Agradezco internamente haber salido temprano de clases, así tuve tiempo de llegar al departamento y vestirme sin prisas para ir al trabajo. Lo cual me frustra un poco pero no le doy tanta importancia.
Llego hasta la puerta 119 y la toco tranquila. Se abre, y me equivoco al pensar que Trina estará del otro lado.
—Hola —me abre una chica joven y castaña, con unos ojos grandes y claros.
—Hola —frunzo el ceño, al borde de los nervios.
—Perdón, yo ya me iba —me sonríe con ese intenso labia rojo y finalmente se va.
Giro la cabeza para verla mejor. Es... muy bonita, y tiene unas curvas envidiables, junto a ese cabello sedoso y cuidado.
Maldigo y desvío la mirada intentando respirar. Ya no me siento muy bien, y trato de encontrar un motivo lógico.
Entro al departamento y cierro la puerta viendo a Trina en la cocina. ¿Es normal sentirme tan tranquila cuando la veo? Es como si me trasmitiera una muy buena vibra.
—Hola, Trina —le sonrío y me acerco a ella.
—Hola, Leah, ¿Cómo estuvo tu día?.
Al principio me resulta un poco extraño todo. Esta nueva vida a la cual no estoy acostumbrada, y eso esta bien porque no durará mucho tiempo.
Estaba acostumbrada a estar sola en mi departamento, sin nadie que se preocupara en si desayunaba o no, o en cómo me había ido en el día. Y a veces, se siente mejor viniendo de las personas indicadas.
—Trina... ¿Qui-quién era ella? —trago saliva nerviosa mientras espero su respuesta.
—Descuida —alza una ceja. —trabaja en la empresa con Grayson, es su nueva asistente.
—¿Nueva asistente?.
—Algo así, a veces hay mucho trabajo y no puede hacerlo todo él solo —hace una mueca. —Entró hace dos semanas, es un poco... especial.
Trago saliva y bajo la mirada tensa.
—Perfecto.
—No te preocupes, Leah. La vigilaré.
—Oh, Trina, por dios, no... —niego rápido. —Grayson y yo no somos novios... sólo somos... viejos amigos.
—Cuanto lo siento —cubre su boca avergonzada y yo suelto una risa para calmar la situación.
—Esta bien, suele pasar —asiento y le dedico una sonrisa. —me tengo que ir, lo olvidé.
—¿A dónde? —esa voz gruesa y firme se escucha en toda la cocina, y Grayson no tarda en verse.
—Tengo trabajo ¿lo olvidas? —levanto ambas cejas intentando ser igual de firme que él.
Paso a un lado, pero me toma del brazo, provocando que quiera morirme de un ataque.
—No me gusta ese trabajo —frunce el ceño preocupado.
—Pues no tengo otro —mi segundo intento por pasar es un fracaso ya que hace lo mismo.
—¿Te gusta en serio? —me mira a los ojos, exigiendo una respuesta sincera.
—No se trata de eso —intento evitar contacto visual, pero es imposible.
—Claro que sí. Grace me contó todo sobre ese lugar y... sería mejor que ya no fueras.
Me quedo echa roca. No puedo moverme ni hablar ni nada. No sé cual de las dos cosas me pone más indignada, que Grayson me pida que renuncie a un trabajo sabiendo cómo estoy, o que Grace haya traicionado mi confianza de esa forma.
Aunque tiene razón, mi jefe es un idiota, por suerte nunca me ha hecho nada grave, pero he visto cómo trata a las otras chicas que trabajan ahí. Es horrible, y lo detesto.
—Es mi trabajo, Grayson.
—¿Sabes que podría denunciarlo? —frunce el ceño molesto.
—Estas exagerando.
—No estoy exagerando, no sabes lo que pueda hacerte después. Y menos con tu amigo ese, que te deja salir antes de turno.
—Se llama Erick, y sólo lo hace cuando hay una emergencia.
—¿Y crees que a tu jefe le va importar si tuviste una emergencia?.
—Pues...
—No, Leah. No le va importar.
—Grayson, entiendo tu molestia, cualquiera lo estaría, pero no puedo renunciar, es lo único que tengo ahora para ganar algo de dinero. ¿Acaso tú renunciarías a tu trabajo?.
—No hay comparación.
—Como sea —ruedo los ojos. —se me hace tarde.
—Puedo conseguirte uno.
Carajo, no se cansa de hacer cosas por mí.
—No, Grayson —respondo firme. —ya has hecho bastante.
—Leah...
—Por favor —suplico. —sólo deja esto así, no es para tanto.
Niego con la cabeza y paso a un lado de él intentando calmarme. Entro a la habitación y me visto. Mientras lo hago, escucho murmullos entre Grayson y Trina en cuanto los dejo solos. Pero hago lo posible por no darle importancia.
...
Termino y salgo encontrándome a Grayson hablando por teléfono frente al ventanal y Trina ha desaparecido de la cocina. Paso en silencio antes de que me vea, y salgo del departamento tomando las llaves que están colgadas.