Me quedé estática. ¿Es cierto lo que la boca de Conor acababa de pronunciar? Porque mi cerebro no lo asimilaba.
-Lucy, lo que acabo de decir, si no quieres, no es necesario que abortes.
-Necesito arreglar todo con Jack. Necesito saber qué opina él.
-¿Tan importante es?
-Lo es. Sino no te o estaría pidiendo.
-No le veo tanta importancia como la que le estas dando.
-Conor, la tiene.
-Entiendo, le puedes llamar desde el teléfono de mi despacho, no creo que te coja el tuyo, con lo cabezón que es.
-No lo hará. Gracias, por todo.
-Sé que he llegado un poco tarde para ayudarte, no supe darme cuenta antes de todo lo que estaba haciendo.
-Lo importante es que te has dado cuenta.
-Supongo. Salgo un momento para que puedas hablar con él. –Salió del despacho y yo corrí hacía el teléfono. Cogí mi móvil para copiar su número y marcar ya. Un toque, dos, tres, vamos Jack contesta, cuatro, cinco.
-¿Sí? –esa no era la voz de Jack, definitivamente.
-¿Jack?
-Lucy, soy Finn. –suspiré de alivio. –Jack está aquí, pero dudo que quiera hablar con nadie.
-Haz lo que sea pero necesito hablar con él, necesito explicarle todo.
-Está muy cabreado con el mundo no sé qué puedo decirle para que se ponga al teléfono.
-Dile que soy Zoe, miéntele, pero por favor, haz que se ponga.
-Espera un momento. –supe que dejó el teléfono sobre una superficie cuando escuche un pequeño golpe. Voces se oían a lo lejos.
-¿Si? –era la voz de una chica.
-¿Finn? –era inútil la pegunta, pero tampoco sabía muy bien que decir.
-No, Emily, ¿querías algo? – como siempre tan amable. Ironía.
-Estaba hablando con tu hermano, nada importante.
-Emily, dame ese teléfono. –esa era por fin la voz de Jack. -¿Qué quieres Lucy?
-Necesito explicártelo todo, yo tampoco sabía nada de esto. No me lo esperaba.
-No quiero escucharlo, pensé que eras diferente.
-Oh, vamos, ni siquiera ha sido un embarazo natural Jack, pero como eres tan cabezón nunca me escucharas. Si quieres irte de mi lado vete, no me importa, lo superaré, seguiré con mi vida. – la voz se me rompió en ese momento, las lágrimas pasaban por mi cara haciendo su ya habitual recorrido. –Saldré de este lío contigo o sin ti, tú decides.
-¿Estás llorando? –su voz se había suavizado.
-Eso no es lo importante.
-Sí lo es. En media hora te veo.
-¿Dónde?
-La casa del jardín.
-Vale, allí nos veremos. –dejé el teléfono en su sitio y limpié mi cara llena de lágrimas otra vez. Salí del despacho esperando recordar cómo se llegaba a la salida y está vez mi cabeza me ayudó por una sola vez y recordó el camino. Ahora mismo no sabía que pensar sobre nada. No quería abortar, pero tampoco me podía permitir el lujo de tener un hijo ahora y menos sabiendo quien es el padre.
Acomodé un poco el salón a la espera de Jack, no podía estarme quieta, los nervios me carcomían y necesitaba mantenerme ocupada para no pensar demasiado. Los minutos pasaban y no sabía qué hacer, no sabía cómo explicar todo, y a decir verdad esperaba que Jack no quisiera escuchar ni una sola palabra mía y me parece hasta raro que quiera venir y arreglarlo, supuestamente. El timbre sonó y fui a abrirlo, sabía de sobra que era Jack.
-Pasa. –dije apartándome a un lado.
-Lucy, siento lo antes, supongo que no pensaba lo que decía.
-En realidad has dicho lo que en el fondo pensabas, y supongo que tienes razón.
-No, no la tengo, perdóname. Bueno, explícame todo.
-Tú sabes que me hicieron dos operaciones, en la segunda me implantaron un embrión, y esa es la explicación a todo. Sabes que no sería capaz de… -paré de hablar en ese momento. No sería capaz de estar con otra persona que no fuera él.
-¿Qué no serías capaz de? –preguntó con intriga.
-Nada, olvídalo.
-Quiero saberlo.
-No sería capaz de estar con otra persona que no fueras tú, no voluntariamente.
-¿Estás segura de eso?
-¿De qué no quiero a nadie más que a ti? Completamente.
-Lucy, esto es un paso muy importante. –dijo con un suspiro.
-El cual sé que no vamos a dar.
-¿Por qué?
-No es obvio. –dije algo sarcástica.
Jack miró hacía el suelo, no sabía lo que él pensaba y me ponía más nerviosa de lo que estaba.
-Yo… -comenzó a decir. –Me está superando, toda esta situación. Sabía que estabas hasta el cuello llena de mierda, pero en realidad, estás 3 metros debajo, en el subsuelo, y aún así sigues adelante. Haces que me sienta débil a tu lado, pero a la vez soy más fuerte que nunca. Me llenas de valor para ser lo mejo para ti, pero aún así no es suficiente.
-Eres más que suficiente para mí, pero si alguien se entera de que somos algo más que amigos, estamos perdidos.
-Lo sé, por cierto, ¿qué vas a hacer con el bebé?
-Conor y yo hemos tomado una decisión. No creo que sea la mejor, pero es lo único que tenemos.
-¿Vas a abortar, cierto?
-Sí, Conor le plantó cara a Kenneth y le dijo eso.
-Sabes que lo podrías dar en adopción.
-No, no podría dejar que se llevasen a mi hijo lejos de mí, y creo que eso no es una posibilidad conociendo a Kenneth.
-Encontraremos una solución para todo esto. –dijo abrazándome.
-Gracias por estar a mi lado siempre.
-Siempre lo estaré, no lo olvides.
Pasamos el resto del día juntos, siendo solo nosotros dos, como si fuésemos dos personas normales, sin apenas problemas. La noche caía sobre la ciudad londinense pero a nosotros parecía no importarnos.
-Lucy, creo que me tengo que ir. –dijo mientras me acariciaba el pelo.
-Puedes quedarte a dormir, creo que Conor te adora, así que no creo que haya ningún problema.
-No quiero molestarte.
-Nunca me molestas.
-Déjame llamar a Finn para que me cubra y pido comida, ¿qué te parece?
-Perfecto.
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HOLAAAAAAAAAAAAAAAAA YA ESTOY DE VUELTA. Bueno, ayer me quitaron la escayola y me puse a escribir como una loca. Siento que este capítulo no ha quedado demasiado bien pero meh. Tengo muchas cosas que agradeceros hoy, la primera es que esta fic ya tiene más de 1K de votos y casi 30000 lecturas y eso hace que me entren gana de llorar gracias a vosotros. Recuero cuando me emocionaba cuando tenía 200 votos. Hace un año comencé a escribir esta historia, y es gracias a vosotros que todavía esté aquí. Gracias por todos los comentarios de ánimo, los votos que han llegado durante todo este tiempo, pero en especial en este último mes en el que no podía escribir. Gracias, los amo.
Trishexx.