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Me tomo otra copa, mentalizándome que voy a sobrevivir esta noche. El nudo que tengo en la garganta sube, pero lo paso junto a la bebida.
Miro a Grayson, también esta bebiendo de su copa. ¿Debería decirle algo más?.

—Leah —escucho que alguien grita mi nombre, y no tardo en reconocer la voz de Grace.

Me giro en la silla para verla. Viene con una sonrisa y un poco agitada. Ethan viene detrás con una cara nada feliz.

—Ven a bailar —me toma del brazo y me jala, pero me niego.

—Prefiero quedarme.

—Leah, no seas amargada —vuelve a jalarme, esta vez no me niego.

Cuando me voy con Grace a la pista de baile, abriéndonos entre el gentío, veo que Ethan se sienta en mi lugar y se pone a hablar con Grayson.

Intento ignorarlo y miro a Grace, la cual esta bailando con una copa en la mano. Le pido que me dé un sorbo para entrar en confianza y no parecer un tronco intentado bailar. Al menos con algo de alcohol es más fácil.

Y Justo así empiezo a soltarme y a bailar junto a ella. Sólo dejo que mi cuerpo se deje llevar por la música, sin exagerar. Me siento más segura de mí misma cada que bebo de la copa de Grace. Y cuando se termina, vamos a buscar otra.

Tengo la involuntaria necesidad de voltear hacia donde esta Grayson mientras espero. Y cuando lo hago, me llevo una sorpresa.

Ethan ya no esta ahí, ahora lo suple una chica. Una chica con un vestido rojo más corto y escotado que el mío. Con unos enormes labios rosas y un cabello perfectamente sedoso y negro.

Por un instante siento... ¿celos?. Sí, me invaden los celos, tal vez no debí mirarlo. Me trago la ansiedad que aflora en mi garganta y me detengo a pensar unos segundos.
Grayson no es nada mío, tiene la libertad de hacer lo que quiera y estar con quien quiera.

—Leah —me habla Grace. —¿estas bien? —pregunta; parece que también lo ha notado.

Me giro fingiendo una sonrisa hacia ella y agarro una de las dos copas que trajo. Me la paso de un trago y siento el liquido raspar mi garganta.

—¿Segura que estas bien? —me mira preocupada.

—Perfectamente —ahora agarro su copa, y hago lo mismo.

—Leah, no hagas ninguna estupidez.

—No haré nada. Sólo quiero bailar con alguien.

—Demuéstrale que no te hace daño —ríe.

—Sí —sonrío y me giro hacia mis lados para buscar a alguien. —no es por él, es por mí.

No debería bajarme a este nivel, pero no sé cómo manejarlo. Sólo hago lo que mi cuerpo y el alcohol juntos me piden.

Busco a alguien entre la gente, un chico con el que al menos pueda pasar el rato. Sólo quiero charlar o bailar, nada más.
La mayoría aquí son señores trajeados, pocas personas de nuestra edad, y con pareja.

Estoy a punto de dejarlo, pero finalmente veo un chico, sentado en una de las barras, hablando cómodamente con el encargado. Es atractivo y tiene aspecto de modelo empresario. Bueno, este no es un lugar nada barato, creo que cualquiera lo tiene.

Me acerco con una sonrisa y me siento a un lado. Sin decirle nada a él, pido otra copa, actuando como si fuera la primera en toda la noche.

Mientras la prepara, decido girar un poco la cabeza y ver a Grayson. La chica sigue ahí, hablando, pero él me esta observando con sus penetrantes ojos. Quiero apartar la mirada, pero no puedo, me quedo atrapada.

—Aquí esta —habla el camarero, así que me giro nuevamente agradecida.

Deja la copa sobre la barra y me dedica una sonrisa. Se la devuelvo y tomo un poco.

Miro discretamente al chico que tengo a lado, esta callado y viendo un partido de americano que pasan en una de las televisiones del bar.

—¿Juegas americano? —carajo, ¿no pude preguntar algo mejor?.

Se voltea a verme un poco confundido y segundos después de analizar mi pregunta, sonríe.

—No, prefiero sólo ver —asiente riendo. —¿y tú?.

—Ninguna de las dos —contesto con una sonrisa amigable. —¿a qué te dedicas entonces?.

—Me fui por el camino de los negocios —levanta una ceja y se gira para verme mejor.

—Estupendo... —alzo una ceja y me recargo en uno de mis codos.

—¿Eres de aquí? —pregunta tomando de su vaso, sin quitarme la vista.

—No, vine con unos amigos —señalo hacia un lado y hago una mueca. —Parece que tú sí eres de aquí.

—No, soy de Los Ángeles. Vine a la boda de un amigo.

—Genial... ¿y cuándo te vas? —me acomodo en mi asiento, la conversación no esta yendo tan mal como pensaba.

—En dos días. Me gustaría quedarme más pero... no puedo.

—El trabajo... ¿no?.

—Así es... —suelta un suspiro. —por cierto, soy Max —me estira el brazo y sonríe.

—Leah —estrechamos manos, acompañado de una risita.

—Hola —escucho una voz masculina detrás. Me giro en seguida y frunzo el ceño.

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora