El sueño de William Darcy

By inthesoul

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William Darcy, un reconocido arquitecto inglés, viaja a Londres por negocios. Bastante confuso despierta... More

Capítulo I Un sueño revelador
Capítulo II La mañana de Lizzy Benett en Seldfridges
Capítulo III ¿Puede ser tan difícil encontrarse en Londres?
Capítulo IV ¿Cómo contestarle a Will Darcy?
Capítulo VI Las galerías Miró
Capítulo VII Regent Park
Capítulo VIII Distancia
Capítulo IX Distancia de seguridad
Capítulo X Londres sin tí
Capítulo XI ¿Vivir en Londres?
Capítulo XII ¡ Compórtate!
Capitulo XIII Me enamoré de tí
Capítulo XIV ¿ Qué harías si te invitan a un palacio?
Capítulo XV Languideciendo por el engreído de Darcy
Capítulo XVI Olvidarte
Capítulo XVII San Miguel
Capítulo XVIII Sueños
Capítulo XIX ¿Casamiento ?
Capítulo XX Jane se casa y Caroline...
Capítulo XXI Víspera de navidad
Capítulo XXII Navidad
Capítulo XXIII Una mirada atrevida en navidad
Capítulo XXIV Fin de la navidad, no te quiero más
Capitulo XXV Una inocente fiesta de cumpleaños
Capítulo XXVI ¿Nos separamos o nos casamos?
Capítulo XXVII Elizabeth tenemos que hablar
Capítulo XXVIII Tristeza y alegría dos caras de una misma moneda
Capítulo XXIX El bebe más lindo del mundo
Capítulo XXX La noche antes de la boda
Capítulo XXXI La boda
Capítulo XXXII Tu mirada se robó mi alma
Capítulo XXXIII Mirarte es todo lo que necesito para ser feliz
Capítulo XXXIV Esperando para estar solos
Capítulo XXXV Romeo y Julieta
Capítulo XXXVI La magia no existe
Capítulo XXXVII No puedo dejarte
Capítulo XXXVIII Dibujar y amarte
Capítulo XXXIX La dulce espera cancela la fiesta
Capítulo XL Nuestros bebes
Capítulo XLI Captar el momento
Capítulo XLII El nacimiento
Capitulo XLIII Nuestra vida
Capítulo XLIV Cada uno de ellos y nosotros
Capítulo XLVI Aniversario
Capítulo XLVII Extañar
Capítulo XLVIII El bautismo
Fin ...
Felices pascuas
Información para las seguidoras del sueño

Capítulo V Encuentro

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By inthesoul

Avanzaban en direcciones opuestas seguros, intentando demostrar poco interés, pero mirándose de manera intermitentemente, hasta estar a menos de un metro de distancia.

_ ¡Acabo de leer tus mensajes y justo te encuentro! _ dijo Lizzy de manera locuaz intentando tratar con naturalidad a William, aunque por dentro sentía que iba a desvanecerse _ ¡Vine con una amiga! _agregó rápidamente.

A él se lo notaba tenso, pero escuchar el tono de la voz de Elizabeth lo encantaba y esas palabras habían sido suficientes para calmarlo.

_ Espero que no hayas intentado evitarme, si fue así no lo has logrado, encontrarse dos veces en un mismo día en esta inmensa ciudad, diría yo que no es una casualidad.

_ ¡Yo creo en las casualidades!_dijo Elizabeth sonriendo, eso le permitía relajarse, era la única manera de sobrellevar esa charla y continuar frente a semejante hombre mostrándose indiferente

_ No sé a qué podríamos atribuirle este encuentro más que al azar, por lo tanto debería creer que hay algo de azar funcionando hoy entre nosotros dos, casualidad, destino o no sé qué_ dijo Darcy intentando sonar seguro.

_ Es posible que tus deseos de encontrarme hoy por ... _ Lizzy hizo silencio unos segundos y fijó un momento sus ojos en los increíbles ojos celestes de William, esforzandose por recordar las palabras que él había usado en sus mensajes, volvió a correr la mirada y continuó diciendo_ "algo que decir", nos hicieran coincidir aquí.

_ Es posible que tenga algo que decir _ sonrió Darcy haciéndose el desentendido provocando que Lizzy se enamorara completamente de la seguridad que parecía tener_ Yo iba entrando y vos saliendo _ señaló el baño_ ¿te gustaría acercarte con tu amiga a mi mesa? , estoy  arriba , un lugar apartado, menos concurrido, estoy con un amigo.

_ Lo hablo con ella, te espero en mi mesa.

_ ¡No me tardo! _ dijo Will y desapareció detrás de la puerta del toallette de hombres.

Lizzy necesitaba aire, su corazón se  había acelerado, caminó distraída en sus pensamientos,  bastante abrumada con el encuentro. Jane hablaba con su primo Glen que acababa de entrar al bar, la invitaba a moverse de mesa para unirse a su grupo de amigos.

Jane estaba ruborizada, Lizzy saludó intentando explicarle entre dientes lo que había sucedido en el baño, mientras subían por la escalera. Will apareció y los observó un tanto sorprendido, él odiaba no ser quien organizaba las cosas, nunca se había llevado del todo bien con Glen y los amigos de la universidad, a diferencia de Charles, que amaba relacionarse y sumar amigos a su vida.

Mientras Charles disfrutaba su segundo Martini vio aparece a las cuatro personas en cuestión por la escalera. La sonrisa al ver a Jane se dibujó en su rostro automáticamente, a él no le interesaba en lo absoluto disimular. Él era así, ella le interesaba y no había nada en el mundo que lo detenga en su simpatía y muestra de interés.

Ella por el contrario más pegada a la negación y con un conducta defensiva se hacía la desentendida, aunque por momentos lo miraba.

Lizzy tenía cara de no entender nada y observaba a todos con desconfianza, Glen abusaba de su simpatía con todos, ya que era el único que verdaderamente poseía una relación intima con la mayoría, a excepción de Darcy, que jamás había querido entablarla aunque lo conocía desde hacía más de una década. Intentaba no fomentar su vínculo, se mantenía observando, ensimismado en si mismo y había cambiado el gesto de su rosto, al ver a Elizabeth interesada en una conversación con él.

La noche para Will  estaba arruinada , permanecieron durante casi dos horas intercambiando algunas conversaciones, nada serio, Jane, Charles y Glen se mostraban entusiastas pero, los gestos negativos de Darcy y el silencio de Elizabeth por momentos interrumpían la fluidez de la charla.

Hubo algún intercambio de miradas entre Darcy y Elizabeth, casi no hubo palabras entre ellos ya que Glen captaba la conversación y atención del grupo en general, hasta que una de las meseras se acercó a informarles que el lugar estaba por cerrar y a entregar la cuenta, Darcy se apuro a pagar los gastos impidiendo que nadie participe de tal acto.

Elizabeth sintió orgullo por esa conducta, reprimió su sonrisa, pero en sus ojos pudo verse un brillo especial. Si había algo que no toleraba de un hombre era que fuera avaro. Estaba impactada, le parecía apuesto, extremadamente intrigante, y por momentos sentía ganas de abrazarlo, la conducta durante la noche no había sido la mejor, pero que pagara sin titubear le había parecido un acto sobrenatural. Quería tomarlo de un brazo y llevárselo del lugar como un souvenir en ese instante. Intentaba sacarse de la cabeza esos pensamientos pero no lo lograba. Él la miraba de a ratos, con interés, viéndola inquieta, sin saber por supuesto absolutamente nada de lo que ocurría en su cabeza. Ella se sonrojaba y corría la mirada, tenía miedo de ser descubierta.

Caminaron lentamente a la puerta del lugar para despedirse. Glen tenía su auto a unos metros y se apresuró a saludar ya que había quedado en encontrarse con otro grupo de gente más tarde.

Charles, distraído de lo que hacía buscó la llave de su auto en uno de sus bolsillos y se ofreció a llevar a Jane y a Elizabeth.

_ ¿Las puedo llevar?_ dijo suavemente, demostrando su  interés con algo de timidez, metiendo ambas manos en sus bolsillos, sin saber lo atractivo que se veía.

_ ¡Vinimos en el auto de Jane!_ contestó Lizzy rápidamente.

Darcy intentó disimular su enfado ante los hechos, y miró a Elizabeth a los ojos, quería decir algo , pero no alcanzó a pronunciar las palabras cuando Bingley dijo:

_ ¿Vienen a tomar algo a mi casa?, no está lejos, es temprano y mañana hasta el mediodía no tengo compromisos.

Jane y Elizabeth se miraron dudando.

_ ¡Pueden venir a la mía! _dijo Darcy observando a Elizabeth con el afán de presionarla, sentía rencor por no haber recibido una palabra de contestación a ninguno de sus mensajes, lo había estado pensando durante las dos horas dentro del bar, ni un mensaje de ella hacía él en toda la noche, se sentía muy  despreciado.

_ ¡Vamos a lo de Darcy! _continuó Charles entusiasmado.

_ ¿Te parece?_ dijo Jane mirando a Elizabeth y haciéndose la desentendida.

_ ¡Podemos ir !_ dijo Elizabeth con frialdad, aunque sentía que su cuerpo hervía.

Darcy dejó de fruncir el seño, se arregló el pelo y relajó  la expresión en su mirada,  había cambiado notablemente con la aceptación de su invitación. Era evidente cómo mejoraba su humor cuando las cosas eran coincidentes con sus deseos.

_ ¡Vamos entonces!_ dijo Jane decidida.

_ Darcy te dejo mi auto, voy con Jane así le indico y vos con Elizabeth, ¿te parece? _ dijo Bingley sonriente, sin hacer caso a  los cambios de humor y gestualidad de su amigo a los que estaba acostumbrado de sobra _ continuó hablando desenfadado_ ¡Nos vemos allí!

Darcy tomó las llaves sin hacer ningún planteo, y se dirigió al estacionamiento, Elizabeth caminaba a su lado, acurrucando sus brazos, corría una leve brisa y ella no tenía abrigo. Él la miró notando la situación, se sacó la campera y la apoyó sobre sus hombros haciéndo que ella sienta confort en su cuerpo cuando la tela tibia por el cuerpo de Darcy le rosó la piel. Ninguno dijo  una sola palabra. El perfume de la ropa de Darcy era enloquecedor y  Elizabeth necesitaba dejar de percibirlo para poder pensar, pero eso era imposible. Subieron al auto, Darcy acomodó el asiento del conductor a su medida, los espejos, algo del volante y se dispuso a manejar relajado.

Mientras ordenaba las cosas para conducir pensaba en ella, en que la tenía tan cerca, le parecía imposible de explicar lo que le había sucedido con ella en las últimas 15 horas. Desde el sueño hasta el encuentro en las galerías, desde los mensajes hasta lo que le sucedía en el pecho con solo mirarla. No sentía los deseos de siempre con otras mujeres que le habían interesado,  con ella quería quedarse para siempre aunque sea haciendo nada y esa sensación lo  desesperaba.  Decidió entonces  hablar:

_ No puedo distraerme un segundo, Charles ama este auto, es su preferido, es la primera vez que me lo deja conducir _ dijo con seriedad e intentando sacar todas las ideas locas que se le venían a la cabeza, como por ejemplo en ese instante, "abrazar a Elizabeth", ¡abrazarla! ¿ Me estaré volviendo loco?, se preguntaba,  mientras el corazón le latía haciéndolo sentir que estaba a punto de morir.

_ Los autos no son mi fuerte _ dijo ella notando algo raro en la actitud de William_ para mi varían en color, en tamaño, aunque sé por mi padre que eso no es así y que cada uno guarda un mito que lo caracteriza.

_ Es así , algunos son míticos, este es importante para Charles porque uno de sus abuelos, que fue quien le enseñó a conducir ganó una carrera en Italia en uno de estos modelos de aquella época. La carrera se dejó de realizar por el peligro, pero eso era muy importante para el abuelo de Charles. Le regaló este auto antes de morir.

_ Un detalle que te lo preste .

_ Somos como hermanos, creo que es por eso_ dijo Darcy enorgullecido.

Elizabeth no podía parar de pensar, ella y él, Jane  y Charles, no quería ilusionarse, pero no podía dejar de hacerlo y eso se reflejaba en su mirada, porque se la notaba feliz, con la típica expresión que regleja la ilusión en una mujer.

Darcy la miraba como podía, tratando de conducir concentrado en una Londres desértico, siendo casi las doce de la noche. Quería abrazarla de nuevo. Se sentía muy loco por tener ese deseo constante. ¿Abrazarla?, hubiera preferido querer besarla, pero el deseo era de abarzarla y le salía desde lo más profundo de su alma.

El viaje fue de menos de quince minutos, Darcy entró suavemente a un garage pegado al lugar en donde Elizabeth había esperado a Jane por la tarde.

_ ¡Espere a Jane en este portal durante un rato por la tarde!_ dijo sorprendida.

_ Es la parte de atrás del edificio en donde está mi departamento ¿Me estuviste siguiendo durante todo el día de hoy Elizabeth Bennet?_ dijo Darcy sonriéndo.

_ Todo el día, así parece al menos por la tarde, pero por la mañana era yo la que estaba en las galerías cuando te apareciste apurado_ Lizzy no tardó en responder en tono gracioso.

_ Circunstancias de la vida, perdí mi maleta en el avión y no tenía ropa para presentarme a mis compromisos del día_ dijo él entretenido.

_ Me alegra que la casa de ropa para la que  trabajo hace años sea la que elejís usar_ se jactó ella orgullosa.

_ Hablé con sus dueños hoy, vamos a diseñar y reorganizar algunas cosas, no puede volver a suceder lo de hoy, no pensamos en la posibilidad de que el local no tenga luz, habitualmente hay un generador de energía pero como es tan poco usual que eso ocurra no lo tenían en funcionamiento,  hay que colocar una puerta de emergencia sin el sistema de electricidad.

_ ¿Fue tu culpa?, tenías todo planeado_ dijo Elizabeth sonriendo.

_ No todo _ sonrió él_ , pero en parte fue mi culpa , por eso decidí dejar Londres hace algunos años, cuando mi padre vivía podíamos con todo el negocio, luego se hizo difícil, no  llegaba a controlar las obras, por eso decidí irme a Manchester.

_ ¡Me imagino!_ dijo Lizzy aunque  no entendía bien de qué hablaba.

_ ¡No creo que te  imagines!_ contestó Darcy con un tono un tanto engreído_ ¡Más de cien obras en todo Inglaterra! Imposibles de controlar para una sola persona. Algunas se terminaban y yo solo había firmado los planos, recibido fotos del inicio, algunos avances y el final.

_ ¡Cien obras!

_ ¡Más de cien! No quiero recordar, mi padre murió en medio de esa vorágine_ Darcy se entristeció, no entendía porque todo el día había estado recordando a su padre.

_ ¿ Y ahora,  todo es más tranquilo?_ preguntó Elizabeth.

_ Extrañar a mi padre ha sido duro. El trabajo es más tranquilo y por lo general se concentra en Manchester, ya casi no trabajo en Londres.

Lizzy se sintió apenada, Darcy vivía en Manchester. Cómo podría conocerlo si ni siquiera vivían en la misma ciudad. Ella sabía lo que era extrañar a personas cercanas que vivían fuera de la ciudad, no le gustaba pensar en eso, recordaba sus años extrañando Londres, y ahora en algunos momentos extrañando París, odiaba la distancia para la relaciones humanas.

Caminaban hacía el ascensor que se abrió cuando se acercaron a unos metros de la puerta. Un edificio inteligente con todos los lujos que se pudieran conocer. Remodelado a nuevo, dejando los detalles más sofisticados de la época de su construcción intactos, ella observaba compenetrada y Darcy hacía lo mismo, pero con ella.

_ Este edificio lo remodeló mi padre, yo no estaba recibido aún, fue hace mucho tiempo.

_ Siento que cada sitio que pise en Londres de ahora en adelante lo habrás creado o mejorado con  tu familia _ dijo Lizzy y  sonrió, pero le preocupó el pensamiento.

_ Todos no, pero los más importantes y conocidos sí_ contestó él orgulloso.

Ella lo detestaba , era terriblemente guapo e igualmente vanidoso. No se le ocurría la forma de sentirse cómoda junto a él en algún momento. Por otro lado no quería separarse de él nunca en su vida. Necesitaba respirar y así lo hizo, suspiró  y eso la dejó un tanto en evidencia.

_ ¿Te quito la respiración? _ dijo él sonriendo.

_ ¡No exageres!, pero no deja de ser impactante, que todo lo que admiro en relación al arte, a la decoración, a la arquitectura, esté alrededor de lo que hacés, o lo que han hechos tus familiares _ dijo ella sonriendo y haciéndose la desentendida, convenciéndolo de que no era para tanto y que en realidad el suspiro tenía que ver con su amor por su profesión y por la arquitectura.

Darcy se enfurecía, no había conocido en su vida una chica con las características de Lizzy, simple, linda, cordial y con detalles de desinterés extravagantes, que dejaban traslucir su personalidad, sin desatender el decoro y los buenos modales. "Perfecta" pensaba. ¿Cómo podía él pensar así de una mujer? ¿ Perfecta?, quería pegarse en la cabeza, ninguna mujer podía parecerle perfecta, ¡ qué ridículo!, la miraba con desconfianza intentando encontrar un defecto que la haga un poco detestable, pero no lo lograba.

El ascensor se abrió en el piso 7 y ahí estaban , el piso entero a sus pies, tan impactante como el dueño.

_ ¡Alguien con buen gusto se encargó de todo esto!_ dijo Elizabeth asombrada.

_ Algo así, mi hermana, yo y una amiga.

_ Buenas decisiones, ¿puedo mirar?_ insistió ella.

_ Claro, como en tu casa_ dijo Darcy dejando la billetera y las llaves, sobre una de las barras del recibidor.

Elizabeth observaba todo impresionada, los detalles  de  buen gusto, la elección justa de los materiales  y la decoración podían definir un ambiente en el más acogedor. El lugar era perfecto, aunque ella hubiera elegido colores más claros.

Will buscaba dos vasos para preparar unos tragos sin perderla de vista, mientras ella se movía de sitio en sitio, observando los cuadros, los objetos decorativos. Uno de los cuadros la impactó, era similar al que su padre tenía colgado en su escritorio en París, se sonrió, y continuó su paseo. Cada detalle contaba, el lugar estaba decorado con la sutileza de un excelente decorador, la arquitectura era deliciosa, pero había algo que faltaba, algo de calidez. No se le ocurrió comentar sobre eso, se lo guardaría, no le parecía indicado criticar si no se le pedía específicamente una crítica.

Se acercó a él sonrojada y le dijo:

_ ¡Es muy lindo tu lugar, realmente lo es!

_ Me alegro que te guste, me alegro que pienses así_  dijo él y sonó sincero.

_ ¿Realmente?_ ella no entendía.

_ Realmente, y si algo te parece que se  puede cambiar, para mejorarlo, podría escucharte _ le dijo mirándola a los ojos, y ahí estaba ella de nuevo intentando encontrar aire en sus pulmones. Era agotador, esa mirada y esas palabras no permitían que el sistema  respiratorio de Elizabeth funcionara correctamente.

El timbre del portero los desconcentró, Darcy se acercó a atender, dejándole uno de los vasos a Elizabeth y rosando su mano de manera intencional, provocando que  algo recorra por su cuerpo cuando sus manos se tocaron, era la primera vez que se rozaban, el cuerpo se le sacudió y un escalofrió la recorrió por dentro. Tuvo que respirar, se movió hasta un sillón y se sentó de costado, mientras él atendía el portero. En pocos instantes él volvió y se sentó junto a ella y le dijo:

_ Ha sido un día especialmente agotador para mí,  me ha gustado conocerte, por eso te invité a venir hoy. Quiero conocerte mejor.

_ Y yo a ti _ susurró Elizabeth intentando no parecer desesperada.

_ No es que no quiera recibir a Charles y a Jane, pero hoy me hubiera gustado que respondas a mis mensajes temprano y haberte visto por unas horas, sin que nadie nos interrumpa_ dijo serio y sin dejar de mirarla.

_ ¿Por el trabajo?_ preguntó Elizabeth.

_ No solo por el trabajo_ dijo él sonriendo_ puede funcionar tu trabajo en las galerías , vi algo que hiciste en París, y averigüe otras cosas, pero no es solo eso.

_ ¿Qué es?_ preguntó Elizabeth nerviosa.

_ Quiero conocerte a vos, quiero saber quién sos , cómo es que yo no te conozco de antes _ dijo él y sonrió.

_ Soy una chica_ le respondió ella y le devolvió la sonrisa.

_ Eso parece_ dijo él y  se arregló el pelo mientras se  acomodaba  en el sillón.

_ Eso es_ dijo ella arreglando su pelo y sosteniendo la barilla mientras le daba un sorbo a su Martini, hubiera podido tomárselo de un sorbo.

_ Espero que la chica que yo creo_ dijo Darcy sin dejar de mirarla.

_ ¿Y qué es lo que crees? _ dijo Elizabeth sorprendida e intrigada.

_ Una chica buena, que estudió en los mejores colegios, mimada, que nunca se ha enamorado, porque no ha encontrado a nadie que la sepa querer como se merece, descreída del amor y de las relaciones humanas, que busca la perfección y que se esfuerza en conquistar lo que se propone.

_ Estuviste leyendo mi curriculum_ dijo Elizabeth riéndose y sonrojándose a la vez, no podía creerlo, él había leído su curriculum en internet.

_ Claro, leyendo y mirándo algunas fotos.

Lizzy no podía dejar de pensar, en que Darcy era un descarado, y por otro lado lo veía tan atractivo que le parecía que iba a desmayarse.

_ ¡Todo un galán Sr. Darcy!, brillante para  los negocios inmobiliarios, interesado por lo que uno piensa y desea! ¡Conmigo ni cuentes!_ dijo Lizzy mientras sentía que estaba en peligro. Jane y Charles no subían y necesitaba imperipsamente  descansar de la mirada de Darcy. Todo  era abrumador, sus comentarios, su descaro y sus propios impulsos verbales y gestuales eran  insoportables, pero atrapantes.

_ No soy un galán, no suelo hacer esto,  no es mi estilo. Esa fama no es nada correcta para mi, veo que no te interesaste en averiguar sobre mi vida.

_ No, la verdad es que no, prefiero conocer a la gente y formarme mi propia opinión_ dijo ella muerta de risa, perp sabía que estaba en serios problemas.

_ Me alegra, así no tenés falsas ideas, prefiero que me conozcas por quién soy, no por lo que dicen que soy. Por lo general lo que dicen no coincide con la realidad y por otro lado a veces uno es con algunas personas muy diferente que con otras_ dijo con seguridad, mirando lejos, él no tenía tanta  experiencia sobre el tema del amor, pero estaba seguro que como estaba actuando nadie lo había visto actuar nunca antes..

_ Me dijo Jane que eras arquitecto, y alguien serio_ dijo  Lizzy hablando con suavidad, utilizando ese tono que a él lo encantaba.

_ Jane no miente, soy arquitecto ¿Y serio?_ Darcy sonrió_ un poco serio también  soy, ¿Eso piensa ella de mí?

_ No dijo mucho, solo eso por nuestro encuentro en las galerías y el problema del local con la electricidad.

_ Solo por eso le preguntaste, ¿No te interesa nada más?

_ Si quería saber algo más no necesitaba preguntarle a ella, tengo tu celular desde el momento en que te conocí_  dijo Lizzy  sonando más tranquila, estaba abusando de su inteligencia y de su autocontrol, para superar la situación a la que la sometía Darcy con sus preguntas, ¿ a quién se le ocurre preguntarle a una mujer qué te interesa de mí? , sentía que no tenía fuerzas para seguir por mucho tiempo sosteniendo esa conversación. Por suerte sonó el timbre de apertura del  ascensor y aparecieron Jane y Charles super divertidos, sonriendo, con dos potes de helado y cucuruchos, completamente en otra dimensión, distendidos y conversando sobre un ofrecimiento de trabajo en Miami para Charles en los próximos meses.

Lizzy y Will esperaban sentados observando a sus amigos, ahora en silencio. Ellos se acercaron, Jane se ofreció a servir el helado y Will se paró amablemente a buscar unas cucharas, una bandeja y unas servilletas.

Jane  dijo mirando a  Elizabeth:

_Fuimos a Amorino tu favorito y el de Charles, yo hubiera preferido Scoop pero tuvimos que echarlo a la suerte:

_ ¿Cerezas y dulce de leche granizado? _ preguntó Lizzy sonriendo.

_ Sí, claro tus sabores favoritos_ respondió Jane un poco insatisfecha.

_ Mi favorito es  Amorino, viví en Italia unos meses y me enamoré de esa heladería ¿ Sabes la historia del dulce de leche granizado?_ dijo Charles emocionado.

_ No la sé pero es mi sabor favorito, son los primeros helados que probé en París y me encantaron.

_ La historia es de amor, como todas las historias que se repiten en el mundo. Una chica de la República Argentina viajó a pasear a París y fue a tomar helado a Amorino, justo uno de los fundadores estaba ahí, se conocieron y se enamoraron, ellos hacían dulce de leche, pero ella le agregó las pizcas de chocolate y ahora es el gusto que más se vende.

_ Charles y sus cuentos románticos_ dijo Darcy con suficiencia, descreído de lo que escuchaba.

_ Bueno digo lo que pienso,_ dijo Charles dispuesto a dar su funsamento_  cuando algo del amor, del tiempo o de la muerte está en las publicidades que hago funciona el doble, por lo tanto te guste o no, uso el amor pensar  el marketing y  la publicidad,  cada vez más lo que va con el amor funciona para vender y no soy el único que lo piensa así. Amor, tiempo y muerte, es todo lo que importa a la humanidad, lo aceptes o no amigo mío.

_ Charles, tu éxito se debe a tu nombre, a tu rigurosidad, no creo que se deba al amor, al tiempo y menos a la muerte_ dijo Darcy con soberbia.

_ Yo si lo creo_ sonrió Charles restándole importancia a los comentarios de su amigo.

_ No sabía la historia, pero ahora recuerdo que en París en uno de los locales hay una foto que ocupa gran parte de una pared. Es de una chica más o menos de mi edad, bastante linda,  tomando este gusto de helado, siempre me preguntaba quién sería, porque no parecía modelo, era una linda foto espontánea _ dijo Elizabeth para intervenir en la charla.

_ Debe ser ella la de esta historia, yo conocí a uno de los dueños en Ámsterdam el año pasado en un congreso_ dijo Charles convencido.

_ Que interesante todo_ dijo Jane desinteresada_ ¡ A mí me gusta Scoop!_ Jane no podía disimular su desagrado nunca.

_ Jane perdiste en la suerte, debes aceptarlo_ sonrió Darcy.

_ Siempre es así, no tengo suerte_ dijo Jane terminando de servir el helado y sentándose frente a los demás.

Darcy tomó un control remoto pequeño seleccionó un botón y puso música clásica. Jane abrió los ojos muy grandes en dirección a Lizzy, haciendo una mueca que expresaba silencio tomó su primera porción de helado. No era particularmente la música que elegía para distraerse. Todo lo que faltaba para sentirse fatal. Charles observó su gesto y tomó el control rápidamente seleccionando Oasis, un grupo para el que había trabajado, uno de los primeros proyectos en los que él había participado y que recordaba con especial emoción.

Lizzy estaba concentrada intentando no macharse con su helado aunque había percibido el cambio en la música y el gesto de Darcy de disgustó y se quedó observándolo, entendiendo que cada vez que no se hacía lo que él quería era notorio cómo fruncía el ceño, y su postura corporal cambiaba endureciéndose. No le gustaba eso, no parecía un joven de treinta y tantos años, parecía un anciano y eso no lo beneficiaba para nada.

Darcy había notado a Elizabeth observándolo atenta y eso lo intimidaba, ¿Qué pensará
?, se preguntaba,  ¿por qué me mirará así?, para él era imposible pensar en que algo de su personalidad era incorrecto.

Jane y Charles se acercaron a la barra de la cocina a servirse agua mientras Darcy y Elizabeth seguían sentados.

_ Me parece que es hora de irnos_ dijo Lizzy suavemente.

_ ¿Lo crees?_ dijo Darcy que sentía que sus párpados se cerraban, pero a la vez necesitaba concretar otro encuentro con ella, ni quería despedirla.

_ Si, ha sido un día muy largo, mañana es posible que tenga que visitar temprano dos locales de Harrods, para realizar presupuestos_ dijo Lizzy convencida.

_ ¿Nos volvemos a ver mañana?_ dijo Darcy recostado sobre el sillón sin escrúpulos.

_ ¿Por lo de las galerías? _ preguntó ella interesada.

_ Si por eso, y hay algo más que decir.

_ Después de las catorce puedo. No tengo planes para el fin de semana por el momento. Puedes llamarme_ dijo Lizzy convencida.

_ Espero llamarte y recibir una respuesta _dijo Darcy con suspicacia, dejando que sus palabras  suenen a reproche.

_ Hoy no había visto los mensajes y cuando los vi ya estabas enfrente mío _ dijo Lizzy y sonrió.

_ Soy un hombre serio, no lo olvides, me molesta que no me respondan, denota falta de educación.

_ Muy serio y algunas otras cosas _ dijo Lizzy abriendo los ojos grandes y coqueteando. Mientras se incorporó del sillón, se acercó a Jane, que si hubiera sido por ella se habría quedado hasta las seis de la mañana con su galán de ojos celestes, la tomó amablemente del brazo para incorporarla de la butaca y afirmó:

_Nos vamos.

Ambas se despidieron de los jóvenes sin mucho preámbulo, subieron al ascensor, marcaron el subsuelo y cuando las puertas del ascensor se habían cerrado pudo escucharse desde el departamento un grito y muchas risas. Los jóvenes se miraron sin entender, mientras permanecían tranquilos y en silencio. Lizzy y Jane en el ascensor mirándose al espejo hacían todo tipo de gestos y muecas de felicidad como si tuvieran quince años nuevamente,  emocionadas por la noche que acababan dr vivir.

_ ¿Te puedes imaginar una noche mejor? _ dijo Jane con entusiasmo.

_ No creo que hayamos tenido una, al menos no juntas_ dijo Lizzy convencida.

_ Cuando fui a verte a París en 2010, antes de tu regreso, esa tarde en el Louvre, y luego el paseo por los jardines de Luxemburgo con los Italianos. No lo olvido aún_ dijo Jane.

_ ¡Nunca lo vas a olvidar, Mateo es Mateo, y eso será para siempre!, pero esa tarde no fue esta noche_ dijo Lizzy resignada.

_ Lo sé, a Mateo lo amé, desde ese día hasta que supe que se casaría , fueron solo dos meses, y sé que  empecé a odiarlo con la misma intensidad, pero lo amé _ dijo Jane apesadumbrada.

_ No puedo oír esa historia de nuevo y mi compañía no era tan agradable esa tarde, definitivamente esta es la mejor noche de nuestras vidas, encontramos lo que buscabamos sin casi mover un dedo_ dijo Lizzy tomándose la cara y sonriendo.

_ Si lo sé , solo esas palabras, porque siempre quiero  que quede claro que me enamoré de él en el momento en que lo vi. _dijo Jane mirando sus ojos al espejo con añoranza, mientras el ascensor se abría_ Ahora estamos acá, en Londres, saliendo de la casa de William Darcy, a quien acabamos de conocer "mejor", y esperamos conocer aún más y quiero que sepas que hoy  Charles Bingley, no sé si amor seería  la palabra , pero me generó algo, me interesa de una manera especial, no tan erótica, ni atropellada como Mateo, pero hoy fue un día especial con él, me gusta su alma ¡Quiero saber de él y de su alma!_ confesó Jane ilusionada a punto de llorar de emoción  por lo que decía.  Le gustaba un hombre después de muchos inviernos de soledad y astío y se sentía ilusionada.

Elizabeth sonreía y sentía que su amiga tenía el poder de hacerla sentir bien, aún en los momentos más intrigantes y abrumadores de su vida, con todas sus locuras y ocurrencias, con sus confeciones sentimentales y con su impulso vital.

_ ¿Su alma?, jamás creí que hablarías del alma Jane, he dudado por momentos en si tenías un alma y ahora estás tan interesada en otro alma, demasiada filosofía.

_ Claro que si, siempre tuve alma,  solo que era atrevida e intrepida, no como vos, por eso siempre me criticabas, ahora siento que quiero conocerlo, pero no como me ha pasado siempre, quiero conocerlo como persona, casi ni pensé en él de otro modo aunque me atraiga físicamente_ dijo  Jane suspirando.

_ Me parece muy bien, es un cambio muy prudente a tu edad _ Lizzy sonreía.

_ Me asusta un poco lo que me pasa pero ¿qué decís del apuesto y controlador que te toca? Se le desfigura la cara cuando algo no es como él se lo propone, control remoto Darcy.

_ Todo un misterio, mañana nos vemos para ir a las galerías que se remodelarán. Es especial, enigmático, controlador, engreído, lindo, y esos los ojos, ¡ me gusta Jane! _gritó Elizabeth_ Me atemoriza y me gusta. Me repitió que tiene algo que decirme.

_ No puede no gustarte, no es para menos_ Jane miraba a Lizzy entendiéndola perfectamente.

_ ¿Será tan trágico todo? Espero que tenga un alma el Sr. Darcy, espero que no  sea solo su afán por controlar todo lo que pasa a su alrededor con su mirada_ dijo Lizzy y soltó una risotada mientras subían al auto.

_ Espero que puedas controlar algo de todo lo que te sucederá a partir de mañana amiga mía_suspiró Jane.

_ Me asusta más pienso y más me asusta Jane, él me desnuda con su mirada y vos me asustas con lo del alma.

_ No te asustes, intenta controlar al menos lo que sentís porque se te nota en la cara_ Jane no podía controlar la risa, Ed Sheeran sonaba a todo volumen en el auto de Jane con su último tema, Happier y ellas tarareaban la canción, disfrutando del aire húmedo y cálido de una madrugada de verano que jamás olvidarían en la desértica y bella Londres.

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