—¡Mas azúcar! —Gritaron Hope y Alice al unísono. Skylar obedeció y puso más azúcar en la mezcla para las galletas.
—Si tu madre pregunta. —Vio a Hope mientras dejaba la bolsa prácticamente vacía a un lado. —Tu papá te compró las galletas.
—¡Hecho! —Solo eran las seis de la mañana. Hope y Alice estaban ya en el salón, Hope pintaba el amanecer y Alice la acompañaba; eran muy tiernas esas dos.
Skylar bajó solo para ir al baño y se las encontró, entonces Alice le pidió unas "galletas súper especiales". Al explicarle a Hope que eran "las galletas más delifantasticas del universo" ambas le suplicaron que las prepara; no pudo negarse. Agradecía el haberse puesto un pantalón bajo la camisa que era de Elijah.
Ya estaba lista la masa, la colocó en él molde y las llevó al horno.
—Ahora queda esperar. —En ese momento odiaba haber aprendido a cocinar tan bien desde pequeña.
—¿Qué tanto? —Preguntó Hope.
—¡Como una eternidad! —Gritó molesta Alice.
—Solo cuarenta y cinco minutos, linda. No es tanto. —Ambas hicieron pucheros. No tenían hambre, pero el simple aroma de la masa las encantó.
—¡Tengo hambre! —Chilló Alice.
—No es verdad, te conozco, pequeño diablillo. —Skylar le pinchó la nariz. Era como su hermana pequeña prácticamente, pero no volvería a cometer el error de llamar a alguien hermana de nuevo. Su familia era Logan y nadie más. —Mientras esperan corran a pintar o hacer lo que quieran. El tiempo pasará más rápido así. —Trataron de replicar, pero con un "sin quejas" de parte de Sky se quedaron calladas y obedecieron.
Skylar al ver que no estaban cerró los ojos un momento y cuando los abrió se encontró con Elijah, sonriéndole como lo hizo cuando despertó hacia una media hora.
—¿Qué hacías? —Aún no estaba arreglado. Jamás salia de la habitación sin sus costosos trajes, pero el ruido y risas le hizo bajar a ver qué pasaba.
—Me esclavizaron para preparar galletas. —Metió el dedo en el tazón aun con pequeñas manchas de masa y cuando estaba por llevárselo a la boca Elijah le tomó la mano y se llevó el dedo a la boca para probar.
Solo quería ser coqueto pero su mirada sexy se cambió a una de sorpresa debido al sabor dulce.
—Tenemos un problema.
—¿Qué? —Se asustó ¿Le había quedado mal? Estaba por probarla nuevamente, pero Elijah la detuvo.
—El problema es... —Tomó ambas manos, entrelazando sus dedos. —Me enamoré de una chica perfecta.
—No digas eso. —Hizo una mueca de disgusto, odiaba ser llamada perfecta, en especial ahora porque Kailan siempre usaba "su perfección" como un insulto. —Mejor ve a arreglarte, yo limpiaré y alimentaré a ese par.
—Primero que todo... ¿Desde cuándo conoces a Alice? —Preguntó el original, tomando la mano de su novia, metiendo el dedo de ella entre los restos de masa y chupándolo de ahí nuevamente.
—Desde que nació, yo le cambiaba los pañales porqué Jesse decía que "le daba miedo lo frágil que era" —. Sonrió al recordar ese tiempo, sabía que a Jesse no le daba miedo cambiar un pañal, pero le divertía verlo suplicar.
—Entiendo. —Elijah Mikaelson nunca había sido celoso, se conocía como el hermano más relajado en lo que se trataba de relaciones, pero por primera vez en su eternidad tenía mucho que perder.
—Pues yo la bañaba, la cambiaba, le daba de comer y en la noche cenaba con su mamá. —También recordó la comida que pedía hacer la señora Busterfild solo para ella.
—Siempre haces que todos te amen. —Esta vez Elijah metió su propio dedo entre la masa y lo llevó a los labios de su novia, ella no se negó y la probó.
—Claro qué no, Kailan me odia y tu hermano también me odia sin saberlo. —Le daba gracia lo de Klaus, en especial porqué Elijah se estresaba demasiado por algo tan simple, mientras qué lo de Kailan le molestaba, solo por ser esa mujer que nunca le dio buena espina.
—Iré a vestirme. —Sobre la mesa que los separaba le dio un beso. Al separarse tomó el tazón y se lo llevó.
—¡Oye, logré salvar eso para mí! —Le gritó, pero él solo sonreía.
—Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo. —Llegó hasta la puerta y entonces se giró para verla. —Hoy en la noche vamos a hacer algo.
—Tengo clase.
—Vas a faltar. —Ordenó y salió mientras ella rodaba los grises ojos.
Cuando se fue comenzó a limpiar la cocina, era un desastre total; eso pasa cuando cocinas con 2 niñas.
Media hora después ya estaba todo limpio. Cuando se giró encontró a Kol y Rebekah en la entrada, sonriendo como si quisieran algo... Realmente si querían algo.
—¿Qué huele tan bien? —Preguntó Kol aun sonriendo. Ninguno de los dos estaba vestido, el olor los había hecho bajar.
—Galletas para Hope y Alice. —Le sacó la lengua a ambos debido a que no planeaba darles, solo quería ser mala una vez.
—Soy tu amiga. —Dijo Rebekah en tono suplicante.
—Bien... Una galleta para cada uno. —Se dio la vuelta nuevamente y abrió el horno, todo el olor salió disipándose por todo el primer piso. Segundos después de que las galletas estuvieran en la mesa enfriándose llegaron Hope, Alice y Logan. —¡Fuera todos de mi cocina! ¡Es el desayuno de las niñas!
—Soy tu hermano mellizo ¿No hay galletas súper especiales para mí? —Dijo Logan fingiendo estar herido.
—Está bien... —Asintió. Tomó tres platos, puso 3 galletas en cada uno y se la pasó a Logan, Hope y Alice. —En un rato les doy un vaso de leche.
—¿Y mi galleta? —Preguntó Kol haciendo pucheros.
—Aquí está. —Le extendió la bandeja a Kol, que aún tenía cuatro galletas sobrantes. —Toma una y tú también, Bekah, pero solo una.
—Sky es tacaña con sus galletas porque sabe que son adictivas. —Habló Logan con la boca cubierta de migajas.
—No es para tanto. —Rodó los ojos Rebekah antes de llevarse la galleta a la boca. Abrió los ojos al probarla, era delicioso. —Kol, no te va a gustar. Dámela a mí que yo me sacrifico por ti.
Kol rodó los ojos por esa acción de Rebekah. Llevó la galleta a su boca y después de darle una mordida lo comprendió todo.
—Nada mal... —En realidad quería tomar las dos galletas restantes y correr.
Klaus llegó, también intrigado por el dulce aroma. La cocina estaba llena.
—¿Que es ese aroma? —Tenía una sonrisa en el rostro por ver a su linda hija tan feliz.
—Galletas. Sí Hayley pregunta tú las compraste. —Mencionó Skylar, tomando la bandeja nuevamente y tendiéndosela al híbrido. —Toma solo una.
—Ya pareces la señora de la casa. —Rebekah rodó los ojos y se retiró, aunque en el fondo estaba feliz de eso.
—Es lo más lindo que me has dicho, Bekah. —Respondió la chica de orbes grises cuando la rubia se había ido.
—Gracias, Scarlett. —Dijo Kol, logrando que Skylar lo viera mal. También se fue a dormir un par de horas más.
—Gracias, amor. —Mencionó Klaus, viéndola con una sonrisa divertida ya qué tenía el rostro cubierto de harina y azúcar. Se retiró de ahí, con la galleta en la mano, seguido de Hope y ella era seguida por Alice.
Skylar y Logan se quedaron solos en la cocina. Ella le sirvió un vaso de leche y se lo entregó.
—Me gusta verte así. —Dijo Logan tomando el vaso. Sonreía y no era por la galleta.
—¿Así cómo? —No cualquiera lo notaria, pero ellos eran hermanos y sabían todo de ellos.
—Feliz. —Logan notaba el brillo en los ojos qué solían ser apagados y muertos. Ni Jesse logró eso en ella; le dio vida, pero no brillo.
—Es porqué mi otra mitad está aquí. —Era algo de hermanos que tenían. Ellos dos desde pequeños tenían dos creencias: "Somos dos mitades de una misma persona" y la más importante "somos tu y yo contra el mundo".
—Tal vez tienes a tu alma gemela cerca. —Logan no dejaba de sonreír, amaba ver a su hermana tan brillante, era un sol.
—Creo que es verdad... —Pensó en esos ojos oscuros que tanto amaba ver al despertar, en los brazos de Elijah que la abrazaban antes de dormir y sus manos, esas manos que encajaban perfectamente con las suyas.
—Estás enamorada, Sky... Muy enamorada. —Logan sonreía, pero tenía miedo. Había jurado proteger a su hermana de todo, pero había fallado de forma miserable, eso le hizo aprender que no podía proteger su corazón, solo podía tomar los pedazos y curarlos.
—Hablando de amor... ¿Dónde está Maya? —Maya y Logan no podían estar separados más de un día, era algo cursi pero tierno, finalmente Skylar entendía eso.
—De ella quería hablarte... —Los ojos de Logan brillaron, pero fue interrumpido por Elijah, quien entraba con una sonrisa de lado a lado; había estado escuchando sin que ellos lo supieran.
Estaba con su traje de diez mil dólares y el tazón sin restos de masa.
—¿Interrumpo algo? —Dejó el tazón en la mesa y abrazó a Skylar por la cintura, su sonrisa no desaparecería por un buen tiempo.
—Conversación de hermanos. —Colocó sus manos sobre las de Elijah y el brillo creció. —¿Qué me ibas a decir? —Vio a Logan mientras Elijah la sujetaba.
—Maya no pudo venir porque tuvo un pequeño... Retardo. —Al decir eso sonrió aún más.
—¿Retardo? —Sky frunció el ceño mientras Elijah llenaba de besos su mejilla.
—Te lo diré si dejan de hacer eso... —Logan hizo una mueca cuando los besos de Elijah bajaron al cuello de Skylar y ella se mordió el labio mientras cerraba los ojos.
—Aburrido. —Elijah paró, pero no la soltó. Recostó su mentón en el hombro de ella mientras los mellizos soltaban una pequeña risa.
—Bien, Sky... Maya se ha sentido mal desde hace unas semanas, tiene mareos, náuseas, vomito, mucho mal humor ¿Qué tiene?
—¿Yo cómo voy a saber eso? —¿Mareo, nauseas? ¿Tiene indigestión o algo raro? Pensó Skylar.
—Estudiaste enfermería, debes saber más que poner inyecciones, señorita tres carreras. —No lo decía, pero lo insinuaba, Logan sabia porque su hermana estudiaba todo eso y lo odiaba. Además, siempre quiso una vida "normal" para su hermana.
—No tengo idea de qué sea. —Se había molestado.
—Vas a ser tía, mi cielo. —Elijah si lo entendió, pero Skylar no lo creyó hasta que vio a su hermano, él estaba diferente, radiante.
—¡Voy a ser tía! —Gritó soltándose del abrazo de Elijah y corrió a abrazar a su hermano con fuerza. —¿Cuánto tiene?
—Solo dos meses. Es solo uno. —Logan estaba alegre de compartir aquello con su hermanita. Protegería ese bebé como no pudo protegerla a ella.
—Que mal... No más mellizos. —Se separaron del abrazo y Skylar volvió a los brazos de Elijah.
—Tal vez el próximo... —Logan siempre soñó con una gran familia... Skylar era quien soñaba con inventar una fórmula mágica para sacar la sangre de la ropa con facilidad.
Elijah si se preocupaba, si quería hijos él no podría dárselos. Su miedo era ese.
—Antes de olvidarlo... —Skylar tomó la bandeja que yacía en la mesa. Se giró y la puso frente a su novio. —Te guardé una galleta.
—¿Solo una? —Levantó una ceja.
—Es todo lo que pude salvar de tus hermanos.
—¿Tú comiste? —Ella vio al suelo, contestando la pregunta. Elijah tomó la galleta y la partió en dos, le entregó la mitad más grande a su linda princesa. —Lo mío es tuyo. —Ella sonrió y la tomó, tenía suerte de tenerlo.
—Tenemos un problema... —Elijah frunció el ceño. —Eres perfecto.
—Awww... —Skylar suspiró al escuchar esa voz tras ella. —Son tan lindos juntos.
Tenía que llegar Jesse a arruinar el dulce momento.
Pero lo que ellos no sabían era que el corazón de Jesse punzaba al verla con otro, su corazón gritaba "¡Dile la verdad!". Pero no lo hizo y ya era feliz en los brazos de otro.
No podía competir contra él y lo sabía, hizo lo que él no pudo, sacarla del infierno. Era consciente de que Elijah Mikaelson curó a Lady Silence.