El sueño de William Darcy

By inthesoul

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William Darcy, un reconocido arquitecto inglés, viaja a Londres por negocios. Bastante confuso despierta... More

Capítulo I Un sueño revelador
Capítulo II La mañana de Lizzy Benett en Seldfridges
Capítulo III ¿Puede ser tan difícil encontrarse en Londres?
Capítulo IV ¿Cómo contestarle a Will Darcy?
Capítulo V Encuentro
Capítulo VI Las galerías Miró
Capítulo VII Regent Park
Capítulo IX Distancia de seguridad
Capítulo X Londres sin tí
Capítulo XI ¿Vivir en Londres?
Capítulo XII ¡ Compórtate!
Capitulo XIII Me enamoré de tí
Capítulo XIV ¿ Qué harías si te invitan a un palacio?
Capítulo XV Languideciendo por el engreído de Darcy
Capítulo XVI Olvidarte
Capítulo XVII San Miguel
Capítulo XVIII Sueños
Capítulo XIX ¿Casamiento ?
Capítulo XX Jane se casa y Caroline...
Capítulo XXI Víspera de navidad
Capítulo XXII Navidad
Capítulo XXIII Una mirada atrevida en navidad
Capítulo XXIV Fin de la navidad, no te quiero más
Capitulo XXV Una inocente fiesta de cumpleaños
Capítulo XXVI ¿Nos separamos o nos casamos?
Capítulo XXVII Elizabeth tenemos que hablar
Capítulo XXVIII Tristeza y alegría dos caras de una misma moneda
Capítulo XXIX El bebe más lindo del mundo
Capítulo XXX La noche antes de la boda
Capítulo XXXI La boda
Capítulo XXXII Tu mirada se robó mi alma
Capítulo XXXIII Mirarte es todo lo que necesito para ser feliz
Capítulo XXXIV Esperando para estar solos
Capítulo XXXV Romeo y Julieta
Capítulo XXXVI La magia no existe
Capítulo XXXVII No puedo dejarte
Capítulo XXXVIII Dibujar y amarte
Capítulo XXXIX La dulce espera cancela la fiesta
Capítulo XL Nuestros bebes
Capítulo XLI Captar el momento
Capítulo XLII El nacimiento
Capitulo XLIII Nuestra vida
Capítulo XLIV Cada uno de ellos y nosotros
Capítulo XLVI Aniversario
Capítulo XLVII Extañar
Capítulo XLVIII El bautismo
Fin ...
Felices pascuas
Información para las seguidoras del sueño

Capítulo VIII Distancia

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By inthesoul

Luego de pasar toda la tarde junto a Elizabeth y sintiéndose preso de sus sentimientos, William había decidido volver a su departamento. Una vez allí,  una idea recurría en su pensamiento como consecuencia sin dudas del comentario que Elizabeth había hecho sobre las muñecas japonesas, de las que él jamás había escuchado hablar hasta ese día: " Si ella fuera una muñeca de esas, él podría empacarla en su maleta y trasladarla sin problemas de un lado a otro,  según sus necesidades laborales o sentimentales". El solo pensamiento lo horrorizaba.

Con la misma intensidad aparecía  la idea  más saludable de llamar a Katherine Born su antigua analista, estaba más convencido que nunca, querer convertir a una mujer en una muñeca inflable para poder manipularla a su antojo era verdaderamente extremo e insoportable,  a sus ojos  y a los de cualquiera que pudiera conocer esas retorcidas fantasias.  Miró su reloj, eran casi las nueve de la noche, sufría sin dejar de preguntarse: ¿por qué él no podía ser como su amigo  Bingley?,  más natural, ¿por qué a él le había costado  tanto amar?

Reconocer sentimientos, ¿sentimientos? se atormentaba de solo imaginarse enamorado de una mujer, nunca había sentido afecto por nadie que no perteneciera a su familia, entre los que contaba a sus padres, a su hermana, a su amigo Charles, a David un amigo de la universidad, respeto por su tía Katherine, cariño por su primo FirtsWilliam y su prima Anne, apego a su nana y a su administrador, apoyo de Brandon su chofer y jefe de seguridad,  nada extremo, en estos tres últimos casos, sabía que si estos llegaban a fallarle, no dudaría en despedirlos ya que los consideraba allegados, pero no indispensables. Era muy rígido y obsesivo para los afectos.

El caso de Elizabeth era extraño, ella se había vuelto indispensable en menos de cuarenta y ocho horas, y eso lo desconsolaba y hacía que sus síntomas de pánico y angustia volvieran sin clemencia. Estaba bañado en un sudor frío, recordando a Elizabeth entre sus brazos, él sin saber como proceder ante algunos de sus comentarios, paralizado, detenido en un tiempo que podría ser eterno, pensando en qué hacer con todo lo que sentía. Él,  un hombre seguro, educado, noble, ¿con estas inseguridades paralizantes?, no se lo podía permitir, ¡ eso era censurable y debía detenerse! Pensaba en su padre, en lo terrible que hubiera sido que lo viera  tan afectado.

Recostado en su sillón, luego de unos minutos más repuesto, decidió buscar el teléfono de la especialista y marcarle, ella siempre lo había animado a hacerlo, explicándole que no era ninguna molestia recibir llamadas suyas. El teléfono sonó varias veces y la llamada fue a parar a la casilla de mensajes:

Darcy  aclaró su voz y dijo con seguridad: "Khaterine, ha llegado el día, soy William Darcy aquí de nuevo tal cual me lo habías dicho, necesitando volver a verte. Estoy en Londres hasta las diez de la mañana del domingo, viajo a Manchester pero vuelvo el miércoles, necesito un horario para que conversemos, estaré esperando que me llames".

Luego  se desplomó en el sillón, la energía que había necesitado para armar ese mensaje y sonar seguro de sí mismo,  era impensable, en realidad quería llorar e implorarle a Katherine con una frase del estilo: " ayúdame a sacar estas ideas obsesivas de mi cabeza urgente, enseñame a querer", se sofocaba de solo pensar, abrazó con sus manos su propio cuerpo se acurrucó en el sillón y se durmió placidamente hasta las 7 de la mañana, estaba verdaderamente agotado de pensar y de contenerse con todo.
Algo interrumpió su sueño y  mientras se desperezaba escuchó sonar su celular que había caído en el suelo, lo levantó lentamente y observó los mensajes. Katherine le ofrecía verlo a las ocho de la mañana antes de partir. No sabía bien qué hacer, pensaba en reprogramar su viaje, pensaba en la necesidad permanente de tener a Elizabeth cerca. Decidió llamar a la terapeuta. El teléfono sonó varias veces, cortó y volvió a insistir hasta que  Katherine al fin le contestaba.

_ William,  ¿cómo has estado? He intentado contactarte ayer hasta las once._ aclaró la doctora.

_ Es una buena pregunta, hasta hace muy poco he estado muy bien, pero han sucedido cosas, que me están preocupando ahora.

_ ¿Vendrás hoy?_dijo la analista resuelta.

_ Mi vuelo sale a las diez, ya estoy retrasado, tengo dudas sobre dejarlo ir y manejar por la tarde a Manchester.

_ Puedes llamar a la línea aérea William, estoy segura que encontrarás un vuelo por la tarde, inténtalo y si lo logras me avisas, ¡estaré esperando!

_ Es cierto, no lo había pensado_ dijo Will sintiéndose un poco tonto.

_ Suele suceder cuando otras cosas andan en la cabeza. Comunícate y llámame cuando hayas resuelto. ¡Me gustaría verte hoy!

_ Te llamo en unos minutos.

_ Hasta luego.

La analista sonaba calma, con la tranquilidad de una persona experimentada, eso era para Darcy de fundamental importancia ese día. Esperaba poder reorganizar el vuelo y visitarla al menos para comenzar a pensar sobre lo que le estaba sucediendo. ¿Comenzar a pensar?,  no se reconocía, esas eran palabras de su  analista, le estaba lavando el cerebro, pero la necesitaba al menos por un tiempo, él lo sabía. Luego de comunicarse con una operadora y reprogramar su vuelo para las 18 volvió a llamar a Katherine.

_ Lo he conseguido,_  dijo y sonaba feliz_ mi vuelo sale a las 18, estaré por tu consultorio en unos minutos.

_ Te estaré esperando con una rica taza de té._ contestó con amabilidad la doctora.

Darcy entró a la ducha como un huracán,  en cinco minutos estaba bañado demoró otros cinco para vestirse. Se perfumó, agarró los anteojos, la billetera y tomó el ascensor para salir del edificio. Katherine vivía a seis calles de su departamento y lo tentaba caminar esa mañana. Distraído caminaba por Park street cuando un auto se detuvo a su lado, era  Bingley en persona junto a alguien, que en principió él no reconoció.

_ ¿Qué es lo que hacés por esta calle y a esta hora? _ dijo con el desenfado característico Charles. Will se acercó al auto y bajó su cabeza para observar quién lo acompañaba, era Jane,  estaba sentada en el asiento del acompañante y atrás Caroline, su hermana, su ceño se frunció un poco.

_ ¿Cómo están?,  voy a dos cuadras a ver a Katherine Born, sin comentarios _ sonrió Darcy_ Me iré a Manchester por la tarde.

Jane estaba atónita, cuando Lizzy supiera entraría en pánico, era verdaderamente atractivo ese hombre, una cara perfecta, una mirada dulce y de una claridad cautivante, bellísima figura, su pelo un tanto mojado, despeinado, la ropa adecuada para un domingo sin formalidades, un aroma tan especial, todo un partido. Caroline había detectado la observación intensa de Jane, entonces ésta corrió la mirada un tanto avergonzada,   tomó su celular para enviarle un mensaje a Lizzy haciéndose la desentendida, mientras Charles arreglaba con su amigo para encontrarse más tarde.

"¡Vas a morirte!,le escribió a su amiga. Darcy se queda hasta la tarde, almorzaremos con él. Está especialmente guapo esta mañana, necesitarás algo que te ayude a respirar ¿ Te das cuenta de tu suerte? Preparate pasamos en diez minutos".

Charles continuaba su charla con William:

_ Íbamos a buscar a Elizabeth para ir a ver un partido de cricket cerca de su casa y luego almorzaremos. No te incluimos en el plan ya que te hacíamos fuera de la ciudad.

_ Cuando termine esta reunión, puedo llamarte y es posible que los encuentre para almorzar._ Darcy no estaba seguro de poder compartir momentos junto a Elizabeth y a Caroline,  pero no resolvería nada en ese momento. No era capaz de hacer planes de nada en ese momento.

_ Estaré esperando que me llames. Sabés que cuando estás en Londres me gusta pasar el tiempo contigo._  Bingley sonrió y continuó_ , ayer no hubo manera de comunicarse contigo y eso es extraño, aunque sabemos con quien decidiste pasar tu tiempo.

Darcy hizo la mueca de desagrado característica, se había dado cuenta que Elizabeth había contado sobre su encuentro,  él le había pedido específicamente que no hable sobre sus encuentros y su mal humor se incrementaba.

_ Tengo que seguir,  voy con poco tiempo, te llamaré _ dijo apresurado y retomo la marcha, mientras miraba los mensajes, había uno de Lizzy y lo abrió:

<<Hola, Will, he quedado en encontrarme con Jane para ir a ver cricket, me ha preguntado por vos, ya que tu amigo está nervioso por tu desaparición durante todo el día de ayer. Quiero que sepas que los dejé tranquilos comentándoles que hasta pasadas las ocho estabas sano y salvo, conmigo. Espero eso no sea parte de no hablar de "lo nuestro". Me gustaría hablar sobre este tema en algún momento, no muy lejano>>

<<Espero que tengas un lindo domingo en tu palacio y que no te enojes mucho, te ves mucho mejor relajado, cuando no fruncís el ceño, eso seguro que ya lo sabías, pero igual te lo quiero decir>>

Darcy se sentía reconfortado con la explicación, era justo lo que quería, que ella le pidiera autorización para manejarse. De repente un pensamiento atravesó su cabeza, ¡Elizabeth no le pediría autorización para nada! , solo estaba intentando no alterarlo, él sabía que ella quería hablar sobre eso y que esta sería la única vez en que diera explicaciones sobre ese tema. Frunció el ceño en el acto, mientras leía la frase siguiente, ¿Cómo se le ocurre decirme que algo me queda mal? Siguió caminando hasta llegar al portal del edificio de Katherine, presionó el portero y ella en el instante hizo que abrieran las puertas para que acceda a su consultorio.

Un sudor frío recorría su cuerpo,  las manos le transpiraban, otra vez el pánico, sentía que iba a desvanecerse. Cuando Katherine finalmente lo hizo pasar  estaba muy alterado, ella lo saludó amablemente y lo estrechó en un abrazo al que él no pudo responder.

Directamente se recostó en el diván. Katherine lo observó.

_ ¿Cómo sabías que iba a volver?, ¿cómo sabés el futuro? Me siento peor, ¿cómo sabías sobre los sueños que despiertan?

Katherine estaba sorprendida, Will se interrogaba a cerca de una charla que habían tenido hacía algún tiempo, para esa época él parecía muy distante y reticente a sus palabras, ahora todo lo conversado parecía serle familiar y atinado.

_ William yo no sé del futuro, para que nos ubiquemos un poco en el contexto de aquella charla, puedo haber descubierto algo en tu discurso que me hizo saber un tanto sobre lo que sucedería, como una hipótesis. Conocer sobre psicoterapia, sobre la psiquis humana, acercarme a tu caso por la lectura de Freud y otros autores no es saber sobre el futuro. No creas que lo que a vos te sucede es algo propio, le ha sucedido a otras personas,  es por eso que conozco y puedo aventurarme con algunas hipótesis. De cualquier modo cada paciente es diferente, es evidente que en tu caso, ha sucedido lo que pensaba yo hace algún tiempo.

William sonreía, siempre se sentía el único, el primero, eso era así hasta en los síntomas de pánico.

_ Hace exactamente 17 meses que no vengo. _Sonrió y continuó hablando_ Son 17 como mi fecha de cumpleaños.

_ Ahora te ríes , es un avance aunque no lo creas.

_ Katherine hace tres días necesito verte, han pasado tantas cosas. He estado muy bien estos meses, no me he casado... _ Darcy no creía posible haber dicho eso, ¿ Qué tenía que ver que él no se hubiese casado?, continuó con aceleración _ , el problema surgió en estos días, luego de un sueño rarísimo, he conocido a una persona, la chica del sueño, eso ha sucedido hace solo dos días y me he dado cuenta que ha llegado el momento de volver aquí, no puedo perderla, tampoco sé cómo tratarla, los síntomas han vuelto, y me desesperan, ella me calma, ¿ ella? , una completa desconocida. ¡Estoy desesperado!_  dijo Will sin pausas y con una aceleración que podía apabullar a cualquiera. 

_ Al parecer te han pasado cosas, claro, con la vida que llevas, no me sorprende para nada. Me parece en principio que intentes respirar, creo que mejoraremos la conversación si estas calmado, nada de lo que me has comentado es negativo, nada de lo que pude escuchar debe resolverse urgente. Debes utilizar las técnicas de respiración William, ¿lo has hecho?

_ Katherine me amarga estar en esta posición, no lo tolero, no controlo mi vida y mis sentimientos _ Will lagrimeaba.

_ No tienes opción o cedes un poco o esto empeorará, no hay otra salida. Entregate un poco,  ahora debes respirar.

Will respiraba una y otra vez, y su cuerpo se adormecía, una idea terrible atravesó su cabeza, pagaría 500 libras a esa insignificante mujer por esa sesión de terapia, para que ella le enseñe a respirar, ¡algo tan básico como eso!, era impensable seguir con la sesión, el debía poder respirar por sus propios medios.  Se levantó del diván. Katherine sin hacer ningún movimiento ni gesto lo observó. Volvió a recostarse. No podía siquiera moverse de ahí hasta no entender lo que le sucedía.

_ ¿Quieres contarme ahora Will,  cómo has estado?_ volvió  a preguntar la analista con la misma calma.

_ He estado bien, naturalmente, viendo a poca gente, trabajando mucho, he participado de dos grandes ferias de prestigio internacional y me gané un premio por uno de los edificios, eso fue el mes pasado.

_ ¡Qué interesantes logros profesionales, veo que llevas bien el negocio familiar, y por lo que sé ahora remodelarán los subsuelos de los barrios más caros de Londres, eso está como siempre Will ¿No es cierto?

_ ¡Si como siempre nos va muy bien! _William se jactaba orgulloso de sus logros profesionales y no había nada de angustia en sus palabras.

La terapeuta acompañaba sus comentarios altivos con pequeños movimientos de cabeza y un claro mjm, mjm que a él lo irritaba. Volvía a sentir deseos de guardarse sus quinientas libras y salir corriendo, pero a dónde iría él,  si era capaz de construir un rasca cielos, pero  no sabía cómo tratar a una chica que le gustaba.

_ Tenemos grandes proyectos, uno es de una galería de arte, y ahí está el problema_dijo reconduciendo su discurso.

_ Claro algunos trabajos presentan problemas, ¿Qué ha sucedido con la galería William?

_ Con la galería nada, el problema es la chica de los ojos del sueño_ Will volvía a enredarlo todo.

_ Bueno me gustaría saber de qué vamos a hablar ¿de la chica, de los ojos, del sueño o del trabajo? _ sentenció Katherine.

_ Es que me enamoré de la chica de los ojos del sueño, que casualmente conoce a los de las galerías que quiero remodelar,  y lo que es peor,  el estúpido e insignificante secretario de las galerías es el ex novio y la ronda.

_ Toda una declaración William, y el problema ¿es la chica, los ojos, el sueño o el secretario?

_ El problema Katherine es que yo no sé tratar a una chica, no sé amar, no sé estar junto a alguien  y no creo que pueda aprender. Por otro lado solo pensar en perderla me pone de una manera terrible, me asfixio,  me vuelve el síntoma de la peor forma. Estoy tan desesperado, que no me reconozco.

_ Vamos por partes William, responde a mis preguntas  para que me ubique en el tema ¿la chica sabe que estás interesado en ella?

_ Si, lo sabe.

_ ¿Ella está interesada ?

_ Si

_ ¿Cómo lo sabes?

_ Me ha dejado besarla y acariciarla ayer durante la tarde en su casa, y hemos cenado juntos y paseado por el Regent Park.

_ ¿Ahora paseas como los normales, de los que me has hablado antes?

_ Ella me ha hecho hacer cosas en cuarenta y ocho horas que nadie había logrado en mis treinta y seis años, me ha hecho pasear como los normales.

_ Es muy bueno como suena, porque tu eres un humano normal,  ¿ entonces que es lo que te sucede?

_ Me da mucho miedo perderla, no sé cómo tratarla, ella no es normal, como las otras mujeres que conozco, ella es diferente, y no será nada fácil cambiarla.

_ William: ¡deberías escucharte!, ¿no dices que estas enamorado de ella?

_ Claro_ dijo éñ concienzudamente.

_ ¿Para qué quieres cambiarla entonces?,  si la cambias no te interesará,  como las mil mujeres que han desfilado por tu palacio.

_ Es cierto, no lo había pensado,   pero me desespera, no sé qué debo hacer.

_ Piensa un poco, dime qué se te ocurre_ la voz de Katherine, sonaba tranquila pero atrevida al mismo tiempo.

En la cabeza le aparecía una sola palabra que para él era   enfermante, "cambiar , cambiar, cambiar",  pero Will se resistía a pronunciarla.

_ ¿William en qué piensas?

_ En nada, no se me ocurre nada, no sé cómo hacer, me desespera, me falta el aire_ insistía y no quería pronunciar la palabra.

_ Bueno lo dejaremos por aquí, sabemos el problema, ella se interesa por ti por lo que parece, y tú te interesas por ella, seguro habrá manera de llegar a un buen término, la encontraremos eso te lo aseguro.

_ ¿Puedo quedarme unos minutos Katherine, solo un poco más?_ insistió Will.

_ Si quieres decir algo más. 

_ No sé cómo tratarla, ella se ha quejado de que frunzo el ceño, yo no lo he notado, ella me ha dicho que me queda mejor el ceño sin fruncir, me dijo demente ayer, yo he quedado paralizado, deseándola cada vez más, jamás he permitido que alguien me diga algo así.

_ ¡Qué segura de sí misma al parecer esta mujer!, no podría ser de otra forma, ¿Quién podría enamorarte a ti, con el ceño fruncido todo el tiempo y con esos modos demenciales?

_ ¿Frunzo el ceño? No lo había notado.

_ Mírate al espejo de vez en cuando William, pero no para adularte.

_ ¿Cómo sabes que hago eso?

_La vanidad se nota William y no es una caracteristica muy agradable que digamos.

_¿Soy vanidoso?, tantas veces me han halagado , que he terminado por creermelo.

_ Deberías saber que ser guapo no es todo,  hay que sumar un poco con la personalidad.

_ Es mi intención Katherine, no estaría aquí si no lo supiera_ dijo Darcy ofuscado.

_ Lo sé William, pero debes esforzarte más, mirate al espejo  para ver si ves algún defecto y  deja de alarmarte ¡Cambiarás, aún estás a tiempo! 

_ ¿Cambiar? no sé qué cambiar,  lo que me preocupa ahora mismo es cómo tratarla. No sé cómo hacerlo.

_ ¿Cómo la has tratado hasta ahora?

_Adaptándome para quedarme a su lado, pero eso no lo toleraré por mucho, eso me ha traído hasta aquí hoy, me ha llevado a esta desesperación terrible,   a volver a tener pánico. He pasado contenido de mi mismo todos estos días.

_ Adaptarse, es una buena forma de empezar a cambiar,  ¿alguna vez te adaptaste a algo Will, no sólo ahora, piensa en tu vida?

_ No, no que yo recuerde, bueno un poco sí, a la muerte de mis padres ya que eso era inevitable, en todo lo demás, siempre se adaptan a mí y  eso me aburre_ dijo  Will dudando.

_ Es clarísimo, nunca te has enamorado porque nadie te ha propuesto un desafió, esta chica parece que te lo propone, para estar con ella deberás adaptarte a ella, ceder Will, ¿tú sabes ceder ?deberás ceder, para estar a su lado.

_ ¿Le tengo que dar algo? Le di un perfume_ Will hablaba satisfecho.

_ Si lo quieres ver de ese modo, ceder en función de dar de ti aunque eso signifique cambiar, tener paciencia, no hablaba de entregar un regalo, ceder es más que entregar un objeto o un regalo...deberás... Will la interrumpió diciendo:

_ No fue un regalo se lo di porque me lo habían dado... _ relató William jactándose y convencido toda la historia del perfume.

Katherine escuchó el relato de y abrió los ojos sorprendida, él se jactaba de haber conseguido el perfume y habérselo entregado sin el menor decoro, la especialista realmente se preguntaba quién era Elizabeth, que luego de semejante desplante había dejado que ese hombre la besara y acariciara durante horas. Will continuó diciendo:

_ Me dijiste ¿Qué debía qué?

_ Intentaba decir que deberías cambiar algunas cosas de tu forma de ser, ceder un poco, cambiar tu estructura estricta, para darle espacio a esta chica de entrar en tu vida. ¡Si estás rígido siguiendo esas normas arquetípicas será imposible para ella! Sería bueno también que compres los regalos que le obsequias, no tienes ninguna necesidad de mendigar objetos o perfumes en tu posición. Imagínate que tu mujer no necesitará usar los perfumes de muestra regalados por la representante legal de una marca. ¡Qué avaricia, William, es impresionante,  reflexiona!

Katherine estaba estupefacta.

_ Yo quiero que entre en mi vida, pero que ella se amolde a mí y obedezca mis formas.

_ Claro, sería  muy fácil William y ten por seguro que  en el mismo instante dejaría de gustarte, perderás la atracción y se te terminará el interés, como si no hubiera existido. Evidentemente es alguien que no te obedece, por eso te atrapó de este modo. En cuarenta ocho horas estás acá preguntandote cosas. Ahora vamos a dejar por aquí,  no más charla, te veré la semana entrante. Y no trates de abandonar este tratamiento, lo necesitas, ahora más que antes. Entrégate al amor, será la única posibilidad de evitar esos síntomas tan agobiantes.

_ ¿Katherine puedo escribirte si me vuelven los síntomas?_ Darcy sonaba aterrado.

_ Como es habitual, te responderé en cuanto pueda, pero debes respirar William,  e intentar abandonar esas intensas ganas de controlarlo todo, no puedes controlar todo, debes aceptarlo.

_ ¡No es fácil,  lo sabes!, intentaré _ dijo  Darcy y se iba sin pagar.

_ Son quinientas libras William, es posible que realice un pequeño ajuste de honorarios la semana entrante, prepárate para hablar de eso.

_ Ten, disculpa no noté que me iba sin pagar_ Darcy sonaba contrariado.

_ Nos vemos el miércoles a las 14 horas, ajústate a ese horario.

_ Lo intentaré.

_ ¡Hazlo! , deja de intentar ¿Quién puede detenerte?

Katherine cerró la puerta despidiendo afectivamente a Will con un apretón de manos, él no dejaba de pensar en los honorarios, y en el horario impuesto por ella para la siguiente sesión. ¡Qué injusta es, pensaba, él debía amoldarse a sus cosas por la necesidad y el sufrimiento, pagar por eso y amoldarse a todo! , ¡qué injusticia!, él sufría y pagaba.

Eran casi las nueve de la mañana cuando salió del consultorio, no quería ir a ver cricket, aunque si quería ver a Elizabeth,  no soportaba la distancia con ella, quería estar unas horas antes de marcharse, ¿unas horas? qué exagerado, pensaba, pero no le interesaba en lo absoluto estar cerca de Caroline, no entendía el motivo por el cual Charles la había invitado. Decidió enviarle un mensaje a Elizabeth mientras caminaba hacia su casa.

"Estoy en Londres hasta la cuatro de la tarde, hubo cambios, si querés puedo pasarte a buscar para almorzar en algún sitio, me gustaría pasear por el Canden Town hace años no voy por ahí,  podemos hacer lo que quieras"

Envió el mensaje y guardó su celular, Londres estaba desierto, era un domingo algo caluroso y húmedo típico del mes de julio, el plan de ir de paseo no era tan bueno, y sentía deseos de estar en su casa en Manchester, disfrutando de la piscina climatizada, hacía tres días que no hacía deportes, eso lo estaba atormentando. Llegó a su departamento y decidió vestirse de manera adecuada para ir al gimnasio que tenía el edificio en la planta alta. Eso lo beneficiaría, lo haría dejar de pensar y recomponerse de la extenuante sesión con Katherine. Le resonaban algunas palabras: "Qué avaricia William, debes ceder", él no se sentía avaro en lo absoluto, ¿querría que ceda algún bien propio?, no entendía de qué hablaba Katherine, anotaría esas preguntas para la próxima sesión.

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