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Peter se había encargado del informe, aprovechando que Tony se había ido a aquella entrevista con su hija. Ahora le quedaba pensar en cómo convencería a Tony de que él no había tenido nada que ver en lo que había pasado con Carey, ciertamente se sentía impotente. No podía estar con la persona que quería ni hacer lo que quería, tampoco tenía libertad y mucho menos había usado su traje desde hacía mucho tiempo. Sí, en definitiva Peter comenzaba a ser infeliz.

Steve era consciente de todo eso y si bien al principio de todo no quería involucrarse en nada que tuviera que ver con los adolescentes, ahora se sentía más implicado que nunca. Quería que todo volviera a la normalidad, dentro de lo que cabía, porque corrían todos un grave peligro del cual desconocían su procedencia. Pero dentro de ese campo, quería que todo volviera a la normalidad.

—Peter. —dijo el capitán mirando fijamente al chico, que miraba con desinterés su teléfono.— me gustaría hablar contigo. —añadió esperando que esta vez, Peter le hiciera más caso.

El chico alzó la vista y miró al hombre, venía vestido de diario en vez de con su uniforme del Capitán, por lo que cada vez perdía más interés en esa conversación.

—Está bien. —contestó el chico por educación. Realmente le interesaba poco.— ¿sobre qué quería hablar, señor Rogers?

—Steve. —le corrigió en un intento fallido de que Peter lo llamase por su nombre.— quiero ser sincero, para variar. —tomó asiento junto a él.

El desinterés de Peter había perdido fuerza, eso de ser sincero para variar le había hecho recobrar las ganas de escuchar lo que sea que estuviese a punto de decir. Steve en teoría nunca mentía y que ahora estuviera diciendo que era un mentiroso era algo demasiado difícil para digerir.

—No me gustan muchas cosas que digo que sí me gustan. —empezó diciendo con bastante arrepentimiento.— me estoy comportando de una manera impropia en mí.

—Son unos detalles muy... Ligeros. —opinó Peter que seguía sin tener mucha idea.

Steve alzó la mirada y observó directamente el rostro confundido de Peter, le diría todo y solucionaría todo, pero debía antes reordenar sus pensamientos.

—No me gusta que intentes ser adulto antes de tiempo, intento pensar que son cosas de adolescentes pero por el amor de Dios... Un embarazo es ya algo exagerado, ¿no crees? Y sí, mentí cuando dije que me gustaba la idea de ser abuelo. La odié, te veía siendo padre junto a mi pequeña y te juro que se me iba la vida. —carraspeó su garganta aclarando su voz, ahora Peter no sabía ni cómo sentirse.— mentí también cuando dije que no me preocupaba tu relación con Carey, claro que me preocupa. Sobretodo cuando adoptan costumbres tóxicas entre ustedes. —hizo una pequeña mueca apartando durante unos segundos la mirada.— lo que quiero decir es que a pesar de todo, quiero que sean felices. Juntos o separados, pero felices. Somos una familia y estas cosas hay que hablarlas. Tony está atravesando una etapa algo difícil, no se lo tengas en cuenta... Pero por mi parte, siento haberte mentido tanto.

Peter guardó silencio durante unos largos segundos. ¿Qué decir en esta circunstancia? Se sentía casi traicionado, el único "apoyo" que habían tenido resultaba ser un falso soporte emocional. Steve no era muy diferente a Tony en cuanto a pensamientos se refería, no le molestaba su opinión pero sí su mentira. El hombre se había esmerado tanto en ser buen padre que comenzaba a ser un muy mal padre, su huella de identidad era que no mentía, era un hombre justo que rebozaba bondad. Ahora todos esos pilares en los que había construido una imagen del Capitán se habían caído.

Pero por otro lado, ¿cómo no perdonar a un hombre que por buscar la felicidad de los demás estaba renunciando a la suya? Steve mintió, pero pedía perdón reconociendo su fallo. Eso le bastaba a Peter para poder perdonar.

—Señor Rogers... Creo que tenemos demasiados problemas como para centrarnos en que dijiste algunas mentiras piadosas. —le calmó Peter.— gracias por ayudarnos siempre.

Steve sonrió satisfecho y aunque lo pensó bastante para sorpresa de Peter se acercó y le dio un abrazo durante unos segundos.

—Aunque ahora debes explicarme qué hacías jugando con los informes en el despacho de Stark.



Había comenzado la conversación entre los Stark y el director de la escuela. Las cosas no iban nada bien pero tampoco eran caóticas, no al menos de momento.

—Bueno. —dijo el director tras unos minutos de conversación.— en nuestra escuela fomentamos el trabajo en equipo y el compañerismo. ¿Compartes nuestros valores Carey?

Tony dijo que sí a la misma vez que Carey dijo que no. Cosa que comenzaba a empeorar la entrevista. El director miró a la chica y esperó con una sonrisa de cortesía a que debatiera su respuesta.

—Mi padre sí cultiva esos valores, ya sabes, en su trabajo no le queda de otra que trabajar en equipo. Pero mi amigo Murphy me dijo que los genios no trabajan en equipo, y que las estrellas no necesitan de otras para brillar, así que no, trabajar en equipo no me gusta. —citó una de las frases ególatras de Lucas Murphy mientras mentía en lo de que no le gustaba trabajar en equipo, tan solo buscaba que no la aceptasen.

Tras un silencio incómodo, el director volvió a intervenir tratando él también de salvar la entrevista.

—En nuestra escuela también defendemos la estabilidad emocional de los alumnos y de sus familias. —dijo el director mirando a los Stark.— una de las causas más comunes del abandono de los estudios es una situación familiar complicada. Si el alumno tiene problemas a nivel personal también lo tendrá a nivel académico.

Tony y Carey se miraron entre sí, ahora sí que toda la entrevista empeoraría. Básicamente porque Carey estaba siendo demasiado radical y boicoteaba esta para que saliese mal. La Stark parecía no dar el perfil para entrar a esa escuela, tenía una vida un poco peculiar.

—Mi hija es la persona más estable emocionalmente que pueda existir. —aseguró Tony mientras asentía frenéticamente.— y nuestra familia también.

El director miró a Carey, esperando a que ella hablase también. Tony miró también a su hija, esperando que lo que dijese les favoreciera.

—Sí, soy muy estable... Bueno depende, no siempre. Cuando estoy triste trato mal a la gente, pero no se preocupe es hereditario, mi padre también lo hace. —afirmó con una sonrisa.— y mi familia es un poco rara, ya sabes, mi padre, su prometido, su abogado que ya es como parte de la familia, mi mejor amigo, mi novio, la tía de mi novio, la novia del abogado, el mejor amigo del prometido de mi padre...

—Creo que así ya está bien. —la interrumpió Tony sonriendo falsamente y dándole un golpe por debajo de la mesa.

El director guardó silencio intentando procesar tanta información, Tony le gritaba mentalmente a su hija mientras seguía fingiendo una sonrisa y Carey parecía disfrutar la situación.

—...¿Vives con el abogado de tu padre y con tu novio? —preguntó finalmente el hombre sin dar crédito.

—No lo malinterprete. —agregó Tony apresuradamente.— no es solo mi abogado es como
el hermano mayor del novio de mi hija y el novio de mi hija es como mi hijo y por eso vivimos juntos, aunque eso suena raro. —opinó Tony tras decirlo en alto.— y la novia del abogado es la mejor amiga de mi hija y también es como la hija de mi prometido, que es quien mantiene la familia unida.

—Y el mejor amigo del prometido de mi padre vive con nosotros porque es como su hermano aunque también se lleva bastante bien con el abogado, que a su vez no soporta a mi mejor amigo que es como parte de la familia porque su padre lo abandonó y mi padre lo acogió. —agregó la Stark evitando reír ante la cara de confusión del hombre que tenían en frente.

El director los miró durante un gran rato en silencio, seguía sin poder dar crédito de nada. No había entendido totalmente nada de lo que ellos habían dicho, tan solo entendió que esa familia era la más rara y sin sentido que había escuchado jamás en su vida.

—Bueno... —murmuró Tony con incomodidad tras un rato en el que el director no sabía cómo reaccionar.— ¿dónde tengo que firmar y cuándo empezaría la escuela? —forzó una sonrisa mirando al hombre.

No, definitivamente no estaba admitida.

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