𝗢𝟰𝟵. tomando el control
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—Se creen en control..—Rachel suspiró y se alejó de la puerta dejando en privacidad a Bob y Sasha, quien esta última se encontraba tan destrozada por dejar a su amor partir.—estamos aquí, ellos podrían estar en cualquier lado.
La castaña llegó al lado del coreano, quien al verla entrelazó sus manos con las de ella mientras le brindaba una corta mueca.
—Pero sabemos exactamente donde están.—la mirada azulada del líder chocó contra la chocolatada de la embarazada, esta le brindó una mueca.
—Es un plan osado, lo reconozco.—Abraham habló, cabizbajo.
—Actuar antes que ellos.—Rachel suspiró con pesadez, él asintió.
—Así es.—Rick afirmó.—No contarán con que tengamos la mente clara.
—¿La tenemos?—Rosita miró al líder con la ceja alzada.—Solo quiero asegurarme. Es...una movida importante.—Rachel notó como Rosita la miraba de pies a cabeza, parando unos segundos en su vientre, aquello produjo escalofríos en la castaña.
—Recuerden de que es capaz esta gente.—Rick dio un paso al frente, Rachel le miró con claridad, este se veía bastante molesto, conocía a Rick Grimes lo suficiente para saber que el hombre estaba perturbado y harto.
Rachel suspiró y se cruzó de brazos, ella no iría como el resto de los demás y aquello la enfadaba bastante, se sentía un poco mal sobre el hecho de que solo porque estaba embarazada no podía hacer nada, no estaba invalida e incluso ya había perdido la cuenta de los días, por lo que estaba segura de que había entrado ya al tercer mes pero aún así se seguía sintiendo bastante bien.
Su mirada viajó hacia Tyreese, quien este último se encontraba con la mirada agacha mientras apretaba los labios, Rachel se soltó de la mano de Glenn y dio un paso adelante.
—Tyreese.—llamó, la atención de todos viajó hacia el moreno.—¿Estás dispuesto?
En aquel momento, Sasha irrumpió en la habitación con los ojos cristalizados, sin embargo, la mujer se veía decidida.—Voy con ustedes.
El ceño de la castaña se cerró con confusión.—Deberías quedarte con Bob.—habló su hermano.
—No. Quiero estar ahí, quiero ser parte de esto.—ambos se marcharon hacia la habitación de Bob, Rachel suspiró y negó con la cabeza.
—Hey..—Rick tomó del brazo con suavidad a la mujer.—¿Estarás bien aquí con los niños y Gabriel?—Rachel asintió.
—¿Ya te olvidaste como soy?—se burló.—Él intenta si quiera algo y juro que lo mataré.—el ojiazul dejó escapar una casta risa.
—Creo que Tyreese se quedará también, así me siento más seguro.
Rachel puso los ojos en blanco.—Rick...no estoy discapacitada.
—Lo sé.—él suspiró.—Lo digo por él..—con la cabeza señaló a Glenn, quien se encontraba de rodillas hablandole a Suni.—Está preocupado por ti.—ella negó.
—Soy la misma, solo...con un peso extra.—se burló, él negó.
—Cualquier cosa que pase, encierrense en la oficina.—ella asintió.—Nos vemos en unas horas.
Cuando Rachel se alejó de Rick, Glenn se acercaba a ella con su arma en mano. Cuando el asiático iba hablar, Rachel le tomó de las mejillas y le acercó a ella para besarle, él no puso objección alguna y siguió el beso, al separarse, Rachel llevó una mano al cuello de él.
—Vuelve a salvo, ¿sí?—él sonrió.
—Sí..
Cuando todos marcharon, inmediatamente el grupo que restaba entró a la oficina donde se encontraba Bob en el sillón, Rachel se sentó en el sofá con la vista pegada al moreno, mientras Tyreese hablaba en voz baja con Suni, por mientras Carl vigilaba la puerta con su arma en mano, y Rosita y Eugene se encontraban tirados en el suelo.
Los minutos siguieron pasando tranquilamente, la embarazada sentía los ojos pesados pero no quería dormir por lo que limpiaba con lentitud la herida en la mejilla de Bob.
Pero un sonido casto alertó a todos en la habitación, Suni se levantó con rapidez y sacó su pistola al igual que el ojiazul—quien la había guardado hace apenas unos segundos—, Rachel intercambió miradas con Tyreese, quien había sacado una navaja de su bolsillo.
La castaña sin más se levantó y sacó su pistola, colocandose delante de ambos menores al escuchar pasos por la iglesia, tuvo un gran deja vú que hizo que su respiración se entrecortara.
—Bueno, ya saben que estamos aquí, supongo.—Rachel maldijo en voz baja, Suni tragó saliva e intercambió mirada con Carl.—Y nosotros sabemos...que están aquí. Vinimos armados. Así que ya no tienen sentido que se oculten.—Rachel dirigió su mirada a Gabriel cuando este empezó a rezar en voz baja.
—Atentos.—les susurró a Suni y Carl.
—Los estuvimos observando...sabemos quiénes están aquí.—ella podía jurar que él estaba sonriendo.—Está Bob, salvo que ya lo hayan sacrificado. Está Eugene, Rosita...el buen amigo de Martín, Tyeese. La pequeña Suni y su mami embarazada, Rachel. Está Carl...Judith.
La embarazada cerró los ojos con fuerza al escuchar aquello, ¿cómo sabían con exactitud quienes estaban? aquello produjo un gran escalofrío en ella. Rosita miró a Rachel con preocupación, pero ella solo apuntaba la puerta por si en algún momento decidían entrar, si tenía que dar su vida por aquellos miembros junto a ella, la daría.
—Rick y los demás salieron...con muchas armas.—canturreó.—No sabemos donde están, pero este no es un sitio grande. Así que detengamos esto ahora y evitemos que se vuelva más doloroso de lo necesario.—¿Sabes, Rachel? nunca antes había comido a una mujer embarazada, suena interesante de tan solo decirlo, ¿no?—se burló, Suni apretó sus labios y negó cuando de sus ojos cayó la primera lágrima.
Escuchó varias pisadas afuera y seguido de ello la manija se empezó a mover con fuerza, apretó los dientes con fuerza y dio otro pasó más mientras apuntaba con fuerza el arma hacia la puerta, sintió la pesada mirada de Suni en su nuca, pero la ignoró.
—¡Están atrás de una de estas puertas y tenemos municiones de sobra para derribar a ambas!—aquella exclamación de parte de Gareth la hizo temblar.—Imagino que no querrán eso..—el sonido de un arma cargada hizo que mirara a Carl, quien miraba con aire asustado a la puerta.—¿¡Que hay del cura!? padre...si nos ayuda a acabar con esto lo dejaremos irse.
Ella miró de reojo a Gabriel, quien no se había movido de su lugar desde que los visitantes habían entrado.
—Abra la puerta y vayase. Puede llevar a la bebé con usted. ¿Qué dice?—un gran silencio se hizo, ella tenía esperanza de que pensaran que no había nadie en la iglesia, pero cuando el llanto de Judith rezonó en toda la habitación, Rachel supo que hasta aquí habían llegado.
Carl inmediato se acercó para acallar a su hermana, Suni tragó saliva y le miró con preocupación.
—Última oportunidad, ya mismo, para decirnos que van a salir.—más silencio, Judith había parado su llanto pero ahora los canibales sabían donde se encontraban, Suni se paró al lado de su madre con su porte recto, dispuesta a disparar a cualquiera que entrase a la habitación, Rachel le miró de reojo, pero la niña estaba dispuesta a matar a cualquiera con tal de que no toquen a su madre.—Disparen.—escuchó decir a Gareth.
Sin embargo todos en la habitación se sobresaltaron al escuchar un casto sonido impactar contra el suelo, Rosita y Rachel se miraron, confundidas.
—¡Rick, tiraremos a la oficina! ¡Ustedes bajen las armas!—y un grito se escuchó, Rachel sintió su corazón latir con rapidez al escuchar que los demás se encontraban afuera, aquello solo hizo que una ansiedad insasiable recorriera su cuerpo.
—¡Dejen las armas en el suelo y arrodillense!—escuchó la voz de Rick, Carl sonrió tras escuchar la voz de su papá.
—H-hagan lo que dice.—se escuchó apenas la voz de Gareth.
Apenas se entendía lo que hablaban afuera, Rachel trataba de escuchar pero de nada servía ya que solo se escuchaban murmuros extraños. Tenía miedo de que las cosas estuvieran saliendo mal, y cuando estaba dispuesta a abrir la puerta, Rosita la tomó del brazo y negó.
—No, se encargaran.—Rachel tragó saliva y giró a mirar la puerta.
—N-no volveremos a toparnos...lo juro..—se logró escuchar la voz de Gareth.
—No. Pero se toparan con más gente. Además...ya te había hecho una promesa.
—¡No!
Seguido de ello se empezaron a escuchar jadeos entrecortados, Rachel retrocedió cuando logró ver por la ranura que Tyreese abrió, a Sasha acuchillar a Martín. Gabriel se levantó de su lugar y pasó por el lado de ella, pero Rachel no se movió de su lugar.
—Pudimos haber sido nosotros.—Rick habló lo suficiente para que todos escucharan, la castaña miró al suelo y se tapó la nariz. Suni soltó un pequeño suspiro y se sentó en el suelo al ver a todos entrar.
Rachel salió de la habitación para toparse con Glenn, quien miraba sin expresión a Gabriel.—Esta es la casa del señor..—habló titubeando.
—No.—Rachel negó, llamando la atención de los presentes.—Son solo cuatro paredes y un techo.
Gabriel sollozó, la castaña hizo jadeo de vomitar cuando el olor a sangre le llegó a sus fosas nasales, enseguida el asiático se acercó a ella para asegurarse de que este bien, Maggie les miró con una sonrisa antes de pasar por su lado y entrar a la habitación.
—¿Estás bien?—preguntó preocupado, ella asintió.
—Sí, estoy bien.—asintió pasandose una mano por la cara.—Ya estamos bien, ¿verdad?
Glenn solo la miró en silencio, sin saber que decirle, Rachel suspiró con lentitud al comprender aquella mirada, por lo que solo pudo abrazarle con fuerza.
—Siempre estarás con nosotros.—Maggie besó la mano del moreno, la castaña sonrió tras ver la imagen. Cuando todos empezaron a marchar, preparados mentalmente para ser aquella la última vez que verían a Bob, la voz de él se volvió a alzar.
—Rachel..—llamó, Glenn y ella giraron a mirar al moreno, él asintió y salió de la habitación. La embarazada se acercó al moreno y se sentó a su lado.
—¿Sí?
—Quiero que sepas...que realmente...eres una mujer increíble.—aquello la hizo sonreír con tristeza, Bob era realmente un gran hombre y le dolía que dentro de una hora no lo volvería a ver.—Ese bebé que tienes dentro...sé que lo cuidarás bien, sé que será un guerrero como lo es Suni, tú y Glenn...—sonrió.—realmente le han enseñado a cuidarse, es lastimosamente lo que debe saber..—murmuró colocando una mano en su abdomen.—prometeme que te cuidarás, a tu familia y al grupo.
—Bob..—susurró.
—Por favor..—él negó.
—Prometeme eso antes de que la pesadilla termine.—la castaña entrelazó su mano con la de él y asintió con los ojos llenos de lágrimas.
—Sí, gran amigo.—él sonrió abiertamente, ella dejó un beso en su mano antes de levantarse.
—¿Podrías...llamar a Rick?
—Claro que sí.—al salir de la habitación, tan solo basto una mirada con el líder para que este entienda. Cuando salió de la iglesia, el fresco viento de la mañana golpeó su cara, no tardó mucho para ver al grupo hablar con Abraham, ella se apoyó en la pared para escucharles.
—Todo volverá a la normalidad...este grupo debería estar ahí para verlo, tú deberías estar ahí.—la castaña sonrió.
—Estaremos.—Rachel habló en voz alta para todos, Rick giró a mirarla.
—Estaremos.—afirmó.
—¡Vámonos!—Abraham llamó la atención, Glenn inmediato chocó mirada con Rachel, esta le sonrió con tranquilidad, él se acercó a paso rápida a ella, al estar frente a frente, no pudo evitar apoyar una mano en su curvado vientre, ella le miró a los ojos.
—Estaremos bien.—susurró, él apretó los labios.
—No quiero ir, quiero estar a su lado.—Rachel negó y acarició su cabeza con lentitud.
—¿Te olvidas de la clase de esposa e hija que tienes?—bromeó, el asíático sonrió, sobre todo cuando en ese momento Suni apareció para abrazarle con fuerza.—¿Ves?
—Promete que si te vas volverás, no nos abandonaras por otra familia, ¿verdad?—la niña preguntó asustada, Glenn frunció el ceño confundido.
—¿Por qué las abandonaría por otra familia, cariño?
—¡No lo sé! pero regresa, ¿sí? prometo que estaré pensando en nombres para mi hermano o hermana, pero no se me ocurre ninguno.—bajó la mirada.—¿Pero ya te dije que Tyreese me enseñó a leer y escribir? es realmente bueno.—habló sin parar, Rachel y Glenn se miraron con una sonrisa.
—Eso es muy bueno, cariño...pero ahora debo irme.—Suni se mordió el labio con fuerza al escuchar tales palabras, Glenn suspiró y se incorporó para mirar a su esposa.
—Regresa sano.—solo pudo articular. Él asintió, cuando pensaba darse la vuelta, giró para mirarla y de un solo movimiento jaló de ella para besarla.
Suni no apartó su mirada de ellos como las veces que solía hacerlo, esta vez una sonrisa apareció en su cara al ver el amor de sus padres.
—¡Romeo, es hora de irnos!—la voz de Abraham interrumpió el momento de la pareja, ambos rieron al escucharles, por lo que se terminaron separando.
—Hasta luego.—habló.
—Hasta luego.—ambas respondieron.
Y no apartaron la mirada hasta que el autobús desapareció.
Pasaron apenas 2 días desde que Glenn y Maggie junto al grupo de Abraham marcó hacia Washington, finalmente apareció Daryl la noche anterior, quien explicó que las mismas personas que se llevaron a Beth...se llevaron esta vez a la canosa Carol, cosa que aumentó la preocuopación del grupo.
Pero no solo por eso, había traido un extraño con él que se hacia llamar Noah, era un moreno adolescente quien explicó que se hizo amigo de Beth. Las cosas habían estado tensas en la iglesia desde la muerte de Bob, el grupo intentaba lo máximo posible para reforzar la iglesia donde actualmente se hospedaban, aunque ya no mucho se podía hacer.
—Rachel..—Rick toma del brazo a la mujer al pasar por su lado, la castaña alza la mirada confundida, puesto que desde temprano había estado tapando las ventanas junto a Daryl y Tyreese.
—¿Pasa algo, Rick?—él titubea en responder, y aquello solo hace que ella curiosee.—¿Rick?
—¿Irás a Atlanta?—pregunta. Eso era otra cosa, Noah desde la noche anterior había suplicado con que ya partieran a Atlanta para sacar a Beth de aquel hospital, cosa que alertó al grupo. Desde la mañana Rick había estado viendo a quienes se llevaría con él.
Ella toma aire antes de responder.—Me gustaría sí.
Él mira hacia otro lado pensativo.—Sabía que responderías eso.
—Llevan días dejandome de lado solo por mi embarazo, estoy bien, Rick...Sé que haces esto por Gle-
—Lo hago porque me preocupas mucho.—responde con el ceño fruncido.—Te conozco desde Atlanta, Glenn me salvó...¿crees que no haría lo que fuera por ustedes?—Rachel no puede evitar sonreír ante las palabras de Grimes.
—Lo sé, Rick...pero recuerda que tú nos salvaste de todo esto, gracias a ti estamos donde estamos. Eso jamás lo olvidaremos, y mucho menos Glenn.—ella suelta el aire retenido.—Pero...no abandonaré a Carol, ni a Beth tampoco. No puedes obligarme a quedarme, tomo mis propias decisiones y si decido ir...iré.
Grimes la miró seriamente, volvió a desviar la mirada e inclinó la cabeza.—De acuerdo. Suni se quedará con Carl y Michonne.—Rachel asintió.—Dudo que ambos se quisieran separar.—bromeó señalando con la cabeza a ambos, quienes botaban algunos trozos de madera restante.—Sé que tu también lo haz notado.
La castaña se llevó las manos detrás de la nuca.—Solo se tienen a ellos...me lo veía venir hace un tiempo.—se encogió de hombros.—Carl es un gran chico.
Rick la miró con una sonrisa.—Y Suni es igual a sus padres.
—Por Dios.—ella rodó los ojos.
—¿Hora de irnos?—Sasha apareció en el campo visual de ambos, ambos se miraron y asintieron.
—¡Hora de irnos!—Rick exclamó.
feliz año nuevo! feliz 1 de enero! espero hayan pasado unas bonitas fiestas