"CAPÍTULO 36"

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—Podrías dejar que mi hija venga —dijo Robert—, y hablaremos de lo que quieras.

—Creo que no podré hacerlo.

Miré a Dëni. ¿Qué rayos? Ella lo entendió, pero sólo negó con la cabeza. ¿Acaso la tenía amenazada?

—¿Qué es lo que quieres? —pregunté.

Caminé un poco hacia ellos y al parecer no hubo ningún problema. Eric hizo una reverencia ante mí.

—Es un placer estar ante usted princesa. Ahora entiendo la fascinación de James y la de Peter —me miró con una enorme sonrisa—. Eres realmente hermosa, cualquiera caería de rodillas ante ti.

Me puse muy fría cuando mencionó a Peter. Me preguntaba cuánto podía saber Eric sobre mí, sobre todo lo que de verdad estaba pasando. Mi hermano estaba muerto, pero no creía que se hubiera llevado los secretos a la tumba. Eric, parecía estar interesado al menos un poco en mí. Podía hablar con él sin que nadie jodiera más la situación.

¿Y los guardias?

—Podemos hablar —dije lo más calmada posible—. Dime qué es lo que necesitas.

—No es tan fácil, princesa —se apartó del piano pero Luvia no lo soltó, y eso no era normal—. Esto va más allá de solo hablar y tú lo sabes. Tu hermano me lo dijo.

Miré a Cedric y él también lo había entendido. Rayos.

—No puedo ayudarte así —pude sentir el metal de la daga que llevaba en la bota.

Si ese bastardo hacía algo, se la clavaría en la maldita garganta.

—Claro que sí, pero este no es el lugar adecuado. Tendremos que charlar en otro lugar más tranquilo, neutral.

—No podrás salir de aquí —dijo Adrián—. Los guardias te detendrán antes de que pongas un pie fuera.

Sí claro. Éramos ocho en el salón y los malditos guardias no aparecieron ni por error. Podíamos vencerlo fácilmente, pero corríamos el riesgo de que lastimara a Luvia.

—Bueno déjame mostrarte.

Eric extendió las manos y la pared desapareció dando paso a una salida. Tomó de nuevo a Luvia y ella parecía estar encantada.

—Dile adiós a mami —le dijo a Luvia con una enorme sonrisa.

Era como si la niña no pensara en nada más que en las palabras de Eric. Le hizo una seña a Lena con la mano.

—Eric por favor —Dëni lo miró—, al menos déjame darle al bebe.

—Me parece que mejor te quedarás con ellos —Eric tomó a Dëni del rostro y la besó, y no fue un simple beso, era demasiado—. Quizá les puedas mostrar dónde encontrar a la pequeña. O alguien más.

¿Qué?

Empujó a Dëni hacia nosotros y Cedric la sostuvo antes de que cayera con Edward en brazos.

—¡La hija de Solara por la pequeña princesa! —entró al portal y Robert tuvo que detener a Lena antes de que ella entrara.

El portal se cerró, Eric se fue y ahora tenían a Luvia.

—¡Luvia! —gritó Lena— ¡No!

Robert no la soltó. Todos estábamos en shock. Eric se había llevado a Luvia sin ningún esfuerzo y había dejado a Dëni. Este plan no tenía ni pies ni cabeza. Dëni le dio el bebé a Katrina. Me miró por un segundo, pero me importaba que estuviera bien.

"El Elemento Perdido #2: Agua" ⚠️ Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora