La Mujer de Drácula #1

By Keishadlp

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Katie Campbell viaja a Rumania con el único objetivo de pasar más tiempo con su padre y hermano mayor. Sin em... More

Aclaración antes de leer
REPARTO
BOOKTRAILER
PLAYLIST
Parte 1| KATIE CAMPBELL
I N I C I O
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI *
VII. Segunda oportunidad.
VIII. Odiar.
IX. ¿Amigas?
X. Un lugar mejor.
XI. ¿Y él era el monstruo?
XII. Todo va a cambiar.
XIII. Dudas.
XIV. Andrei.
Capítulo XV
XVI. Mentiras.
XVII. Un obsequio.
XVIII. En una habitación.
XIX. Traición.
XX. ¿Quién es Selena?
XXI. Estamos en paz.
XXII. "Decide rápido, Katie."
XXIII. Liam.
XXIV. Almas.
XXV. Sólo tú y yo.
XXVI. ¿Hay un nosotros?
Capítulo XXVII
XXVIII. Ser indecisa.
XXIX. Intrusos.
Capítulo XXX*
XXXI. Decisiones.
Parte 2| VLAD TEPES
Capítulo XXXII
XXXIII. Creador.
XXXIV. ¿Quién es la mujer de Drácula?
XXXV. Sentimientos.
XXXVI. Juegos Mentales.
XXXVII. Heridas.
XXXVIII. Nueva Orleans.
XXXIX. Te aceptará con defectos.
Pate 3| KATIE CAMPBELL
XL. Declaración.
XLI. Quizás.
Capítulo XLII
XLIII. Buenas noticias.
XLIV. Oficialmente.
XLV. Calabozo.
XLVI. Despierta.
XLVII. ¿Decepcionado?
Capítulo XLVIII
XLIX.
L. Pasado o presente.
Capítulo LI*
LII. Trato.
LIII. Plan.
LIV. Infiltradas.
LV. "No son mi problema".
LVI. En sus brazos.
LVII. Eres mi corazón.
LVIII. "No te vas a arrepentir jamás."
Capítulo LIX
Capítulo LX
Capítulo LXI
Capítulo LXII
Capítulo LXIII
Capítulo LXIV
Capítulo LXV
Capítulo LXVI
Capítulo LXVII
Capítulo LXVIII
Capítulo LXIX
Agradecimientos
E1. Nosotros.
E2. Para ti, corazón.
E3. Pacto.

EPÍLOGO

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By Keishadlp

| EPÍLOGO |

Tan pronto como fuimos por mi madre, mi cuerpo me empezó a cobrar factura. Mis piernas y un ligero pero persistente dolor de cabeza estaban acabando con mis fuerzas de seguir despierta.

Al entrar al Castillo me sorprendí al ver tantas personas conversando entre sí, es la primera vez que veia el castillo con varios "visitantes". El olor a humo y sangre era tenue pero envolvente.

- Creo que es mejor que vayas a descansar, corazón. - Susurró Vlad cerca de mi oído.

De inmediato, una Yahanna manchada de sangre, tierra y con ligeros raspones en sus brazos entró en nuestro campo de visión, me aconpañó,- con tres pasos más adelante que yo -, a la habitación que compartía con Vlad y se fue sin decir nada. Ni siquiera tuve la oportunidad de preguntar que le había pasado, cómo había acabado con tantos vampiros estando debilitada y si quería un hombro en el cual llorar por su hermano. Mi boca no se abrió para nada.

Ningún miembro de mi cuerpo quería cooperar, mis parpados luchaban por mantenerse un momento más abiertos. Me quité los zapatos de mala gana ya estando acostada y aventé la blusa sucia y rota al piso, de inmediato sentí un alivio por la suave cama.

Sabía que todos abajo estaban hablando de lo sucedido y quizás debería estar ahí escuchando y agradeciendo a todos por haber arriesgado su vida mientras yo había sido protegida, principalmente por Yahanna y Alejandro. Tenía tantas dudas y cosas por contar pero tan rápido como aparecían en mi mente el sueño las disolvía cuando me reclamaba cada vez con mayor entusiasmo.

Ya habría tiempo de aclarar cosas, ahora sólo quería descansar.










Alguien se encontraba jugando con mi cabello, moví mi cabeza acomodándome mejor en la almohada mientras tenía los ojos cerrados sin ganas de nada más que de seguir durmiendo.

- Katie. - Reconocí de inmediato su voz. Música en el país de los sueños.

- Ummh. - Estaba a punto de quedarme dormida nuevamente.

Un cosquilleo en mi mejilla derecha hizo que abriera lentamente los ojos enfocando la visión en Vlad. Estaba a pocos centímetros de mi rostro.

- Abajo se encuentra alguien que quiere conocerte. - Murmuró suavemente acariciando mi mejilla antes de besarla. - Te dejaría descansar más tiempo pero... él se debe ir pronto, antes del amanecer.

- ¿Umh? - Fruncí el ceño al procesar la información que me estaba dando. ¿Quién querría conocerme? - Está... bien.

Me levanté bostezando y estirando mis músculos. Caminé hacia el armario y tomé la primer blusa que vi, me sujeté mi cabello en una cola sin importarme que estuviera hecho un desastre. Lo que necesitaba era un baño. Urgente. Pero eso ya sería después.

- Andando. - Vlad tomó mi mano y besó mis labios rápidamente.

Bajamos los tres pisos, en el momento que estuvimos en la sala principal el sueño había disminuido y podía pensar con mayor claridad.

- Katie, - Dos hombres desconocidos se encontraban sentados en los sofás mirándome directamente. -, quiero presentarte a unos buenos y viejos amigos míos, Hugh y Kabir.

Ambos hombres se levantaron, el más alto de cabello rojizo y ojos peculiarmente verdes extendió su mano hacia mí.

- Kabir. - Murmuró con seriedad.

El mismo que me habló y supo quién era sin decirle, que pidió a Azlin a cambio de ayudar a acabar a los Petrov y sus aliados. Un hechicero que según entendí de Yahanna es que es muy poderoso.

- Un gusto. - Musité. Tomé su mano sintiéndome tonta al sonreír cuando él no lo hizo.

- Hugh. - El otro hombre tenía puestos lentes de sol lo cuál me desconcertó, su cabello era castaño claro casi rubio, él sí sonrió. Hugh no me tendió su mano más bien inclinó su cabeza así que sólo le sonreí mostrando un poco mis dientes.

No creo que Vlad solo quisiera presentarme a esas personas, había un motivo más y eso me intrigaba. Pasaron varios segundos de silencio e incomodidad, Vlad rodeó mi cintura con su brazo atrayéndome hacia él.

- ¿No quieres decirle algo a Katie, Kabir? - Preguntó Vlad en un tono frío que me sorprendió.

El mencionado sólo me miró fijamente durante largo rato aumentando mi incomodidad, soltó un suspiro y miró hacia Vlad.

- ¿Puedo hablar con ella a solas? - Preguntó.

- Puedes preguntarle directamente a ella. Está presente. - Murmuró en respuesta.

Los extraños ojos verdes volvieron a mí. Sentí mi ritmo cardíaco aumentar pensando que todos los seres sobrenaturales que están en el castillo lo escuchan con claridad.

- Katie, ¿podemos conversar a solas? - Preguntó lentamente.

- Claro. - Respondí.

Vlad besó mi sien al momento que soltó mi cintura, el hombre rubio llamado Hugh se retiró rápidamente sin decir nada.

- Estaré en la biblioteca, corazón. - Susurró Vlad antes de irse.

¿Porqué querría hablar conmigo?

No encontraba otra razón más que fuera para reclamar algo sobre Azlin o quizás... ¿qué?

Mordí mi labio.

- Azlin murió... - Susurré lentamente inclinando mi cabeza fingiendo que era más interesante el suelo que ver su rostro.

- Lo sé. - Murmuró suspirando. - Ella era mi alma gemela. - Tan pronto como dijo esas palabras alcé la cabeza y lo miré directamente a los ojos.

- ¿Qué? - Susurré.

Cabello rojizo. Ojos verdes pero diferentes a los de Azlin. Es el hombre que conoció en Francia e hizo que cambiara de parecer sobre la vida.

- Irina era mi hija. - Murmuró con un rostro sin expresión alguna. - No lo supe hasta... hace un par de horas atrás.

No sabía como reaccionar en esta situación, ¿era importante saber que fue mi padre biológico? Jamás formaron parte de mi vida con ese papel.

Azlin fue una amiga, alguien que llegué a querer y confiar mi propia vida, pero... ¿a considerarla mi madre? Me sentía culpable por no haberla mirado de una forma maternal.

- Que ventaja, yo acabo de enterarme. - Murmuré entredientes.

Hizo una mueca.

- Siempre me consideré un hechicero solitario, desde que ella se fue y se rehusó a ser mi compañera... jamás imaginé que tendría una hija. - Murmuró suavemente haciendo una mueca que podría pasar como una sonrisa. - Estaré para ti siempre que me necesites, sólo llámame y estaré a tu lado. Donde quiera que estés, en cualquier situación, en cualquier bando. Siempre. - Inclinó su cabeza. - Recuérdalo, Kataline Campbell O'Brien. - Que haya dicho mi nombre completo lo hacía sonar como una pacto.

Solamente me limité a asentí con la cabeza temiendo que mi voz fallara.

Kabir dio media vuelta y caminó hacia la salida, Hugh lo siguió rápidamente bajando las escaleras.

- Nos volveremos a ver, Katie. - Murmuró Hugh antes de cerrar la puerta.

Fruncí mi ceño, miré el suelo durante unos segundos analizando toda la nueva información; me enteraba quien fue mi padre... cuando he perdido a mí padre. Agité la cabeza sintiendo mis ojos arder.

- Ahora es mi turno de confesar. - Susurré para mí. Caminé lentamente hacia la biblioteca, abrí la puerta encontrándome con Vlad viendo algo en su celular. - ¿Cariño?

Dejó el celular de inmediato y sonrió extendiendo su mano en una invitación muda a que me acercara.

- ¿Estás bien? - Preguntó frunciendo el ceño de preocupación.

- Sí. - Sonreí ligeramente. Era el momento. Caminé hacia él, tomé su mano y el me jaló haciendo que me sentara en su regazo.

- ¿Entonces porqué estás tensa? - Preguntó suavemente, acarició mi mejilla izquierda y cerré los ojos.

- Es difícil procesar algunas cosas, pero estoy bien. Nada de qué preocuparse. - Susurré sonriendo aún sin abrir los ojos. - Te amo, Vlad.

Abrí los ojos al sentir como nuestras narices se rozaban, sus hermosos ojos azules mirándome fijamente, transmitiendo lo que necesitaba justo en este momento; amor.

- Yo igual te amo, con una locura y fuerza que no te puedes imaginar, corazón. - Murmuró apretando mi mano, la llevó a su pecho donde se encuentra su corazón. - Eres mi todo. No hay nadie que ame y me importe más que tú.

Sonreí derritiéndome por dentro ante sus palabras.

- Bueno, eso deberá de cambiar, cariño... - Susurré lentamente. Ahora fui yo quién guió su mano a mi vientre. Sin dejar de sonreír cerré los ojos. - Seremos padres, señor Tepes. - No tenía pensado abrir los ojos hasta escuchar su voz, pero después de varios segundos me preocupé al no sentir que se moviera o emitiera algún sonido. - ¿Vlad...?

Sus ojos fijos en mi rostro, su mano congelada tocando mi vientre y sus labios entreabiertos.

Lo miré preocupada, un sentimiento terrible se instaló en mi mente y me oprimió el corazón... ¿Él podría no querer un hijo? Lo hemos hablado, había estado de acuerdo en adoptar... ¿tener uno con nuestra sangre y nuestros rasgos cambiaba eso? Seríamos una familia.

- ¿Qué... acabas de... decir...? - Susurró tan bajo. Movió su mano por mi vientre en una caricia lenta.

Tragué saliva.

- Seremos padres. Estoy embarazada. No me asustes, Vlad, por que--

Me besó interrumpiendo todo lo que iba a decir, acarició mis mejillas quitando las lágrimas que ni siquiera había sido consciente de había derramado.

- Te amo, te amo, te amo... - Sonrió lentamente. Una lágrima rojiza se deslizó por su mejilla sorprendiéndome. Jamás lo había visto llorar. - Pero... ¿cómo...? - Arrugó su entrecejo.

Quité su lágrima lentamente.

- No lo sé, - Susurré riendo entre lágrimas. -, es... un milagro. Sé que los vampiros no pueden tener hijos o, bueno, sólo los muy jóvenes convertidos, así que esto... esto sólo puede ser llamado un milagro. Nuestro milagro. - Vlad juntó nuestras frentes, ambos entre risas y lágrimas de felicidad.

Ambos teníamos la esperanza de que todo sería mejor para todos a partir de ese momento.

- Quiero que se case conmigo, señorita Campbell. Como dicta la ley humana y la sobrenatural. Quiero que seamos tú, yo... y nuestro bebé. - Besó mis mejillas, mi frente y acabó en mis labios. - Para siempre.

Lo abracé por el cuello, acariciando su cabello tan suave.

- Sí. Así será, - Murmuré entre besos. -, estaremos juntos para siempre. Ni brujos, ni vampiros, ni siquiera la misma muerte acabará con nuestro amor. - Acaricié su mandíbula.

- Tenlo por seguro, futura señora Tepes. - Otra lágrima se desliza por su mejilla.

Sentimientos contradictorios entre sí atacaban mi ser. El dolor competía con la alegría de saber que este nuevo comienzo podría ser mejor. Extrañaría a mi padre, a Azlin, tardaría un poco en superar lad traiciones y los momentos traumáticos. No me encontraba sola, formaba parte de una familia el doble de grande ahora y saldríamos adelante entre todos. Tenía que ser el doble de fuerte, alguien crecía dentro de mí, alguien que dependería de mí y de su padre.

Él o ella cambiaría por completo mi vida, la de Vlad, mi familia y la de muchos más. Porque sé que sería especial.




F I N







KEISH DC. PEREYRA

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