A falta de amor

Par YouFailedMe

78.7K 4.5K 603

Ada es torpe, pero a la vez la más brillante de su salón, tiene la capacidad de llegar a ser un completo dolo... Plus

El inicio de todo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 8
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 12 Especial ♡
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Epílogo
Mason Jones

Capítulo 20

1.9K 119 7
Par YouFailedMe

Ada.

*5 meses después*

Hoy me encuentro con Mason en el centro comercial. Eran cerca de las 5 de la tarde y nuestra reunión aquí se debía a un asunto un tanto...especial.

Dentro de pocos días, es mi cumpleaños, y Mason mencionó que ese día iba a pasarlo con mi familia o mi novio, así que quiso invitarme a comer y a pasar la tarde juntos como cumpleaños adelantado.

—Preciosa, elige lo que tú quieras, yo lo pago — dijo cuando llegamos al tercer piso en donde habían muchos puestos de comida.

—Mase, sabes que puedo pagarme mi propia comida y no quiero molestar — frunció el ceño y se detuvo.

—Lo único que sé, es que eres mi mejor amiga, así que déjame pagarte esto porque te lo mereces, vamos Ada, ¿Qué tal lasagna? — habló señalando un lugar de comida italiana.

—Eso suena delicioso — asintió satisfecho y fuimos a buscar una mesa.

Después de ordenar nuestra comida, iniciamos una conversación.

—¿Cómo está Bart? — le pregunté por su perro.

—Muy bien, creo que es el mejor regalo que pudieron haberme dado, gracias — sonreí en respuesta —Ada, cierra los ojos muy bien — le hice caso y escuché algunos ruidos.

—¿Qué estás haciendo? — dije con curiosidad.

—¿Recuerdas la bolsa de plástico que he llevado desde que llegamos? — asentí — pues es tu regalo, espera un segundo..— hizo unos ruidos más hasta que finalmente me dejó abrirlos.

En la mesa que habíamos escogido, se encontraba un álbum de fotos con mi nombre personalizado en la portada, junto a una carta.

—Es.....¡me encanta! — dije levantándome para abrazarlo.

—Vamos, linda, abre el álbum — con mucha emoción, abrí en la primera página.

Había una foto de Mason y yo sacando la lengua con los ojos para arriba, en cada foto había un pequeño escrito. "¿Recuerdas esta foto? Fue mi fondo de pantalla durante un tiempo, la hicimos en año nuevo, nos vemos feos como la pieza, te quiero, Ada"
La siguiente foto era distinta en el aspecto de que salíamos Homer, Mason y yo, junto a un caballo bebé. "Esta preciosura (no yo, hablo del caballo) es el fruto del amor que tenían los caballos de la primera cita que tuviste con Homer, espero ser tío algún día" reí con lágrimas en los ojos, esto fue por Marzo, si bien recuerdo.

Y así seguí observando con detalle los momentos que había vivido junto a este chico y su mejor amigo, eran las mejores personas que había conocido.
Al final del álbum, justo en la última página, era una secuencia de cuatro fotos. En la primera, salía Mase haciendo un corazón con sus manos, la siguiente era una letra "A" formada por sus dedos, la tercera una "D" y por último una "A" de nuevo, formando así mi nombre con una última frase en la contraportada: Vivimos experiencias únicas en lugares mágicos.
Feliz cumpleaños, fea.
Mason Jones.

Me lancé a los brazos de Mase y le dí un abrazo que lo dejó sin aire.

—Es perfecto, gracias, gracias, gracias — susurré en su hombro.

—Te lo mereces, Ada — me separé y regresé a mi asiento con una enorme sonrisa —Ahora, la carta que tienes en tus manos no puedes abrirla hasta que sea tu cumpleaños, ¿Entendido? — asentí — Ada, promete que no vas a abrirla.

—Te lo juro, prometo que no abriré esta carta hasta el día de mi cumpleaños — mencioné con mi mano derecha en el aire.

—Ahora, iré por nuestra comida antes de que alguien más se la lleve, cuida la mesa, si alguien más la quiere, le sacas el dedo del medio, ya regreso — reí ante sus ocurrencias y me quedé sentada admirando mi nuevo regalo.

Amaba a Mason de la manera más linda que puedes querer a un amigo.

Después de cinco minutos, él venía a la mesa con dos bandejas de comida y mi estómago rugió el hambre.

—Cuidado, parece que alguien tiene ganas de comer un Mason con salsa — lo miré con los ojos entrecerrados y cogí mi plato con gusto.
Comimos un rato en silencio hasta que empezó a hablar.

—¿Cómo es que Homer aceptó quedarse en casa? — preguntó con diversión.

—Le dije que pasaría mañana todo el día con él — me encogí de hombros —Pero fue bastante difícil llegar a un acuerdo, aún no supera sus celos — rió un poco.

—Bueno, tendrá que aceptar que no siempre voy a estar con él, me cela demasiado — se levantó, dió una vuelta indicando su trabajado cuerpo, y volvió a sentarse.

—Así que....¿Homer y tú tienen algo especial? — mencioné a modo broma.

—Exacto, hasta que llegaste tú y lo enamoraste — le tiré una papa a la cara y él hizo lo mismo.

—No seguiré esta guerra porque sé que nunca te rindes, así que lleguemos a un acuerdo de paz, Mason — estiré mi mano para que la estrechara y él la miró como si no pudiera confiar en mí.

—¿Te lavaste las manos? — preguntó haciendo una mueca.

—¿Lavaste las tuyas? — alcé una ceja con gracia.

—Buen punto — estrechó mi mano y soltamos una risa —Después de comer, podemos ir a hacer eso que hacen las chicas en los centros comerciales.

—¿Mirar todo y no comprar nada? — pregunté antes de tomar un sorbo de jugo.

—Exacto, pero suele funcionar para las personas que tienen dinero.

—Toda la verdad, Mase, toda la verdad — chocamos nuestras manos y después de veinte minutos, ya estábamos recorriendo las tiendas.

—Creo que voy a regalarme un nuevo bolso a mí misma — le dije observando una cartera negra que me gustó mucho.

—¿Un auto-regalo de cumpleaños? — miró el precio del objeto en mis manos.

—Exactamente, está a buen precio — murmuré.

—Cómpralo si vas a usarlo, algunas personas gastan su dinero en cosas que dejan en sus armarios olvidadas — lo pensé durante un momento y finalmente decidí llevarlo a casa.

—¿Vas a comprar algo? — cuestioné recorriendo el pasillo de artículos para hombres.

—Creo que no, ya tendré tiempo cuando sea mi cumpleaños comiendo dulces— me codeó.

—¿Qué insinúas? — se paró al frente mío y me lanzó una mirada que decía "¿A caso no es obvio?"

—Insinúo que para mí cumpleaños, quiero que me lleves a un parque de diversiones y me compres un algodón de azúcar — se puso nuevamente a mi lado y pasó un brazo por mis hombros.

—Faltan dos meses todavía — le dije pensando en lo que podía regalarle.

—El tiempo es cuestión de segundos, Ada, ya verás que cuando menos lo pienses vas a estar comiendo manzanas chocolatadas conmigo y Homer dentro de una montaña rusa, alucinante — miró al techo del local soñador.

Después de pagar mi bolso, decidimos que era hora de regresar, ya eran casi las 8 y mañana sería un día largo.

Caminamos por el parqueadero y finalmente encontramos el carro de Mason.

—Sube, linda, es hora de dejar a la princesa en el palacio. Y por si no lo notaste, yo soy la princesa — alisó su cabello.

—Enciende el corcel, Mase — insertó la llave y trató de prender. Frunció el ceño confundido.

—¿Qué sucede? — pregunté acercándome.

—Creo que olvidé poner gasolina en la mañana — llevó una mano a su cuello y me envió una mirada de disculpa.

—¿Es seguro dejar tu coche aquí hasta mañana? ¿O quieres ir a una gasolinera por un tanque ahora? — lo pensó durante un momento y finalmente contestó.

—Creo que es mejor dejarlo aquí, no tengo ganas de ir a buscar gasolina — salió del auto y yo lo seguí dejando el regalo que me dió adentro, pero llevando el bolso conmigo, pues ahí tenía llaves y mi celular.

Después de asegurarlo, caminamos a la salida y Mason suspiró frustrado.

—En este centro sólo hay taxis hasta las siete, ¿Qué hacemos? — preguntó mirando a los lados.

—Podríamos llamar a alguien, o tal vez caminar hasta encontrar otro taxi — sugerí.

—Supongo que la segunda opción me gusta más, no quiero molestar a alguien ahora mismo.

Caminamos y el ambiente se aligeró cuando Mase empezó a contarme anécdotas de cuando era niño, muchas veces mencionó que no era para nada tranquilo, pero era gracioso imaginar a un mini Mason haciendo cosas como apagar fogatas que hacían sus vecinos cuando ellos no se daban cuenta, o incluso escuchar actos tan humanos como darle las sobras de su almuerzo a perritos callejeros, era sorprendente.

—¿Ada? — preguntó de repente cambiando el tono de su voz.

—¿Qué pasa? — respondí mientras él me apegaba más a su cuerpo.

—No quiero asustarte, pero creo que el tipo de atrás nos lleva siguiendo durante un buen rato, no creo que tenga buenas intenciones — miré de reojo disimuladamente y ví a un hombre vestido de negro, su cara no se veía por la sombra que daban oas luces de los postes.

—¿Qué hacemos? — susurré con miedo.

—Acelera el paso y no sueltes mi mano, ¿Entendido? — asentí y aceleré mis movimientos.

Cuando noté que el hombre de atrás hacía exactamente lo mismo, Mason frenó un poco y rápidamente noté sus intenciones; hacer que la persona de atrás no rebasara y perderlo en cuestión de minutos. Sin embargo, nada salió según lo esperado.

El hombre que nos seguía, empezó a correr y arrancó el bolso que tenía en mi mano derecha dispuesto a golpearme, grité por el susto y Mason quiso lanzar un puño a la cara del ladrón tratando de defenderme, me hice un poco para atrás asustada, y aunque pude ver que Mason no llegó a golpearlo mis ojos captaron algo que parecía ser un arma en su chaqueta, la voz no salió, y en menos de un segundo escuché el sonido del gatillo.

Me quedé en shock durante unos segundos sin saber reaccionar mientras lo veía huir a toda prisa. Miré a mi lado y Mason se encontraba con la boca abierta y la mirada perdida.

—¿Mase? — susurré entre lágrimas. Su cuerpo cayó al piso y yo me agaché con él.

—A-Ada — susurró e inmediatamente noté una mancha roja extenderse a lo largo de su cuerpo. Puse mis manos en su pecho tratando de no lastimarlo pero a la vez salvarlo, no, no, no, no, no.

—¿Mason? ¡Mase quédate conmigo, no te vayas, no cierres los ojos! no te vayas, por favor no lo hagas — dije desesperada. Busqué su teléfono dentro del bolsillo de su pantalón y lo encontré.

—T-te quiero — susurró antes de cerrar los ojos por completo.

Llamé al 911 angustiada sin poder dejar de llorar.

—¡Una ambulancia, por favor, una ambulancia! — grité en el teléfono — ¡le dispararon a mi amigo, estamos en la calle Vermont, en un pasaje, por favor, vengan rápido, por favor! — lloré sin poder controlarme y me saqué la chaqueta tratando de hacer un torniquete y detener la hemorragia que causó la bala como si eso fuera a funcionar.

El tiempo se hizo lento y los minutos parecieron eternos hasta que escuché las sirenas de la ambulancia y entonces...no fui consciente de nada más.

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

458K 35.4K 54
El mundo da un vuelco cuando la primer mujer en la Fórmula 1 se hace presente en el Paddock. Camille Watson, hija del gran piloto de la F1 tendrá que...
361K 22.6K 37
Irina es una joven de dieciocho años que ha escapado del infierno de su casa para tener una oportunidad en la academia de baile más exclusiva del paí...
85.7K 5.3K 17
Teff Morgan y su lista... ¿Qué podría salir mal?
42.5K 1.9K 28
El amor en estos tiempos es algo complicado, nunca me he enamorado, hasta que llegó alguien a mi vida que jamás pensé que pasaría. ¿Quieres saber qu...