"El Elemento Perdido #2: Agua...

By DanielaHernandez1940

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Todo ha vuelto a la normalidad en Caudentry. La familia Vasilith esta más fuerte que nunca con el regreso de... More

PRÓLOGO
"CAPÍTULO 1"
"CAPITULO 2"
"CAPÍTULO 3"
"CAPITULO 4"
"CAPITULO 5"
"CAPITULO 6"
"CAPITULO 7"
"CAPITULO 8"
"CAPITULO 9"
"CAPÍTULO 10"
"CAPITULO 11"
"CAPITULO 12"
"CAPÍTULO 13"
"CAPITULO 14"
"CAPÍTULO 15"
"CAPÍTULO 16"
"CAPÍTULO 17"
"CAPITULO 18"
"CAPÍTULO 19"
"CAPÍTULO 20"
"CAPÍTULO 21"
"CAPITULO 22"
"CAPÍTULO 23"
"CAPÍTULO 24"
"CAPÍTULO 25"
"CAPÍTULO 27"
...
"CAPÍTULO 28"
"CAPÍTULO 29"
"CAPÍTULO 30"
"CAPÍTULO 31"
"CAPÍTULO 32"
"CAPÍTULO 33"
"CAPÍTULO 34"
"CAPÍTULO 35"
"CAPÍTULO 36"
"CAPÍTULO 37"
"CAPÍTULO 38"
"CAPÍTULO 39"
"CAPÍTULO 40"
"CAPÍTULO 41"
"CAPITULO 42"
"CAPÍTULO FINAL"
¡TERCERA PARTE!

"CAPÍTULO 26"

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By DanielaHernandez1940

—Tranquila, todo está bien —Nathan me llevaba en sus brazos con mucho cuidado.

Sentía que el cuerpo me ardía. Era como si tuviera mucha temperatura. Mi cuerpo temblaba mucho y podía darme cuenta del esfuerzo que Nathan estaba haciendo para llevarme con mucho cuidado.

—¡Necesito ayuda! —gritó mientras íbamos por el pasillo— ¡La princesa necesita ayuda!

—No los llames —apenas y pude hablar pero no quería a nadie—. Por favor.

—Tengo que Alex, no sé qué es lo que te pasa, puedes morir.

Siguió caminando hasta que por fin llegamos a mi habitación. La puerta estaba rota y todo hecho un desastre, igual que las otras veces. Me puso en la cama con mucho cuidado y apartó todo lo que había ahí. Era como un maldito ataque. El temblor que invadía mi cuerpo era terrible y no sabía porque pasaba. O quizá si. La última vez que hice esa clase de magia, mi nariz había sangrado y perdí la conciencia pero ahora era mucho peor. Ya no sólo lo sentía fuera sino también dentro de mi. Me quemaba por completo y todo dolía mucho.

—Tengo que ir por alguien —Nathan se acercó a mi—. Estarás bien, no tardaré.

Salió corriendo del cuarto y pude escuchar sus gritos. Tenía que haber alguien que me ayudara. Un leve dolor apareció en mi vientre. Diablos.

—Tranquilo —susurré—. Estarás bien, vamos a estar bien. Sólo resiste igual que mami, por favor.

Pero no disminuyó, el dolor seguía ahí. Me aferré a las sábanas y grité. Alguien tenía que oírme. 

—¡Ayúdenme!

Estaba hecha un ovillo cuando escuché un golpe en la puerta del closet. ¿Y si era uno de ellos? Estaría muerta.

¡Maldita sea!

¡Hazlo con cuidado idiota! 

La puerta del closet se rompió. Dëni salió de ahí junto con Vanessa y Greta. Ésta traía un fierro en las manos, al parecer con eso tiraron la puerta. Se veían bien, o al menos no lastimadas. Parecía como si ya hubieran estado en la cama pues ambas estaba en camisón y los tenían llenos de tierra. Su cabello estaba alborotado y se veían un tanto alteradas.

—¡Oh Dios mio, aquí estás!

Las tres corrieron hacía mi y se lanzaron a la cama. Rayos. Las amaba pero quería que se quitaran.

—Dios mio Alex —Vanessa tocó mi frente—. Estás ardiendo.

—¿Qué pasa? —Dëni me tomó de la mano y sintió el temblor que me invadía.

—Iré por ayuda —Greta salió del cuarto.

Esperaba que no tardaran, esto se sentía como estar en el mismo infierno y eso que no lo conocía.

—Necesito algo frío —mis ojos ardían y el calor aumentaba cada vez más.

Pegué un grito de dolor cuando sentí que algo golpeaba mi pecho.  ¿Qué había hecho?

—¡Hagan que se detenga!

—Dinos qué hacer —dijo Vanessa llorando— ¡Dëni ve y diles que se den prisa!

—¡Aaah! —el dolor en el pecho era terrible de tal manera que no podía describirlo. 

Los gritos siguieron y no podía contenerme.

—Ya vienen Alex, ya vienen —Vanessa tomó mis manos y las apretó.

Escuché pasos y voces en la habitación.

—¡Hagan que pare, por favor!

...

Parece que se calmó —apenas y podía entender lo que decían pero era Adrián— ¿Qué rayos le pasó?

No lo sabemos Majestad —¡Nathan!—, la encontré en la torre.

Creen que ella lo hizo, ¿al igual que el ataque pasado? —preguntó Katrina

¿Por qué rayos no podía abrir los ojos?Quería hablar con ellos y explicarles lo que pasó. Algo gracioso porque ni yo misma sabía que lo que había sucedido.

Hay que dejarla descansar, Majestad —Greta, era Greta—. Ella necesita reposar por el bebé. Ellas y yo estaremos aquí por si algo se le ofrece.

...

Cuando desperté todo estaba oscuro pero había una ligera línea de luz entrando por la ventana. Quise levantarme pero unas manos me lo impidieron.

—Recuéstate Lexi.

Oh Dios mio.

—Nathan —estaba aquí, conmigo y solo—, ¿qué estás haciendo aquí?

—Cara y Greta me pidieron que me quedara aquí. Fueron a traerte unas cosas que Henrietta preparó.

—¿Y los demás?

—Vanessa y Dëni están con tu madre —se sentó a mi lado en la cama—, la están ayudando con Daniela.

—¿Qué le ocurrió? —pregunté. 

La había dejado con Carl y no sabía que tan bien estaba. Pero por la cara de Nathan sabía que no era algo bueno.

—Esta muy lastimada, las rocas que cayeron encima de ella eran muy pesadas. Tiene un brazo y una pierna rota.

—Dios mio —tenía que ir a verla.

Quizá podía ayudar. Quité las sábanas de la cama y comencé a levantarme.

—No, no, no —Nathan me detuvo de nuevo—. Tú no puedes levantarte de aquí.

—¡Claro que sí! —traté de levantarme de nuevo pero no me dejó— ¿Ahora me cuidas?

—Cálmate —me tomó de la mano y no tuve otra opción— Alex de verdad siento todo lo que ha pasado. He sido un imbécil, me deje llevar por muchas cosas que me dijeron de ti.

—¿Cómo pudiste creerlas? —pregunté un tanto dolida. 

Era un idiota.

—No tengo idea. Desde el momento en que regresamos, lo único en lo que pensaba era en volverte a ver y estar contigo pero después supe que sería imposible y me odié a mi mismo por ello. La única manera que encontré para desahogarme fue odiarte, y ni siquiera sabía porqué. Cuando ellos nos dijeron todo lo que había que hacer no lo pensé dos veces. Fue por eso que me acerqué a Cara, porque sabia que llegaría a ti aún cuando eso significara ser un cretino y te obligara a detestarme.

—Pues creo que funcionó —admití—,  pero no lograste que te odiara.

—Ahora es demasiado tarde, tú estas comprometida al igual que yo.

—Quizá no es tan tarde.

¿Aceptaría esta idea?

—Alex yo...

La puerta se abrió y Nathan soltó mi mano. Cara y Cedric aparecieron. Ambos se quedaron un tanto sorprendidos cuando nos vieron, en especial Cedric. Esto no le gustaba para nada.

—Muchas gracias por ayudarme James —comencé a hablar—. Ya puedes irte.

—Gracias al cielo que ya estás despierta —Cara traía una bandeja con una taza y un frasco. 

No tomaría nada que ella hubiera preparado. Era una maldita traidora; aún recordaba cuando me había dopado por órdenes de Adrián. Nathan se hizo a un lado y Cedric se sentó donde él había estado. Me dio un beso en la frente y acarició mi mejilla. Parecía perro marcando territorio.

—No tienes idea de cuán preocupado he estado.

—Estoy bien —respondí con una sonrisa—. Estamos bien.

Miré de reojo a Nathan. Apartó la vista de nosotros y fue con Cara.

—Mi madre ha preparado esto —Cara vino hacia mi con una gran taza. Movía mucho la cuchara y eso no me daba buena espina—. Necesita mucha azúcar es un poco amargo.

Tomé la taza y olí lo que tenía. Diablos. Olía espantoso. Las nauseas aparecieron repentinamente.

—No me lo tomaré —dije firmemente.

Le extendí la taza a Cara pero Cedric la tomó.

—Claro que lo harás —y me la dio de nuevo.

—Mi madre dice que es muy buena para el embarazo.

—Cedric.

—Alexia.

—James, creo que debemos irnos —Cara dejó la bandeja en la mesita de noche y tomó a Nathan de la mano—. Con permiso.

Ambos salieron del cuarto. Cedric los siguió con la mirada y después me miró a mí.

—No es lo que piensas —dije antes de que él empezara—. Le dejé las cosas claras Cedric.

—No parecía eso.

—Pues lo era —respondí un poco más seria de lo que quería—. Es un idiota, él ya no es el Nath que yo conocía. Ya no quiero hablar de él.

—Alex, no puedes seguir haciendo esto —me miró fijamente—. No sabemos qué pueda pasar si lo intentas de nuevo, anoche creímos que ibas a morir.

Recordé el dolor, el calor y el dolor de mi pecho. ¿Qué clase de consecuencias me estaba trayendo este poder?

—Fue impulsivo —respondí apenada—, tenía que ayudarlos. Los guardias, mis padres, tú. Estoy harta de que la gente tenga que sacrificar tanto.

—Lo sé, pero no sabemos que te pidan a cambio los Dioses por ese tipo de ayuda.

Sería un precio muy caro.

...

Los días pasaron con un poco más de calma. Y yo, pues había estado encerrada en mi habitación todo el tiempo. Claro, había tenido visitas. Mis padres principalmente. Cedric y yo tuvimos que ir el mega sermón de la responsabilidad paternal y bla, bla, bla. Pero después de todo, ambos nos felicitaron aunque la actitud de Adrian no me convencía del todo.

Robert había venido para saber cómo estaba todo. Lena no había venido con él y al parecer no lo harían en mucho tiempo. Los Hathaway habían tenido calma y no había señal alguna de ataque en su territorio. Así que Adrián y Katrina estuvieron de acuerdo en que se quedaran allá. Y el hombre casi explotó de felicidad cuando supo que sería tío. Lena se enteraría muy pronto.

—Señorita —Greta regresó antes de salir; durante estos días había estado a mi cuidado, más que nada, para que me tragara esa porquería de té—, tiene una carta, la dejé en su tocador.

—¿De quién? —la cara de Greta me dio la respuesta y ahora ya no tenía ganas de leerla.

Genial.

...

Lena

Recibí tu carta y comprendo que te frustre el hecho de que no podamos hacer portales, no eres la única; todo sería más fácil pero ni modo, órdenes del Rey. Me alegra saber que están bien y aunque no lo quieras, es mejor que se queden con los Hathaway. Aquí no es seguro y ya nos hemos dado cuenta.
Daniela apenas y se esta recuperando del daño, pero nos preocupa que no pueda caminar del todo bien, pero ya la conoces, siempre se hace la fuerte. No podemos permitir que las lastimen, esas personas quieren dañarnos y buscarán cualquier cosa para hacerlo, asi que escucha a Robert y no te preocupes. En cuanto a lo que te contaron, es verdad, Cedric y yo vamos a ser papás. Lo se, me odias por no haberte dicho pero te largaste antes de tiempo. De verdad que me haces falta, tú sabes de esto de los embarazos y yo soy un desastre. Al menos tengo a las chicas para que me ayuden porque si por Cedric fuera, me metería en una caja de cristal. De verdad espero ir a verte al menos unos días, después de todo, tenemos que darle la noticia oficial a los Hathaway.
Te extraño Craiden y espero que todos estemos juntos de nuevo.
Cuídate mucho y a esos dos pequeños, les mando todo mi amor y un gran abrazo.

Alexia

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