi labio inferior al separarnos.
Dani: tranquilita -vacilo burlón
Se gira un segundo para guiñarme el ojo y continúa el recorrido hasta donde se encuentra su madre.
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¿Cereales antes que la leche o la leche antes que los cereales? JAJAJA, yo leche primero, siempre
Os leo 💋