A falta de amor

By YouFailedMe

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Ada es torpe, pero a la vez la más brillante de su salón, tiene la capacidad de llegar a ser un completo dolo... More

El inicio de todo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 8
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 12 Especial ♡
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Epílogo
Mason Jones

Capítulo 10

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By YouFailedMe

 4 meses después..

Luego de mi resfriado, Homer estuvo mandándome mensajes cada diez minutos, preguntando si me sentía mejor, le respondí todos y cada uno de ellos.

Era extraño, me sentía feliz cuando estaba con él, podía reír libremente, y aquí entre nosotros, me agradaba cuando soltaba algún tipo de elogio, pero si él se enteraba, iba a hacerme la vida imposible.

Si hace cinco meses me hubieran dicho que terminaría mandándome mensajes de texto con mi crush, y que su mejor amigo se convertiría en alguien especial para mí, me hubiera reído muy fuerte.
Así es, en los últimos días había hablado más con Mason, por supuesto que Homer lo sabía, entiendo que no tengo que darle explicaciones, pero no tenía ganas de ocultar nada, a fin de cuentas, Mase se había vuelto algo así como un hermano mayor para mí, pues siempre estaba cuidándome y advirtiéndole a Homer que no me toque ni un solo pelo sin mi autorización.

En cuanto a la pizza que me había ofrecido, ese fue un día bastante agradable si mal no recuerdo..

Flashback..

—¡Homer! — me quejé cuando decidió que veríamos una película triste.

— Vamos, Ada, será divertido — lo miré con ironía.

— Sabes que lloraré — lo reprendí con la mirada — estás haciendo esto para burlarte de mi

— Yo nunca haría algo como eso — mentiroso.

Dos horas después, yo no paraba de llorar mientras él me miraba asustado sin saber que hacer.

—¡Se murió!— le grité sonandome la nariz

— Pero tuvieron una relación bonita mientras duró, ellos..

—¡Cállate! — lo interrumpí mientras le lanzaba una almohada y me tiraba en el piso.

—No pensé que te ibas a poner así — lloré más y lo ví irse por la cocina. Cuando volvió traía en sus manos una barrita de chocolate, se acercó a mi despacio.

— ¿Es para mí? — pregunté viendo el dulce.

— Te lo daré si me prometes dejar de llorar — asentí y tomé el chocolate en mis manos, me lo comí y de la nada me sentía mejor.

— Gracias — me miró con una sonrisa y me paré para tirar la caja de pizza que habíamos dejado en la sala mientras veíamos la película.

Fin del flashback.

Todo había sido perfecto últimamente, comentaba con Homer de varios libros que intercambiamos en las últimas semanas, solo teníamos dos reglas:

1.-No Rayarlos, doblarlos, o causarles algún daño permanente.

2.- Devolverlos.

Mientras los dos siguiéramos esas pautas, todo estaría perfecto.

Me gustaba pasar con él y mirarlo a los ojos porque se ponía nervioso, era divertido.

Entonces me di cuenta, me gustaba Homer Witmore, me encantaba, su forma de ser me volvía loca, su sonrisa me tenía cegada, y si bien es cierto, antes de conocerlo me parecía lindo, pero luego, me sumergí conociéndolo a fondo.
¿Cómo llegamos a esto? iniciamos tan mal... y ahora era cuestión de mirarme para saber lo que sentía por él, que ironía, y aunque parezca extraño para muchos, era totalmente posible que alguien te gustara en tan poco tiempo.

Homer.

Era un estúpido.
¿Cómo puede gustarme Ada Nichols? Si, lo admito, esa chica me trae loco. Me encanta cuando se sonroja escuchando mis cumplidos, adoro que me grite por burlarme de ella.

Con el paso de los días me dí cuenta que Mason y ella no buscaban más que una amistad entre ellos, eso me tranquilizó de cierta forma, pues imaginarlos juntos me daba algo así como náuseas.

En fin, hoy quedaría con Ada y Mase en una cafetería para comer algo antes de ir al colegio, demasiado temprano, pero vale la pena.

Cogí las llaves de mi auto y me despedí de mis padres mientras pensaba en lo que sería de mí ahora que me di cuenta de lo que sentía por Ada. Supongo que todo seguiría igual, no podía ir y declararme sin antes estar seguro de que ella siente algo por mí, soy Homer Witmore, nadie me pone en ridículo.

Cuando llegué al lugar, Ada estaba en una mesa seguramente esperándonos.
¿Qué hago? Debería acercarme y esperar a Mason juntos, o podría esperar a Mase aquí y cuando llegara ir los dos con ella.

Parece ser que pienso muy lento, pues Ada ya me había visto.

—¡Homer! — me saludó con la mano desde lejos. Sonreí un poco tenso y me acerqué.

—Hola, Ada — le dije sentándome al frente de ella.

Nos mantuvimos en un incómodo silencio hasta que ella decidió hablar.

—¿Escuchaste acerca del concierto de Kodaline? — levanté la mirada emocionado.

—Me encanta esa banda — soltó una pequeña risa.

—Lo sé, estaba pensando en comprar una entrada.

—Vamos juntos — solté inmediatamente — Digo, los tres, Tú, Mason y yo.

—¿A dónde voy a ir? — preguntó Mase llegando a nuestra mesa.

—A un concierto — mencionó Ada.

—Estoy seguro que tenemos gustos distintos de música, ni hablar, chicos, no cuenten conmigo — mierda. No te alteres, Homer, has salido antes con Ada, que ahora te guste no va a cambiar nada.

—Pues entonces iremos los dos, ¿Cierto? — dije mirándola.

—De acuerdo — sonrió un poco sonrojada.

—Bien, este chico tiene hambre, ordenemos algo.

Empezamos a comer mientras hablábamos acerca del colegio y los exámenes que se acercaban.

No entiendo cómo terminé aquí. Hace un tiempo me hubiera reunido con el equipo de fútbol o volley en alguna fiesta por la noche, era increíble la manera en que las cosas cambiaban en un par de meses, ¿Quién diría que iba a terminar en un pequeño grupo de tres?

—Chicos, voy a adelantarme, tengo algunas cosas que hacer antes de mi primera clase. Los veo ahí — chocó los puños conmigo y le dió un beso en la mejilla a Ada.

—Bueno, creo que nos quedamos solos — dijo ella mirando a la puerta.

—Eso parece — vamos, Homer, no es tan difícil, sólo regresa a lo que antes eran: amigos sin ninguna clase de sentimientos de por medio. —¿Sabes qué es lo que le gusta de ti? — bueno, quizás no tengo que ir tan rápido.

—¿La forma en la que te golpeo cuando dices algo como eso? — dijo entrecerrando los ojos a mi dirección.

—La manera en la que te sonrojas como lo estás haciendo justo ahora — sentí que pisó mi pie por debajo de la mesa.

—No me provoques, Homer — reí porque con el frío que hacía ella parecía estar muriéndose de calor.

—¿Te estoy provocando? — asintió sin quitar sus ojos de mi, ese maldito color de ojos que me volvía loco — ¿Sabes? Creo que si me golpearas de verdad, la única lastimada serías tú.

—¿Eso piensas?

—Eso apuesto, linda — entonces, se levantó de su asiento y me indicó que la siguiera. Puse dinero en la mesa tal como lo hizo ella, y salí.

—Este es el trato, si logro tirarte al suelo en el lapso de un minuto, haces lo que yo quiera por una vez en la vida. Y si no lo logro, haré lo que tú quieras — imaginé toda clase de escenario en donde ella ordenaba mi habitación, limpiaba mi baño, e incluso hacía las compras.

—Acepto — dije seguro.

—De acuerdo, dame tu reloj — extendí mi teléfono a sus manos y se quedó callada un segundo.

—¿Y tu reloj de mano? —preguntó con el ceño fruncido.

—Es el año 2018, existen celulares y cronómetros, Ada — me miró con molestia y tomó mi teléfono.

—De acuerdo — dijo mientras ponía el tiempo.

—¿Lo haremos en la calle? — pregunté mirando alrededor.

—Si, es un buen lugar — tenía un buen punto — comencemos.

Se acercó a mí y el tiempo estaba corriendo. Cincuenta y nueve segundos para que ella limpie mi habitación. Puedo hacerlo.

Entonces se puso en puntillas y quedó a mi altura.

—¿Qué haces, Ada? — dije queriendo tomar distancia.

—Tienes algo en el ojo — susurró muy cerca de mí.
Empecé a ponerme nervioso, estábamos tan cerca que casi podía escuchar su corazón latiendo. Se acercó un poco más y cuando estábamos a un centímetro de darnos un beso, pateó mi estómago y alejándose rápidamente me abracé a mí mismo. Se puso por detrás y de un sólo movimiento empujó mis rodillas de modo que yo quedé en el suelo y ella arriba.

—Trampa — mencioné mientras trataba de recuperar mi orgullo.

—Estrategia — respondió ella sonriendo. Me estiró la mano para ayudar a levantarme y sin pensarlo dos veces, la tiré conmigo haciendo que quedara arriba de mí.

—¿Te parece justo?

—Me parece estúpido — reí un poco y miré a mi lado. Las personas pasaban mirando raro y algunas madres tapándole a sus hijos los ojos. Exageradas.

Suspiré y me levanté llevándola conmigo.

—De acuerdo, ¿Qué quieres que haga? — puso una mano en su mejilla y miró al cielo pensando.

—Quiero que me lleves a una fiesta — la miré sorprendido y me empecé a reír.

—¿Una fiesta? — asintió frunciendo el ceño —¿Y a qué fiesta se supone que te voy a llevar?

—Pues a una de las muchas que hacen tus amigos — la observé esperando a que fuera una broma.

—Ni siquiera lo pienses, no voy a llevarte ahí — puso los ojos llorosos y en serio esperaba que no se pusiera a llorar, estaba actuando.

—Hicimos un trato — suspiré con frustración.

—Esos lugares no son para niñas como tú — su rostro empezó a ponerse rojo y supuse que era por el enojo.

—Eso lo decidiré yo — se cruzó de brazos y esperó una respuesta.

—Ada... — me interrumpió.

—No, Ada nada, perdiste y ahora tienes que cumplir tu parte, si quieres me dejas y te largas, no te necesito conmigo — miré hacia arriba esperando una salvación.

—Está bien — sonrió y se lanzó a darme un abrazo. Estaba loca si creía que la iba a dejar en una fiesta sola. — Pero con una condición — se separó de mí y asintió. —No quiero verte borracha o estar con alguien que no sea yo, ¿De acuerdo? — maldita sea, eso sonó posesivo, relájate.

—¿Por qué tengo que estar contigo? — vamos, Homer, di algo.

—Porque tengo que llevarte sana y salva a tu casa, si te descuido, sería irresponsable de mi parte, ¿Lo entiendes? — Bien hecho.

—De acuerdo — me devolvió mi teléfono que olvidaba que ella lo tenía, y le indiqué que subiera al auto conmigo, era hora de ir a clases.

¿En qué me había metido? ¿Sus padres la dejarían salir de fiesta con un chico como yo?
¿A quién engaño? Ellos me adoran. No será un problema, o eso espero.

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