"CAPITULO 8"

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Me quedé pasmada en la puerta. ¿Era en serio? No era posible que existieran tantos amores prohibidos en este maldito lugar. De Lena podia esperarlo, después de toda la trágica historia pero jamás de Katrina, ella amaba a Adrián, podía morir por él si era necesario, ¿cómo había podido engañarlo?

Alto. Me estaba apresurando. Daniela sólo había dicho que Damon estaba enamorado de mi madre, jamás que había engañado a papá, ni nada por el estilo. Lo apropiado era quitarme de la puerta, pues si me vieran ahí, escuchando la plática, me iría muy mal.

Una idea surgió en mi cabeza. Regresé por el pasillo, había un lugar donde podía escuchar perfectamente todo e incluso verlas sin temor alguno. El gran cuadro de la familia, pulcro y perfecto, estaba en el mismo lugar que recordaba. Lo moví un poco y apareció. Cuando tenia seis años, descubrí esa entrada. Este palacio era enorme y me había dedicado a encontrar cada uno de los pasadizos y habitaciones en él. Y este fue uno muy fácil. Pronto me di cuenta de que podía ver la habitación de mi madre, en especial cuando me escondía de ella y de Adrián, en aquellos años no comprendía lo que logré escuchar en distintas ocasiones, pero ahora, era distinto.

Cuando por fin llegué a donde estaba la pequeña ventanilla. Era muy útil pues al parecer no se dieron cuenta de que estaba ahí. Daniela se había sentado en la cama y miraba a Katrina de manera asesina.

—Es una idiotez todo lo que dices —Katrina no se atrevía a mirarla, estaba mirando por la ventana.

—Claro que no, Damon me dijo todo, para ti fue muy conveniente que me largara también. Sé muchas cosas sobre ti y todo lo que hiciste.

Katrina no movió ni un músculo, pero desde este pequeño espacio, podía notar que estaba muy nerviosa.

—Tienes un encanto que hace que todos se crean lo que dices —Daniela parecía estarse burlando de ella—,  tuviste que ser muy buena para que Adrián aceptara casarse con una zorra.

Mamá se giró rápidamente y fue hacía Daniela. Ésta tenía una enorme sonrisa plantada en la cara. Bueno, ahora me daba cuenta de que las sonrisas eran hereditarias, Lena también las usaba en los momentos menos oportunos.

—¿No es lo que eres? —preguntó Daniela—, ¿una zorra que mi padre sacó de un burdel?

La mano de Katrina se estampó directo en la cara de Daniela. Tuve que tapar mi boca con las manos pues solté un gritito de la impresión. Casi pude sentir la bofetada en mi propia cara.

—Podrás ser la hermana de Adrián, pero aún así, ¡soy la reina y me debes respeto! —la cara de mi madre estaba roja. Su pálido rostro se había tornado en un color casi violeta.

Daniela apartó el cabello que le cubría parte de la cara, pero parecía muy poco afectada por lo que acababa de suceder.
Empujó a Katrina y esta perdió el equilibrio por un breve momento.

—¿Respeto? ¿Tú crees que en verdad lo mereces?

—¡Por supuesto que sí! Has venido a mi hogar, a perturbar la poca tranquilidad que tenemos. Sé que esto es para quitarle el trono a Adrián, ¡y él lo sabe también!

Daniela no pudo decir nada, sólo tenía la boca abierta. Entonces, ¿era por eso tanta amabilidad? Adrián los estaba probando. Estaba comprobando las razones que Damon y Daniela tenían para estar aquí de nuevo. ¡Lo sabía! Esa estúpida actitud de hermano cariñoso y emocionado era sólo una maldita farsa. No podía creer que los demás no lo hubieran notado.

—Te ha lavado el cerebro —Daniela respondió—, Damon no necesita el trono, si no, jamás se lo hubiera entregado tan fácil a Adrián. Volvimos porque este lugar es nuestro hogar, aquí está nuestra familia y cosas que son preciadas para nosotros.

—No seguiré escuchando nada más—Katrina se apartó de ella y fue hacia la puerta decidida a marcharse.

—¿Creíste que no me daría cuenta? —preguntó Daniela—, no sé cómo has podido con eso todos estos años.

Me incliné un poco y vi como Katrina dejaba la mano sobre la perilla de la puerta.

—Todo ese cuento de que Alexia es idéntica a mi madre, o que tiene rasgos de Solara, es un verdadero chiste.

¿Y ahora yo qué tenía que ver en esto?

—Pero ahora —siguió Daniela —, me tomó muy poco tiempo darme cuenta, y eso que la vi rápidamente, pero fue suficiente.

—¿De qué rayos hablas? —Katrina parecía muy frustrada—. Has perdido la cordura.

—Sabes muy bien de que hablo, yo supe todo lo que Alexia sufrió, ¿o piensas que no vi las marcas en sus manos? Adrián es experto en usar las mismas técnicas de nuestro padre.

—Él solo se preocupa por mis hijas y por todos nosotros. Nos ama.

Katrina parecía estar muy segura de sus palabras. ¿Adrián nos amaba? Miré mis manos y toqué las pequeñas marcas. Esto podía ser cualquier cosa menos amor. Recordaba sus palabras, diciendo que sólo así sería la hija perfecta que él tanto anhelaba. Peter y Halina ya eran perfectos, ellos jamás estuvieron encerrados en aquella habitación, repitiéndose una y otra vez las crueles palabras de Adrián. Y siempre tuve eso en mi mente, ¿por qué ellos no?

—Claro, y estoy segura de que seguirá amandote, sobre todo a ti, cuando sepa la verdad.

Daniela tenía plasmado el triunfo en la cara. Había encontrado el punto bajo de Katrina. Tenía la certeza de ello.

—Y sí —continuó —, Damon regresó por una sola razón, regresó para recuperar a su hija, para recuperar a Alexia.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora