"CAPITULO 7"

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Todo era risas y gritos y al parecer mucha felicidad, al menos hasta que Adrián apareció, se puso rígido como una estatua viviente cuando vio a Damon. Era peculiar ver el parecido que los tres hermanos compartían, pero al mismo tiempo, había algo que los hacía totalmente distintos, muy fuera de lugar. La bienvenida para Damon fue incluso más fría que la de Daniela. ¿Qué estaba pasando?

—Así que por esto es el alboroto —dijo finalmente Adrián.

Una sonrisa comenzó a aparecer en su rostro y fue hacia Damon, lo envolvió en un abrazo muy varonil que dejó a todos prácticamente con la boca abierta, incluso al mismo Damon.

—Las sorpresas no se acaban para mí —les dijo—de verdad parecía muy feliz.

¿Debía creerle?

—Querida —Daniela me miró—, ¿te molesta si suspendemos nuestra pequeña actividad?

—Para nada, esta bien —respondí.

Era más que evidente que Daniela se moría por estar con Damon.

—Al parecer han pasado muchas cosas desde que nos fuimos, hermano.

—Así es Damon, como puedes ver, mi familia ha sufrido varios cambios —el tono de Adrián ya no era feliz, no sabía explicar lo que transmitía.

—Pero vamos al salón —sugirió Daniela—. Platicaremos mejor ahí,  Greta, ¿puedes llevar algo para beber?

Todos nos fuimos al salón y tomamos asiento. Daniela y Damon no se despegaron ni por equivocación.

—Es maravilloso que las tengas de vuelta, sanas y salvas —Damon nos sonrió con un gesto muy paternal a Lena y a mí—, y lamento lo de Halina y Peter.

—Sí, fue una lástima que no llegaras a conocer a Halina —respondió Adrián—, pero, esta linda niña es identica a ella, te harás a la idea.

—¿Cómo te llamas hermosura? —Damon estiró la mano hacia Luvia y ella fue con él.

—Soy Luvia Rhea Hathaway —le dio todo su nombre e hizo una reverencia—, pero puedes llamarme Luvi.

Todos rieron por los comentarios de Luvia, trababa de comportarse como toda una princesa, postura recta y voz firme; Adrián estaba creando un monstruo.

—Bueno, Luvia, yo soy tu tío Damon.

Ella corrió de nuevo con Adrián y se quedó con él todo el rato que estuvimos con Damon en el salón. Mientras tanto,  Lena había sido muy lista al disimular que se habían mantenido en contacto estos años. Adrián podía enloquecer sí se enteraba que Damon sabía dónde estuvo Lucinda todo este tiempo. Y todo aquello me llevó a otra interrogante: ¿él sabía que yo estaba en Ravenville? Ahora tenía muchas más cosas que investigar.

El ambiente parecía más relajado que en otros días. Todos se veían bien, o eso creí. Katrina tenía un gesto incómodo, era como si no quisiera estar ahí. Miraba a todos lados, evitando a Damon, cada vez que él le preguntaba algo, podía ver como se tensaba, y miraba nerviosamente a Adrián. Sentí un golpecito en la pierna. Me giré a Lena. Ella también lo habia notado. Algo pasaba entre ellos y tenía el leve presentimiento de que era algo muy delicado.

...

Después de un largo rato, Damon se fue con Daniela y Adrián. Quizás sí estaban interesados en recuperar el tiempo perdido, pero había algo que me hacía no confiar en mi padre, parecía demasiado feliz con la llegada de su hermano y hermana. Jamás hablaba de ellos, había tenido el valor de mandar lejos de este lugar a Daniela, y ahora, simplemente, ¿se iba de paseo con ellos?

Y claro, el palacio ya era un hervidero de chismes. Toda la corte estaba enterada de que el hijo mayor de la familia Vasilith había vuelto. La pregunta era ¿para qué?

Robert se llevó a Luvia pues Lena y yo teníamos cosas que organizar para la fiesta. Katrina se disculpó por no ayudarnos ese día y se encerró en su habitación.

—La actitud de mamá fue muy rara.

—Quizás solo este nerviosa —respondió Lena quitándole importancia—. Ella conoce la relación de Adrian con Damon y Daniela mejor que nadie, puede saber algo que nosotras no.

Lena podía tener razón. A lo mejor mis nervios y mi paranoica persona, me hacían creer en cosas que no estaban pasando.

Decidimos hacer todo en mi habitación, nadie nos molestaria ahí. Lena ya tenía varias cosas listas y aprobadas. Claro. Mi opinión podia irse al demonio. El lugar, decoración, bailarines, música, y demás ya estaba arreglado, todo en tiempo récord. Tocaron la puerta y Jillian asomó la cabeza.

—Hola mis niñas, escuché que necesitan ayuda —entró al cuarto y miró todo lo que Lena tenía esparcido en el suelo—. O a lo mejor no necesitan nada.

—Claro que sí —Lena dijo—, aún faltan muchas cosas y Alexia no es de mucha ayuda que digamos.

—¡No me preguntas nada! —le lancé un cojín—. La fiesta es mía y yo no he tomado ninguna decisión.

Aunque realmente me importaba muy poco. Lena podía hacer lo que quisiera, pero pensé que podía mostrar un minimo de interés para que nadie me dijera nada.

—Entonces espero que no te moleste mi regalo de compromiso —Jillian me sonrió y fue a la puerta.

Salió al pasillo un momento y cuando regresó traía una bolsa, era como un portatrajes. Una gran sonrisa llenaba su cara.

—¿Qué es esto? —pregunté. Me moría de ganas de abrirlo.

—Debes abrirlo hasta el día de la fiesta, ¿de acuerdo?

—Pero...

—No te preocupes Jillian —interrumpió Lena— me lo llevaré a mi cuarto para que no le ponga ni una mano encima.

Jillian puso la bolsa en una silla con mucho cuidado. La curiosidad me estaba matando.

—Gracias Jill —le di un rápido abrazo y ella me devolvió el gesto muchisimo más fuerte.

—Te quiero mucho, y espero que te guste, estaré aquí el día que lo abras —me guiñó el ojo y dicho esto nos concentramos en la fiesta nuevamente.

...

Ya era casi la hora de la comida. Decidí bajar para decirles que estaríamos listas en un momento. Cuando pasaba por la habitación de mi madre, escuché unas voces. Era Katrina y alguien más. Me fijé que nadie más estuviera en el pasillo y pegué mi oído. La puerta estaba entreabierta y se escuchaba casi con claridad lo que decían.

—¿Por qué están aquí?

—Mi hermano y yo tenemos todo el derecho de estar aquí —Daniela sonaba irritada—, Caudentry es nuestro hogar y no necesitamos una razón para regresar.

¿Que acaso no se había ido con Damon y papá?

—Adrián tiene razón, esto es por ti, ¡por tu culpa! —le gritó Katrina.

¿Acaso no pensaba que alguien podía oírlas?

—Adrián no tiene razón de nada, pero esto, sólo confirma mis dudas.

—No sé de qué hablas —cortó Katrina.

—¿Segura?, porque para mí es más que claro, no quieres que Damon este aquí —la voz de Daniela fue subiendo de tono— ¡porque temes que Adrián se de cuenta que sigue enamorado de ti!

Mierda.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now