Lucas salió de aquella torre confundido y estresado. Stark y su humor le ponía de los nervios.
Steve parecía no entender la dificultad de la situación y siempre iba a lo simple, eso era otra cosa que le ponía de los nervios.
Al abogado le vino el vago recuerdo de uno de los simulacros con Steve. Uno que le hacía comprender cómo un hombre trataba de simplificar todo lo que no considerase de vital importancia;
—Cuando ustedes se van a una misión, ¿dónde se queda Carey?
—Con May Parker. —contestó Steve con simpleza.—
—¿Y por qué se queda con May Parker?
—Porque nosotros estamos de misión. —contestó de nuevo el rubio como si fuese la cosa más normal del mundo.—
Ayudar a Tony y a Steve sí que era una misión difícil. Eso si no contaba las miles de micro discusiones que mantenía la pareja en mitad de las declaraciones de cada uno.
Sin embargo, Lucas quería ayudarlos. Ganarse el puesto como su abogado había sido más fácil de lo que creyó, tan fácil como ganarse la confianza de Tony. Era Steve el que se resistía, él no soltaba prenda.
Sabe que oculto algo. Pensó Lucas mientras miraba hacia la carretera con cansancio. Ir del centro de Nueva York a Brooklyn no le tomaba mucho tiempo, pero aún así era cansado.
Al llegar a su vecindario y estacionar frente a su edificio, Lucas salió del coche tomando los papeles del caso de Stark, ordenándolos rápidamente.
Caminaba hacia el pequeño edificio en el que vivía junto a su compañero mientras volvía a reordenar los papeles en sus manos, estaba nervioso. Su compañero y ahora "amigo" le había encargado que se ganara la confianza de Steve y de Tony, pero no pudo, no en un día.
Lucas sacó las llaves de su bolsillo y metió una de estas en la cerradura. Se quedó varios segundos pensativo antes de abrir la puerta. No quiero seguir mintiendo, ¿cómo decírselo a él ? Pensó Lucas cuando por fin ingresó en el departamento. La suave música que se oía le hizo saber que su amigo estaba en casa, era jazz. Se podía decir que el hombre con el que compartía departamento era adicto a esa música, pues no escuchaba otra.
—Luke. —llamó a atención de Lucas el hombre que estaba sentado en el sofá.—
Lucas dio un salto por el susto de escuchar repentinamente la voz del hombre y puso una mano sobre el lado izquierdo de su pecho.
—¿Acaso quieres matarme del susto, James? —preguntó Lucas mientras dejaba su maletín y sus papeles sobre la mesita que había frente al sofá.—
—Llámame Bucky, ahora somos amigos. —le sonrió débilmente el moreno mientras se levantaba del sofá.— ¿cómo está mi otro amigo Steve?
—Bastante bien, encontró el amor. —bromeó un poco el rubio sentándose al lado de Bucky.—
—Me alegro muchísimo por el. —sonrió mirando a Lucas.— pero sabes que eso no es la información que nos interesa, ¿Stark te eligió como abogado?
Lucas suspiró con frustración y miró al moreno haciendo una mueca.
—Bucky, verás... No me gustaría seguir haciéndome pasar por abogado, no tengo el título aún, me quedó una asignatura de la carrera universitaria. No soy ni jurista. —hizo una pequeña mueca.— ademas, sí que te interesa saber con quien está Steve.
—Sé a dónde quieres llegar, la chica con la que está Steve no te gusta y como eres mi amigo te preocupas. —declaró inocentemente el hombre del brazo de hierro, ignorando lo primero dicho por Lucas.— no te preocupes, Steve es un hombre listo y sabe elegir bien. Seguro que es una chica noble y dulce como él.
—Ciertamente no somos amigos, somos dos ex-torturados por Hydra que empatizan con la situación del otro. —le corrigió Lucas con una mueca de confusión.— y lo de la chica de Steve...
—Somos amigos. —protestó Bucky de una manera infantil.— si no lo somos, ¿por qué no usas tus poderes en mi contra? Ya sabes, eso de adivinar todo y controlar mentes. Me apasiona lo delgadito que eres y la de problemas que puedes ocasionar. Me encanta el siglo XXI, hay tantas cosas divertidas y nuevas.
—Mi capacidad de deducción más que un poder es un problema, y yo no controlo mentes James, mi poder psíquico es mucho más que... —pero Bucky lo interrumpió.—
—Eres como la chica de los vengadores, una copia mala. —el moreno ante la mirada de desprecio de Lucas, añadió.— no me mires así Lucas, como amigo tuyo digo que me apasiona también tu poder de hacer volar las cosas. ¿Eres un robot?
—No somos amigos. —repitió con cansancio Lucas.—y no hago volar cosas, tengo un gran poder mental que... —volvió a ser interrumpido.—
—¡Lucas piensa rápido! —gritó Bucky mientras tomaba el control remoto de la televisión, tirándoselo a la cara.—
Lucas enseguida alzó la mano, haciendo que el objeto que venía a toda velocidad parase en seco. Había quedado quieto en el aire a centímetros de su rostro.
—James no juegues con esto. —le advirtió con seriedad Lucas. Bajó la mano haciendo que el control cayese al suelo.—
Bucky lo miraba riendo con diversión.
—¿Qué ibas a decirme sobre Steve? —preguntó cambiando de tema rápidamente al ver la cara de enfado de Lucas. No le convenía enfadar a alguien cuyo poder desconocía.—
—Seré breve. Steve mantiene una relación con Tony Stark. Se suponía que iría a ayudar a Stark como abogado solo para acercarme a Rogers pero nada de eso. Resulta que tu amigo tiene el agua hasta el cuello y realmente necesita mi ayuda. —dijo mientras ponía una mano en su sien, masajeando esta en busca de aliviar su estrés.— tu amigo es un personaje vital en la vida de esa niña que le intentan arrebatar a Stark, que por la tensión que acumula tu mirada deduzco que es enemigo tuyo.
—¿Steve es...? No te voy a mentir, me lo esperaba un poco, pero ¿con...? —exclamó on gran sorpresa para luego añadir.— con Stark... No somos enemigos. —dijo esta vez en susurro, volviendo su estado de ánimo a uno triste y serio.— le hice cosas horribles, a él y a muchísima gente. Entiendo su odio hacia mi en realidad, pero me da impotencia porque no quería hacerlas.
—Denoto arrepentimiento en tu voz, pero tu mirada como siempre me dice muchísimo más. Estás recordando algo, lo sé por el punto fijo hacia donde tu mirada se dirige. —comenzó Lucas a analizar la actitud del hombre.— ¿pero qué es? Algo que tiene que ver con Stark y Steve, eso seguro. —murmuró pensativo.— sobretodo porque al nombrar esos dos nombres juntos fue cuando recordaste eso que aún no me has contado. —se levantó caminando de un lado a otro, mientras seguía deduciendo.— no es un recuerdo alegre, y tampoco un recuerdo melancólico. Es algo malo, tu expresión forzada lo dice. ¿Qué puede ser ese recuerdo malo que implica tu presencia junto con la de Steve y Stark? Adivino que naturalmente, como todo lo malo de nuestras vidas, tiene que ver con Hydra. ¿Tiene que ver con tu identidad como el soldado de invierno? —se fijó en la expresión de Bucky de nuevo.— en efecto, tiene que ver con el soldado de invierno y esa cosa horrible que dices que le hiciste a Stark.
—¡Ya cállate! —exclamó con molestia.— te lo contaré, pero por favor no sigas con eso. Admiro tu capacidad mental, pero no me ayuda ahora mismo en nada. —suspiró, tomándose unos Segundos recobrar la compostura.— digamos que Stark tuvo una gran discusión con Steve y la culpa fue mía. Todo se solucionó con ellos, pero a mi por seguridad me mandaron a Wakanda. Que fue donde te conocí, amigo mío.
—¿A todos los experimentos fallidos de Hydra considerados un peligro para la sociedad nos mandan ahí? Curioso. —murmuró.— también déjame añadir que esa historia está bastante resumida.
—Es un tema muy doloroso, agradece que te conté eso. Y si te lo cuento es porque somos amigos y me ayudarás a recobrar mi amistad con Steve.
—No somos amigos, no te lo diré más veces.
—Somos amigos porque me ayudaste a salir de Wakanda. —le recordó.— con tus poderes "psíquicos" como tú dices, me ayudaste a recobrar del todo mi memoria. Y no pusiste resistencia al decirte que debíamos ir a Brooklyn, además me estás ayudando.
—Vaya, por lo que veo has desarrollado capacidad de deducción, te viene bien mi compañía. —alzó la mirada, fijando esta en los ojos de Bucky.— te ayudo porque te lo mereces, como dije anteriormente empatizo con tu situación porque yo también soy como tú. No tan trágico, evidentemente, pero yo también tengo pesadillas en las noches, yo también me siento solo y también tengo miedo de salir a dañar a alguien. Quiero ayudar a todas las personas que pueda porque es así como siento que compenso todo el daño que he hecho.
Bucky se acercó y le dio un merecido abrazo a Lucas, realmente apreciaba su compañía porque era el único que podía entender realmente cómo se sentía.
—¿Podemos ser amigos Luke?
—Esta bien Bucky, somos amigos.
Era la mañana del día siguiente y ya a una hora muy temprana en casa de los Parker todos se encontraban despiertos, había sido una noche muy incómoda para todos.
—dime Peter, ¿desde cuándo tienes como hobby ocultarte tras las puertas? —preguntó May mientras tomaba de su café.—
Peter que bebía jugo se atragantó y se quedó en completo silencio sin saber qué decir.
¿Siempre nos tienen que pillar?
¿Por qué siempre esperan al desayuno para contar que nos pillaron?
—Según yo eso era un buen escondite. —dijo Peter evadiendo la pregunta.—
—Según yo deberían de tener mas cuidado, he hablado con Tony y no es la primera vez que...
—Debo ir a la torre! —la interrumpió Carey levantándose con rapidez.—
—Y yo la acompaño. —se levantó también Peter.—
—No terminaron de desayunar. —se cruzó de brazos May mientras veía como salían casi corriendo de ahí.—
—¡No tenemos hambre! —gritó Peter antes de salir huyendo de ahí.—
Caminaron con rapidez por todas las calles, lamentándose de que Tony les haya quitado los trajes. Peter tomó la mano de ella, entrelazando los dedos mientras pausaba un poco el ritmo de los pasos.
—Siempre nos pillan. —dijo finalmente Peter haciendo una mueca de desagrado y ocasionando una carcajada en Carey.—
—Digamos que tú disimulando no eres el mejor. —respondió ella bromeando.— la primera vez fue porque mi padre te vio sin mucha ropa en mi cama durmiendo.
Peter se sonrojó con fuerza y tras aclarar su voz se dispuso a contestarle.
—No es mi culpa, tú también estabas ahí.
—Buen punto. —respondió con una pequeña risa, acercándose a darle un pequeño beso en la mejilla.—
Durante el resto del camino, siguieron este hablando de cosas triviales, hasta que al gran rato llegaron a la torre que era a donde quería llegar Carey durante todo ese tiempo.
—¿Crees que mi padre realmente se vaya a casar con Steve? —preguntó de la nada.— quiero decir, todo es tan sospechoso, sigo teniendo un mal presentimiento.
—No seas trágica. Dime cuándo han habido problemas y tu padre no te ha dicho nada. —ambos subieron al ascensor y Peter presionó el botón del piso en el que normalmente estaba siempre Tony junto con Steve.—
—¿Te respondo cronológicamente o alfabéticamente? —le preguntó Carey y cuando se abrieron las puertas salió dispuesta a buscar a su padre.—
Unos gritos se escuchaban de la sala, y la voz dueña de esos gritos era de lo más familiar para los jóvenes. Eran gritos procedentes de Tony Stark, estaba demasiado lejos como para poder entender qué era lo que gritaba por lo que se acercaron sigilosamente para escuchar que era lo que pasaba.
—...Ya dije que me niego completamente! —gritó na vez más Tony.— la armadura y yo somos uno, Iron man soy yo, es mi identidad, es indivisible.
—Señor Stark, dejó su caso caso en mis manos, llevo aquí desde las seis de la mañana. No me haga perder el tiempo, los dos sabemos cómo acaba esto si sigue con su armadura. Usted vive en constante peligro, peligro que al igual que su gran fortuna es hereditario para su hija.
—Pero... —Lucas interrumpió a Tony que abría la boca de nuevo para protestar.—
—Debe elegir, ordenar sus prioridades. O Iron Man o su hija.
Carey tapó su boca y miró a Peter, dejándole bastante claro por su gesto, que estaba completamente horrorizada. No sabía muy bien qué era lo que pasaba, pero fuera lo que fuera no iba a dejar que su padre renunciara a su armadura por ella.
—¿Qué es lo que ocurre, Papá? —preguntó saliendo de su escondite, mirando fijamente a Tony.—