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Abro los ojos, pero no logro ver nada, la habitación esta completamente oscura. Y por un instante ni siquiera sé dónde estoy.
Me siento donde mismo y no tardo en recordar. Me levanto hasta la cortina de la sala y la abro dejando entrar toda la luz, la cual me despierta un poco, pero no lo suficiente.
Coloco una mano en mi cuello cuando el dolor es evidente. Ethan tenía razón, es incómodo.

Me meto en la regadera e intento disfrutar del agua caliente. Me seco el cabello con una toalla y me maquillo. Desgraciadamente, hoy tengo clases y un maldito trabajo al cual ir y el cual detesto. Estupendo.

Me visto con la ropa que dejé en el baño preparada una noche antes, para no tener que entrar a la habitación de Kristen. Y cuando termino me apresuro a llegar hasta mi auto e irme. Para mi costumbre, voy tarde.

(...)

La universidad transcurre en un suspiro, pasa más rápido de lo que imagino, y no tengo sueño. A pesar de que el sillón ha sido un poco incómodo, he dormido lo suficiente para estar despierta al menos las primeras cinco clases.
Y al terminarlas, decido comer algo en la cafetería, he estado hambrienta desde la mañana, y digamos que agarrar de la comida de los chicos sin su permiso no es muy agradable.

Finalmente, cuando terminan las clases, me voy lo más rápido que puedo hasta el lugar donde trabajo, que a mi favor, no esta tan lejos. Algo bueno tenía que sacar de todo esto.

Estaciono mi auto donde siempre y entro corriendo al restaurante. Entro al baño para personal y me visto con una camisa blanca y un mandil de cintura negro. Es vergonzoso pero seguro hay uniformes peores. Prometo que dejaré este lugar muy pronto, además la comida ni siquiera es buena.

Salgo del baño y empiezo a hacer lo de siempre. No antes de soportar un sermón de mi maldito jefe por no haber venido un día de la semana pasada. Esto se va convirtiendo en una pesadilla.

Espero en la cocina a que salgan los siguientes platos, pero no ocurre nada más. Erick, el gerente, el cual no es tan desagradable como mi jefe, me llama.

—Leah, te buscan.

—¿Quién? —frunzo el ceño y me acerco a él.

¿Quién podría buscarme a mí en este lugar? Sólo Grace y Margo saben donde trabajo.

—Un chico.

Aún con el ceño fruncido, me asomo por la puerta de la cocina, y sin poder creerlo, veo a Grayson en la entrada.

—Carajo —suelto y Erick me mira mal. —lo siento.

—Daré por terminado tu turno, puedes irte —me guiña un ojo y me sonríe.

Le sonrío y le agradezco un par de veces, al mismo tiempo que salgo, no antes de asegurarme de estar presentable.

Camino entre las mesas y llego a la entrada donde Grayson al verme, me examina, sin embargo no hace nada más, no sonríe ni hace alguna expresión.

—Hola —dice.

—¿Qué estas haciendo aquí? —frunzo el ceño. —¿Cómo sabías dónde trabajo?.

—Grace me dijo —hace una mueca y sale del restaurante.

Lo sigo de inmediato, y agradezco que haya menos ruido afuera. Me da la espalda y camina hasta su auto, es un Audi negro último modelo.

—Entonces... ¿qué haces aquí? —me paro cruzada de brazos frente a él.

—Nunca respondiste mi propuesta —por un segundo evita mirarme, pero esto cambia y sus ojos penetran los míos.

—Descuida, la respuesta es no, gracias —le sonrío y me doy la vuelta para caminar en dirección a mi carro.

—¿No? —me toma del brazo. —¿Por qué no?.

—Porque saldré de esto yo sola.

—¿Y cómo harás eso? ¿Con este trabajo? —señala el lugar de mala gana y yo sólo logro sentirme ofendida.

Me suelto de su agarre con brusquedad e intento seguir mi camino molesta.

—Leah, perdón, no quería decir eso —se pone frente a mí.

—Esta bien —trago saliva cabizbaja.

—Si estuviera en tu lugar, desearía que alguien me ayudara —frunce el ceño y mira mis labios. —déjame hacerlo.

—No lo sé... es demasiado.

—No me cuesta nada.

Relamo mis labios y lo miro insegura, incluso un poco nerviosa. Él tiene el don de hacerme sentir así con sólo una mirada. Con sólo una palabra. Con cualquier mínima cosa. Y soy una estúpida al sentir algo de esperanza con esto, en la manera que se preocupa. Es inútil y duele bastante.

Pero a pesar de eso, tal vez pueda sentirme cómoda con él, o al menos eso quiero pensar. Grayson no haría nada que me haga sentir incomoda, no con mala intención. Le estoy dando demasiada importancia a esto, quizás sólo deba decir sí, y tener mis intenciones claras.

—De acuerdo... —suelto mirando el piso. —puedo pagarte una pequeña renta, al menos.

—No vas a pagarme nada —dice seguro.

Tengo mis ideas y sentimientos claros. No pienso sentir nada por él, nunca más.

Tengo tres capítulos más, y me encantaaaaan, el jueves actualizo. Espero que les haya gustado el maratón, no fue muy bueno, pero al menos ya llegué a la parte que me interesa😏
Las amooo muchooo❤️gracias

I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora