Te necesito (Aguslina) (TE #1...

By Bernaslioff_07

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Se ha terminado la gira de Soy Luna, ¿qué sucedió después?, ¿habrán dejado de lado la ficción?. Agustín Berna... More

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ÚNICO ESPECIAL+AVISO+SORPRESA
AGRADECIMIENTOS+FECHA DE LA SEGUNDA TEMPORADA
AVISO

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By Bernaslioff_07

Hoy (25 de abril)
[Último Capítulo]

Tres semanas, exactamente, veinticuatro días desde la última vez que Agustín había visto a una joven argentina, la misma que por primera vez vio entrar emocionada, asustada, nerviosa, a un foro de grabaciones, era la chica con la que trabajaría, la chica que sería su pareja en la ficción.

¿Quién diría que una morocha de diecisiete, dieciocho años, podría llegar un día común, de trabajo y cambiarte la vida?, aún recordaba la primera vez que la vio, llevaba unos jeans negros, una sudadera negra que le quedaba un poco grande y la hacía verse más pequeña de lo que ya era, traía una bufanda gris, y su cabello estaba alborotado, traía en las manos un vaso de café y se notaba que estaba pérdida, buscaba por todos lados la señal de que había llegado a su destino.

Suspiró, desde ese día, en el momento en que ella preguntó, "¿este es el set para las grabaciones de Soy Luna?", había caído rendido a sus pies, a sus encantos. Era tan común y sencilla, amaba pasar desapercibida, pero el haber sido elegida para ser el ser con la belleza más descomunal y magistral del mundo, era imposible pasar desapercibida, y más para Agustín. Hasta ahora se daba cuenta de que siempre fue ella, siempre estuvo ahí, ella era la persona perfecta, su complemento, su otra mitad, la única persona que le hacía creer que el amor existía.

Ahora ya había pasado un tiempo, para él parecían siglos. Era como si en el último año hubiera estado viviendo en una pesadilla, primero Carolina había caído en coma tras un accidente y ahora ella se había ido para siempre, y no tenía ni la menor idea de donde podía estar.

Comenzó a repasar cada uno de sus errores que había cometido con la morocha:

1. Mentirle.
2. Engañarla.
3. Traicionarla.
4. Salir con su mejor amiga.
5. Ocultarle lo que siento.
6. No luchar por ella.
7. Ser egoísta.
8. No notarla en un inicio.
9. Poner otras prioridades antes que ella.
11. Haberla dejado ir.
12. No haber hecho nada para evitar su accidente.
13. Ilusionarla.
14. No valorarla.
15. Ocultarle cosas de su pasado.
16. Hacer que sufriera.
17. Hacer que me odiara.
18. Hacer que se odiara.
19. Apartarla de mi vida.
20. Ser Agustín.

Podía seguir por horas, esa lista era interminable, pero ¿de qué servía lamentarse y querer remendar los problemas si ya no está la persona a la que tanto daño le causaste?

Tomó su celular y como hábito de todos los días, redactó un mensaje para Carolina, los primeros días de "su desaparición", los enviaba y habían días en que eran más de uno, pero esa última semana sólo los escribía y los guardaba, ya no los enviaba, nunca recibía una respuesta.

"Caro, hola, creo que si me pusiera a contar el número de mensajes que te he mandado en estas tres semanas, perdería la cuenta después del cien, y bien, ya no espero una respuesta, porque ni siquiera enviaré este, así como los últimos quince, pero supongo que si hago esto, es porque de alguna forma logró tranquilizarme cinco segundos y siento que durante ese tiempo, dejo de ser miserable.

Quiero saber de ti, dónde estás y si alguna vez regresarás, pero no te preocupes, ya sé que eso no lo dirás, o al menos no a mí, como sea, no trato de excusarme una vez más por todos los errores que cometí, porque yo mismo los he contado y si estuviera en tu lugar me hubiera alejado mucho antes.

Uno de mis defectos es que tiendo a dar muchos rodeos, tardo en llegar al punto al que quiero llegar, ¿lo sabías?, yo me acabo de dar cuenta al momento de escribir esto, ya que este mensaje no es para tratar de persuadirte mentalmente de que me des tu dirección y así ir por ti y por mi hijo.

Casi lo olvidaba, ¿ya te conté que encontré la prueba de embarazo?, sí, seré papá, que emoción, ¿no?, claro que sería mejor si yo estuviera presente mientras se da el desarrollo de mi primer hijo, pero quién sabe dónde están, así que me tendré que conformar con preguntar; ¿cómo están? (Sé que no obtendré respuesta, pero imaginaré que has dicho que bien).

Hay algo más de lo que quería hablarte, la otra vez acompañé a Mike a escoger un esmoquin para la boda de su prima, me imaginé que si tú estuvieras aquí, nosotros también estaríamos planeando nuestra boda, yo estaría comprando un estorboso esmoquin (lo siento, nunca han sido muy de mi agrado, pero si tú me dijeras que lo usará, lo haría), como sea, me volví a desviar del tema. Lo que intento decir es que el momento en que me hubieras dicho que seríamos papás, yo te hubiera propuesto matrimonio, muy cliché, ¿no?. Bien, otra nueva noticia Carolina, desde que te conozco me he vuelto así, todo un cliché.

He pensado y si fuera niño me gustaría que se llamará como yo, o tal vez Bruno, por Bruno Mars (ambos lo amamos), y si fuera niña sólo me gustaría que se llamará Carolina, como tú.

¿Ya te conté que estoy leyendo por segunda vez Romeo y Julieta?, Dios, creo que he llorado mucho, peor que Bridget Jones, rayos Kope, vaya que te gusta sufrir, no me imagino que otras cosas has de leer, como sea, llegué a la conclusión de que nunca más leeré un libro que me recomiendes tú, estás loca.

Diablos...ya me desvíe otra vez, seguro dejaste de leer en cuánto te diste cuenta de como le doy tantas vueltas a algo, en fin, el motivo de este mensaje, como ya dije, no es venir a decir lo idiota que soy por haberte dejado ir, y por lo estúpido que fui al fallarte, creo que ya estoy logrando asimilar que te has ido, que me has apartado de tu vida y de la de mi hijo, y que puede que jamás regreses, pero al menos me gustaría poder ser sincero una vez.

Carolina, lo diré tal cual; te amo y no puedo vivir sin ti, (muy simple, ¿no?, va, de nuevo), eres como la más bella gardenia que se asoma por la firme ventana desde el balcón en el que tu mirada llega a mis sueños, (muy románico y de novela, ¿verdad?, bien, lo diré tal y como lo diría Agustín Bernasconi); eres toda una contradicción, eres de esas chicas que no les gusta llamar la atención, haces lo que los demás hacen para encajar, pero ya una vez que entras en confianza, te liberas y te muestras tal cual eres, única y auténtica.

Te da miedo exponerte ante los demás por miedo a sufrir, pero no te das cuenta que hay veces en que debemos liberarnos, mostrar nuestro verdadero yo, ¿y sabes que es lo perfecto de todo esto, sin sonar presuntuoso?, que yo soy así y juntos nos complementamos, o complementábamos, yo lograba sacar tú yo extrovertido y tú lograbas que mostrará mi yo introvertido. Tú eras como el día y yo la noche, intentabas sonreír y siempre ser amable y yo podía ser todo lo frío y directo que quisiera.

Yo era esa persona que múltiples veces caía por un abismo, y tú siempre estabas ahí para salvarme, eras esa fina cuerda que me sostenía y evitaba que agonizara, (últimamente me he puesto muy filosófico, otra de las consecuencias de haber estado contigo).

Eres hermosa, Carolina, tanto por fuera como por dentro, no me sorprende que tengas múltiples pretendientes, ni siquiera que alguien te haya estado acosando, eres perfecta y cualquier idiota como yo, ya sea mejor o peor que yo, desea tener a una mujer como tú a su lado, esa persona que cuida y ve por ti, la que nunca te abandona en terribles situaciones, la que intenta entenderte a pesar de que hagas cosas sin sentido, esa que te apoya hasta en tus momentos en que pareces drogado, eres esa persona a la que no le importaría caer en un abismo con tal de que yo salga de el.

Eres como un diamante, una perla, un zafiro, un Rubí, lo que quieras, hay pocas como tú, y yo cuando pude tener la oportunidad de estar contigo, hice las cosas mal y las eché a perder, soy como de esos mineros que quieren ser ambiciosos y sacarle jugo a esa bella piedra ancestral y al final terminan volviéndola una simple roca, y por eso es que te vengo a pedir perdón, y no por haberte mentido, o engañado, no, eso ya lo hice muchas veces, y ahora me doy cuenta de que no me merezco tu perdón, pero al menos quiero que sepas que yo nunca quise arrastrarte hasta este gran hoyo negro en el que vivo.

Te amo, Carolina y de lo que siempre me voy a arrepentir es de nunca habértelo demostrado, dicen que de los errores se aprende, y eso ya lo sé, he aprendido de mis miles de erroes, pero, dime, ¿de qué me sirve que ahora me sienta así, miserable y arrepentido, si eso no hará que las cosas sean diferentes?

Ya no me quieres más en tu vida y está bien, creo que llego el momento en que deba aceptarlo, me costará trabajo porque siento que por cada segundo que no veo tus bellos, brillantes y magníficos ojos, no respiro.

Carolina eres todo lo que me hace sentir bien, todo lo que necesito para sentirme vivo, te amo y lo hago de una forma que creo es inexplicable, lo hago con cada átomo que pueda existir sobre la tierra. No sé de que forma decirte que sin ti me siento perdido, desolado y un completo inútil. Tú me dabas motivos para vivir.

En fin, creo que por más palabras cursis y frases románticas que te diga no cambiarán las cosas.

Soy tan egoísta que no puedo ni siquiera plantearme la idea de ya no tenerte en mi vida y que estés en la de alguien más porque sólo te quiero para mí, Dios, que psicópata.

Te amo, Carolina, y es verdad tanto como el gran dolor que siento en mi pecho desde que te fuiste, no me puedo resignar a perderte, a olvidarte, pero ha sido lo que tú has decidido, y prometo hacer un esfuerzo, intentaré olvidarte y olvidar toda nuestra historia por más maravillosa y cruel que sea, intentaré seguir adelante y dejar de pensar en ti y en cada parte de tu cuerpo que me hace perder la cordura.

Pero eso sí, Kopelioff, si no lo logro, no te sorprendas sin un día cualquiera me ves llegar a tu nueva vida, y menos si te robo un beso frente a nuestro hijo, ¿y sabes por qué?, porque si no logro sacarte de mi cabeza ni un segundo y si el amor que siento por ti sigue igual de fuerte e intacto, te buscaré, a ti y a mi hijo, y no descansaré hasta encontrarlos. Dedicaré mi vida entera con tal de verte una vez más."

Presionó la tecla de guardar, tras dar un sorbo a su café. Ya estaba por irse de esa rústica cafetería, cuando la voz de la chica de las noticias hizo que alzará su vista hacia la pantalla.

-El hombre Carlos Castro acaba de ser liberado, tras después de cuatro meses en prisión ser declarada su inocencia- Agustín sonrió, se estaba haciendo justicia- las autoridades han encontrado que él no fue el responsable del accidente de la actriz Carolina Kopelioff que ahora sé encuentra desaparecida- el morocho no pudo evitar sentir un vuelco en el corazón- las investigaciones llevaron a que el celular del joven Castro había sido hackeado logrando inculparlo poniendo conversaciones que jamás tuvo con la chica en su servidor, y de igual forma se comprobó de que él no era el dueño del viejo auto clásico del 99 con placas A-17-623, sino un hombre americano con el nombre de "Alex Wick", aún no se logra dar con el paradero del sujeto, pero las autoridades siguen trabajando en ello- no sabía que esperaban más, era obvio que se trataba de Alejandro- en otras noticias, las múltiples peleas...-dejó de prestar atención, no podía creer que después de tanto tiempo y teniendo que ocurrir la desaparición de la morocha, las autoridades a penas tomaran las cartas sobre el asunto.

Junto todas sus cosas y tras dar el último sorbo a su café, se puso de pie para ir directo con sus amigos y en el momento en que se puso de pie, no se dio cuenta de una chica que iba caminando, logrando derramar todo el café que llevaba la chica, sobre ella.

-Lo...lo siento.- dijo apenado al ver la blusa blanca de la chica empapada de café, apresurado tomó un par de servilletas y comenzó a limpiar la mancha.

-Está bien, no hay cuidado, fue un accidente.- comentó la chica y fue cómo si su voz la hubiera escuchado antes, alzó su vista; se encontró con unos ojos marrones preciosos, eran como el café derramado en su blusa, su sonrisa era hermosa y perfecta, su cabello era castaño y rizado.

-Perdón, ¿te conozco?- no pudo evitar preguntar el morocho.

-Creo que sí- contestó con una sonrisa la chica de aproximadamente un metro sesenta y cinco- yo recuerdo haberte visto en las audiciones para Soy Luna.- Agustín comenzó a recordar, y sí, claro que ya había visto antes a esa chica.

-Cierto, ya lo recuerdo, ¿para que papel habías audicionado?- esperaba no sonar muy inoportuno pues era obvio que no había obtenido el papel.

-Para el de Nina- el morocho apenas esbozó una sonrisa, ese papel sólo lo podía interpretar la morocha a la cual amaba tanto- pero bah, no me he quedado, y está bien, Carolina es excelente.

-Sí.- dijo melancólico.

-Bien, soy Isabella.- estiró su mano en forma de saludo al morocho.

-Y yo, Agustín.- comentó gracioso el cordobés.

-Oh sí, claro que sé quién eres, Bernasconi.- comentó graciosa la chica y los dos se quedaron mirándose a los ojos fijamente mientras sus manos seguían unidas.

...

Patricia y Leonardo llegaban a su casa después de no obtener noticias, como todos los días desde hace tres semanas, aveces creían que se habían equivocado, que no le habían dado el suficiente amor a su hija y el destino los castigaba alejándola de su lado, pero ¿en qué fallaron?

Esa mañana habían ido con la Policía, los habían citado para que estuvieran presentes mientras dejaban en libertad al joven inocente que vivió tras las rejas por algo que nunca hizo, aún recordaban cómo se había acercado a ellos, su expresión era indescriptible; "los ayudaré a encontrar a ese maldito, no descansaré hasta que lo vea sufriendo como yo lo hice estos cuatro meses", sus palabras aún resonaban en sus cabezas.

-Voy a preparar la comida.- anunció Patricia y dejó su bolsa sobre el sillón mientras se dirigía a la cocina.

-Sí.- fue la única monosílaba que pudo decir Leonardo, se acercó a la correspondencia que habían dejado sobre una mesa en la mañana.

Comenzó a repasar los sobres; cuentas, más cuentas, ofertas de compras, invitaciones para entrar a concursos, lo mismo de siempre, estaba por tirar todo e ir a recostarse en el sillón cuando una carta llamó su atención.

No tenía remitente, no decía de dónde venía, sin embargo esa perfecta letra sólo le pertenecía a alguien. Comenzaron a temblar sus manos cuando leyó; "Mamá y papá". Era Carolina.

-¡Patricia, ven!- gritó y de inmediato apareció su esposa con una cara de preocupación.

-¿Qué pasa?- preguntó alarmada, y se acercó al hombre con el que estaba casada.

-Es Caro...- fue lo único que dijo mientras enseñaba la carta escrita por su hija. Patricia soltó el cucharón que tenía en la mano y tomó la carta, desesperada abrió el sobre y sacó la blanca hoja. Observó a su esposo y este le indicó con la mirada que desdoblara la hoja para poder leer su contenido.

"Mamá, papá, hola, ¿cómo han estado?, quiero creer que bien.

La verdad es que no sé cuánto tiempo vaya a pasar para que esta carta esté en sus manos, quizás nunca ya que puede que la cobardía me gane y jamás envíe esta sencilla carta.

No les vengo a decir que estoy en problemas o algo por el estilo; yo me he ido por mi propia cuenta, nadie me ha obligado y supuse que ustedes decidieron creer que estaba secuestrada o algo similar, pero no, estoy bien. Seguro se han de preguntar porque me he ido, y bien, no hay ninguna excusa que valga mi osada acción, y créanme que si me llegase a arrepentir de esta decisión, asumiré las consecuencias.

Me he ido porque ya no me sentía cómoda ahí, sonará egoísta porque me marché sin decir nada, pero bien, eso hacemos los cobardes que aún no logran recordar todo y salen en busca de respuestas.

Lo que intento decir, es que estoy bien, es justo lo que necesitaba, irme y tener un tiempo para mí sola. Ya no aguantaba seguir en ese lugar, era como si por cada minuto que pasaba ahí, las mentiras de todos ustedes acababan con mi ser y como si el aire que respiraba ahí provocaba que agonizara porque estaba contaminado de cada uno de los engaños por los que pasé.

De cualquier manera, no vengo a excusarme ni nada, sé que les debo una disculpa, no me debí de ir así, debí afrontar mis problemas, pero simplemente no pude y me fui por la salida fácil. No quiero que sufran pensando dónde estaré, porque no lo diré, no ahora, cuando llegué el momento en que tenga que volver, serán los primeros en saber, y si no es así, iré a visitarlos, no podremos estar tan lejos de ustedes mucho tiempo.

¿Les había dicho que serán abuelos?, bien, estoy embarazada de Agustín, ya llevó un mes con una semana, y no se preocupen por mí y el bebé, ya fui a la primer ecografía y el médico dijo que todo estaba bien, y si piensan que estoy sola, no es así, hay alguien que me quiere y cuida de mi y de mi hijo. No estoy sola.

Sé que soy una pésima persona por alejar a mi hijo de su padre, pero no podía fingir que las cosas con Agustín iban bien cuando ya están más que muertas.

Quería compartir con ustedes que ya he hecho nuevos amigos, de hecho hasta tengo un trabajo en un teatro, seré la protagonista de una obra, increíble, ¿no?, sé que no es lo mismo que participar en Soy Luna, pero me está gustando todo. Puede que vengan el día del estreno, es en seis meses, para mi suerte, porque todavía no nace el bebé para esas fechas, sólo que estaré hecha una ballena, espero no le moleste al director.

Y bien, sólo les quería decir que los amo y que no hay día en que no piense en ustedes, los extraño demasiado, y aveces me siento miserable por haberme alejado de todo, de mi hogar,de mis amigos, de mi trabajo, de mis sueños, de ustedes y de Agustín...pero a pesar de todo, no me arrepiento de lo que hice y sólo espero ustedes puedan entenderme, son los mejores papás y realmente no hicieron nada malo, sólo quiero pensar las cosas y espero me entiendan.

Espero algún día puedan perdonarme por todo el dolor que les provoqué, y nada, sólo quería que supieran que estoy bien, y que no es necesario que me sigan buscando, porque aún no es momento de que regrese.

Los amo y no hay día en que no piense en ustedes, mi hijo sabrá que tiene a los mejores abuelos. Espero estén bien y que les vaya de maravilla, les deseo lo mejor. Gracias por todo, son las mejores personas que conozco. Hasta pronto.

-Los quiere, su hija, Carolina."

...

Carolina llevaba puesto un lindo vestido violeta, era de encaje y strapless, tenía pequeños brillos en el, pero sus zapatillas negras de tacón, comenzaban a lastimarle los pies.

-Perdón por la tardanza.- anunció Alejandro una vez que llegó con su fino traje azul, llegaba de trabajar y había citado a la morocha en un lujoso restaurante de Barcelona.

-No te preocupes.- comentó comprensiva.

En un segundo apareció el mesero, anotó las ordenes de sus dos comensales y tras traer una botella de vino, se retiró dejándolos solos en un balcón, alumbrados por la luz de la luna y tenues lámparas.

-¿Celebramos algo?- preguntó Carolina cuando vio lo espléndido que estaba su amigo, le había llevado rosas y encima la había hecho vestirse con un vestido de diseñador que le había enviado por la tarde al teatro.

-Así es, soy el nuevo editor en jefe de la revista "News Barcelona", claro que enfocado al diseño y todo lo relacionado con la imagen.- comentó alegre y sirvió en dos copas el fino vino tinto.

-No tomo- comentó la morocha seria- estoy embarazada, no debo de beber alcohol- le recordó y este de inmediato apartó la copa de la chica, esta le sonrió agradecida- ¡felicidades!, me alegro por ti. Realmente has luchado por ello y me alegra saber que lo hayas conseguido.- se acercó a su fiel cómplice y lo estrechó entre sus brazos.

-Bueno, estoy muy emocionado y quería celebrarlo junto a ti, la persona que más quiero en este mundo- comentó y Carolina no pudo evitar ponerse incómoda, se separó un poco del chico y apenas si lo miró a los ojos- Caro, no sé porque cada vez que hablo de mis sentimientos hacia ti, te pones así.

-No es fácil para mí escuchar que alguien me declare amor diario cuándo apenas si siento cariño por esa persona.- confesó frustrada. Alejandro, suspiró y se dio la vuelta, ya no sabía que hacer para ganarse el amor de la morocha.

-Es por Agustín, ¿verdad?- preguntó con dolor en las palabras, se dio la vuelta y observó el silencio de la chica, esta simplemente bajó la mirada. Seguía amando al cordobés.

-Ale...- últimamente lo llamaba así- Agustín es el padre de mi hijo, es imposible que lo olvide así, de la noche a la mañana, espero puedas entenderlo.

-Sí, creeme que lo entiendo- tomó las manos de la chica e hizo que se acercará a él- lo que aún no logró comprender, es porque te empeñas en no darme una oportunidad, ¿por qué no haces un esfuerzo por amarme cómo yo te amo a ti?- casi le rogó a la morocha de que se percatara de su desesperación.

-Te quiero, y en este tiempo te has convertido en alguien importante para mí, pero al amor no se puede forzar- el chico se alejó un poco de la morocha y esta se acercó a él una vez más- sé que cualquier momento puedo caer enamorada de ti, eres alguien increíble y único, cualquiera quisiera estar contigo, y no sabes cuánto desearía poder amarte de la forma en que tú me amas.

-¿Por qué si ya te guste una vez, ahora no puede volver a ser así?- preguntó con el corazón partido en dos. Tenía lo que siempre había deseado, a la morocha junto a él, podía amarla sin que nadie se lo impidiera, pero ¿de qué servía si ella no lo amaba?

-Tal vez porque ha pasado un tiempo, ocurrieron cosas en mi vida que me hicieron cambiar.- intentó hacerlo sentir mejor.

-Eso o el verdadero motivo es Agustín.- dijo frustrado.

-Agustín es alguien que amé, y lo hice de una manera inexplicable, pero los dos no estamos hechos el uno para el otro, pasó lo que tuvo que pasar para hacer que me diera cuenta de que mi vida no es a lado de él, y sé que ha sido difícil no poder pensar en él y no extrañarlo, pero él ahora es parte de mi pasado. Lo quiero sacar tanto de mi mente como de mi corazón.

-¿Y por qué no lo has hecho?- una pregunta bastante difícil de contestar.

-No lo sé- dijo resignada- pero de lo que estoy segura es que ya no quiero recordar eso, lo malo que pasó en mi vida, quiero seguir adelante, intentar ser feliz.- comentó sincera y cubrió su cara con sus manos.

-Lo puedes ser, Caro- comentó Alejandro y quitó las manos de la morocha de su cara- es cosa de que te des la oportunidad de serlo, debes intentar las cosas con alguien más- dio un suave beso en cada una de las manos de la chica- con alguien que te ame y esté dispuesto a dar todo por ti.

-¿Qué me estás tratando de decir?- preguntó confundida, Alejandro casi todos los días se le declaraba, pero al final desistía tras recibir un discurso por parte de la morocha sobre la amistad que tenían.

-Lo mismo de siempre, Caroline- se movió un poco incómoda, aún no sé acostumbraba a oír ese apodo sin sentir escalofríos por su cuerpo- intento que me des una oportunidad, que me dejes ser feliz contigo y yo hacerte feliz, a ti y a tu hijo.

-Alejandro...yo- no sabía que decir, aveces deseaba poder darse esa oportunidad con el chico, era guapo, atento, caballeroso, inteligente y la ayudaba en todo, sin embargo el amor que tenía por aquel cordobés del que llevaba enamorada desde hace más de tres años, le impedía seguir adelante y no poder darse una oportunidad en el amor con alguien más. Quería volver a creer en el amor, sentir lo que es ser realmente amada, pero ¿cómo se puede alacanzar la dicha de tener ese poderoso sentimiento si le has dado la llave de tu corazón a la persona equivocada?- no quiero arruinar nuestra amistad.- fue la primer excusa tonta que le vino a la cabeza.

-Sólo es una excusa, así como todas las demás- dijo un poco molesto y Carolina se sintió mal, odiaba no poder corresponder a los sentimientos de ese chico, ya antes le había gustado, ¿por qué ahora no?, claro, aún estaba Agustín de por medio- si realmente quisieras intentarlo, no habría excusa que valiera lo suficiente, simplemente te arriesgarías, lucharías porque funcionará, pero no quieres, por eso es que te pones todas las barreras posibles.

-Alejandro...

-No, déjame terminar; he dado todo por ti, he vivido diez años esperando un amor del que me acabo de dar cuenta jamás seré correspondido, pero dime, ¿no crees que tan siquiera merezco una oportunidad?- Carolina bajó la cara, era cierto todo lo que le decía el chico- he prometido amor eterno hacia ti, juré que jamás me enamoraría de alguien que no fueras tú, que no descansaría hasta verte feliz, y que daría todo por verte bien. Te he dicho millones de veces que cuidare de ti y de tu bebé, veré por los dos, me dedicaré en cuerpo y alma para que no les falte nada, pero ¿de qué me sirve prometer todo eso si ni siquiera te planteas la idea de darme una oportunidad?

Carolina lo pensó un segundo, se había ido de su antiguo hogar porque buscaba empezar de nuevo, ir en busca de respuestas sobre su pasado y poder olvidar todo lo destructivo que había obtenido los últimos días ahí.

Había ido con Alejandro a otro país, él cada día la ayudaba a que pudiera recordar más cosas, la llevaba al médico a que viera cómo estaba su hijo, veía de que estuviera bien y satisfacía todas sus necesidades, ¿por qué no podía hacer tan siquiera el esfuerzo?. Él la amaba, y darle una oportunidad era lo menos que podía hacer en comparación de todo lo que él había hecho por ella. Iniciaba una nueva vida y no veía el porque no podía salir con ese bello chico y desterrar al cordobés.

-Ale- dijo y tomó la cara del chico entre sus manos, este la observó fijamente- lo quiero intentar.- dijo sincera.

-¿Qué?- sintió que se desmayaría de la impresión- ¿eso quiere decir que serás mi novia, qué me darás una oportunidad de poder amarte y hacerte feliz?- esta asintió con una sonrisa y el chico se invadió por su alegría y de igual forma le sonrió.

-Sí, quiero intentarlo contigo, ser tu novia y ser feliz a tu lado.- comentó decidida y Alejandro la alzó en brazos, comenzó a darle vueltas por el aire a la morocha provocando que esta riera.

-Te amo.- dijo cuando la bajó y Carolina sintió un pequeño cosquilleo en su estómago, no pudo evitar abrazar a Alejandro.

Cuando se separaron, se miraron a los ojos unos instantes, parecían años los que pasaban mientras se conectaban con sus miradas. Alejandro se fue agachando hasta quedar a una inexistente distancia de la chica. Sentían la respiración del otro, y mientras se deleitaban con el aliento del otro fueron cerrando los ojos hasta que se unieron en un beso, era suave y pausado, era como si ambos tuvieran miedo de subir la intensidad de aquel beso.

Carolina por primera vez dejó de pensar en Agustín, era consciente de que a quién besaba era a su antiguo vecino y no a su anterior compañero de trabajo, y realmente disfrutaba poder sentir esa escalofriante sensación y que no la haya provocado el cordobés, tal vez había llegado el momento. Tal vez por fin Carolina podría olvidarse de ese inmenso amor, de esa persona que juraba que era su amor verdadero, y ahora ella podría seguir, podría amar a alguien más.

...

Agustín había llegado a su departamento, iban a ser ya casi las ocho de la noche, había perdido la noción del tiempo al haber estado con Isabella, disfrutaba tanto de su compañía que en esas horas junto a ella pudo dejar de lamentarse de la vida.

Sonrió al recordar la bella sonrisa de la chica, era especial, y no tenía idea de porque no podía sacársela de la cabeza, y por alguna razón, se sentía feliz.

Notó que habían dejado su correspondencia frente a su puerta, la tomó con una sonrisa en la cara. Comenzó a ver carta por carta; cuentas, boletos de rifas, una carta de su casa, promoción para el nuevo restaurante de la esquina, lo mismo de siempre, pero cuando sus ojos se encontraron con esa bella y única caligrafía, sintió que su corazón explotaría.

Tuvo que tallar sus ojos más de una vez para darse cuenta de que no era un sueño, no podía ni siquiera abrir el sobre, sentía como su cuerpo temblaba y sus pulsaciones estaban descontroladas, sólo podía leer una y otra vez la frase de sólo dos palabras escrita en el frente del sobre.

"Te necesito..."

~~~~~~~~~~~~~~~

💔😭 la verdad es que ni yo sé que decir, y bien cómo lo saben, este ha sido el último capítulo de esta novela, la verdad me costó bastante trabajo escribirlo y no por el hecho de que es muy largo, sino porque ni yo quiero dejar de escribir esta historia.💔😭

Y creo que lo único que les puedo decir por el momento es que amé escribir está historia para ustedes, agradezco todo su apoyo que me dieron en estos 50 capítulos, son lo mejor y enserio las amo.💗💖

Sé que soy mala por terminarla así; Carolina ahora anda con Alejandro, Agustín se está empezando a olvidar de Carolina y no dije el contenido de esa carta (seguro me odian😂💔), pero bien, sólo diré que aunque no lo parezca, no soy tan cruel, pronto les daré una linda sorpresa.😌💗😍

Y sin nada más que decir, quiero saber que les pareció está historia, dejenlo en los comentarios, y todas las dudas que tengan no duden en decírmelas. Fue todo un honor escribir "Te necesito".💗😌😊

~Sus.🌻

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