Isla Malvinas 13 de Abril de 2019
Elizabeth, he estado pensando en ti todos estos días, siento que hace siglos no te veo, soñé nuevamente con la mañana en que te conocí, con tu mirada, me desperté llorando, desesperado, pensando en que nuestro último tiempo había sido un sueño, sentía la sensación de salir a buscarte por Londres, hasta tomé mi celular para confirmar que los niños existen, y los busqué en la foto del inicio. Fue realmente una sensación terrible que no deseo volver a tener nunca.
Hemos estado peleando por tantas pavadas en los últimos meses, como siempre empecinados en tener la razón, estas idas y vueltas, las diferencias que tenemos con respecto al cuidado de los niños, tiene que resolverse Elizabeth. Lo nuestro nunca terminará, aunque en algunas cosas no estemos de acuerdo, debes dejar de contradecirme en todo lo que digo de los niños, no creas que son solo tuyos porque eso no es cierto.
Es posible que tengamos que ponernos de acuerdo en las reglas que no se pueden trasgredir con respecto a la educación de ellos, pero no por eso tenemos que dejar de hablar entre nosotros, debes saber que no hablar contigo me hace sentir la persona más infeliz en la tierra y no tenemos necesidad de continuar así.
Desde la pelea del aniversario estamos bien un día y pésimo dos, y así pasamos la semana más distanciados que unidos.
No creo que tenga que estar más de cinco días aquí y espero que el día que finalmente llegue a Londres compartamos juntos, sin peleas infundadas, silencios desesperantes y malas caras, como en los últimos malditos meses, por nosotros y por los niños que no se merecen eso, teniendo padres que se aman con tanta desesperación y entrega.
Habla con tu padre y ten un poco de piedad de mis nervios, él sabe cómo llevar la vida cerca de una persona enferma de los nervios, sabes que mis nervios no son los más resistentes y he hecho avances que nunca logras reconocer.
A pesar de eso te quiero mi amor, no lo dudo un instante, y sé que tú también me quieres.
Acá hace frío casi todo el tiempo y el paisaje es de hielo, con azules hermosos e intensos, con celestes incansables, vemos tan poco el cielo en Londres que te maravillaría ver el cielo del fin del mundo, entre el cielo y el mar he encontrado todos los colores que vi en la habitación de huéspedes la primera vez que visité tu casa. Como ves, todo absolutamente todo me recuerda a vos y a tus cosas.
El hotel que construiremos quedará definitivamente mejor de lo que habíamos planeado con David, está muy conforme con mi trabajo y me ha confesado algo que debo confiarte, tu prima le agrada, y está planeando en llegar a Londres y visitarla en su casa. ¿Lo crees? hemos logrado unir dos almas solitarias, espero que la inclinación que tu prima dijo tener en el aniversario de enero perdure hasta nuestro regreso.
¡No puedo creer en lo que me he convertido!, un hombre casamentero, buscando novias a mis amigos, pendiente de sus hijos, de su mujer y de regresar con urgencia a su casa, nunca volveré a viajar sin que alguno de ustedes me acompañe, no me gusta la vida solitaria, me recuerda a quien fui. A veces me pregunto Lizzy ¿cómo hice para vivir más de treinta años sin un amor genuino? Has conseguido tanto en mí en poco más de un año que me impresiono. Nunca olvides que te amo pequeña hermosa mujer, espero puedas perdonar mi silencio estos meses, pero he notado que ha mejorado tu trato con los niños y no toda tu alma está puesta en Will que debe ser uno más, como sus hermanos.
Espero estar contigo pronto, y espero que sigas pensando que: "mi mirada se robo tu alma" como dice el anillo que llevo en mi dedo, no he dejado de mirar la inscripción para sentirte más cerca, ¡Te amo!
Desde el lugar más frío del mundo con el calor mas ferviente del amor, William
Lizzy leyó la carta de Will que había llegado a su teléfono y no pudo contener las lágrimas de emoción. Se incorporó y respondió rápidamente, no podía soportar un día más sin él.
Londres 16 de Abril de 2019
William Darcy, mis palabras no serán tan lindas como las tuyas, has sido muy desconsiderado en tu actitud, dejarme sola con tres niños de cinco meses no es algo que yo hubiera esperado de ti, aunque sé que es una obligación laboral y un pedido de nuestra nación y solo por eso te disculpo.
Quiero pelearte por carta pero no lo logro, han sido tan lindas tus palabras, hemos pasado unos meses terrible, tengo tanta de desesperación por estar a tu lado que no lo entenderías, ¿tres niños yo sola?, no soy capaz de cuidarlos sin tu compañía, aunque me hayas hecho la vida imposible el último tiempo con el tema de los límites, crease o no tenemos una sorpresa, Will pequeño duerme a las ocho de la noche con sus hermanos y ya no llora cuando Denis lo toma en brazos, hace una mueca y un ruidito pero he logrado convencerlo de que puede recibir ayuda de otras personas y no tiene que estar pegado a mi siempre.
Will necesito de tu cuidado, aunque a veces no compartamos opiniones, quiero prometerte algo que es imposible que no cumpla, ¡no volveré a contradecirte!, lo digo y me rio, si yo cumpliera eso no sería yo , y a ti te gusto así, lo que sí puedo prometer hoy es que a pesar de contradecirte no dejaré que una discusión interfiera en los otros ámbitos de nuestra relación, intentaré no volver a comportarme así, sufro mucho y tu sufres también y eso no es necesario cuando dos personas se aman como nosotros lo hacemos.
Espero que cumplas eso de decir que no viajaras, yo no quiero exagerar y decir ¡nunca más viajarás!, sé que a veces tu trabajo lo requiere, pero creo que mientras los niños sean pequeños no es lo recomendable, Will te extraña, a la noche no lo saco de su cuna pero me quedo a su lado ahora que no estás y mira esperando que alguien más llegue y nunca apareces, no está como siempre. George también está extraño ha dejado de comer estos días y aunque su valor se nota parece apagado, el Sr. Mac Gregor nos ha visitado varias veces, es todo un caballero y los niños lo reconocen, es cierto lo que dices, es como tu padre y le gusta mucho la familia que has formado. En sofí no hay tantos cambios, los Bingley le regalaron un nuevo gimnasio, que hace mil ruidos de los todos los animales de la selva, enciende luces de colores y tienen botones se entretiene con eso y no deja que sus hermanos lo toquen, me imagino que eso es lo que le ha permitido olvidar tu ausencia. Podría decirte que hace mil ruiditos nuevos, pero quiero que la escuches tu mismo, creo que va a hablar en poco tiempo, el doctor dice que es imposible, me tiene un poco cansada el maldito doctor de Cambridge con sus teorías, cree que lo sabe todo y no ha tenido ni un solo hijo, sabrá de medicina pero de niños, ¡me hace dudar!
Bueno mi amor, ni sueñes que esto es un sueño, quizás era tu sueño hace más de un año, pero hoy, ¡es nuestra realidad!, te amamos y te estamos esperando, somos tu familia y te necesitamos y amamos con locura.
También miro la inscripción en mi anillo, y me acerca a ti, Te amo Lizzy
Pd. me alegra que David se interese por mi prima Ruth, él me parece una hermosa persona y ella es una de las mejores almas que he conocido, que lindo sería que terminen juntos, se veían muy bien el día del aniversario, es posible que se reencuentren en el bautismo, o antes, según me dices en tu carta si él quiere verla y lo intenta podrá lograrlo, puedes contarle tus artes de enamorar, tu sí que has enamorado mujeres, y has tenido pretendientes Sr. Darcy, espero que las Islas Malvinas no tenga mujeres bellas , de solo pensar me horrorizo. De cualquier modo confió en ti y en tu amor por nosotros. Te espero pronto...
William había arribado al aeropuerto de Londres junto a David, releía en su celular la carta que Lizzy le había escrito al email, estaba desesperado por llegar a su casa, Elizabeth se ponía celosa hasta de un viaje de trabajo en las Islas Malvinas, y le reclamaba sus amoríos del pasado siempre que podía, Brandon los esperaba para llevarlos, estaban cansados y Will se notaba bastante ansioso, eran casi las once de la mañana del sábado veinte de abril de 2019.
Londres estaba hermoso, del frio helado de las Islas Malvinas quedaban solo los recuerdos, un clima alentador para salir de paseo por el parque con sus tres hijos y su mujer, pensó Will al sentir la calidez del clima en su rostro.
David se quedaría en Londres durante la semana por el trabajo y la prima de Elizabeth había viajado también y estaría toda la semana en un congreso de psiquiatría, invitada por su prima a quedarse cuanto quisiera en la mansión, a Lizzy le encantaba la pareja que hacía con David y había querido sorprenderlos a ambos.
Brandon había llevado a Ruth a pasar la mañana a la casa de Lizzy y en esa oportunidad Lizzy había confiado en él pidiéndole que trajera a Will y a David a su casa cuando los buscara en el aeropuerto, le había pedido que no comente que Ruth estaba en Londres para que todo sea una sorpresa.
Lizzy creía que el efecto sorpresa del encuentro sería algo importante en la unión de esas dos personas, ambos eran tímidos, serios, sensatos, formales, conservadores, todo lo que no hay que ser en algunos momentos para lograr tener una primera cita, ellos solos hasta encontrar un modo de reencontrarse dejarían pasar meses o toda la vida y a ella esa, le parecía una buena manera de unirlos para ver cómo funcionaban las cosas.
_ Llegas y te reciben tus hijos y tu esposa, se nota otro gesto en tu rostro_ dijo David un tanto entristecido, pensando en su realidad, a él no lo recibía nadie, lo alegraba de cualquier manera la realidad de su amigo.
_Me alegra volver, ya no puedo estar sin ellos, no volveré a viajar tantos días mientras sean pequeños, habrá que ajustar eso a nuestros compromisos_ Will sonreía y se acomodaba el pelo, se lo veía alegre y ansioso por llegar.
_Disculpen la intromisión _ dijo Brandon al escuchar la conversación_ la Sra. Elizabeth me pidió que ambos lleguen a la casa Bennet y que luego me dirán que hacer.
Will y David se miraron y asintieron.
No demoraron en llegar ya en puerta bajaron apresurados, sintiendo la tibieza del aire en sus rostros, no podían creer lo bien que se sentía no ser cortado por el frio y el viento, ellos que se quejaban del clima de Londres, podían confirmar que en las Malvinas las cosas eran mucho peores.
Ingresaron a la casa y parecía una fiesta de cumpleaños, niños por todos lados, juguetes y cochecitos de paseo, Charlotte había pasado a saludar a Ruth y saldrían al parque a pasear con los niños ya que el clima era favorable.
Lizzy se sorprendió ya que pensaba que William llegaría luego del mediodía, la comunicación entre ellos fallaba porque en las Islas Malvinas era inestable la señal, corrió a recibirlo y lo abrazó, George sentado en la silla de bebe agitaba las piernas y sonreía, Will pequeño miraba atento todos los movimientos de la gente, no era muy risueño, pero se lo notaba alegre, hacía una mueca de felicidad y Sofi canturreaba sus laleos sin detenerse batiendo las manos estirándolas para que alguien la tome. Ruth se sorprendió viendo entrar a David a la casa, se veía guapo, era alto de piel clara y ojos pequeños pero profundamente azules, atractivo y muy serio, justo lo que a ella le parecía impresionante en los hombres, la seriedad, no estaba preparada para volver a verlo tan pronto y se puso nerviosa, pensaba en cómo actuar, hacía varios meses que no se veían aunque él había sido especialmente atento las semana de enero que habían pasado juntos en la mansión por el aniversario.
Luego de abrazar por unos momentos a Lizzy, Will se acercó a los niños y los acarició, sonriendo y diciendo:
_Qué difícil tengo que elegir a quien alzar primero, creo que tomaré a la niña, nunca he extrañado tanto a alguien en toda mi vida, necesitaba oír sus ruiditos _ estaba enternecido.
Mientras se saludaban Denis sirvió café, William Collins rompió un vaso de vidrio jugando con una pelota, Charlotte quería detenerlo pero era un niño muy enérgico y nada lo detenía más que correr por el parque.
Las mujeres ante el accidente decidieron seguir con sus planes, era necesario salir de la casa, Will y David se unieron al paseo.
Caminarían unas cuadras e ingresarían al Regent Park para disfrutar lo que quedaba de la mañana.
David lleva a William en su carrito caminaba junto a Ruth, Charlotte con sus hijos tomados de las manos para que no suceda ningún percance, Lizzy llevaba a George y Will a Sofía. Eran diez personas caminando por Maida Vale con tres carros de bebes, realmente llamaban la atención.
Lizzy recordaba otros momentos de su vida, cuando caminaba sola por su barrio volviendo de trabajar o de pasear por el parque, no hacía mucho tiempo de eso, deseaba una familia, veía a las parejas con el carrito de bebe o las madres con sus hijos caminando, no podía creer que ahora era ella con su gran familia era la que caminaba por ahí siendo objeto de miradas de sus vecinos de toda la vida, había deseado tanto eso y de repente se encontraba con tres hijos y su atractivo esposo, la situación la emocionaba , sentía que era un momento mágico de esos que no olvidaría jamás, todo había cambiado tan rápido en su vida, pero era perfecto , aunque algunas cosas no funcionaran algunas veces, esos momentos valían por mil horas de esfuerzos y dedicación y también algunas peleas con Will.
William, pensaba en lo feliz que lo hacía estar con tanta gente querida a su lado, paseando por un parque, un sábado por la mañana, algo impensable en su vida pasada, haber conocido a Elizabeth era lo mejor que le había pasado, poder compartir con ella todo eso, que estuviera su amigo David era tan importante para él, observaba a los niños, a su amigo con Ruth que se veía muy bien, su hermosa mujer y la familia que había formado. Sintió algo muy fuerte en su pecho, saber que siempre lo recibirían así, felices y dispuestos, era verdaderamente reconfortante, saber que alguien más estaba esperando por su compañía, deseando verlo, amándolo aún en su ausencia, alguien que no era un empleado como le pasaba antes, alguien que necesitaba de él por lo que él era, y no por lo que tenía o por obligación laboral. Se sentía orgulloso e inmensamente feliz, pensaba en la responsabilidad que eso le daba a la vez, todas esas vidas dependiendo de su vida, ser padre y esposo requería de mucha responsabilidad también, pero eso ya no lo asustaba era la tarea más hermosa que la vida había puesto en su camino.
Pasaron dos horas maravillosas, los hijos de Charlotte le daban vida al paseo haciendo que ella no dejara de reprenderlos, Will y Lizzy observaban y se miraban, no dejaban de pensar en el momento en que sus tres hijos caminaran y corrieran.
Will dijo:
_Deberemos estar en forma para que no se lastimen_ sonrió mirando a William Collins trepado arriba de un árbol moviendo una de sus piernas amagando para tirarse mientras su madre intentaba agarrarlo y gritaba desde abajo hacía más de diez minutos, era verdaderamente desafiante.
_William le hace eso a Charlotte porque sabe que ella lo persigue, si yo fuera ella lo dejaría solo, creo que en un instante el niño bajaría y se ubicaría entre nosotros, iré a ayudarla_ dijo Lizzy ofuscada, ella quería mucho a su ahijado pero a veces la hacía perder la paciencia.
Will se quedó sentado en un banco del parque con Sofi que dormitaba en su carrito y con George que sentado en una mantita en el césped seguía con la mirada a su madre, tenía intensiones serias de arrastrarse hasta ella pero aún no podía hacerlo, el doctor había dicho que por su fuerza abdominal y de piernas George caminaría muy temprano. William estaba en su carro con Ruth y David que habían seguido caminando por otros senderos del parque.
Lizzy regresó y se sentó junto a Will no había logrado convencer al pequeño Collins.
_ Te he extrañado tanto, espero que nunca más viajes por tantos días _ le dijo abrazándolo y besándolo en la mejilla.
_ Ya lo he hablado con David, no tomaré este tipo de pedidos, yo tampoco puedo acostumbrarme a estar lejos de ustedes ¿Cómo has estado?_ Will la sostenía en sus brazos mientras George se acercaba intentando moverse para unirse al abrazo de sus padres.
_He estado ocupada, con los niños y muy sola por las noches, intentando cumplir con Will y su horario, está mejor ya no llora cuando Denis lo toma en brazos he salido un día sola con Sofi a comprar algunas cosas por el barrio vamos acostumbrándonos, ellos se notan bien, el doctor está muy impresionado de los cambios en ellos y en mi. Me pidió que la próxima vez vengas con nosotros.
_Me alegra lo que me dices, intentaré mejorar el horario de trabajo para pasar más tiempo con ellos por la mañana, en esta época no hay necesidad que vaya tan temprano me gustaría que vengamos al parque algunas horas tu yo y los niños y luego podría ir a trabajar_ Will pensaba como organizar su tiempo para pasar más tiempo con su familia, luego de unos minutos de silencio volvió a hablar y dijo:
_ ¿Sabes que te amo no?_ miró a Elizabeth que sostenía a George con una de sus manos, mientras con la otra acariciaba una de las piernas de Will, ella se estremeció con el comentario y le respondió suspirando:
_ Si, lo sé, y yo a ti_ sonrió.
_ Y te dejo sin aire_ dijo Will engreído y sonriendo, haciendo que Lizzy lo mire y lo odie por ser tan terriblemente atractivo, amoroso y egocéntrico a la vez.
_Eres un engreído y lo serás para siempre_ dijo divertida.
_ Me hace sentir feliz dejarte sin aire, no soportaría no hacerlo, que sientas atracción y amor por mí es todo lo que me importa, debes saberlo.
_Lo sé, te amo y siento todo eso por ti y es para siempre.
_Lo nuestro es para siempre.
Se abrazaron con fuerza, se besaron dulcemente, era el mediodía de un sábado cualquiera en primavera, Londres comenzaba a florecer, podía sentirse el ruido de los pájaros en el parque, una leve brisa tibia corría por el aire, Chalotte junto a su otro hijo se veía a lo lejos intentando bajar a William del árbol, George había logrado llegar a sostenerse en las piernas de su padre y se recostaba en ellas, Sofi seguía durmiendo y hablando entre sueños , David, Ruth y William volvían de su paseo, ellos eran felices y así se los podía notar junto a sus hermosos bebes y a sus más queridos amigos.