Te necesito (Aguslina) (TE #1...

By Bernaslioff_07

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Se ha terminado la gira de Soy Luna, ¿qué sucedió después?, ¿habrán dejado de lado la ficción?. Agustín Berna... More

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ÚNICO ESPECIAL+AVISO+SORPRESA
AGRADECIMIENTOS+FECHA DE LA SEGUNDA TEMPORADA
AVISO

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By Bernaslioff_07

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Agustín seguía parado a mitad de la calle, la lluvia caía por su cara, resbalando por su pecho y finalizando por sus piernas y pies. Hacia un rato que no sabía si el agua que llegaba a tragar se trataba de la tupida lluvia que lo tenía más que empapado o de las lágrimas que no podía parar de expulsar al momento en que Carolina se había marchado.

Quería ir detrás de ella pero sus pies parecían estar pegados al piso y ahora ya era tarde, la morocha seguro ya se había apartado lo suficiente de él.  Sentía que su vida se estaba por acabar, creía que el momento en que dejará de llorar, sería cuando su corazón dejará de bombear.

Se odiaba, trataba de excusarse para no sentirse tan culpable, pero no podía. Odiaba haberle ocultado toda la verdad a Carolina, odiaba haberle estado mintiendo todo ese tiempo haciendo que creyera que vivía en una mentira, odiaba no haber hecho bien las cosas desde un principio, odiaba haberla lastimado antes, negando lo que sentía por ella, odiaba nunca haber tenido el placer de llamarla novia y que eso fuera cierto, odiaba haber fingido ser su novio cuando lo pudo ser en realidad, odiaba haber dejado que Fernanda lo besará y él no haber hecho nada. Odiaba haberle roto el corazón una vez más a Carolina, odiaba que ella dudará y no creyera en el amor que sentía por ella, odiaba que ella haya decidido sacarlo de su vida, y ante todo se odiaba a él mismo.

No regresó con sus amigos, no quería ver a nadie que no fuera Carolina Kopelioff, así que iba caminando por las calles de Buenos Aires, iría directo a su departamento, llevaba la vaga ilusión de que la morocha estuviera allí preparando la cena, deseaba que lo que ocurría fuera sólo una pesadilla y que Carolina lo despertaría de ese tormento con un beso.

Cuando llegó a su departamento y vio lo que había frente a él, sintió su corazón romperse aún más; había una mesa con rosas encima, y una vela en medio de está. Suspiró y dejó las llaves encima de la mesa, fue hacia la cocina, y le llegó un exquisito olor, cuando llegó, esta estaba vacía, en el horno sólo había un pastel de carne y sobre la estufa en una olla, algo que logró reconocer como crema de nuez, se quería golpear a él mismo. Mientras él estaba embriagándose, Carolina le preparaba una deliciosa cena. Apagó las luces y las velas, fue directo a la habitación, era alumbrada por la luz de la luna que entraba por las cortinas.

Se acercó al pequeño tocador de la morocha y sintió un vuelco en su corazón cuando se percató de que faltaban unas cosas sobre este, reprimió las lágrimas que amenazaban con salir, se dio la vuelta y notó entreabierta una puerta del armario, caminó hacia este, y con miedo de que lo que pensaba que estaba pasando fuera realidad, lo abrió por completo y no pudo evitar llorar. Carolina se había llevado varias cosas de ella, había muy poca ropa de ella ahí. Tocó las pocas prendas que habían colgadas y sintió como sus ojos se humedecían aún más, tomó un vestido blanco que estaba colgado, lo descolgó y con el entre las manos se acostó en la cama, lo llevó a su cara y respiró el aroma que este tenía, era el peculiar y exquisito olor de Carolina. Dejó que las lágrimas cayeran, apretaba fuerte esa fina tela contra su pecho, quería que el dolor terminará, quería tener a Carolina a un lado de él. 

Giró un poco su cabeza al lado de la cama en el que dormía Carolina, tomó la almohada sobre la que ella dormía y se recostó sobre ella, no pudo evitar ver la pequeña mesita de noche, sobre esta ya no había el particular cuaderno que dejaba Carolina después de escribir algo en el todas las noches, se acercó un poco al notar un pequeño papel debajo de un portarretrato con una foto de los dos. Ya no estaban las pequeñas figuras de porcelana que había dejado la chica sobre este.

Tomó el papel y leyó las frías palabras que estaban escritas en el; "En la semana estaré viniendo por el resto de mis cosas"   -Carolina.

Suspiró y se levantó para ir directo al baño, necesitaba lavar su cara, iría a buscar a Carolina, no se podía resignar a perderla. Cuando entró al baño y lavó su cara tres veces logrando que sus ojos dejarán de verse tan hinchados de haber estado llorando, tomó la toalla blanca y al estar por dejarla en su lugar, notó algo raro dentro del cesto de basura.

Se agachó y tomó la extraña cosa que había tirada en el cesto, debajo de este había una caja de una prueba de embarazo, sintió que le iba a dar un infarto y de igual forma sacó la caja. Observó la figura que estaba marcada en la pantallita del pequeño aparato, eran dos líneas, buscó en la caja el instructivo y una vez que lo encontró, leyó detenidamente todo. Soltó la prueba dejando que se cayera al suelo cuando comprobó el significado de las dos rayas, dio un paso hacia atrás y sentía como el corazón le latía a mil por hora, miró la prueba de embarazo que estaba en el suelo y parpadeo un par de veces; era positiva.

-Caro está embarazada.- susurró para él mismo y de inmediato salió corriendo de ahí. Tenía que hablar con la chica, debía arreglar las cosas, no podía permitir que justo en ese momento estuvieran separados. Tenía que estar junto a Carolina, necesitaba tenerla a su lado a ella y a su hijo.

...

Carolina después de que haya recogido algunas de sus cosas del departamento de Agustín fue directo a su casa, iba en un taxi mientras hablaba con ese particular número desconocido.

Para: Carolina

¿Qué fue lo que te hizo Agustín?

De: tu eterno amor

Para: Número desconocido

No importa, necesito verte.

De: Carolina

Para: Carolina

Bien, te veo afuera de tu casa.

De: tu eterno amor.

La morocha bloqueó su teléfono y se dispuso a ver por la ventana el camino, hacia rato que las lágrimas se habían terminado, sin embargo el hueco que tenía en su pecho, seguía ahí.

No sabía qué les diría a sus papás, pero de igual forma quería estar lejos de ahí, no aguantaba un segundo más estar en ese lugar, todos le habían estado mintiendo, no toleraba seguir en un lugar en el que solamente la habían estado engañando.

Cuando llegó a su casa, no tocó la puerta, sabía que sólo estaba su mamá pues la minivan de su papá no estaba estacionada frente a la casa como era costumbre. Escuchó un particular ruido un "pts, pts", no sabía quién lo hacía, toda la calle estaba vacía, dejó sus dos maletas, que fueron las únicas que pudo tomar rápido, frente a la puerta y siguió el sonido.

La llevaba a la parte trasera de la casa que estaba conectada con la de los vecinos de a lado, se aseguró de que sus vecinos no estuvieran cerca y caminó por ese lado, y una vez que llegó, notó una presencia, estaba sentado en la banca que le daba la espalda, este tenía la gorra de su sudadera negra cubriendo su cabeza. Recordó la vez en que intentaron sacarla del hospital cuando recién había despertado, sintió un escalofrío y con cautela se acercó a la persona.

-Hola Caroline.- escuchó su peculiar voz y no pudo evitar estremecerse al escuchar la forma en que la llamaba.

-Hola.- dijo seria y se paró detrás de él.

-Quieres que te lleves lejos, ¿no?- escuchó cómo preguntó y apenas giró un poco su cabeza dejando a la vista sus gruesos labios.

-No, necesitaba verte y pensé que así aceptarías verme.- dijo con un poco de temor en las palabras.

-No pequeña, sé que te quieres ir, ya sabes la verdad, ¿no es así?, ¿ya sabes que Agustín inventó ser tu novio?, qué todos te han estado mintiendo.

-Si.- fue lo único que dijo.

-Pero no querías creerme a mí.- comentó y movió la cabeza a los dos lados.

-No sabía si debía confiar en ti- dijo segura y tomó asiento a un lado del sujeto, aún no podía mirarlo a la cara, este seguía ocultando su rostro- me hiciste daño a mí, a mi amiga, y a mi mamá, no sabía si decías la verdad o lo único que buscabas era hacerme daño una vez más.

-Yo nunca he querido hacerte daño, nunca lo haría, te amo- anunció y tomó la temblorosa mano de la chica, esta sintió como su piel se helaba con el tacto del sujeto- sí me llevé a Valentina era para que aprendiera una lección por haberte mentido, por haberte roto el corazón siendo la novia del imbécil ese.

-Entonces, ¿si fueron novios?- preguntó con las lágrimas amenazando con salir una vez más.

-Sí, no lo recuerdas porque ellos nublaron mucho más tus recuerdos, pero si vienes conmigo- apretó su mano y Carolina prestó mucho más atención al sujeto, su mano era grande y de la misma tonalidad que de Agustín si no es que un poco más clara- haré que recuperes tu vida y que nada ni nadie te haga sufrir.

-No sé si me pueda ir- anunció y alejó su mano de la del sujeto- aún no sé si debería confiar en ti.

-Te he demostrado que puedes hacerlo, yo fui quien te dijo la verdad.

-Pero, ¡Lastimaste a mi mamá!- casi gritó y el sujeto puso su mano sobre la boca de la chica.

-Necesitaba llamar tu atención, ni siquiera la toqué, sólo le di un susto para que tú supieras que estoy cerca de ti.- quitó su mano de la boca de la morocha

-¿Desde cuándo lo estás?- preguntó aterrada.

-Desde siempre, he vivido en las sombras viendo como creces, como eres feliz y como sufres, nunca he sido de tu importancia, pero no puedo seguir viviendo con este amor sin saber si tú podrías llegar a sentir algo por mí, te he amado con todas mis fuerzas durante diez años, te he cuidado y me he encargado que todo aquello que te haga sufrir, las pague.

-¿Quién eres?- fue lo único que pudo preguntar.

-Te diré si me dices que vendrás conmigo.- dijo seguro.

-No lo sé, me quiero alejar de aquí, pero no puedo, hay algo que no me deja hacerlo.- agachó la cabeza y el sujeto se acercó y rodeó su cuerpo con un brazo.

-¿Qué sucede?- preguntó tiernamente.

-Estoy embarazada de Agustín...- escuchó como decía entre sollozos y sintió una gran furia, quería matar a ese idiota en esos momentos.

-¿Qué?- se puso tenso y se alejó un poco de la morocha- ese desgraciado las va a pagar, te hace daño y encima hace esto para que no te puedas apartar de su lado- tomó una vez más la mano de la morocha y esta miro su perfil atenta- te prometo que va a pagar por todo el dolor que sientes, sufrirá de la peor manera...- no pudo continuar porque la morocha lo interrumpió.

-No, no le hagas nada- le suplicó- por favor.- no quería que nadie más sufriera por su culpa.

-Lo merece, no tolero verte así- le aseguró- te juro que yo podría ser mucho mejor padre que ese idiota, él no te merece, no merece que sigas en su vida.

-Pero no quiero que le hagas nada, no quiero que sufra.- dijo segura.

-Bien, pero tú debes aceptar venirte conmigo, te alejare de todo, cuidare de ti y de tu hijo, sólo dame una oportunidad.- la morocha se quedó pensando, no sabía que debía hacer, quería estar lejos de ahí y a pesar de todo no quería que Agustín sufriera por ella. Ella si lo amaba como para desear que le pasará algo malo.

-Acepto- dijo segura y el sujeto no pudo evitar sonreír- me iré contigo sólo si me prometes que me dirás toda la verdad, me ayudarás a que recuerde mi pasado- este asintió- me llevarás lejos a mí y a mi hijo- volvió a asentir- pero no le harás daño a Agustín ni a nadie más- apenas si pudo hacer un movimiento ante tal petición- y sobre todo, me dirás quién eres.- esto último lo puso tenso, pero sabía que debía hacerlo.

Lentamente se fue volteando hasta quedar de frente a la morocha, y una vez que sintió la poderosa mirada de la chica, fue bajando de a poco su gorra, hasta que su cara quedó al descubierto.

Carolina no creía lo que veía, sabía que había soñado más de una vez con esos ojos grises tan intensos, esas firmes cejas formadas en una línea recta, ese cabello negro con un par de rulos, estaba despeinado y le caían algunos mechones en la cara, y esos labios, carnosos y secos, sabía que ya antes los había probado, sabía a quién tenía frente a ella, pero jamás creyó que sería él, justo él.

-¿Tú?- fue lo único que pudo decir y el chico se puso tenso. Carolina ya sabía quién era su "eterno amor", el chico que más de una vez atormentó sus sueños, y jamás creyó que se trataría de su vecino, el chico solitario que siempre veía observado el cielo desde un telescopio. Le gustaba ver como este se maravillaba al ver las estrellas cuando eran pequeños.

Era él, el chico que al primer minuto que vio jugando en su patio le había gustado y había despertado una curiosidad en ella, un sentimiento de cariño sin siquiera conocerlo, y al fin lo tenía frente a ella y podía comprobar lo hermoso que era poder tener a tan misterioso y maravilloso ser que le encantaba ver a los diez años, mirándola a los ojos, justo como siempre había querido.

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Holaaaa😜😁 capítulo nuevo, bastante intenso, y triste, no tanto como el pasado pero sí. Ahora sólo falta conocer el nombre de ese sujeto misterioso del que aparecer Carolina antes gustaba😱😕

Díganme qué les pareció el cap. de hoy en los comentarios, ayúdenme dejando su voto. Las quiero así mucho, mucho, hasta el cielo, ida y vuelta (como Ricardo y Nina💗💔😭)

🆘WARNING🚫
🔜¡Últimos capítulos!

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Bueno este es mi primer historia espero que tes guste.