Fix Me {Leo Valdez}

Oleh flyingbook

157K 10K 1.6K

Tres meses después de que Leo dejara Ogigia, sigue sin tener noticias de Calipso y se encuentra destrozado. P... Lebih Banyak

Fix Me
1. La misión
2. Tamara se convierte en una dracanae
3. Alice Harries
4. Descubro las mentiras de mi madre
5. Niño de fuego
6. Cabaña de Hermes
7. Alguien muy especial hace su aparición
8. ¿Papá?
9. Alice resulta ser más asombrosa de lo que creía
10. La pequeña maldición de Afrodita
11. ¡Es sólo un pequeño gesto!
12. Decido ser honesto
13. Betty, la novia de Festo
14. Olivia Fletcher
15. ¿Celos?
16. Romperme la nariz me muestra la realidad
17. Meto la pata... de nuevo
18. Acepto la realidad, ¡esta vez va enserio!
20. Campamento Júpiter
21. Ventis
22. Nunca dejen a Alice a cargo de una jeringa
23. Piper es la estratega más chiflada del mundo
24. Eres lento, Leo
25. Notre-Dame
26. No existen las pequeñas aventuras en Milán
27. Nos ataca un travesti
28. Título
29. Egle me... ¿salva?
30. Una extraña reunión
31. ¿OT qué?
32. El espíritu de un gran héroe nunca muere
33. Asclepio nos echa y... nos queda una alternativa
34. Viajes y charlas
35. Conociendo a los Bossi
Aviso
36. Inframundo y trajes de mal gusto

19. Estúpido Leo

3.6K 243 37
Oleh flyingbook

<Alice.>

Estúpido Leo. ¿Por qué me decía esas cosas hermosas para luego echarse atrás? Se estaba portando muy raro conmigo, ¡hombres! Piensan que las mujeres no nos damos cuenta de nada, pero por supuesto, hacemos vista gorda y fingimos que no ocurre nada. Pero, ¿qué demonios ocurría con él? ¿Y si se había enojado por algo? Bueno, para empezar él no quería que fuera a la misión, ¿y si se enojó por eso?

Estúpido, estúpido, estúpido. Me provocaba ganas de abrazarlo, pero a la vez de estrujarlo y que explote. Me confundía tanto, era muy impredecible y sorpresivo. Nunca sabía que esperar de él, ¿me diría esas cursilerías que me dejaban con la cabeza en otra parte o diría esas cosas tan divertidas y tan típicas de él que me dejaban llorando de la risa? De cualquier forma, me agradaba todo lo que provenía de él. Pero no sabía qué hacer.

Aun así, había un no tan pequeño problema: Leo amaba a Calipso. De acuerdo, en un estándar del 1 al 10, ella debía ser un 11 y yo un -0. ¡Ella era una diosa, por todos los cielos! Era como si ambas fuésemos a competir en boxeo, y ella ganara con sólo presentarse, ¡y puf! Me dejaba a mí en knock-out.

Ya había aceptado que lo que sentía por Leo no era sólo amistad, pero, ¿llegaba a ser amor?

Suspiré y me recosté en mi cama, Will sabía que hoy iba a ser un día agitado para mí, así que está manteniendo a Olivia, Samantha y Jane alejadas de la habitación hasta el atardecer, para darme algo de tiempo para estar tranquila; por lo tanto estaba sola. De pronto, una idea rápida y triste cruzó por mi cabeza. Me erguí y abrí el cajón de mi mesita de noche, inmediatamente, tomé el álbum de fotos que me obsequió mi abuelo cuando cumplí 12 años y busqué una de las fotos en particular: en ella estábamos yo, Leigh, Savannah y Georgina posando en la playa. No sexies, sino haciendo caras ridículas, por ejemplo, Savannah tenía dos conos de halado frente a la parte de arriba de su bikini, cómo imitando a Madonna. Georgina me tenía en brazos, fingiendo que éramos una pareja de amantes trágicos, ella estaba fingiendo un llanto, y yo tenía los brazos extendidos y una expresión de terror muy mal fingida. Leigh estaba en la arena con un balón de volley sobre su estómago, cómo fingiendo estar embarazada, y en su rostro se encontraba una mueca de dolor, lo que vendría a ser sus “falsas contracciones de embarazo”. Solté una carcajada llena de tristeza, esa era mi foto favorita, la adoraba. No podía evitar extrañarlas, ellas eran mis mejores amigas, y ni siquiera me había despedido de ellas, ¿qué excusa había dicho mi madre para justificar mi desaparición? Era extraño permitirme pensar en todo eso, ahora que tenía unas horas de descanso.

Cuando finalizara esta misión, volvería a casa, por lo menos para visitar a mis amigas y a mi familia. Por suerte, el día que me fui faltaba una semana para las vacaciones de verano, por lo tanto no había importado tanto que me fuera. Pero, ¿qué haría cuando volviera a empezar el año escolar? Faltaba solo un mes. ¿Qué se sentiría no ver a mis amigos ni a mis hermanos? ¿Y qué hay de Leo? Él vivía aquí, en Long Island, y yo en Miami.

Ah, claro, estúpido Leo. Fue por él que pensé en mis amigas, era estúpido pensar en eso ahora, pero necesitaba consejos amorosos. Ellas siempre sabían cómo aconsejarme y hacerme reír en el proceso. Claro, tenía a Piper y Annabeth pero… ¡claro! Tenía a Piper. Ella era una hija de Afrodita, ay dioses, ¿dónde tenía la cabeza últimamente? Estúpido Leo.

Me había imaginado muchas reacciones de su parte, pero definitivamente no se me había cruzado por la cabeza, que ella se echara a reír.

-¿Qué es tan gracioso? –pregunté, colocando los brazos en jarras.

Tardó un poco en volver a tomar la compostura, luego de reír veinte minutos, aproximadamente.

-Nada –se limpió una lágrima- Es sólo que con los de la cabaña de Afrodita sabíamos que, tarde o temprano, vendrías a pedirnos consejo.

Dejé caer los brazos a los lados.

-¿Tan predecible soy?

-No, no –negó Piper, colocando una mano en mi hombro- Alice Harries no es la predecible, y mucho menos lo es Leo Valdez, pero ustedes dos juntos… -movió las manos de una forma extraña, pensando las palabras adecuadas- son lo más predecible –concluyó.

-¿Por qué dices eso? Ni siquiera yo termino de entender lo que siento –le dije.

-Pero sabes que sientes algo –reconoció- En la cabaña también apostamos eso.

-¿Qué cosa?

-Quién de los dos vendría primero, obviamente, sabíamos que tú. Puesto que las mujeres somos más inteligentes y nos damos cuenta enseguida de las cosas.

-Él no va a pedirte consejo, Pipes –resoplé- Él está enamorado de Calipso.

Ella arrugó la nariz.

-Eso no es cierto. Dices eso porque no lo viste hace cinco meses –me contó- Cuando volvió de Ogigia, dejó de ser el de antes, ¿puedes imaginarte a un Leo amargado y deprimido?

Meneé la cabeza, eso era absurdo.

-Bueno, él estaba así. Eso comenzó a afectarnos a nosotros, su buen humor era los que nos mantenía optimistas, pero todo eso se perdió –sonrió- Fuiste tú, Alice, la que lo devolvió a la realidad.

-Pero… ¿cómo? ¿Qué hice yo? –ladeé la cabeza, y dirigí la vista al cielo.

Comenzó a arrancar hojas de una planta marchita, que estaba a su lado. Luego de lo que pareció una eternidad, me miró y pronunció suavemente:

-Le diste lo más importante: amor.

Me despedí rápidamente de mis hermanos, incluso de Olivia, agarré al menos una cuarta parte de toda mi ropa, dos de las fotos de mi álbum (una de mi familia, y otra era la foto en la playa con mis amigas), otro bolso con provisiones médicas, y para finalizar, un carcaj que se transformaba en mochila (que por cierto era realmente práctico), junto con mi arco y una generosa cantidad de flechas. De hecho, subí tan concentrada en no distraerme que no noté a Leo extendiéndome una mano para ayudarme a subir al barco, hasta que Annabeth me comunicó de aquello. Golpeé mi cabeza contra la pared al menos cinco veces, por no haberme dado cuenta de eso antes, la hija de Atenea se echó a reír, y de hecho, charlamos un rato. Era agradable tener otro tipo de compañía que no sea Piper, ya que ella estaba emocionadísima de que vería de nuevo a su novio, Jason, y no quería molestarle, hablándole sobre otra cosa. Annabeth ya me había contado todo lo posible sobre este, y sobre los otros dos: Hazel y Frank. Aunque me ponía algo nerviosa por conocerlos a ellos, y tener que bajar hacia el campamento romano (ya que tendríamos que saludar, de una forma u otra), me alegraba por otra parte, formar parte de esta misión, y del equipo. Pero era raro, sentirse como “la metida”, ya que eran los siete semidioses de la antigua profecía contra Gaia, y bueno, yo.

Cada uno tenía su camarote, a mí me habían ofrecido el de un sátiro llamado Hedge, que se había retirado para pasar tiempo con su esposa, Mellie, y su hijo que llegaría muy pronto. Lo acepté con gusto, y no tardé en dejar todas mis cosas ahí.

Resoplé y me recosté en mi cama, juraría que dormí por dos minutos, hasta que tocaron la puerta dos veces y la abrieron instantáneamente, me levanté y vi a Leo con una mano sobre los ojos, sonriendo.

-¿Se puede pasar? –preguntó, lo que hubiese sido tierno y educado, sino fuese por el hecho de que estaba espiando por entre medio del dedo corazón y el índice.

Me eché a reír y le lancé una almohada.

-¿Qué sucede?

-Nada, de hecho –se encogió de hombros- Vine a avisarte que estamos a punto de despegar o zarpar, como prefieras decirle.

-Oh, de acuerdo, gracias –contesté.

A continuación hubo un incómodo silencio de cinco minutos, me levanté rápidamente.

-Eh, yo iré a…

-Si sí –se apresuró a decir- Yo también debo ir a…

-Em, revisar la cubierta…

-Regar las plantas –dijo el por su parte, sonrojado.

-Claro.

-Suerte.

-Tú también.

Y cada uno se fue caminando por un pasillo distinto, a paso rápido.

 Estúpido Leo.

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

149K 20.8K 21
Viajar al Amazonas a pesar de su disgusto le abrió los ojos para darse cuenta que al final... Todavía no era verdaderamente libre. . . . No. 1 en #t...
741K 37.1K 35
Diferentes escenarios junto a los personajes de haikyuu en donde eres protagonista. -Read!F
788K 118K 99
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...
567K 89.7K 36
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...