"CAPÍTULO 26"

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—Tranquila, todo está bien —Nathan me llevaba en sus brazos con mucho cuidado.

Sentía que el cuerpo me ardía. Era como si tuviera mucha temperatura. Mi cuerpo temblaba mucho y podía darme cuenta del esfuerzo que Nathan estaba haciendo para llevarme con mucho cuidado.

—¡Necesito ayuda! —gritó mientras íbamos por el pasillo— ¡La princesa necesita ayuda!

—No los llames —apenas y pude hablar pero no quería a nadie—. Por favor.

—Tengo que Alex, no sé qué es lo que te pasa, puedes morir.

Siguió caminando hasta que por fin llegamos a mi habitación. La puerta estaba rota y todo hecho un desastre, igual que las otras veces. Me puso en la cama con mucho cuidado y apartó todo lo que había ahí. Era como un maldito ataque. El temblor que invadía mi cuerpo era terrible y no sabía porque pasaba. O quizá si. La última vez que hice esa clase de magia, mi nariz había sangrado y perdí la conciencia pero ahora era mucho peor. Ya no sólo lo sentía fuera sino también dentro de mi. Me quemaba por completo y todo dolía mucho.

—Tengo que ir por alguien —Nathan se acercó a mi—. Estarás bien, no tardaré.

Salió corriendo del cuarto y pude escuchar sus gritos. Tenía que haber alguien que me ayudara. Un leve dolor apareció en mi vientre. Diablos.

—Tranquilo —susurré—. Estarás bien, vamos a estar bien. Sólo resiste igual que mami, por favor.

Pero no disminuyó, el dolor seguía ahí. Me aferré a las sábanas y grité. Alguien tenía que oírme. 

—¡Ayúdenme!

Estaba hecha un ovillo cuando escuché un golpe en la puerta del closet. ¿Y si era uno de ellos? Estaría muerta.

¡Maldita sea!

¡Hazlo con cuidado idiota! 

La puerta del closet se rompió. Dëni salió de ahí junto con Vanessa y Greta. Ésta traía un fierro en las manos, al parecer con eso tiraron la puerta. Se veían bien, o al menos no lastimadas. Parecía como si ya hubieran estado en la cama pues ambas estaba en camisón y los tenían llenos de tierra. Su cabello estaba alborotado y se veían un tanto alteradas.

—¡Oh Dios mio, aquí estás!

Las tres corrieron hacía mi y se lanzaron a la cama. Rayos. Las amaba pero quería que se quitaran.

—Dios mio Alex —Vanessa tocó mi frente—. Estás ardiendo.

—¿Qué pasa? —Dëni me tomó de la mano y sintió el temblor que me invadía.

—Iré por ayuda —Greta salió del cuarto.

Esperaba que no tardaran, esto se sentía como estar en el mismo infierno y eso que no lo conocía.

—Necesito algo frío —mis ojos ardían y el calor aumentaba cada vez más.

Pegué un grito de dolor cuando sentí que algo golpeaba mi pecho.  ¿Qué había hecho?

—¡Hagan que se detenga!

—Dinos qué hacer —dijo Vanessa llorando— ¡Dëni ve y diles que se den prisa!

—¡Aaah! —el dolor en el pecho era terrible de tal manera que no podía describirlo. 

Los gritos siguieron y no podía contenerme.

—Ya vienen Alex, ya vienen —Vanessa tomó mis manos y las apretó.

Escuché pasos y voces en la habitación.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora