Karen acababa de estacionar su auto en frente de su casa. Aaliyah y yo salimos del vehículo tan rápidamente, mientras Karen acomodaba unas cuantas cosas dentro.
-Sam, ¿podrías ir al supermercado? Manny se olvidó de unas cosas. -Karen viene hacia mí, impidiendo que siguiera a Aaliyah adentro de su casa. Le regalo una sonrisa a mi -tal vez futura- suegra y ella me extiende el dinero con una sonrisa.
-Aquí esta. -me entrega un papelito y veo que tiene apuntado unas cuantas cosas. -Gracias, cariño.
Asiento con una sonrisa y me doy la vuelta para ir al supermercado. No estaba muy lejos de su casa pero aun así me apresuré porque quería verlo.
Crucé el parque una vez que ya había conseguido las cosas que Karen me había pedido, y frené en un tacho de basura cunado mi helado ya se había acabado.
Giré un poco mi cabeza para ver a un par de chicas un poco mas atrás de donde yo estaba. Había sentido que alguien me estaba siguiendo pero no sabía si solo era mi imaginación. Y ahora podía comprobar que no estaba loca.
Ambas chicas me miraban con una sonrisa un poco exagerada pero se acercaron a mí con una libretita y un lápiz.
-¿Nos podrías firmar esto? -habló una. Era de piel bronceada y cabello largo, muy delgada y alta. La chica a su lado era como de mi tamaño y mas gordita.
Cogí su libreta y lápiz y firmé la hoja, extrañada. Nunca me habían preguntado para que firmara algo. Era solo un "hola", un abrazo, una foto y un "adiós".
Tampoco era como si fuera famosa, o al menos no una celebridad. No hacía nada por la vida mas que comer y dormir. Y claro, estudiar, pero eso era esencial.
-¿Podemos tomarnos una foto contigo? -preguntó la otra chica. Le sonreí amable a lo que asentía a su petición. -¿Puede ser una cada una y luego las tres junta?
-Si, no te preocupes.
La chica alta le extendió su celular a su amiga y me puse a su lado. La abracé por los hombros y saqué la lengua mientras ponía mis ojos viscos. Fue igual con la chica mas bajita, ambas posamos para la foto y nos despedimos.
Abracé a ambas y me agradecieron por la foto y también dijeron que cuidara bien de su ídolo.
Cuando llegué a la casa de Aaliyah, toqué la puerta. Me abrió Karen y me dejó pasar. Puse las bolsas sobre la isla de su cocina y ella guardó las cosas. Me dijo que podía ir arriba, que Aaliyah y su hermano estaban ahí.
Me parecía muy tierno de su parte dormir en la casa de sus padres de vez en cuando, cuando tenía su propio apartamento a unas calles de aquí.
Manny se encontraba en el patio, azando las carne para esta noche. Si, comeríamos parrilla en la noche, pero era una muy buena razón. Era el cumpleaños de Aaliyah. Ella me había mencionado que había invitado a unas cuantas amigas para que pasaran el día con ella y que estarían aquí por la tarde. De igual manera, Manny y Karen habían invitado a sus tíos y primos.
-Sam.
-¿Qué pasa?
-¿Cuál es mejor? ¿Este o este? -me mostró dos atuendos diferentes. Uno era más extravagante que el otro así señalé con mi cabeza el otro conjunto. -¿Segura? -asentí con una sonrisa. Dejó salir un suspiro de sus labios y me miró agradecida. -Gracias, no sé que haría sin ti.
Una vez que Aaliyah ya había entrado a su dormitorio y cerrado su puerta, fui al cuarto de su hermano, toque la puerta dos veces con mis nudillos y esperé a que respondiera.
Pero nada. Fácil se había quedado dormido. Sin hacer mucho ruido giré la perilla y empujé la puerta.
Él estaba sentado en su cama, con la espalda a la puerta. Llevaba puesto sus audífonos a alto volumen, y sabía eso porque hasta yo podía escuchar la música.
Cerré la puerta con seguro y caminé hasta su cama con cuidado. Me senté sobre esta y rápidamente su cabeza giró en mi dirección. Una sonrisa se esbozó en su rostro. Se quitó los audífonos y dejó la guitarra a sobre la cama y se levantó hasta llegar a mí, al otro lado de la cama.
Llegó a mí y se dejó caer sobre mi cuerpo, haciendo que yo cayera para atrás. Besó mi cara por varios segundos, sin decir ni una sola palabra hasta que se separó un poco, haciendo que lo mirase a los ojos.
Su sonrisita tonta seguía ahí.
-Te extrañé.
-Nos vimos ayer.
-Bueno tampoco me dijiste que vendrías hoy.
-Pensé que no eras tan tontín y sabrías que vendría para el cumpleaños de Aaliyah. Y le debo un regalo.
-¿Que te parece si ese regalo me lo das a mí? -miró mis labios con deseo y sonrió coqueto.
-Estaba pensando en regalarle un vestido, ¿lo quieres? -me burlé.
-Ja ja, graciosita. Sabes a que me refería.
-Veré si puedo conseguir de tu talla. -apreté mis labios, aguantándome la risa. -¿Cuál es tu medida? ¿Extra grande o la extra extra grande?
-¿Me estás diciendo gordo? - alzó sus cejas indignado. -Solo para que sepas voy al gimnasio siempre.
Bajé mi mano y levanté un poco su camiseta, cogiendo un poco de su piel y apretándola. -No parece. -negué y reí.
Escuchamos un sonido proveniente de la puerta.
Shawn se levantó con pereza de encima mío y fue a atender la puerta.
-Cariño, necesito tu ayuda. -pidió su madre amablemente.
-¿No puede ser luego? Estamos ocupados.
Karen rió levemente. -¿Se podría saber en que? -me miró a mí traviesa y puedo jurar que me convertí en un tomate.
-Esta bien, ahora voy. -dijo Shawn rápidamente. Karen se retiró y Shawn me dio un pico antes de seguir a su madre y cerrar la puerta.
Me estiré para coger la guitarra que estaba detrás mío y la posicioné para tocar algunos acordes.
En el tiempo que Shawn estaba libre, y la pasaba conmigo, me había enseñado a tocar algunas de sus canciones. Y la verdad no era tan difícil como yo había pensado.
Posicioné mis dedos en las cuerdas de los trastes y con la otra mano, deslicé mis dedos por la cuerdas de la boca de la guitarra.
Seguí tocando mientras cambiaba de notas y la melodía que yo quería hacer tomaba ritmo.
Aún recuerdo cuando le pedía a Shawn que me enseñara esta canción. Él decía que era algo complicada pero aún así me la enseñaría hasta que me la sepa perfectamente. Y así fue. Recuerdo que el primer día de la lección, cuando llegué a casa, no podía dejar de tocar con mi guitarra.
Unos toques en la puerta interrumpieron la música. Paré mis dedos y me levanté a abrir. Era Aaliyah.
-¿Donde está Shawn?
-Está ayudando a Karen.
-Ah. -miró hacia mí y alzó los hombros. -Yo que venía a molestarlo. -dijo haciendo que yo soltara una risa. -Bueno, me voy. Por cierto tocas bien.
Le agradecí y salió, cerrando yo la puerta.
Calculé que habían pasado más o menos diez minutos cuando Shawn entra a su habitación algo cansado. Estaba con las mejillas rojas y la piel de su rostro brillaba por el sudor. Se recostó a un lado mío y sacó su teléfono mientras tecleaba algo en él.
-Me hicieron asar la carne.
-No fue tan malo ¿verdad?
-No, solo que estuve como media hora con el calor en la cara y sudando como cerdo.
-Si, hueles feo. -traté de contenerme la risa e hice como si estuviera ocupada con mi teléfono.
-Primero me dices gordo y ahora me dices que tengo mal olor. -se acomodó, sentándose y mirándome esperando respuesta de mi parte.
-Solo te digo la verdad, eso es lo que debo hacer.
-Pues a mis fans parezco gustarles gordo y mal oliente.
-Por supuesto que si, es como si Nick fuera gordo. Aún seguiría amándolo.
-Ahora resulta que quieres a ese tal Nick Robinson y no a mí. -se hizo el ofendido y se dio la vuelta, dándome la espalda.
-Por supuesto. -bromeé. Seguí con la vista en mí móvil que no me di cuenta que Shawn se había parado y había cerrado con seguro la puerta de su habitación. No le di mucha importancia hasta que camino hacia mí y me quito mi celular de las manos.
-Quiero ver si después de esto vas a seguir prefiriéndo a ese tal Nick. -se sentó en la cama y de un solo movimiento me posicionó sobre sus piernas. Me besó mientras metía sus manos por debajo de mi camiseta y acariciaba mi cintura.
Enrosqué mis dedos en su cabello por varios segundos y le agarré el cuello para intensificar mas el beso. Caímos para atrás, haciendo que yo quedase sobre él. De una sola me dio la vuelta y quedó sobre mí, teniendo el control de la situación. Si era sincera, me gustaba más que fuera él el que quedase encima.
Junto nuestras manos y las llevo encima de mi cabeza mientras bajaba sus besos por mi cuello y respiraba en él. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Solté ambas manos y las lleves a su camiseta, tratando de sacársela. Él terminó el trabajo por mí y dejó de besarme. Se puso de pie y se sacó la camiseta y los pantalones de un solo tirón, quedando solo en bóxer.
Sus mejillas seguían sonrojadas y tenía los labios algo hinchados. Me acomodé en la cama y lo imité. Saqué mi pantalón lo más rápido que pude y lo tiré por ahí antes que Shawn se colocará de nuevo encima mío y volviera a besarme.
Me quitó con delicadeza mi ropa interior inferior haciendo que mis ganas de tenerlo dentro de mí aumentaran.
-Apúrate. -le dije como pude. Soltó una risita y volvió a besarme.
Se sacó la única prenda que llevaba puesta y volvió a juntar sus labios con los míos antes de meterse en mí.
Quería gritar tan fuerte como podía pero su familia estaba en casa. Maldecía cuando eso ocurría. Presioné la espalda de Shawn con mis uñas pero no se inmutó del dolor. Seguía dando embestidas una y otra vez. Se le escaparon unos cuantos gemidos de la boca que me hicieron reír, pero no dije nada.
Sus labios entre abiertos y la cara de placer que tenía me excitaban aún más. Shawn se veía demasiado sexy en la cama.
Siguió moviéndose varias veces hasta que terminó. Cayó un lado sin decir nada mientras respiraba agitadamente al igual que yo.
Se apoyó sobre su codo y quedó mirándome por un momento.
-Te amo. -le dije sin pensarlo.
-Te amo aún más.
Me he dado cuenta de que si subo solo un iMessage como capítulo, es muy poco e injusto para quienes están leyendo, así que a partir de ahora, cuando suba capítulos, voy a hacer subir un capítulo narrado, un iMessage y un capítulo narrado, o varios iMessage. Con eso dicho, espero que disfruten de este capítulo y el anterior iMessage que subí hace un ratito.
Gracias por leer
Los quiero 💕