Ángel Guardián

Par Dreamscanbetrue

202K 8.9K 700

[GANADORA PREMIOS WATTY 2014. Categoría: Fantasía, Ciencia- Ficción: En ascenso] ... Plus

Capítulo 1
Capítulo 2: Mitchie
Capítulo 3: Horario
Capítulo 4: Kalie
Capítulo 5: Los ángeles guardianes
Capítulo 6: Advertencia
Capítulo 7: (Parte I) Preparación
Capítulo 7: (Parte 2) Preparación
Capítulo 8 (Parte 1)
Capítulo 8 (Parte 2)
Capítulo 9: Excluido
Capítulo 10: El Observatorio.
Capítulo 11 (Parte I)
QUIZ PARTE UNO
QUIZ PARTE DOS
QUIZ PARTE TRES
Capítulo 12
BOOKTRAILER :D
Capítulo 13
Capítulo 14 (Parte 1)
¡10.000 leídos!
Capítulo 14 (Parte 2)
Capítulo 15 (Parte 1)
Capítulo 15 (Parte 2)
Capítulo 16
Capítulo 17 (Parte 1)
Capítulo 17 (Parte 2)
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Epílogo
¡Finalista a los Premios Watty 2014!
¡Votaciones abiertas!

Capítulo 11 (Parte 2)

4.2K 291 16
Par Dreamscanbetrue

Apoyo las manos en las rodillas, jadeando. Todo en la postura de Castiel indica que está —por increíble que parezca— medianamente satisfecho. La brillante luz de la tarde había descendido varios grados de luminosidad, hasta quedar convertida en los cremosos rayos de luz anaranjada del crepúsculo que inundan la sala. La oscuridad se va haciendo patente conforme el tiempo pasa, y las sombras se van alargando, brindándole un aspecto extraño a la sala. El sudor baña mi rostro y mi ropa. Me siento pegajosa.

—Dejémoslo por hoy— dice Castiel. Su voz resuena en las altas paredes como eco. El único sonido audible tras sus palabras son mis respiraciones entrecortadas.

—Vale— acepto, aliviada de algún modo.

Alzo la cabeza para mirarle, y cuando lo hago, él me está observando. Calmo mi respiración, y aplaco la necesidad de salir corriendo y beber hasta que se acabe la fuente.

—Mañana tenéis la segunda Prueba Mental— lo dice como una afirmación, no como una pregunta. Cuando se da cuenta añade: —¿Cierto?

Asiento con la cabeza, estremeciéndome ligeramente.

Castiel me mira con un rastro de algo que no sé identificar denotando en sus ojos azules. Algo parecido a… tristeza.

—¿Qué tal lo hiciste la última vez?

Me pienso la respuesta antes de pronunciarla.

—Digamos… que estoy viva, ¿no?

—¿Segura?

Su mano se mueve veloz y me pellizca el hombro. Me echo para atrás sobresaltada.

—¿Qué…?

—De acuerdo, lo estás— admite, esbozando una sonrisa llena de burla.

Le saco la lengua y, por un momento, veo en sus ojos la misma expresión risueña que tenía Tyler un par de horas antes del incendio. Entonces ninguno sabíamos que la vida iba a terminar para ellos, y que iba a dar un irrevocable cambio para mí. Echo de menos a mi hermano pequeño. Entonces ladea la cabeza, y el fantasma se desvanece.

Me recompongo, pero no lo suficientemente rápido. Veo pasar por sus ojos una sombra antes de que la sonrisa se borre de su rostro y pregunte:

—¿Pasa algo?— su tono contiene preocupación.

Niego con la cabeza.

—Te has quedado blanca— insiste. Aparto la cabeza de esos ojos que me miran con recelo, incapaz de soportarlos penetrando sobre mí como si fuera mero cristal.

—No, no es nada, de verdad…— miento, y Castiel alza una ceja— Por un momento, me ha venido a la cabeza el recuerdo de mi hermano. No es algo que me guste recordar.

—¿Por qué? ¿Dónde está tu hermano?— pregunta él, hurgando más sin saberlo en la herida.

—Muerto— respondo, secamente, intentando dejar claro que no quiero hablar de ello. Él no parece captar la indirecta.

Su boca se abre un poco, sorprendida, y se muerde el interior de la mejilla en un gesto instintivo.

—¿Qué le pasó?

—Prefiero no hablar de eso ahora— concluyo algo secamente, con la mirada fija en algún punto sobre su cabeza.

Él asiente, confuso, pero no pregunta más.

En ese instante, una sombra sobrevuela veloz bajo las vigas, desde la ventana abierta hasta las ataduras de la zona de sacos, y se posa suavemente en una de ellas, sin emitir ni un solo sonido.

—¿Un búho?— pregunto, observando el movimiento de la pequeña ave entre las crecientes sombras.

—Un murciélago, diría yo— aclara Castiel, con ojo más experto que el mío— El primero de muchos. Es tarde. Deberíamos marcharnos. Supongo que querrás asearte antes de la cena— dice, de forma muy acertada.

Asiento con la cabeza, y tras beber un trago de agua —un largo trago de agua— en la fuente el grifo viejo, me encamino hacia la salida con las manos en los bolsillos, y sintiendo las piernas de gelatina.

A los pocos segundos noto los pasos largos de Castiel yendo tras de mí. Me giro y él se planta a mi lado.

—¿Te acompaño a tu habitación? Me queda de camino.

Me encojo de hombros, y echamos a andar.

—Ella era tu amiga, entonces.

Mis ojos se ensombrecen al oír hablar de Mitchie. Todavía parece que todo ha sido un sueño; cuando llegue a mi habitación, ella me estará esperando, con algo para tirarme desde su cama, o con alguna anécdota divertida que contarme. Todavía parece todo tan irreal.

—Sí, lo era— digo, pronunciando las palabras tan rápido que el sonido parece distorsionado— Llevábamos juntas desde que llegué aquí.

—¿Y cuando fue eso?

Sonrío para mis adentros.

—Hace mucho, mucho tiempo— Castiel me lanza una mirada excéntrica— Al menos, así lo siento yo. Aunque sólo han sido unos años.

—La amistad es algo bonito. Bonito, pero no eterno— sus ojos claros son indescifrables— Deberías saberlo.

Trago saliva.

—¿Por qué dices eso?— él gira la cabeza para mirarme, y algunos de los amarillentos rayos de luz procedentes de los farolillos quedan enredados en su cabello, dándolos un brillo dorado oscuro— ¿Crees que estará bien? Mitchie, quiero decir.

—Dicen que cuando quieres mucho a alguien, cuando le pasa algo malo, lo sientes aquí dentro— contesta evasivamente, señalándose su propio corazón.

—Yo no siento nada.

—¿Ves? Eso es una buena señal— dice, esbozando una sonrisa fantasmagórica. Por un momento permito que un rayo de esperanza alumbre mi interior.

—¿De verdad lo crees?

—De verdad, Leia— asegura cálidamente, y siento como algo se ilumina en mi pecho—No dejarían que le pasase nada.

—¿Qué?— pregunto, y me paro de golpe. Él sigue caminando tranquilamente, por lo que tengo que ponerme de nuevo en marcha— ¿De quiénes estás hablando?

—Las personas que viven en el Exterior. No tienen mucho; viven una vida humilde, pero no dejarían a nadie desamparado. Sobre todo a alguien tan joven como tu amiga. Ella estará bien.

Siento como la tensión que no había notado que adquiría abandona mis hombros, y tomo una bocanada de aire fresco.

Doblamos una esquina.

—¿Y dónde dormís vosotros?— pregunto, y él hace una mueca, divertido— Me refiero a Marcus, Uriel y los demás ángeles.

—Lo había entendido, gracias— aclara, y noto como el color sube a mis mejillas. Doy gracias a la oscuridad por la poca visibilidad— En medio de ninguna parte— dice, no sin humor. Hago una mueca excéntrica— Vale, en una zona reservada más apartada de vosotros, pero la otra opción suena más…

—¿Estúpida?

—Iba a decir “Mística” – dice Castiel, llevándose una mano al pecho, fingiendo estar ofendido — ¿Cuál de estas es la tuya?

Sin darme cuenta, hemos llegado a la zona de habitaciones. Señalo una de las puertas más alejadas pasillo a través.

—La ocho— digo, esbozando una sonrisa— Gracias por acompañarme.

Él responde a mi gesto con otro más brillante, su sonrisa blanca destacando en la creciente oscuridad.

—Para eso estamos. Que te vaya bien en la prueba de mañana. Te veré por la tarde— dice, como si no cupiera ninguna duda de ello. Se despide con la mano, y se marcha caminando con las manos en los bolsillos, silbando.

Me quedo observando cómo su sombra disminuye cada vez más de tamaño, hasta acabar fundiéndose con las demás, y los sonidos quedos de su caminar desaparecer. Luego alcanzo la llave dentro de mi pantalón, y entro a mi habitación, sumida en tinieblas.

Aprieto el interruptor de la luz, y la bombilla regala una pobre iluminación al solitario cuarto.

Abro el grifo de la ducha y la pongo para que el agua vaya calentándose, al tiempo que deshago la coleta y guardo los coleteros en mi muñeca. Me desvisto, y me meto en la cascada de agua ya caliente.

Una vez aseada y vestida para salir, cepillo mi cabello húmedo persistentemente, con la desfigurada raya en el medio.

Abandono el baño y recojo las llaves. Los mechones de pelo me golpean la espalda, mojándome la camiseta sin mangas.

Salgo al pasillo preparada para ir a cenar, cerrando la puerta tras de mí, y llamo a la puerta de la habitación siete para recoger a Kalie. Ahora que Mitchie no está, ella se ha convertido en mi salvavidas, en mi refugio.

Una chica morena algo mayor que yo abre la puerta, con una amplia sonrisa y el pelo desordenado. Lleva un zapato puesto y el otro no, y queda claro que he interrumpido cuando terminaba de cambiarse. No parece importarle.

Veo a Kass tumbada en una de las camas bajeras, con una chica de cabello claro y piel de porcelana junto a ella, en un nudo de extremidades. La chica ríe. Kass me lanza una sonrisa cuando me ve.

Un poco más allá, sola, en otra litera, veo a Kalie, tumbada mirando el techo. Sus ojos se iluminan cuando me ven, y se levanta de un salto.

Kalie se despide de sus compañeras y la puerta se cierra de nuevo, aislando un poco del abundante ruido. Ella suspira aliviada. Me río.

—¿Problemas en el paraíso?— pregunto, divertida.

—Más bien en el infierno— asegura ella, poniendo los ojos en blanco—Tengo ganas de que me cambien a tu habitación.

La miro con simpatía, y me aferro a su brazo, como solíamos hacer en el Refugio. Es increíble el cariño que le puedes coger a una persona en tan poco tiempo.

—Yo también las tengo.

Echamos a andar hacia el comedor, charlando despreocupadamente, donde se va formando ya una cola gradual de adolescentes.

[Capítulo corregido]

Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

42.2K 510 19
Jinx manhwa
62.4K 7.2K 23
jeon Jungkook un príncipe heredero que va en busca de la princesa del reino enemigo para despojarla y asi poder convertirse en rey. kim taehyung es e...
242K 16.2K 25
Todo en mi vida era normal. Hasta que entre a ese bar. ¿Dirás cuál es el problema? Ahi los conocí, conocí el secreto de este pueblo. No puedes confia...
22.8K 1.8K 53
Twilight al saber que la ex alumna de Celestia le robó la corona decide junto con Spike ir a recuperarla, para eso debe viajar a un mundo diferente a...