Hoy (36 horas después del accidente).
Edificio de la Policía de Buenos Aires.
-¿Ya están todos?- preguntó un hombre de más de treinta años, estaba sentado en su oficina esperando a que llegaran todos los testigos del caso de la chica del accidente de antier.
-Sí, acaba de llegar el último.- dijo su compañera una mujer de unos dos o tres años menos que él.
-Bien, vayamos.- salieron de la oficina y se metieron a una sala un poco más grande, dónde estaban sentados diez chicos, además de cinco hombres grandes, con pinta de guardaespaldas.
-Bien, somos los detectives Cranston y Álvarez- les enseñaron sus placas- sabemos que su amiga antier tuvo un accidente cuando iban llegando al aeropuerto.- dijo la mujer pelirroja, con la ropa negra pegada que traía.
-Sabemos que ustedes fueron testigos de lo que pasó, tenemos conciencia de que no eran los únicos en ese aeropuerto pero, son los más cercanos a la señorita- revisó su cuaderno donde tenía los datos de la chica del caso- Kopelioff.
-No sabemos qué pasó, lo juramos.- habló Michael, nervioso.
-Hasta que relaten que fue lo sucedido después de que bajaran de ese avión, nos daremos cuenta de sí realmente no saben qué pasó.- contestó serio el detective.
-Bien, tenemos entendido que la señorita se quedó atrás, haciendo que los guardias la perdieran de vista, ¿no?- la detective Álvarez observó a los cinco hombres que estaban parados detrás de los diez chicos.
-Sí, estábamos viendo que los chicos salieran bien del aeropuerto para llevarlos hasta la camioneta que los transportaría.- dijo uno de los hombres.
-Habían muchos fans, sin contar la cantidad de gente que había en el aeropuerto y sin darnos cuenta perdimos de vista a la señorita Kopelioff.- agregó otro de estos hombres.
-Sí, estábamos tratando de calmar a los fans con ayuda de los guardias del aeropuerto. No vimos el momento en que la señorita se quedó atrás saludando a unos fans.- contestó con miedo otro. Su trabajo dependía de eso.
-Está bien, en unos momentos nos traerán las cintas de grabación del aeropuerto.- dijo la detective.
-¿Y ustedes?, ¿no vieron nada?- le preguntó a los jóvenes.
-Cuando volteamos fue porque escuchamos el ruido del choque y la vimos tirada en el suelo.- dijo Ana.
-Yo sí vi algo más.- habló uno de los guardias.
-¿Qué vio?- le preguntó el detective Cranston.
-Cuando la señorita se dio cuenta que ya todos estaban en la camioneta, salió rápido del aeropuerto. Ahí fue cuando la volví a ver, traté de acercarme lo más rápido a ella porque los fans que estaban fuera del aeropuerto comenzaron a correr hacia ella- todos lo observaban atentos- la señorita comenzó a correr, los chicos la asustaron y cuando estaba pasando por encima de todas esas personas para protegerla, ella caminó hacia atrás y un auto clásico apareció y de la nada vi como arrasaba con la vida de la señorita.- todos comenzaron a llorar.
-¿No vio al conductor?- preguntó la mujer que traía su placa de Policía colgada en un chaleco negro.
-No, las ventanas estaban blindadas, todo estaba en negro.
-¿Logra recordar las placas?.- le preguntó el detective.
-No, sólo sé que su terminación era 23.
-Bien, con las grabaciones y con su ayuda daremos rápido con el responsable de esto, ¿Recuerda de qué color era el auto?.
-Negro.- contestó seguro.
-Dicen que se dio a la fuga, ¿no?- preguntó la mujer que tenía una taza de café en sus manos.
-Si, no se bajó a ver que estuviera bien.- contestó Michael.
-Entonces, está más que claro que fue un acto realizado con todas las ganas del mundo. No ha sido un accidente- todos se quedaron en silencio- alguien quería asesinar a la señorita Carolina Kopelioff.
========================
Horas después
Casa abandonada en las afueras de la ciudad.
Veía sus fotos, era hermosa. Aún no comprendía como es que su plan salió mal. Le había llevado meses planificarlo, ¿cómo es que lo que consiguió fue lastimar a su amada?
Cada movimiento estaba muy bien calculado. Sabía la hora en la que llegaría junto a sus demás compañeros, la hora en la que saldría del aeropuerto. ¿Cómo es que se adelantó unos segundos antes? si ella hubiera salido antes, no habría pasado lo que pasó.
Se sentía terrible, la mujer que amaba estaba en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte por su culpa, por su ignorancia de cómo iban a ser realmente las cosas.
Había querido ir a verla al hospital, pero sólo levantaria sospechas. Lo que tenía que hacer ahora era planificar mejor las cosas para cuando su bella Julieta despertará él ir por ella y esta vez llevarsela lejos. Y no podía fallar, ya no.
Recordó haberla visto en el primer show, en Tecnópolis. Aún recordaba el dolor de cabeza que le provocó ver besando a un idiota que sólo jugaba con sus sentimientos. En ese momento quería matar a todos los que estaban a su lado gritando de emoción al momento en que unieron sus labios. El sabía que no era sólo ficción, sabía que había algo más entre ellos.
En un inicio su plan fue deshacerse de él, así lo sacaría del camino pero, se dio cuenta que si la quería sólo para él, la tenía que llevarla con él, para siempre. Por eso, mientras ella iba por todo Latinoamérica tomó consciencia de cada uno de sus movimientos que llevaría a cabo cuando ella regresara.
Carolina sería suya, y sólo de él. No permitiría que ese tal Agustín volviera atreverse a besarla. Esos labios le pertenecían, su sonrisa era de su propiedad, sus ojos estaban destinados a sólo mirarlo a él.
Recordó la vez que salieron del show, él los siguió hasta la casa de ella. Él la había acompañado y la había dejado en la puerta de su casa. Quería salir de atrás del arbusto en el que estaba y alejar su repugnante mano de la cara de su pequeña. El momento en que él la besó, sintió impotencia y coraje, mucho coraje, quería matarlo ahí mismo. Fue ahí cuando comprobó que tenían algo ellos, estaban fuera del escenario y se estaban besando y eso a él le causaba asco.
Las emociones lo dominaron y sin darse cuenta derramó una lágrima y pisó una hoja seca llamando la atención de los dos amantes, estos voltearon a ver qué sucedía. Carolina se puso detrás de su amado por temor a que algo pasará y este la protegió, camino sigilosamente hacia el arbusto de donde venía el ruido.
"Tranquila hermosa, estoy aquí y no te pasará nada" escuchó que ese atrevido estúpido le decía a su Carolina. Ardió de rabia y sacó la pistola que llevaba en el bolso de su chamarra, lo iba a matar. Lo quería lejos de ella.
Cuando Agustín llegó hasta el arbusto, este tenía listo el gatillo para disparar. Su plan se había adelantado, no le importaba, al fin tendría a su Caroline.
Sin que se dieran cuenta salió Leonardo, el padre de la chica que temía por lo que pasaba. "Chicos, ¿qué hacen ahí?, ya es tarde, vengan han de estar cansados". Los dos voltearon a ver al señor e inseguros caminaron de nuevo hacia la puerta de la casa de los Kopelioff.
El hombre misterioso que estaba escondido tras el arbusto, suspiró, guardó el arma. Esa no era la noche para llevarse a su amada. Observó como el idiota que había besado los labios con los que soñaba diario más de una vez en diez años, rodeaba la cintura de la morocha y entraban a la casa de esta.
Con sigilo camino hacia su auto y se montó en el, no sin antes ver hacia la ventana de la casa en la cual se dibujaba una pequeña silueta. "Pronto, muy pronto estaremos juntos pequeña, serás mía y nada ni nadie nos separará. Jamás". Dijo con su malévola voz que causaba escalofríos y desapareció en la oscura noche que los rodeaba.
Desde ahí trato de verla en todos los shows, viajó a Colombia y México. Recordaba las peleas y las escenas románticas que tenía después de los shows con el que llamaba "su amado". Más de una vez estuvo a punto de matarlo por las lágrimas que le provocaba a la chica, pero se detenía. Él la quería a ella, si lo mataba sólo la alejaría de él.
Estuvo presente la noche en Córdoba en la que ella le había mentido a sus amigos con que le dolía la cabeza, él sabía que estaba mal por el idiota que la había tratado mal antes. Supo que ese pedazo de escoria había ido a tomar a un bar con unos amigos, no con su familia. Le había mentido a Carolina y eso lo mataba del coraje.
Velo el sueño de su amada, vio como se metía en las cobijas, y como se quedaba dormida mientras pensaba en el idiota que en esos momentos estaba tomando hasta más no poder, rodeado de mujeres que no eran Carolina.
Con cuidado subió hasta su habitación y vio como dormía, cuando vio que le llego un mensaje a la chica que dormía tranquilamente diciendo que ya iban para allá todos, desapareció rápido de ahí, no sin antes acercarse a ella, acariciar su hermosa mejilla y decirle al oído. "Muy pronto, pequeña. Ese idiota ya no te lastimara jamás".
También supo del mesero Carlos que había osado posar sus ojos en su chica. En cuanto supo que Agustín la había alejado de él, se encargaría de que nunca más se volvieran ver. Vio cuando Caro dejó un papelito en la recepción a la chica que estaba detrás del mostrador al mesero llamado Carlos. Ella pensó que tal vez era un recado, pero él sabía que era su número de teléfono así que tomó el papel sin que la chica se diera cuenta, impidiendo que ese tal Carlos volviera a ver a su Carolina.
========================
Dos días antes
Vuelo con destino a Buenos Aires.
Los chicos estaban sentados esperando a que despegará el avión para llevarlos a casa. Había terminado la gira y todos merecían una buenas vacaciones.
Carolina estaba sentada junto a Chiara, para su mala suerte detrás de ellas estaban Agustín y Valentina. La nueva pareja. Aún no podía creer que él sólo la uso para acercarse a su mejor amiga.
Estaba por apagar su teléfono cuando escuchó que le llegó un mensaje. Sacó su teléfono y vio de quien se trataba, era Carlos el mesero que había conocido en Córdoba. Después de haberle dado un papelito con su número a una recepcionista llamada Lydia, horas más tarde el chico la busco y desde ahí hablaban diario. Le agradaba bastante el chico, era muy parecido a ella.
>>Caro, ¿te veo cuando llegues?<< leyó el mensaje y sonrió. El le había ofrecido ir por ella al aeropuerto y llevarla a cenar. Ella había tardado en aceptar, pero al final lo hizo.
>>Sí<< contestó y cuando iba a guardar el móvil le llegó su respuesta.
>>Perfecto, la vamos a pasar increíble. Te llevaré a un lugar riquísimo- ella río al leer el mensaje- te veo en mi auto, es uno negro clásico del 99. Las placas son A-17-623<<
-¿Y esa sonrisa?, ¿se trata de un chico?- la sacó de sus pensamientos su compañera de asiento.
-No, estaba viendo una fotos.- contestó nerviosa.
-A ver, ¿qué fotos?- le quitó el móvil y vio los mensajes que tenía con un tal Carlos.
-Yo...lo puedo explicar.- habló rápido Carolina.
-No tiene nada de malo hablar con un chico. Lo que tal vez es un poco extraño es que no hayas dicho nada., nos íbamos a dar cuenta al final que te irías con alguien más.
-Lo sé, es sólo que temía su reacción.
-¿Por qué?.
-¿Recuerdas el mesero que dicen que me coqueteaba cuando estábamos en el hotel de Córdoba?
-¿Es él?- preguntó emocionada su amiga, esta asintió.
-Cuando salimos de ahí, hablé con él, dijo que quería volver a verme y en un momento en el que no pensé le deje mi número con una recepcionista y desde ahí hablamos todo el tiempo.
-No te la creo, no conocía ese lado tuyo Caro- le dio un codazo cómplice- de igual forma te debes cuidar no lo conoces del todo.
-Sí, lo sé, prometo mantenerte informada de todo.
-Bueno, así está mejor. De igual forma te acompañare a su auto a comprobar que no te hará nada malo.
-Ni que me fuera a secuestrar.- ambas rieron.
-Quien sabe.- escucharon la voz de la azafata comunicando que ya estaban despegando y que no se levantarán de sus asientos. Las chicas se abrocharon bien los cinturones, se miraron unos momentos y vieron cómo el avión despegaba y comenzaba a flotar en el aire.
~~~~~~~~~~~~~~~~~
Hola, espero les este gustando mucho. Se está poniendo lo bueno, han de estar llegando a conclusiones y me gustaría saber cuales son. Dejen comentarios de lo que creen que va a pasara al igual que si quieren que siga, voten y compartan esta historia con sus amigas Aguslinas. Gracias❤❤❤😄😄