Cuando escuché la palabra "asistente personal" Lo primero que pensé era que sería demasiado sencillo hacerlo y que no tendría complicaciones... Pero ahora que solo había pasado una semana desde que había empezado a trabajar, realmente mis pensamientos anteriores estuvieron completamente equivocados. ¡Era mucho más difícil! Si por un momento pensé que crear y hacer un diseño de un proyecto era difícil, esto era peor, sobre todo porque él no hacía nada fácil mi trabajo y esto comenzaba a hacerme sentir frustrada.
Min Yoon Gi solo pasaba tiempo en su estudio, no podía escuchar nada ni saber que estaba haciendo ahí dentro, ¡Era desesperante! Realmente lo admiraba, dudaba que eso cambiara pero comenzaba a molestarme su actitud hacia mí. Él solo salía de su estudio cuando debían ensayar en la agencia, de resto... Los chicos tenían razón: comía, dormía y prácticamente vivía en ese lugar. Nunca me dirigía la palabra ni para darme los buenos días. ¡Min Yoon Gi, te arrepentirás!
Esa mañana, los chicos no debían ir a la agencia por lo que supuse que todos se quedarían en casa. Era muy temprano cuando llegue. Ya había memorizado la clave de acceso del apartamento, tenía la libertad de salir y entrar como quisiera.
— ¡Buenos días! —Dije desde la entrada pero nadie respondió, era de suponerse que todos debían estar dormidos, aún era demasiado temprano.
Me quité los zapatos en la entrada y busque entre los armarios las pantuflas que usaba, no sabía exactamente de quienes eran, pero ninguno de los chicos se había molestado en quitármelas. Ese día la entrada era un desastre, mil pares de zapatos estaban arrojados en el suelo. ¡Estos chicos!
Comencé a recogerlos para guardarlos en los armarios, haciendo una que otra mueca de disgusto, no sabía cuál pero algunos de los zapatos estaban apestosos, incluso comencé a toser. Busqué en los armarios de la cocina un ambientador de spray. Comencé a esparcirlo por toda la sala como una loca, tenía que deshacerme de ese apestoso olor... De pronto me giré y terminé presionando el spray en el rostro de Yoon Gi.
— ¡Ya! —Gruño molesto al tiempo que se frotaba sus ojos. Yo abracé contra mi pecho el spray, mi rostro mostraba lo escandalizada que estaba. — ¿Qué crees que haces? Me duele...
— Lo siento, lo siento... Apareciste de pronto y apestaba... El spray, no es mi culpa... —Entonces me percaté de cómo estaba luciendo, me atreví a recorrerlo con la mirada y mis ojos se abrieron mucho más de lo que se habían abierto antes. — ¡Yoon Gi! —Él abrió los ojos de golpe para mirarme. Entonces yo señalé su torso desnudo y la toalla enrollada alrededor de su cintura cubriendo la parte de su cuerpo donde el sol no llegaba. Tenía gotas de agua por el torso lo que significaba que acababa de tomar una ducha... y sobre todo, su piel era demasiado blanca y bueno... Debo admitir que se veía bastante bien, yo no podía dejar de mirarlo.
— ¡Ya, ya, ya! —Él también estaba escandalizado ya que cubrió su pecho con sus manos. — ¡Deja de mirarme! ¡Pervertida! —Entonces prácticamente se abalanzó sobre mí para cubrir mis ojos. Pude sentir su pecho pegado a mi espalda, sentí humedad del agua y un extraño cosquilleo en la piel. — ¡Wow! Me consiguieron una asistente que es una pervertida.
— ¡Suéltame! No es mi culpa, tú te apareciste así...—Me excusé, aunque estaba apenada, me causaba gracia notarlo tan avergonzado, era la primera vez que no tenía esa actitud de ogro conmigo, él estaba en desventaja.
— ¿Por qué te paseas sin ropa? —Agregué.
— Porque puedo, es mi casa... —Se defendió aun sin soltarme. Él tenía razón.
— Aun así, eres un ermitaño que solo usa ropa negra con mangas largas y que odia el sol. —Me quejé cruzándome de brazos, y por primera vez pude escuchar una pequeña risa de parte de él. — ¡Oye, Yoon Gi! ¿No piensas soltarme?
— Lo haré, solo... Cierra los ojos. —Murmuró y si pudiera, estaría rodando los ojos en ese momento.
— Hazlo ya, no voy a violarte. De hecho... ¡Sigues tocándome! Voy a demandarte por acoso... —Bromé conteniendo las ganas de sonreír. Él de verdad debía estar escandalizado.
— Tú verdaderamente eres algo serio... —Lo escuché refunfuñar. De pronto quitó su mano de mis ojos y salió corriendo en dirección a su habitación para cambiarse. ¡Perfecto! Ya tendría algo con lo que defenderme cuando él volviera a portarse mal conmigo.
Poco después Jin salió para encargarse del desayuno. Yo era muy buena en la cocina aunque nunca lo admitiera y esta vez quise ayudarlo, era eso o volver a sentarme en el suelo junto a la puerta del estudio de Yoon Gi. Ambos estábamos de pie frente a la estufa, yo me encargaba de los rollitos de huevos mientras él revolvía quién sabe qué en otro sartén. Era una escena bonita, Jin era tres veces más grande que yo y aunque tenía una extraña risa, comenzaba a divertirme con solo escucharlo.
— Sabes... Esto me divierte, siempre quise hacer algo así. —Dijo de pronto mientras yo literalmente hacía malabares con los rollitos para llevarlos al plato.
— ¿Hacer qué? —Pregunté confundida.
— Cocinar con una chica. Puedo imaginar que así será cuando realmente me guste alguien o cuando sea mi novia, será divertido. —Respondió, eso me tomó por sorpresa.
— ¿Quieres decir que tu cita ideal con la chica que te guste es estar aquí en casa y cocinar juntos? —Pregunté con una sonrisa divertida en mis labios.
— Así es. —Afirmó mirándome de reojo. — ¡Por cierto! ¿Qué le hiciste a Yoon Gi? —Eso también me tomó por sorpresa — Hace un rato cuando entró a la habitación, tenía su rostro rojo. ¡Ah, me he reído tanto! ¿Acaso lo viste cuando salió del baño?
— Pues... —Comencé a reír nerviosa— ¡Fue su culpa!
Realmente ellos eran agradables, todos menos Yoon Gi, quien ya seguramente se había encerrado en su estudio. ¿No pensaba comer acaso? Jin y yo terminamos de preparar la comida y organizamos la mesa, poco a poco los demás comenzaron a llegar y yo realmente me deleité y reí a carcajadas al verlos con los cabellos alborotados y sus caras de sueño.
— Tu cabello luce como el mío cuando no lo peino por días... —Le dije a Hobi quien me sonrió aun soñoliento cuando se sentó a mi lado.
— ¿De verdad? ¿Así? —Hobi comenzó a desordenar mi cabello, haciéndome reír.
— ¡Hey, no! —Yo reía a carcajadas, al igual que él. — Oh, debo avisarle a Yoon Gi.
Saqué mi celular de mi bolsillo trasero y rápidamente busqué el chat de él. Claro... Había pasado una semana y todos los mensajes que había en el chat eran míos, él seguía ignorándome y dejándome en visto ¡Era tan grosero!
Pervertida: (Abril)
El desayuno está listo ¿Lo llevo a tu estudio o vienes?
Él claramente volvió a ignorarme, así que debía volverme intensa.
Pervertida: (Abril)
Jin lo preparó, los chicos te están esperando.
Pervertida: (Abril)
¡Cavernícola, sal de tu cueva y ven a comer!
No obtuve ninguna respuesta, solo sabía que estaba leyendo mis mensajes.
Pervertida: (Abril)
Min Yoon Gi, juro que si no vienes a comer les contaré a todos lo que ocurrió esta mañana.
Cavernícola: (Yoon Gi)
¿Por qué eres tan intensa? Iré.
No pude evitar sonreír ante esa respuesta, era la primera que obtenía de él y ya conocía la manera de sacarle provecho al incidente de esta mañana, debía estar muy avergonzado como para que no quisiera que los demás supieran lo que había sucedido.
Yoon Gi desayunó esa mañana con nosotros, y debo admitir que me quedé sin palabras al verlo relacionarse con los chicos, era completamente diferente. Sus sonrisa era radiante, una vez que comenzó a hablar ya no pudo detenerse, incluso me hacía sonreír disimuladamente con todas las ocurrencias que decía... Este chico no era el Min Yoon Gi que yo conocía, él brillaba cuando estaba junto a ellos.
Mi segunda misión era conocer su verdadera personalidad.
Pero ese fue el único contacto que tuve con Yoon Gi ese día, como si nada él volvió a escabullirse sigilosamente de vuelta a su estudio para seguir trabajando. Cada día sentía más curiosidad por conocer el "Genius Lab" Había escuchado decir a los chicos que su estudio era asombroso, yo era la única en esa casa que no había entrado y sabía que él nunca me dejaría hacerlo.
Al día siguiente también me aburrí de estar sentada junto a la puerta por lo que fui literalmente a jugar con los chicos, tal cual él me había dicho antes. Fui hasta la habitación de Jungkook y toqué antes de entrar. Su habitación era grandiosa, tenía tantas cosas que casi era imposible caminar por toda la estancia.
— Hace poco logré hacer mi propio cine. ¡Realmente fue costoso! —Murmuró enseñándole los parlantes que había instalado a un gran televisor, no me extrañaba que fuera costoso. — Los chicos dicen que tengo muchas cosas pero realmente no lo creo. —Agregó pero comenzó a reír cuando lo miré arqueando una ceja.
— ¿No lo crees? ¡No se puede caminar! —Dije con aires bromista, me alegraba verlo sonreír— ¿Cómo duermes aquí? Apuesto que si te levantas de un salto tu cabeza golpeará el techo... —Continué señalando el camarote.
— A decir verdad, mi cama no es muy cómoda, suelo dormir en la cama de Jimin o Hobi Hyung. Realmente puedo dormir en cualquier parte, pero mi cama es el último lugar. —Me explicó moviendo su cabeza hacia ambos lados.
— Aun así, creo que es fascinante. Me encantan las computadoras... —Murmuré señalando la suya. De reojo miré la puerta donde estaba su armario, y a un lado pude ver un piano electrico, mis ojos brillaron y él lo notó.
— ¿Sabes tocar? —Preguntó curioso.
— Solo un poco... Hace mucho tiempo que no lo hago. —Murmuré sentándome en un pequeño taburete frente a él.
— Puedes venir aquí cuando quieras para tocar, Noona. —Eso hizo que mi corazón revoloteara.
Un rato más tarde regresé junto a la puerta del estudio de Yoon Gi acompañada de un gran saco de dormir naranja alargado, no sabía de donde Jungkook lo había sacado pero era sensacional. Podía acostarme perfectamente así que lo puse junto a la puerta, ese sería como mi nuevo lugar ya que Yoon Gi ni un escritorio con una silla se había molestado en darme. ¡Ese ogro! Así que me dejé caer en el sofá y comencé a jugar con mi teléfono... Pero una inesperada y bonita visita me sorprendieron.
Hobi colocó una manta sobre mi cabeza y comenzó a reír cuando yo comencé una batalla para quitármela de encima. Cuando al fin lo hice, levanté mi rostro hacia él, quien sonreía ampliamente, nunca me cansaría de esa sonrisa.
— Debes tener frío... Ya veo que Jungkook te dio su saco de dormir. —Dijo él sentándose a un lado en el saco cuando yo le hice un poco de espacio, estaba tan cerca que su brazo tocaba el mío. — También te traje esto, es de mis favoritos. —Agregó dejando un libro sobre mis piernas.
— ¡Oh! Gracias... ¿Cómo voy a agradecerte por esto? Has sido bastante atento desde que llegué —Dije apenada a lo que él volvió a sonreír.
— Está bien, soy consciente de que Yoon Gi Hyung te debe de estar dando un mal rato. Él es como un viejito... —Bromeó, al menos él lograba sacarme una sonrisa.
— Es peor que un viejito... —Hobi sonrió y luego señaló el libro.
— Espero que te entretenga, debe ser algo aburrido no hacer nada y solo esperar que tus horas laborales acaben para regresar a casa. Cuando quieras escapar un rato, ve a mi estudio... Prometo que de dejaré entrar. —Se ofreció, haciendo que yo girara mi rostro hacia él.
— ¿Dejarme entrar? Eso es nuevo... —Susurré contemplando su hermoso rostro que parecía de porcelana. En definitiva era afortunada de poder estar cerca de ellos.
— Debo volver a trabajar. Te veré para la cena... —Finalizó Hobi poniéndose de pie para luego hacer lo mismo que hacía antes de despedirse: acariciar mi cabello.
Una hora más tarde estaba acostada en aquel saco para dormir con la mirada puesta en el libro. Hobi tenía un gran gusto por la lectura, estaba tan entretenida que no reaccioné cuando la puerta del estudio se abrió y Yoon Gi salió, pero en vez de seguir caminando como siempre lo hacía, él solo se quedó de pie a un lado con la mirada puesta en mí. No fue hasta que me arrebató el libro de las manos que yo reaccioné dando un salto por el susto, hasta que terminé cayendo al suelo y golpeando mis rodillas.
— ¡Auch! ¿Por qué eres así? —Me quejé levantando mi rostro para mirarlo.
— ¿Hobi te lo ha dado? —Preguntó ignorándome como siempre.
— Al menos deberías preguntar si estoy bien... —Repuse poniéndome de pie. Estiré mi mano para quitarle el libro pero él se apartó levantando su mano para que no lo alcanzara.
— No me interesa. ¿Y bien? —Insistió por lo que yo me crucé de brazos.
— Si, él me lo dio ¿Tienes algún problema con eso? —Contraataque, ahora lucía molesto.
— ¿Sabes? Realmente odio a las personas que ganan dinero tan fácilmente, sin ningún esfuerzo alguno, eso es lo que estás haciendo exactamente ahora. —Murmuró en voz baja, al parecer Yoon Gi era de las personas que no solía levantar la voz.
— No estaría ganando dinero de esa manera si no me hicieras las cosas tan difíciles. Realmente puedo ayudar, no soy una tonta como seguramente debes pensar. No voy a intimidarme solo porque seas Min Yoon Gi ¿Crees que no es aburrido estar aquí sentada sin hacer nada? —Su actitud me molestaba, y yo no era la mejor cuando estaba molesta.
— Entonces renuncia. —Dijo sin rodeos.
— ¿Qué? —Estaba sorprendida. ¿Estaba loco?
— Renuncia. No te quiero aquí y tú tampoco quieres estar aquí. Al menos, si vas a estar merodeando, deberías por lo menos encargarte de la casa, la comida, el lavado o de hacer lo que fuera para ayudar a los chicos, solo te quedas todo el día aquí sentada esperando que yo salga para que puedas acosarme. No haces absolutamente nada para ayudar, solo estorbas. —Sus palabras eran tan filosas como un cuchillo.
— Estas actuando como un cretino. —Dije conteniendo una las lágrimas.
— ¿Un cretino? —Parecía escandalizado.
— ¡Si, un cretino! Estas siendo muy cruel conmigo cuando solo quiero ayudar. —Agregué volviendo a hacer un intento para quitarle el libro de las manos.
— ¿Qué tengo que hacer para que te vayas? —Comentó.
— ¿Tanto me odias? —Pregunté en un susurro, y por su reacción pude entender que mi pregunta lo había tomado desprevenido. Yo sabía la respuesta, era obvia pero él no estaba dispuesto a ceder conmigo, entendía que era una molestia.
— Haz lo que quieras. —Se limitó a decir sin responder a mi pregunta. — Supongo que debo hacer que renuncies entonces.
— No voy a renunciar. —Dije muy segura
— ¿Quieres apostar? —Entonces él arqueó una ceja como si me estuviera provocando.
— Acepto. Si no renuncio en una semana, me darás la clave de acceso de tu estudio. —Dije estirando mi mano hacia él para que cerráramos el trato. Yoon Gi dudó. — Si estas tan seguro de que renunciaré ¿A qué le tienes miedo? —Pregunté al ver que él no tomaba mi mano.
— ¿Miedo? —Él soltó un bufido antes de tomar mi mano. — Trato. Prepárate para vivir la peor semana de tu vida... —Amenazó.
— Muy bien... Prepárate, porque realmente seré una molestia...
Yo sonreí con suficiencia mientras él estudiaba mi rostro.
Alguno de los dos tendría que rendirse en algún momento.
¡Genius Lab, prepárate!