Georgiana había decidido no contarle a William sobre la posible nueva paternidad de Michael, prefería esperar, se estaban realizando los trámites para resolver el divorcio, había algunas cosas legales que resolver y quería que William se casara y desentendiera de los problemas familiares por una vez en la vida, pero las cosas no serían tan fácil de ocultar, Manchester era una ciudad chica y la gente se conocía mucho, el inglés aunque cortés, gustaba de hacer comentarios indiscretos con la mayor de las reverencias y Will en una llamada de negocios se enteró de las novedades.
Era el cuatro día del año, faltaban solo dos días para el casamiento y las cosas no podían estar más alborotadoras en la mansión Darcy, tener a Will enloquecido no era lo recomendable, pero muchas veces en la vida lo recomendable no es justamente lo que sucede.
Llegó de trabajar a tiempo para la cena y Lizzy se sintió emocionada al verlo, pero todo cambió en unos segundos, ingresó al salón y casi sin saludar ni explicar mucho, poniendo la peor cara de disgusto se dirigió a Elizabeth y a Georgiana:
_Me gustaría saber el motivo por el cuál creen que es mejor dejarme a fuera de los acontecimientos, hoy tuve que escuchar a un soberbio de Manchester hablar sobre la paternidad de tu ex marido, me imaginé que me hablaba de tu embarazo y resulta que soy el único que no conoce las novedades.
_Elizabeth no tiene nada que ver, _ dijo Georgiana al instante_ yo le pedí que no diga nada, pensé que sería bueno que tengan su boda sin más inconvenientes y viajen, las cosas son como son para mi.
_Es lo que piensas tú que no sabes nada de nada de la empresa, Michael tiene poderes de algunas obras, aún no se resuelve tu divorcio y hay papeles que arreglar, no se irá sin nada, no ha firmado aún, es un aprovechador, no tiene vergüenza, ni escrúpulos, pero debimos hablar de esto antes.
Elizabeth sin decir una palabra los miraba discutir, ella no entendía, ni sabía de que hablaban, Will parecía muy enojado.
_Mis cosas no me interesan en nada, que se las quede si lo hace feliz_ dijo Georgiana con desinterés.
_No hablamos de dos monedas, ni de nada gracioso, si no firma tendré que pedirle que me autorice en trámites, toda una serie de cosas que lograste conseguir para él antes de que nuestro padre muera y todavía sigues con esa conducta infantil, dices que nada del dinero te importa, pero luego lo usas y cómo.
_No me hables de ese modo, si hubiera sabido de esto no lo habría hecho_ Georgiana lloraba.
Elizabeth se acercó a calmarla y miró a Will, él ya no quería hablar de nada, ella qué podía decir, Will se retiró y así permanecieron por varias horas, Georgiana llorando, William desaparecido y la Sra. Reynolds buscando alternativas de té para calmar los nervios de la joven, Lizzy que tenía mil cosas que hacer estaba preocupada por temas que no entendía, las cosas parecían no ser tan buenas, por un papel que había hecho firmar el padre de los Darcy antes de morir, Michael podía decidir sobre las cosas de la familia Darcy si el niño que esperaba Georgiana nacía antes del divorcio.
William había hablado con sus abogados y se lo habían confirmado, sin el divorcio antes del nacimiento cada decisión que se tomara en la empresa debía ser firmada por Will, Georgiana y por Michael como representante del niño.
William estaba desorbitado, sentía una impotencia enorme, semejante situación, su vida entera en manos de semejante imprudente, sentía por primera vez enojo real con su padre y con su hermana, se preguntaba cómo habían podido ser tan imprudentes.
Mientras Georgiana recuperaba la calma, Lizzy había decidido acercarse a William, sentía desconfianza de cómo él se tomaría el acercamiento pero se atrevió a hacerlo.
Golpeó la puerta del escritorio y nadie contestó, no se escuchaba un solo sonido ya que estaba completamente acustizado, unos minutos después la puerta se entreabrió ella la movió, William volvía a su sillón, tenía el teléfono en una de sus manos, parecía calmado.
Frialdad era la palabra para definir la situación, el gesto de su cara demostraba que su humor era pésimo. De cualquier modo se lo notaba calmo al hablar.Lizzy se arrepentía de haber entrado a ese lugar, cuando Will cortó el teléfono, Lizzy, hubiera preferido salir corriendo, cuáles serían las palabras para mejorar semejante rostro.
_He venido a ofrecerte mi ayuda, en lo que pueda_ dijo con cara de pánico, mientras se preguntaba: cómo ella podría ayudarlo en semejante situación, no tenía los miles de millones que se necesitaban para desentenderse de Michael. Lizzy sentía correr hielo por sus venas.
William la miró, relajó su gesto y comenzó a reírse.
Lizzy no entendía nada, él se paró y tomándola de la mano le dijo:
_Tendrás que saber que seremos el treinta y tres por ciento más pobres si esto no sale bien_ él habló demostrando desinterés en lo que decía.
_No me importa tu dinero_ dijo Lizzy con determinación y sonriendo.
_A mi no me molesta tanto el dinero, me molesta quién se lo lleve y por qué, si me hubieran hecho caso, siempre supe que él esposo de mi hermana era un perdedor, un chiquilín aprovechador, y lo que es peor nunca la quiso con seriedad_ estaba desalentado.
_No debes preocuparte por el dinero_ dijo Lizzy con su tono de voz cálido, ella no sabía de cuánto dinero estaban hablando.
_No debes conocer algunas cosas pero faltando dos días para la boda _dijo Will acercándose a Elizabeth_ ¿sabes de cuánto dinero hablamos?
Lizzy hizo el movimiento de cabeza negando y abrió los ojos enormes, no sabía, pero el gesto de Will dejaba ver claro que era mucho.
_ ¡No lo sabes!, y estás ahí parada, tan hermosa como siempre, intentando ayudar_ William se reía_ ¡por eso te amé desde la primera vez que te vi!
Ella sonrió y le dijo:
_Y yo, tan hermoso y asfixiante con esa mirada provocativa.
_Noventa millones de libras, esa es la suma que se llevará Michael si no se resuelve el divorcio antes de que nazca el bebe de Georgiana.
A Lizzy se desfiguró la cara.
_ ¿Para qué quieren tanto dinero las personas?_ dijo asombrada, no se sentía segura de sí misma, no comprendía la cantidad.
_Desde que te conozco a ti tengo dudas y la mayor parte del tiempo no sé con exactitud para qué sirve el dinero, y mucho menos tanto, a mi últimamente para darme problemas, antes de conocerte creía que servía de algo más.
Will se acomodó el pelo y la miró profundamente, ella seguía poniéndose incomoda cuando eso pasaba, parecía que él quería conocer todo de ella con esa mirada.
_ ¿Me miras intentando desnudarme?_ dijo sonriendo_ eres muy atrevido.
_Te miro porque te amo, mirarte me tranquiliza y me hace pensar, en nosotros, en lo importante que es tenerte en mi vida.
_Yo te amo a ti _dijo ella convencida y lo abrazó fuerte.
_Tengo que pensar, hay que resolver qué hacer con nuestra boda, hay papeles que firmar, mi abogado me pidió que firmes y yo dudo en pedírtelo, pero si no lo hago le estaría haciendo a Georgiana lo mismo que ella me hizo a mí con Michael.
_Yo no quiero tu dinero, firmaré lo que digas, no tengo idea de esas sumas, no se me ocurre para que yo necesitaría más de cuatro mil libras al mes.
_Sé que no quieres el dinero, pero pienso en si te hará feliz que no confíe en ti, y ese es el gran problema, bella mujer, eres lo más importante de mi vida y tengo que decidir esto justo ahora, que es justo en lo último que me gustaría pensar.
Will había tomado a Lizzy de la cintura y ella cruzaba sus brazos en el cuello.
_ ¿Quieres que firme esos papeles? puedo hacerlo si eso te deja tranquilo.
_Justamente no, no quiero pedirte eso, por otro lado si no los firmas seremos cuatro los que tomemos las decisiones, será mejor nuestra situación para pelear con Michael, pero no sé sabe que sucederá en el futuro.
_No sé qué decirte, no me gustaría involucrarme en tu empresa.
Elizabeth realmente no sabía qué decir. Si alguna vez ella se separaba de Will a parte de saber que sufriría de un dolor indescriptible, sabía que se iría a su casa y podría vivir una vida común sin extrañar nada de los lujos en los que vivía ahora.
William estaba un poco mejor de semblante.
_ Lo que haga ahora no tiene que ver contigo, ni con mi amor hacia ti, es más allá de eso, le acabo de decir a Georgiana que por su culpa estamos así y en el mismo instante que lo dije me di cuenta que con nuestro matrimonio, por ese maldito papel le haría lo mismo en caso de que lo nuestro no funcione, sé que es difícil pensar en separarnos cuando todavía no estamos casados, pero es lo que me han mandado a hacer mis abogados ¡Son muy crueles , como mi padre!
_ ¿No se puede disolver lo que dice ese papel que dejó tu padre? _dijo Lizzy con ingenuidad.
_Si firmáramos Michael, Georgiana y yo, pero él no quiso firmar poniendo de excusa que vela por el pequeño por nacer_ comentó desanimado.
_Yo le daría el dinero y seguiría con mi vida_ dijo Lizzy con suavidad.
_ No existe el dinero Lizzy, son casas, son obras, edificios, son máquinas, son miles de empleados, no es tan simple.
_ Tendrás que ingresar sin renunciar a nada, casada conmigo él se queda con un porcentaje menor será más fácil negociar, y llevar adelante la empresa, seremos tres contra uno. Tendremos que confiar en que el divorcio se resuelva favorablemente en estos dos meses_ Will no sentía fuerzas para pelear por nada, estaba cansado.
_Teniendo a otra mujer y esperando un hijo con ella no habrá problemas, yo creo que el divorcio saldrá pronto, llama a mi padre, el también se ocupa de divorcios en Paris, antes lo hacía acá_ le propuso Lizzy.
_Es cierto que eres la hija de un abogado, ¿sabrá de todo esto tu padre?, ¿le contarás? _ Will nunca había reparado en ello.
_Creo que antes de firmar nada le contaré a él, siempre me ha pedido que haga eso, nunca firmé nada, debes hablar tú, yo no entiendo del tema, habla y arréglalo con él.
_Debemos pedirle de verlo hoy, por eso me enojé, si lo hubiera sabido antes no estaríamos a un día de la boda con los abogados en la cabeza, hubiéramos ahorrado pasos, podríamos haber hablado antes_ Will volvió a tensionarse.
_Lo llamaré ahora e iremos a verlo_ dijo Elizabeth tomando el teléfono.
Elizabeth habló por unos minutos con su padre y se acercó nuevamente.
_Nos espera, me pidió que le lleves el documento y el número de expediente para ver por internet el divorcio de tu hermana.
_Lo tengo _ dijo Will mientras pensaba, luego de unos minutos continuó_, si te casas conmigo no puedes engañarme para recibir tus bienes ¿estás preparada? mi padre y sus malditas cosas, controlando a gente que no conoció en su vida desde el más allá.
_ Yo no sé de qué hablas. No te engañaría con nadie, que retorcido tu padre_ Lizzy estaba sorprendida.
_ ¿Ni con Bret? _ William sonreía.
_ ¿Estás loco? Jamás te haría eso, y menos con él.
_¿Con Tomas?
_Menos.
_Júramelo_ William sonreía pero necesitaba oír a Elizabeth decir que no lo engañaría.
_Te lo juro, no debes preocuparte, no pienses en eso, resuelve lo de los papeles con mi padre, a él no querría fallarle, nunca tuve una situación de estas, pero siempre me ha dicho que le jure que antes de firmar grandes cosas se las haga leer.
_ Siempre sentí confianza en ti, desde que te conocí algo había que me hacía confiar, mi vida y mi padre no me ha ayudado a confiar en la gente. Me alegra haberte conocido.
Will abrazó a Elizabeth con fuerza y la beso unos segundos, era todo lo que necesitaba para calmarse.
_Debes estar tranquilo, mi padre puede ayudarte con eso verán los papeles y podrás hacer lo que quieras o habrá alguna manera de mejorar lo que hay, yo espero nunca pasar por lo que pasa Georgiana.
_ ¡Jamás te haría algo así!_ sonó sincero.
_Yo jamás haría lo de Michael, es un descarado, que desastre ese tipo de gente, si tuviera que separarme de ti me iría a mi casa, sin reclamarte nada_ Lizzy pensaba mientras hablada, la alarmaba la cantidad de dinero, el descaro de Michael, no entendía a las personas que se conducían tan mal.
_No te preocupes Elizabeth, ¡si te fueras de aquí yo me iría contigo! _dijo Will con un tono ocurrente.
Ella le sonrió admirándolo, a Will se lo podía ver jovial cuando quería y era gracioso.
_A ti te recibiría pero no podría ir nadie más, no hay lugar para el coronel Brandon, ni para la Sra. Reynolds, ni para nadie de los que conoces y te siguen.
_¡Eres muy mala con ellos!_ dijo convencido.
_Solo tú estás invitado y no soy mala _ ella hablaba con sinceridad.
Se besaban, él se había sentado en el sillón y la sostenía entre sus piernas.
Lizzy sonreía, Will se había olvidado de los papeles, de los millones, de los abogados y de todo, nada era más importante que ese momento para ellos que su amor, de algún modo que aún no sabían se pondrían de acuerdo, el padre de Elizabeth seguro los ayudaría para no perjudicar a Georgiana en el futuro.
Faltaban menos de cuarenta y ocho horas para su casamiento y ellos eran felices y esperaban disfrutar ese momento especial.