Vuelvo a acomodar mis cosas cuando llegamos al departamento. Grayson se metió en su habitación y no ha salido de ahí desde que llegamos.
Salgo del cuarto cuando termino y toco la puerta del suyo. Nadie contesta así que la abro.
Lo veo acomodar sus cosas también, y cuando me ve, siento una oleada de nervios en mi interior.
—Hola... —digo. —haré algo de comer... ¿quieres algo en especial?.
—Pediré algo por teléfono—dice.
—No me cuesta nada hacer algo...
—No te molestes —responde sin verme.
—Bien. Si quieres puedo pedir comida china.
—Lo que tú quieras, sólo avísame para pagarlo.
Asiento y salgo cerrando la puerta. Voy a mi habitación para tomar mi celular y pedir comida rápida. Me pongo ropa cómoda y salgo a la sala para esperar.
Tal cual, quince minutos después, no tardan en tocar la puerta.
Me levanto del sillón y abro.
Me entregan lo que pedí y decido pagarlo yo misma. Tenía algo guardado, no me cuesta mucho hacerlo.
Le agradezco y cierro la puerta para dejar la comida sobre la barra de la cocina.
Grayson sale de su habitación poniéndose una playera y me mira confundido.
—¿Por qué no me llamaste?.
—No era necesario —abro las bolsas y saco la comida china que ordené.
—No debiste pagarlo —se sienta en la barra y me mira molesto.
—Tenia cambio a la mano, no fue nada —dejo la comida frente a él y le sonrío. —provecho.
—Gracias —contesta sin expresión alguna.
Me siento a un lado, y me sirvo de la misma forma para empezar a comer. La mesa se inunda en un silencio demasiado incomodo. Quiero hablar, pero tengo miedo a ser ignorada por tercera o cuarta vez.
—Estoy consiguiendo un empleo... —informo para tener al menos un tema de conversación.
—¿Ah sí?.
—Sí, parece que me quieren ver esta semana.
—¿Sobre qué?.
—Diseño sobre pequeños artículos de una revista. Tendré que aprender bastante.
—Suena bien... me alegro por ti.
—Gracias... espero que me lo den.
—Claro que sí, te lo darán.
—Te prometo que empezaré a ver departamentos también...
—No te preocupes por eso —dice de inmediato. —puedes quedarte.
—No quiero seguir siendo una molestia.
—No lo eres.
Asiento para no tener una discusión innecesaria y sigo atenta a mi plato. Quiero volver a hablar pero ya no me salen las palabras.
—¿Qué hay de Trina?.
—Viene mañana.
Además, no puedo sacar mucha platica con las cortadas respuestas que me da.
—¿Y qué tal las juntas?.
—Son igual de siempre, aburridas.
—Yo creo que es divertido viajar.
—Yo ya estoy un poco cansado de eso.
—Pero... ¿te gusta?.
—No si es relacionado con el trabajo.
Veo que termina de comer, así que se levanta de la barra y deja su plato sobre el lavavajillas.
—Tengo mucho trabajo... —me mira serio. —estaré en mi habitación por si necesitas algo.
Asiento un poco triste terminando de comer, la verdad me esperaba esto.
—Y Leah... —se da la vuelta recordando algo. —ni se te ocurra lavar los platos —avisa. —lo haré yo después.
—Esta bien, descuida —miento.
Me hace una sonrisa obligatoria y se va caminando hasta su habitación, cerrando la puerta. A veces detesto la idea de que sea tan reservado.
Me levanto de la silla cuando termino de comer, y lavo los platos para continuar con limpiar un poco la cocina. En realidad, no es necesario, el departamento de Grayson es limpísimo, cada pequeño rincón lo es.
Camino hasta la sala y me dispongo a mirar por el enorme ventanal, admirando la vista. Si fuera Grayson no me movería de aquí nunca.
Sonrío, y me doy la vuelta para volver a mi habitación. Me acuesto sobre la cama y pongo algo en la televisión.
(...)
Me despierto tras tomar una pequeña siesta. Miro la hora, es casi de noche. Mierda, ¿cuánto dormí?. Me levanto de la cama, la televisión sigue encendida y se escucha fuertemente la lluvia afuera.
Me siento demasiado cómoda y relajada con el sonido.
Así que salgo nuevamente hasta la sala. Me siento en el sillón y sigo observando, es una sensación tan agradable que podría quedarme aquí toda la noche. No habría nada mejor que hacer.
De repente, la luz de la sala se apaga, al igual que la de la cocina y la entrada. Me levanto enseguida del sillón un poco asustada y miro hacia todos los lados. Debería buscar una vela, o algo, pero esto no ayuda en nada, sólo hace que piense en Grayson.
Siento que estoy sola, me inundan unas enormes ganas de hablar con él. Ya no quiero esperar más y creo que este es el momento indicado, no tiene que estar ocupado haciendo algo porque ahora no hay nada que hacer. Es como si el clima estuviera de mi lado.
—Leah —escucho a Grayson salir.
—Estoy aquí —grito.
—¿Estas bien? —pregunta.
—Sí —respondo.
Alcanzo a verlo bien, por suerte no es tan noche para que todo este completamente oscuro.
—Bien... —asiente y vuelve a su habitación.
Ahora, es el momento perfecto.
—Grayson —me levanto y corro antes de que cierre la puerta. —espera.
Me paro en esta y lo veo mirarme inexpresivo.
—¿Podemos hablar?.
—Bajaré a ver en cuánto tiempo volverá la luz —contesta al mismo tiempo que se pone un suéter.
—No —suelto sin pensar. —no quiero seguir esperando, necesito que me escuches.
—Ya te escuché ayer por la mañana, no necesito saber más.
—Lo que dije ayer por la mañana no lo sentía realmente, estaba confundida.
—Y yo también, Leah. Pero entonces no puedes estar tan dispuesta a tener sexo con alguien.
—Lo sé... fue mi error, y te pido una disculpa.
—No te preocupes, disculpa aceptada —pasa a un lado de mí, todavía serio, y camina hasta la puerta principal para irse.
—Grayson —le grito pero me ignora. —Grayson, escúchame —camino hacia él pero continúa ignorándome. —¡Te quiero!.
Se detiene una vez que abre la puerta y se queda quieto en el mismo lugar. Trago saliva esperando a que haga algo, y finalmente se gira para verme.
Es extraño tener más fanfics con Gray, ya que io soi ethan's lane wuajjajaja