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SKYLAR
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Solo puedo correr sin rumbo alguno, no quiero verlo ahora mismo.
Pero él es vampiro, me va alcanzar en caso de que decida seguirme.
Pero si no supo que lo estaba escuchando hace rato no debe ser tan poderoso, o solo no le importa nada sí yo sé o no lo que pasaba.
Me utilizó. Sí solo quería jugar conmigo debió ser honesto, yo también hubiera jugado con él y la diversión hubiera sido mutua. Solo hubiera sido pasión, yo no hubiera involucrado mi corazón, solo mi cuerpo hubiera entrado en la ecuación y el desenlace habría dido distinto.
Mi instinto se activa, sé que me sigue, ¿Por qué lo hace? Ya tiene a Hayley de vuelta, no me necesita.
Logro esconderme entre el laberinto que es esta ciudad. La lluvia golpeando las calles solitarias esconde mi corazón acelerado junto a mis sollozos, además de qué esconde el hecho de que lloro como si no hubiera mañana.
Tal vez no hay mañana para mí, ¿Por qué importaría si lo hay? Soy solo algo que se puede usar una y otra vez, pasarlo de un lugar a otro para cumplir una función en específico y después se tira a la basura para que sea el turno del siguiente.
La chaqueta de cuero que llevo pesa, pesa bastante bajo el agua, o tal vez yo estoy muy débil por la situación. Sea como sea me la sacó y la tiro al suelo, mis brazos tiemblan debido al frío, pero no lo siento, solo siento el dolor de mi corazón; se siente como vidrio tratando de matarme.
—¡Skylar! —Lo escucho gritar no muy lejos de mí. Me cubro la boca como si eso fuera a ayudar en algo cuando capte los ruidos naturales de mi cuerpo. —¡Cariño, por favor... Tenemos que hablar! —¿Hablar? Ya tomó todo de mí, no tengo nada más para darle. —¡Pedacito de cielo, te vas a resfriar! —No le importa, lo sé, solo soy su juguete. Si muero de pulmonía, es fácil conseguir un reemplazo. —¡Por favor! —Lo escucho nuevamente, pero esta vez mas lejos. Es mi oportunidad, así que corro lejos del callejón, suplicando que toda esta lluvia cubra mi aroma, mi corazón, mis sollozos (no puedo contenerme) y mis pasos.
"La lluvia es tu mejor amiga a la hora de cazar, Skylar" resuena esa voz en mi cabeza mientras corro en dirección contraria.
Por desgracia las aceras de New Orleans se vuelven resbalosas con la lluvia, trastabillo por su culpa y caigo. Mi cabeza choca contra un árbol mientras que mis codos se raspan contra la acera y mi rodilla choca contra... ¿Un escalón? Mi día no puede estar peor.
«¿Tengo que ser tan torpe cuando me rompen el corazón?»
Trato de levantarme, pero la rodilla no me deja, duele mucho. Comienzo a tocarla y no veo sangre en el pantalón, no debe ser tan grave.
—¿Pedacito de cielo? —Levanto el rostro y me encuentro con Elijah, viéndome con preocupación en el rostro, está tan mojado como yo, pero él no tiembla por obvias razones. —Ven... —Trata de sujetarme, pero yo me aparto.
—¡No me toques! —Por el fuerte movimiento mi codo vuelve a chocar contra el escalón en que estoy sentada y mi cabeza duele ¿Qué tengo en la cabeza?
—Te golpeaste, estas sangrando... —Suena preocupado, pero ya no le creo, no puedo creerle nada. Llevo mis dedos a mi frente, justo donde me golpeé, cuando los veo están cubiertos de negro. Veo mis codos y están raspados. Que mierda de día he tenido. —Solo déjame verlo...
—¡No! —Me levanto. Mi rodilla duele, pero solo quiero alejarme de él. Cojeo un poco hasta que él me sujeta de la cintura. —¡Suelta! —Pataleo como aquella vez que Jesse me sujetó.
Su toque quema y agradezco que la lluvia cubra mis estúpidas lágrimas.
—Solo quiero ver si estás bien... —Suena dolido, pero me suelta. Me giro a verlo y parece que sufre, me alegro tanto por eso, así sea fingido. —Vamos a casa...
—Tu casa... querrás decir. —Tartamudeo y no sé si es por el frío que me destruye los huesos o por todo mi llanto.
—Tu vives ahí. —Trata de sujetarme las manos, pero yo las aparto. El primer lugar en qué pienso para ponerlas es en mis codos, pero chillo por el sorpresivo dolor que me da al tocarlos. —¿Estás bien?
—¡No! —Me giro y vuelvo a caminar, aún cojeo, pero debo irme. —No lo estoy... —En un instante está frente a mí y me sujeta el rostro para verme la frente ¿Tan mal se ve o solo le preocupa que su juguete se raye un poco? —¡Suelta! —No me responde, solo se lleva la muñeca a la boca, la muerde y la acerca a mi boca, pero yo giro la cabeza y la aparto con la mano.
—¡Solo quiero ayudarte! —Ya perdió la paciencia.
—Vaya forma de... Demostrarlo. —Sigo tartamudeando y sé que es por el frío. No me importa si muero congelada mientras pueda estar lejos de él.
—Déjame explicarte... —Recupera la paciencia, levantando las manos como si yo fuera un animal que debe mantener en su lugar. —Solo fue un beso que no...
—¡El beso no es el problema, idiota! —No sé cómo conseguí gritarlo sin interrupciones. Me giro para ir por otro camino, pero él usa su gran velocidad para ponerse frente a mí. —¡Ya me quiero ir!
—Te dejo ir solo si vienes conmigo.
—¡Primero muerta! —Él está calmado y con razón, soy yo la que tiene el corazón roto, soy yo el juguete.
—Entonces solo bebe mi sangre y hablaremos cuando te calmes.
—¡Estoy calmada! —No, no lo estoy, pero me parece mal que me pida calma cuando es él quien se besó con su ex y me utilizó.
—Bien... Entonces solo vamos a hablar o déjame cubrirte las heridas, alguien te las puede ver...
—Como si te importara... —Mi voz tambalea nuevamente y dejó de temblar, ya no tengo frío gracias a la adrenalina.
—Claro que me importa. —Se pasa las manos por el cabello empapado, gesto de que se encuentra estresado.
-—Por qué?
—¡Porque te amo! —Todo New Orleans debe de saber que estamos peleando a causa de los gritos.
—¿Es eso o solo no quieres que tu distracción ande por ahí sangrando y avergonzándote por ser una amenaza? —No me importa si me escuchan y corren con el chisme hacia Klaus y Marcel.
—¿De que estas hablando?
—¡Elijah, solo dilo y ya! —Grito y él entiende a que me refiero.
-¡No lo diré porque no es cierto!
—Pero fue cierto.
—Ya no lo es.
—De igual manera esto no funcionaria. Somos diferentes. —Toco su mayor debilidad contra él. —Soy humana, tú un...
—Si somos tan diferentes... —Me interrumpe tomando mi mano y la coloca sobre su pecho mientras acariciaba él dorso con él pulgar. Yo lo permito solo porque cuando lo toqué hace un par de horas no sabía que sería la última vez que lo haría. —¿Entonces por qué nuestros corazones laten al mismo tiempo?
Él tiene un punto, pero lo más probable es que sea el frío lo que hace latir mi corazón diferente, al mismo ritmo del suyo.
Entonces mi cerebro se activa de nuevo:
—Solo acepta que fui tu juguete, tu juego en sí, tu distracción. —Hablo tirando para que me suelte.
—¡No lo eres! —Toma mi mano una vez más y como es la última vez que sentiré su toque dejo que lo haga. Se hinca en una rodilla frente a mí y no entiendo que es lo que hace hasta que busca en su bolsillo una cajita de terciopelo rojo. —Iba a hacer esto ayer en la noche, en la bañera, pero no lo hiciste sola y entré contigo... —Se ve tan vulnerable ahí, arrodillado frente a mí, con la lluvia cayéndole encima. —Pero quería hacerlo porque te amo, aunque no había encontrado un buen momento. He llevado esto desde ayer en la mañana. —Abre la caja dejando ver un anillo con un diamante enorme. En respuesta yo suelto un grito que se ahoga entre la lluvia que no quiere cesar. —Skylar Marie Dollanger, ¿Quieres ser mi esposa?
Mi corazón lo ama, mi corazón late por él, mi corazón está a punto de ganar la batalla hasta que el dolor en mi rodilla me recuerda por qué terminamos en esa situación. Comienzo a reírme a carcajadas, pero es una risa rota que suena increíblemente falsa.
—Ve y pídeselo a Hayley, después de todo yo soy la distracción, señor Mikaelson. —Hago una reverencia que hace a mi rodilla doler aún más para recordarme que debo dejarlo ir.
Parece dolido cuando cierro la caja nuevamente; debería lanzarla lejos, pero no soy capaz. La lluvia no deja de caer y él no se levanta, parece que tiene el corazón desgarrado como yo tengo el mío.
Todo mi cuerpo duele, pero duele más mi corazón.
—Skylar... —Suena suplicante. Sujeta aun mi mano y yo la deslizo entre sus dedos, la mano de él cae al suelo entre uno de los charcos que se forman. —Déjame explicarte...
—Con la lluvia comenzó nuestra relación, con la lluvia se acabó. —Poesía barata. Podría jurar que vi una lagrima caer de su rostro, pero obviamente era solo la lluvia cayendo. —Adiós, Elijah. —Desearía poder darle un beso, aunque sea despedirme, pero no lo hago. Solo doy media vuelta para alejarme lo más posible de él... Por lo menos lo lejos que mi rodilla me deja ir.
Juraría que escuché un "no eres mi distracción" venir de Elijah, pero no me permito correr a sus brazos.
Mis lágrimas y yo esperamos que sea feliz con Hayley, que uno de los dos sea feliz y si no soy yo me alegra que sea él.
Porque lo amo, lo amo tanto que me destruye esto.