84 (Epílogo)

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Seis años después

Entro a la habitación para buscar a Leah, la cual está frente al espejo, pasando las manos por un vestido corto gris que trae puesto. La tela abraza su cuerpo como un guante y la hace lucir guapísima. Me acerco en silencio y la abrazo por detrás, posando los brazos sobre su vientre, con cuidado de no apretarla muy fuerte.

—¿Cómo va? —pregunto mirándola por este y deposito un beso en su mejilla.

—¿Tu hija o yo? —se gira ligeramente para mirarme y me toma de las mejillas.

Es cuando me concentro en esos ojos color verde y me doy cuenta de que nada ha cambiado, o bueno, en realidad todo cambió, pero la felicidad arrolladora que sigue apareciendo en mi interior cuando la miro es la misma de siempre.

—¿Es una niña? —frunzo el ceño divertido y acaricio su estomago.

—Es lo que mi instinto maternal me dice —sonríe emocionada, haciendo que una nueva sensación despierte dentro de mí.

—Amaré lo que sea que haya ahí adentro, pero si es otra niña no esperes que termine vivo —informo, provocando que ella suelte una risa.

—¿Qué hora es? —pregunta ceñuda, cambiando el tema.

—Las tres —le echo un ojo al reloj en mi muñeca y contesto.

—Se hace tarde —me da un beso en los labios y se suelta de mi agarre. —¿dónde están Emma y Luke?, te dije que no los dejaras solos.

—Están en su habitación. Son como su padre, saben cuidarse por ellos mismos.

—A ti se te ha olvidado cuidarte solo, cariño —se ríe de nuevo. —por cierto, la profesora de Emma habló hace unos días —comenta preocupada mientras abre cajones en busca de algo.

—¿Otra vez? —frunzo el ceño. —¿qué dijo esta vez? —la observo atento y me cruzo de brazos recargándome en la pared.

—Hubo otra pelea —me mira con una mueca y continua buscando.

—¿Ahora por qué?.

—Al parecer una niña se estaba metiendo un poco con Luke, y bueno, conoces a tu hija, sabes cómo terminó todo esto.

Solté un suspiro, y de sólo imaginarlo reí discretamente. Emma, con los ojazos y terquedad de su madre pero el mal genio de su padre, era de esperarse. Nunca lo piensa dos veces si tiene que defender a su hermano mellizo de cualquier mínima y poco sospechosa cosa.
Era más defensora con él de lo que Leah o yo pudiéramos llegar a ser, daba igual las veces que su madre le decía que estaba mal meterse con alguien por el simple hecho de querer jugar con su hermano, ella no estaba dispuesta a escuchar.

—Hablé con ella, pero no lo entiende —me dice agotada.

—Tiene cuatro años, dale tiempo —aseguro. —es igual de terca que su madre.

—Lo sé —cierra los ojos y toma un respiro. —bueno, tomaré un suéter para los niños, lamento atrasarme, sé que es tarde per...

—Ey, tranquila —me acerco riendo y la tomo de la mejilla obligándola a mirarme. —no importa si llegamos un poco tarde.

—Perdón, los mareos me vuelven loca, estoy estresada.

—¿Quieres que nos relajemos? —deposito un beso en su mejilla, después otro en su cuello y la miro. —no me molestaría llegar tarde, y los niños están distraídos...

—Gray... —sonríe mientras me concentro en su cuello y acaricio su cintura. —no podemos ahora.

—¿Por qué no? —ahora subo hasta sus labios y la beso suavemente.

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Where stories live. Discover now