La Stark

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Se observaron durante un eterno minuto, cada uno analizando al otro con detenimiento. Llevaban años sin verse y sin hablar, casi incluso se habían olvidado de la presencia física del otro pues no tenían ni una foto juntos de adultos.

Lucas se sentía traicionado y dolido, se lo podía esperar de Carey y de Alan, pero no de Peter. Le había dicho que Jerome lo había intentado asesinar y aún así hizo eso. Tenía una mezcla importante de sentimientos y eso iba a terminar en lágrimas, necesitaba desahogarse.

Su hermano también tenía las mismas ganas de llorar, sentía que había sido mala persona en todo su pasado y le pesaba mucho la muerte de su padre. En su defensa había que decir que él no había intentado matar a Lucas por envidia, sino más bien cumplía con lo que le ordenaba su padre, pero su hermano no lo había creído nunca. Crecieron en el odio y la envidia y se separaron por el mismo, tener ahí en frente a su hermano pequeño una vez más era casi como una bendición y una maldición al mismo tiempo, pues sabía que no había perdón posible.

—Dominique... Ça fait un bail. —dijo Jerome mirando a su hermano con incluso algo de ilusión.

—Ne m'appelle pas comme ça. —contestó con frialdad Lucas.

Alan miraba la escena, evidentemente sin entender nada. Carey se acercó y le susurró con discreción.

—Jerome le llamó "Dominique" y le dijo que hacía tiempo que no se veían. —le susurró a ambos.— y Lucas le dijo que él no se llama así.

—Qué grande estás, tienes hasta barba. —dijo con una pequeña sonrisa Jerome, observando todo detenidamente.

—Niños, vámonos. Aquí no se nos pierde nada. —le dijo al resto tratando de ocultar la tensión del reencuentro.

—Pero Lucas, es tu hermano. —le frenó Carey. Lucas lucía más molesto que nunca.— deben arreglar lo que sea que tengan.

—Jerome es peligroso mini Stark, no es más que un sucio asesino que busca saciar su sed de sangre. —casi gritó Lucas con el fin de que Jerome lo escuchara alto y claro.

Jerome cambió su expresión esperanzadora por una de desilusión. Tardó varios segundos en reaccionar pero tras armarse de valor del que realmente carecía, se acercó y tomó del brazo a su hermano con fuerza.

—No te vayas, Dominique... o Lucas, como quieras que te llames. Necesito hablar contigo.

Lucas no habló, reaccionó. Una descarga eléctrica que recorrió todo su cuerpo al tacto alimentó su terror e impulsividad, haciendo que sin pensarlo dos veces cerrara la mano en un puño y golpeara la mandíbula de su hermano.

Jerome se echó hacia atrás, pero no perdió el equilibrio. Era la segunda vez que le golpeaban en esa semana, y aún le sorprendía no tener marcas en la cara.

—¡Lucas! ¡Acabas de golpear a tu hermano! —exclamó con sorpresa Carey.— eso ha sido...

—Sexy. —completó Alan admirando la escena mientras se alejaba unos pasos. Le gustaba el drama que estaba comenzando a formarse pero no le gustaba tener que formar parte de él.

Jerome desde atrás miró a su hermano tocando con sus dedos la sangre que le brotaba del labio inferior. Lucas se quedó quieto esperando la respuesta de su hermano, un intento más de homicidio o algo por el estilo, pero no. Jerome como respuesta dejó que le resbalara una lágrima, cosa que hizo que Lucas abriera la boca con sorpresa y Peter, Carey y Alan lo mirasen de manera acusadora.

—Muy mal me he tenido que portar para que sigas creyendo que vengo a matarte. —murmuró Jerome mirando sus dedos manchados de su propia sangre.— eres mi hermanito pequeño, Dominique. Papá está muerto, podemos ser nosotros mismos por fin. Por favor, hablemos, no soporto tu cara de terror cada vez que me ves, percibo el miedo horrible que sientes con mi presencia y me duele porque yo nunca elegí ser así.