Dos semanas.
Habían pasado dos semanas y cada día viviría en sus memorias lo que durara sus vidas.
Elijah era feliz auténticamente la mayoría de aquellos días, otros eran bastante malos y Skylar sentía algo similar, aunque ninguno lo dijera en voz alta, pero lo pensaban más de lo que creyeron que lo harían.
Día uno: Se encontraron en la universidad por casualidad y esa noche salieron a comer. Elijah había tenido un mal día y nunca olvidará las palabras que ella le dijo: "la vida es un asco, pero es la única qué tenemos, así que no seas un amargado".
Cuando se despidieron, él no pudo evitar seguir sonriendo tanto que sus hermanos llegaron a creer que le habían arrojado alguna extraña maldición que le paralizó la cara.
Día dos: Fueron al cine en la noche por petición de ella. Sky obligó a Elijah a comer palomitas con mantequilla extra después de mucha insistencia, resultó que no le gustaron las saladas, pero le fascinaban las dulces. No tuvo que insistir en que tomara una malteada, le había encantado.
Al final la llevó a su casa, estuvo a punto de besarla, pero ella le cerró la puerta en la cara antes de lograrlo. Él quiso entrar y saber en qué departamento vivía, pero no podía, el dueño no lo había invitado. Debió conformarse con esa salida y con el típico "adiós, Elijah" que Sky susurró a través de la madera.
Día tres: Ella le envió un mensaje pidiendo que se vieran, el aceptó sin dudarlo. Se disculpó por haberle cerrado de esa manera tan grosera la puerta, aunque él no estaba molesto. Recordaba las palabras que le dijo: "no te convengo", esas palabras resonaban en su cabeza porque en realidad era él quien no le convenía a ella.
Eso no le importó. Ya no podía ocultarlo, ella le gustaba.
Día cuatro: Se encontraron por accidente, en medio de la lluvia. Ella llevaba un paraguas, pero aun así estaba tan mojada que gotas gruesas de agua caían desde su cabello rojo.
"Me caí en un charco" le dijo y Elijah rió a carcajadas como no lo había hecho en siglos, luego de un rato contestó:
"Yo te hubiera atrapado" y ahí pudo jurar que los ojos verdes parecieron brillar más que el sol naciente entre las nubes grises. Esperó algún comentario sarcástico como respuesta, en lugar de eso obtuvo: tal vez te hubiera dejado atraparme.
Ese mismo día, cuando Elijah la llevó a su casa y estaba a punto de marcharse, en la entrada del edificio se topó con una mujer de unos cincuenta años diciéndole "este es mi edificio, cariño. No pueden decir nada" a un muchacho de no más de veinte años y Elijah utilizó la compulsión para que lo invitara a entrar.
Ya tenía paso libre a Skylar.
Día cinco: Skylar tuvo clase desde las 7:00 AM hasta las 8:00 PM, no se pudieron ver ese día... O eso creyó ella. Elijah le "preguntó" a James en qué departamento vivían y él con gusto se lo dijo (en realidad solo salió la conversación y James siendo él le dijo incluso cuál era su habitación).
Entró por la ventana y la vio dormir un par de horas. No se había cambiado, estaba demasiado cansada para eso, pero a él no le importó y solo la contempló, resistiendo el impulso de besarla.
Día seis: Ella no le había hablado, no contestaba sus mensajes ni sus llamadas, pero Elijah comenzó a creer que se estaba volviendo muy dependiente de la presencia de Skylar, así que decidió salir completamente solo sin saber qué le depararía el día.
No supo si era buena o mala suerte, pero se topó con Skylar a unas cuantas calles del complejo Mikaelson, ella no lo vio y estaba muy distraída escuchando música con audífonos como para notarlo. Entró en un supermercado y él torpemente en lugar de tratar de llamar su atención prefirió seguirla.
Entre los pasillos la perdió de vista y no entendía como es que una humana podía llegar a ser tan escurridiza, cuando se dio la vuelta dispuesto a marcharse ahí estaba ella, con su iPod y los audífonos en la mano, sonriendo como si estuviera por hacer una travesura.
"Me estás siguiendo" afirmó ella sin perder la sonrisa, la cual creció mucho más cuando lo vio sonrojarse.
"Claro que no" replicó él, tomando a tientas el primer producto que pudo encontrar en los estantes que había a su lado, era una botella. "Vine de compras" trató de excusarse.
Skylar lo vio con una ceja levantada a él, después al producto que Elijah había tomado sin ver.
"¿Para ti o para tu novia?" él estuvo por dejar en claro que no tenía novia y preguntar qué la llevó a esa conclusión, pero antes de formular palabra bajó la mirada y finalmente vio lo que sujetaba, era un jabón intimo femenino de una marca con nombre demasiado pretencioso incluso para él.
Skylar no pudo más y estalló en una carcajada mientras Elijah dejaba la botella color lila de vuelta en su lugar. Cuando finalmente se recuperó, le pidió que la acompañara a hacer unas compras y después harían lo que él quisiera.
Después de dejar todo en el departamento salieron a caminar por el barrio francés uno junto al otro sin tomarse las manos, pero sus dedos se rozaban cada cierto tiempo de forma voluntaria e involuntaria. Elijah en ese transcurso de tiempo esperó que ninguna bruja le hiciera un reclamo frente a Skylar.
El día comenzó muy vergonzoso para él, pero acabó bastante bien, lo pasaron juntos y descubrió que ella no respondía porque había perdido el cargador de su teléfono.
Día siete: El la llevó a Rousseau's, una copa y después a casa. Por primera vez ella le dio un beso en la mejilla, ambos sintieron el choque eléctrico con ese simple tacto.
Día ocho: Klaus la invitó a cenar de nuevo. Ese día se ganó a Freya casi por completo.
Día nueve: Fueron nuevamente al cine en la tarde.
Ese día Elijah trató de besarla una vez más y ella lo apartó, empujándolo con demasiada fuerza en el pecho. No lo soportó más y le preguntó si tenía novio (temía la respuesta, pero debía saberlo), lo que ella contestó lo dejó en shock: "No tengo, pero estoy dañada por dentro" y prácticamente se fue corriendo como una niña asustada.
Día diez: Ella no quería verlo, no contestaba sus mensajes, sus llamadas. Fue a visitarla como la gente normal y Fiorella lo dejó pasar.
"Estoy sucia" le dijo Skylar.
"No me importa. Yo te limpiaré" respondió él sentándose en la cama frente a ella.
"Estoy rota" No quería verlo a los ojos porque se quebraría, cosa que no ocurría desde lo que parecía demasiado tiempo.
"Yo también lo estoy y no me importa. Quiero repararte, que tú me repares a mi" con las palabras de Elijah ella sin más ella lo besó, un beso dulce y cuidadoso, con miedo a desaparecer en los brazos del otro, un beso que les robó el alma. Las corrientes eléctricas los dejaron sin aire por un momento. Era un beso lleno de un amor desconocido para los dos.
Al final Elijah se marchó, dándole otro beso como despedida, prometiendo que volvería en la mañana porque no quería agobiarla.
Estaba en problemas, ya no una distracción.
Día once: Ella lo buscó en su casa por la mañana, vestida completamente de negro, parecía una especie de sombra, pero no le quedaba mal el estilo, solo lucía lista para ir a robar un banco.
"Elijah, ya no podemos seguir hablando" fue todo lo que le dijo, después se marchó.
Eso le dolió al original. Había dejado ir a Hayley y no la dejaría ir a ella. Estaba dispuesto a seguirla, pero decidió darle su espacio.
Ese día aparecieron cuatro lobos muertos antes de la media noche.
Día doce: Siguió ignorándolo. Él entró en desesperación y la buscó en la universidad. Se encontró con Fiorella y James.
"No la hemos visto en todo el día" dijeron al unísono.
Entonces ¿Dónde estaba?
Elijah la vio. Volvió a casa exhausta y con la misma ropa negra del día anterior, era casi media noche ¿Dónde había estado?
El original se retiró, por lo menos sabía que estaba bien.
Pero en realidad Sky estaba llena de rasguños, arañazos y mordidas bajo la oscura ropa que ocultaba sus sangrados.
Día trece: Él se cansó de la situación y frente a todos los estudiantes de aquella universidad la besó, creando todo un espectáculo, se sentía tan bien para ambos que ella no lo apartó, correspondió y deseó qué nunca lo apartaran de su lado, por ese instante todo fue perfecto.
"Yo no quiero repararte, te quiero a mi lado como eres, rota, diabética, seria, infantil. Quiero todo de ti, Skylar Marie Dollanger" Y con esas bellas palabras ella lo besó de nuevo, quería estar rota si era con él, quería darse una oportunidad de nuevo.
"Yo quiero hacerte comer grasas, comer azúcar, quiero que vivas la vida, señor elegancia" ese instante fue perfecto para ambos. El resto del día lo pasaron juntos, incluso la noche, ella se quedó a dormir en su casa.
Día catorce: Despertaron, esa noche solo habían dormido en los brazos del otro. Sí, era muy pronto, pero estaban felices. Elijah fue junto a Klaus y Marcel en busca del asesino y ella a clases. No volvieron a verse debido a sus ocupadas agendas.
***
Ya era el día quince.
Skylar estaba en el campus de la universidad sentada completamente sola hablando por teléfono, con un libro de textos medievales en sus piernas y un rotulador rojo en su otra mano.
—Ya te lo dije, Logan, no quiero ir. —Ya estaba cansada de repetir aquello una y otra vez, tanto así que ya prestaba más atención a la historia del santo grial que a su hermano.
—Él te quiere ahí y yo también. —Skylar bufó sonoramente mientras subrayaba cualquier palabra del libro. —Es difícil, pero ya te fuiste y tomaste tu respiro. Deberías volver. —La voz de Logan sonaba aún más profunda, suplicante. —Eres más fuerte de lo que crees.
—No quiero... —Calló y presionó tanto el rotulador que la punta después de encajarse en la hoja terminó aplastada. —Verlo casarse. —Completó viendo lo que había hecho y arrojó el pedazo ahora inservible de plástico a un lado. —¿No podías elegir otro día que no fuera antes de su boda para celebrar tu graduación?
—Sabes la razón de esa boda, no es por amor. —Afirmó Logan lo que todos en Wichita sabían. —Y la facultad decide mi graduación, no yo. —Skylar rodó los ojos.
—No me interesa. —Respondió ella suspirando con cansancio y por su rotulador destruido.
—Debería importarte, te ibas a casar con...
—¡Elijah! —Gritó colgando el teléfono y prácticamente lanzándolo en su bolso. —Es bueno verte.
—¿Con quién hablabas? —Le tendió la mano y ella la tomó para así poder levantarse con más facilidad.
—Logan.
—¿Y de qué hablaban? —Preguntó interesado.
—Nada importante. —Se encogió de hombros, pero Elijah escuchó todo y sentía curiosidad a pesar de que su parte "correcta" lo obligó a acercarse.
—Detesto los secretos. —Realmente solo odiaba que ella no le contara todo, deseaba su confianza.
—Bueno... —Soltó el agarre en la mano de Elijah de forma suave. —Yo tengo derecho a tener secretos y debes adaptarte.
—Pero no me gustan tantos secretos.
—Adáptate, Mikaelson. —Dijo con los dientes apretados, se estaba molestando.
—¿Por qué viniste realmente a New Orleans? —La tomó de los hombros. Quería ser delicado, pero él también se estaba enfadando. Perdió los estribos al escuchar la última parte de la conversación.
—A estudiar... —No le creyó. Apretó más fuerte. —Elijah...
—Habla.
—¡Iba a casarme! —Se soltó de golpe, colocando las manos sobre sus hombros. La camisa de tirantes dejaba ver el rojo que había dejado, no le dolían las marcas, le dolía que él las hubiera hecho. —Bien, ya lo sabes. Me iba a casar. —Sus ojos se pusieron vidriosos, sus muros cayeron. Dio media vuelta y se fue. Se giró para verlo nuevamente cuando estuvo a un metro de distancia. —Eres un idiota.
Y siguió su camino mientras él se quedaba estático. Temía seguirla y hacer más grande el problema, pero temía más perderla.
Decidió seguir la opción número uno, se fue a su casa. La llamaría más tarde y suplicaría cual perro si era necesario.