El almuerzo de navidad había resultado divertido para Lizzy, había entablado una charla con Anne y su novio que era de lo más ocurrente, ellos había estado en una travesía por el amazonas y como Lizzy y William viajarían de luna de miel a Brasil se habían entretenido hablando de ese país y de otras aventuras del sujeto. También había ocupado su tiempo con Georgiana y David el compañero de Will de la universidad era muy apuesto y educado se manifestaba sinceramente feliz de ver a su amigo a punto de casarse, él hacía dos años había perdido a su esposa tras una larga enfermedad y de apoco se reponía de la fatalidad, mucho no habían hablado del tema pero lo notaba triste.
Un comentario de la Sra. Corine la esposa de Mathieu Mac Gregor el amigo del padre de William que habían llegado luego de las doce a la mansión, había inquietado a Lizzy, antes de sentarse a la mesa, la Sra. se había acercado a Will y le había dicho con desenfado:
_¡Finalmente te han cazado!, ¿ esperaste tanto, no pudiste esperar unos años más?
Luego se había reído como si tal cosa con una desfachatez propia de la gente de clase alta que desprecia al resto de los mortales. No podía decirse precisamente que la Sra. Corine tuviera estilo, ni mucho menos decoro, era lo más parecido a Caroline Bingley con treinta años encima de sus pies, pero Lizzy se había sorprendido, había escuchado el comentario e intentado disimular la intriga pero estaba segura que le pediría a William una explicación.
Una de las hijas de la pareja que tenía no más de veinticuatro años había sido presentada con Lizzy al llegar y la había mirado con especial insistencia durante el almuerzo, generando alguna incomodidad, distinto a la más joven que no llegaría a los veinte y era muy amable y cordial . Lizzy recordaba la mirada de la joven hacia Will unos minutos después de ser presentadas y la indiferencia de este hacía ella.
Realmente le intrigaba qué podía ser lo que había entre ellos.
Georgiana había pasado la tarde charlando con David y casi sin intercambiar ideas privadas con Lizzy más que algún gesto referido a lo guapo que se veía David y lo buen hombre que parecía, pero era notable que la joven Mac Gregor, aprovechaba cada momento que tenía para mirar a Will y ponerlo incomodo. Hasta había logrado en un momento que haga su gesto de viejo enojón que cada día era más imperceptible.
Mientras Lizzy se preparaba para descansar ya que a las veinte volvería a reunirse en el salón, Will entraba en la habitación para cambiarse, había decidido ir a jugar al tenis con David, Mathieu y Dorothie , eso a Lizzy la sorprendió.
_ ¿Irás con ella?_ le dijo sin medir sus palabras, hubiera querido morderse la lengua pero las palabras habían sido dichas.
William la miró asombrado y le respondió:
_ ¡Me gustaría que vengas conmigo pero no te gusta el tenis!, ¿no entiendo lo que te sucede?
Lizzy aprovechó el comentario y le dijo:
_Escuché el comentario de su madre sobre que te cazaron, la verdad no me pareció oportuno, vi las miradas_ su tono de voz denotaba enojo y frustración, Lizzy estaba mezclando sus emociones, la navidad sin sus familiares, sus amigas lejos, sentía que iba a llorar.
_ ¿No sé por qué te ocupas de los comentarios de la gente?, en general no piensan antes de hablar, creo que es algo que debes cambiar, no me interesa en absoluto que la hija de Mathieu me mire, es algo que hace desde siempre, que su madre crea que me han cazado, menos, a esa señora no le debo mis respetos. No me conoces aún.
Lizzy se sentía una tonta, pero él no era del todo inocente, con ella se hacía el seguro, pero no había reaccionado como ella hubiera querido con la Sra. Corine o con son hija Dorothie.
Se recostó y dejó de hablarle, unas lágrimas rodaron por el costado de sus mejillas y se las secó, intentando esconderlas, sintió haber tenido muchas emociones juntas para un solo día, quería descansar.
Él lo notó, pero se cambió ya que necesitaba hacer deportes, amaba competir con Mathieu, amaba el tenis, cuando había terminado de cambiarse y perfumarse, se acercó, la besó en la frente y le dijo:
_Me iré una hora, no más, volveré y hablaremos, te contaré porque no respondí a nada de lo que sucedió hoy como hubieras querido, ¿tienes que saberlo todo? _ dijo sonriendo de una manera irresistible, se besaron y él salió apurado.
Lizzy pudo dormir por unos minutos, se despertó con un ruido, estuvo a punto de llamar a Georgiana por el tema de la Sra. Mac Gregor y la Srta. , pero se contuvo si Will se enteraba se enojaría, esperaría para escuchar lo que él tenía para decir.
Decidió ir al sótano, estaba feliz por el regalo de navidad de William, la había sorprendido, ella el día anterior en la reunión con el ingeniero había descubierto que vivían sobre un tesoro de más de doscientos metros cuadrados repleto de artículos de decoración, objetos de lo más exóticos que habían pertenecido a la familia Darcy y que ahora ella podría usar como quisiera, tenía la llave entregada por su dueño en un cofre de oro, para ella era realmente un regalo magnifico.
Mientras tomaba dos o tres estatuas de mármol y movía unos cuadros creyó ver algo interesante detrás de unos portarretratos, se abrió paso y los tomó, eran álbumes de fotos, Will pequeño, adorable, divertido, su misma cara pero de pequeño, la expresión de felicidad que ella había visto esa mañana, en una foto junto a su madre subidos ambos a un caballo blanco.
La madre era una mujer muy interesante increíblemente bella y parecida a él, los ojos y la mirada de Will eran su herencia, aunque era muy rubia como Georgiana.
Lizzy estuvo horas metida en ese lugar sin darse cuenta, se sentía hechizada, era en verdad el mejor lugar en el mundo para ella, tenía ideas para mejorarlo, abriría una ventana para que entre luz y ocuparía ese espacio como propio, no era necesario hacer mucho, la mansión era bella hasta en su sótano, pero ampliar las ventanas era indispensable.
Buscó cosas para su trabajo de las próximas semanas que sería abrumador, hasta el 6 de enero las vidrieras permanecían con el motivo de navidad, pero tenía que dejar todo planeado ya que la siguiente semana los propietarios se desesperaban por cambiarlas y ella se iría de viaje, Charlotte con Tris se encargarían del trabajo que ella dejaría diseñado. Demoró bastante, cuando se dio cuenta era de noche, organizó unas cosas en cajas y decidió retirarse cerró con llave y le dio un beso a la llave llevándola a su pecho, era un tesoro ese regalo.
A William le costaría volver a encontrar un regalo que la emocione tanto como ese, pensaba, jamás se había sentido tan alagada en toda su vida, el lugar era mágico.
Entró en la mansión y todo era un escándalo.
William corrió desesperado a abrazarla, ella no entendía que pasaba.
Había estado más de tres horas desaparecida, nadie sabía en donde estaba. Su celular permanecía en su cama, ella no lo había notado, Will había vuelto para conversar sobre lo que había sucedido en el almuerzo y no la había encontrado por ningún lado, nadie entendía bien que pasaba pero él y el coronel Brandon estaban completamente alarmados.
Lizzy explicó a todos que estaba en el sótano, que podían buscarla ahí ya que había encontrado su lugar en esa enorme mansión, que no se alarmen así, cada uno volvió a sus tareas, faltaban cincuenta minutos para la cena.
_¿No entiendo porque hiciste esto?_ le dijo William reclamándole.
_No hice nada, fui a mirar nuevamente el lugar, me parece un lugar hermoso, tengo ideas de remodelarlo para que tenga más luz, me servirá para trabajar.
_ ¡Solo piensas en ti, te olvidas lo que te he dicho!, ¡te quejas de cosas y luego desapareces!_ William no podía controlarse.
_No es exactamente como lo estás viendo, descansé y decidí ir a curiosear, no quería atormentarte con los reclamos de quien te mira, quien comenta, _ Lizzy sentía odio, siempre era él quien podía reclamarle, cuando aún no había aclarado nada de lo anterior.
_No hay nada que reclamar, solo es que desapareces de la casa, con un anillo de más de sesenta mil libras en tu mano, ¿te imaginas los comentarios? yo solo me preocupaba por ti por qué no te hubieran hecho daño.
_ ¿Pero de qué hablas?_ Lizzy no entendía nada.
_ ¿No entiendes? podría haberte pasado algo, no vivo acá con gente desconocida porque sí, me cuidan porque tenemos millones, millones de nada como tú dices , pero es así, son millones, ¡y no lo estas entendiendo!_ William sonaba aterrado.
_Pero Will es que no hice nada más que bajar, no volveré a dejar el celular, intentaré avisar, no debes ponerte así_ Lizzy comenzaba a dimensionar la situación, la Sra. Reynolds se acercaba con un té para Will.
_Señorita Elizabeth llame a su madre para tranquilizarla, ¡qué suerte que esté bien!, avise la próxima vez, le había comentado del anillo, ¿recuerda? , aprenderá con el tiempo.
Elizabeth abrió los ojos como si hubiera visto un fantasma, ¿qué tendría que ver su madre en todo esto?
Will tomaba su té y parecía más tranquilo.
Tomó su celular y llamó a su madre:
_ ¡Mamá! _su voz sonaba normal.
_Lizzy querida ¿te hicieron daño?_ la Sra. Bennet gritaba.
_ ¡No mamá estaba en el sótano mirando antigüedades!, te fascinará el lugar..._ dijo Lizzy relajada mientras su madre la interrumpió.
_Sabía que sería malo estar cerca de ese hombre, no tiene sentido Lizzy puedes dar marcha atrás, no necesitas estar con alguien tan millonario, que tu vida corra peligro por las dos chauchas que te puede ofrecer, por ese anillo, tu vida vale más tesoro mío, ¿me oyes?, _ la Sra. Bennet no la dejó responder_ aunque si lo quieres y eliges quedarte a su lado, deberás cuidarte, ¿dónde te habías metido? Estás loca escondida en un sótano, deja ya de buscar cosas viejas Elizabeth, tienes la obsesión de tu padre, dios mío van a matarme y soy joven para morir.
_Mamá voy a cortar, no ha pasado nada, la verdad me apena que te hayas preocupado. Te dejo.
_Hija no debes cortarle a tu madre siempre, se nota tu desinterés, desde que estás con ese hombre, ya no vienes ni en navidad.
Elizabeth dejó el teléfono a un costado suspirando no soportaba a su madre por nada del mundo.
_No te preocupes por nada madre, te llamaré. ¡No te alarmes!
_Saluda a tu novio y a su hermana.
La señora Bennet siguió hablando mientras Lizzy cortaba, William tomaba su té más tranquilo.
Ella se acercó a él e intentó abrazarlo, él no se terminaba de recomponer no se movió.
_No puedes tratarme así por un malentendido, estaba abajo, ¡tienes está semejante casa!, solo fui a mirar el lugar que me regalaste hace cinco horas y ahora no me abrazas.
Él se acercó un poco, no soportaba estar enojado con ella, le sostuvo la mano.
_Me hace mal que pueda pasarte algo, tendrás que entender, no es que vivamos en peligro, pero tienes que saber que nadie desaparece tres horas dejando su celular, sin avisar nada_ Will sonaba tranquilo pero preocupado_ A mi padre lo secuestraron hace algunos años, había realizado unas refacciones para una agencia de seguridad nacional, bóvedas y trabajos confidenciales, yo los he rechazado desde su muerte, pero él los hacía, a él lo secuestraron porque sabía cómo vulnerar la seguridad de un lugar en donde estaba preso un narcotraficante colombiano. ¡No tienes que saber más!_ dijo frunciendo el ceño_, ¡pero, debes cuidarte y avisar en donde estas!
_Lo haré, no me sigas retando que no tengo dos años, soportar a mi madre es demasiado, _ Lizzy se sentía fatal, en qué lio se había metido,¿ narcotráfico?, ¿seguridad?, ella solo sabía de jarrones antiguos y roble ingles.
_Debe ser la única vez que coincido con tu madre, pero esta vez tiene razón.
_No sabes lo que dices William Darcy, me ha dicho que te deje por dos chauchas de dinero que me ofreces , que no tienes sentido.
William sonreía esa mujer era increíblemente atrevida.
_Vamos a cambiarnos, en menos de un cuarto de hora estarán todos aquí_ dijo besándola en la frente_ ¡Vienen los Bingley, incluidos Jane y Charles que acaban de bajar del avión! No estaban invitados pero dados los acontecimientos los llamamos pensando que podías estar con Jane y no pudimos evitar la reunión del padre de Charles y los Mac Gregor.
Elizabeth se sentía descompuesta, Caroline, Corine y Dorothie, lo único que la calmaba era que Jane estaría ahí.
Ella se instaló en el cuarto de al lado, mientras Will uso el suyo, debían bañarse y cambiarse rapidísimo.
Ella usaría un traje color manteca de Valentino que le había regalado su padre la temporada pasada, unos zapatos al tono, la pulsera y el colgante de platino que le había regalado Will hacía unas horas, estaría sensacional, muy elegante y simple como a ella le gustaba, con poco maquillaje, pero algo de color para mejorar su aspecto, vendría las arpías Bingley y se unirían a las arpías Mac Gregor, esa noche no contaba con Tris para neutralizarlas.
Terminó de cambiarse y se movió al cuarto de Will que terminaba de ponerse un traje azul marino infartante, era imposible que no generara algo en el resto de las personas, William era evidentemente un hombre apuesto, completamente enamorado de ella que era una bella mujer e interesante, pero había que reconocer que por momentos ese hombre parecía ser tan especial que no había quien le hiciera juego, Lizzy se sentía atraída completamente hacía esa imagen que tenía frente a sí.
Él la miraba con la misma fascinación sin advertir lo que le ocurría a ella, la veía esplendida, justo como le gustaban las mujeres, una mezcla de ingenuidad y dulzura, sin dejar de ser atractiva y delicada, una sonrisa perfecta y su cálida voz diciendo:
_Bajamos_ dijo Lizzy desentendida, aunque hubiera querido lanzarse sobre William y no dejarlo salir a ningún sitio y mucho menos a salón en donde estarían las arpías que lo miraban de manera atrevida.
_Claro que si, ¡estás muy linda hoy! desde que nos despertamos te ves radiante.
_ ¡Y tú, te ves bien! , más contento de lo habitual, me alegra verte así.
_Me alegra tu mudanza, me alegra tu compañía, quiero que pase rápido la cena, solo quiero estar contigo, tratemos de pasar un buen momento y no empieces con las miradas ni los comentarios ¡te lo ruego!
_Lo intentaré si me prometes que solo me mirarás a mí de manera atrevida, y tratarás de evitar las miradas de las otras atrevidas que vendrán a la cena
_Te lo prometo. Pero yo no miro de forma atrevida a nadie ¿de qué hablas?
_Tu es posible que no William, pero a tí te miran de manera atrevida, Dorothie, Caroline y la Sra. Corine.
_ ¡Tus ideas! luego hablaremos.
Ambos caminaron por el corredor para acercarse al salón, la noche los estaba esperando.