I still wait for you | 2 | Grayson Dolan (terminada)

31

Vuelvo a acomodar mis cosas cuando llegamos al departamento. Grayson se metió en su habitación y no ha salido de ahí desde que llegamos.

Salgo del cuarto cuando termino y toco la puerta del suyo. Nadie contesta así que la abro.
Lo veo acomodar sus cosas también, y cuando me ve, siento una oleada de nervios en mi interior.

—Hola... —digo. —haré algo de comer... ¿quieres algo en especial?.

—Pediré algo por teléfono—dice.

—No me cuesta nada hacer algo...

—No te molestes —responde sin verme.

—Bien. Si quieres puedo pedir comida china.

—Lo que tú quieras, sólo avísame para pagarlo.

Asiento y salgo cerrando la puerta. Voy a mi habitación para tomar mi celular y pedir comida rápida. Me pongo ropa cómoda y salgo a la sala para esperar.

Tal cual, quince minutos después, no tardan en tocar la puerta.
Me levanto del sillón y abro.
Me entregan lo que pedí y decido pagarlo yo misma. Tenía algo guardado, no me cuesta mucho hacerlo.

Le agradezco y cierro la puerta para dejar la comida sobre la barra de la cocina.
Grayson sale de su habitación poniéndose una playera y me mira confundido.

—¿Por qué no me llamaste?.

—No era necesario —abro las bolsas y saco la comida china que ordené.

—No debiste pagarlo —se sienta en la barra y me mira molesto.

—Tenia cambio a la mano, no fue nada —dejo la comida frente a él y le sonrío. —provecho.

—Gracias —contesta sin expresión alguna.

Me siento a un lado, y me sirvo de la misma forma para empezar a comer. La mesa se inunda en un silencio demasiado incomodo. Quiero hablar, pero tengo miedo a ser ignorada por tercera o cuarta vez.

—Estoy consiguiendo un empleo... —informo para tener al menos un tema de conversación.

—¿Ah sí?.

—Sí, parece que me quieren ver esta semana.

—¿Sobre qué?.

—Diseño sobre pequeños artículos de una revista. Tendré que aprender bastante.

—Suena bien... me alegro por ti.

—Gracias... espero que me lo den.

—Claro que sí, te lo darán.

—Te prometo que empezaré a ver departamentos también...

—No te preocupes por eso —dice de inmediato. —puedes quedarte.

—No quiero seguir siendo una molestia.

—No lo eres.

Asiento para no tener una discusión innecesaria y sigo atenta a mi plato. Quiero volver a hablar pero ya no me salen las palabras.

—¿Qué hay de Trina?.

—Viene mañana.

Además, no puedo sacar mucha platica con las cortadas respuestas que me da.

—¿Y qué tal las juntas?.

—Son igual de siempre, aburridas.

—Yo creo que es divertido viajar.

—Yo ya estoy un poco cansado de eso.

—Pero... ¿te gusta?.

—No si es relacionado con el trabajo.